lunes, 2 de septiembre de 2024

LECTURA






Lecturas. En la estela del relato norteamericano
Bang Crunch, del canadiense Neil Smith, revitaliza una influyente tradición narrativa en una colección armónica y profundamente emotiva
José María Brindisi
Con tanto imitador vulgar fronteras adentro, tanto repetidor de fórmulas ya dignas de convertirse en pasto para la inteligencia artificial, resulta cuanto menos paradójico que la mejor expresión reciente del cuento norteamericano contemporáneo –que es como decir estadounidense– pertenezca a un autor canadiense, del que hasta ahora el lector no tenía noticias, pero que, a partir de esta traducción inaugural al español, con seguridad se volverá familiar. Su estilo sigue esa corriente que extrema la entrelínea, la síncopa y la contención, inaugurada por Ernest Hemingway un siglo atrás y en cuya estela habría que poner, entre otros escritores, a Carson McCullers, Raymond Carver, Tobias Wolff, Amy Hempel, Joy Williams.
La absoluta conciencia rítmica de Neil Smith (1964), es decir la rigurosidad con que trabaja en sus relatos esa suerte de zigzagueo en el que argumento y estilo provocan la ilusión de haber nacido juntos –como sucede con la letra y la música en los compositores realmente virtuosos–, lo lleva a sembrar sus páginas de minuciosos y sutiles golpes de efecto sin tentarse casi nunca con el efectismo. Smith parece estar siempre en dominio de sus materiales, lo que no deja de llamar la atención cuando sus historias parten casi en su totalidad de la tragedia o, sobre todo, se dirigen hacia ella, y tienen como hábitat natural los hospitales, las enfermedades y las anomalías de toda clase.
Neil Smith, autor de los cuentos de Bang Crunch.Tony Bock
Una característica esencial en las ocho piezas que componen Bang Crunch –publicado en su país en 2007–, y al mismo tiempo lógica si se lo piensa dentro de la tradición mencionada, es el pulso con que opera en ciertas modulaciones del humor, como si tuviese la elegancia de retirarse siempre un par de pasos antes del melodrama; pinceladas constantes y a la vez asordinadas, que para los lectores representan, cuanto más apretada la trama, cápsulas de oxígeno. Con todo, Smith no se deja arrastrar por esa droga que con demasiada frecuencia embelesa a sus primos estadounidenses y que podríamos sintetizar como sarcasmo. En todo caso, cuando lo hace –yanqui adoptivo al fin– jamás toma distancia de sus personajes, obligándonos y obligándose a compartir su destino.
"El motor de la prosa de Smith parece ser el inimitable piano esquizofrénico de Thelonius Monk"
Al margen de sus parentescos formales o de la capacidad influyente de aquellos grandes y omnipresentes modelos, la literatura canadiense de las últimas décadas –aunque muy poco conocida en nuestro país– reclama con razón a Smith para su frondosa y orgullosa familia, en la que el nombre de Alice Munro, mucho más allá de la obtención del Nobel, se torna excluyente, en especial si nos restringimos a su terreno favorito, que ha sido el cuento (sus mejores relatos están recopilados en los dos volúmenes de Todo queda en casa). De entre los miembros más significativos de dicha estirpe, habría que sumar como mínimo a Howard Norman (El pintor de aves), a una cuentista singularísima como Mavis Gallant (Los cuentos de Linnet Muir) o al ambicioso y extraordinario Robertson Davies, autor de una obra inabarcable que incluye múltiples trilogías.
Si bien es posible asimilar algo de los patrones rítmicos (y en consecuencia su modo de dosificar lo anecdótico), de la cadencia constantemente interrumpida de Munro con la de Smith, este va todavía más allá, como si el motor de su prosa fuese el inimitable piano esquizofrénico de Thelonius Monk.
"“La caja de la mariposa”, quizá el punto más alto de un volumen inusual y sumamente armónico"
Es preciso repasar los argumentos de algunos de sus relatos para empezar a comprender hasta qué punto Bang Crunch anda en puntas de pie sobre campos minados. En “Islotes”, por ejemplo, una pareja –que no lo es del todo, aunque él se ha mudado al edificio de ella– custodia la frágil supervivencia de su hija seismesina. El milagro del cuento está en cómo se manifiestan, aun en esa urgencia que todo lo aniquila, los pliegues de lo amoroso, los rituales, la posibilidad de un futuro. En “Proteína verde fluorescente”, la madre del protagonista, todavía este en su adolescencia, es alcohólica, y el padre ha muerto poco antes en medio de un partido de curling; aun así, el foco logra posarse en el despertar sexual y emocional del chico, que implica en sí mismo un enorme descubrimiento.
Alice Munro  IAN WILLMS - NYTNS
En el cuento que da nombre al libro, de corte fantástico, una niña brillante es víctima de un extraño síndrome que convierte sus días en meses, haciéndola envejecer a la carrera; luego la peripecia da un giro –que no revelaremos–, y el particular triángulo que forman con su madre y un amigo inseparable los sitúa en otra realidad; no hay historia más triste, y sin embargo ni una sola vez el lector siente que han abusado de su sensibilidad. Algo similar ocurre con “Álbum de recortes”, en el que un sobreviviente de una matanza en la universidad queda “enclaustrado”, hasta que un hecho fortuito le ofrece una salida.



“La caja de la mariposa”, quizá el punto más alto de un volumen inusual y sumamente armónico (con la excepción relativa de “Extremidades”, cuyos fuegos de artificio lo hacen parecer más bien un mero ejercicio de excentricidad), trata de un hijo que padece pero también disfruta y resignifica a un padre artista, alguien a quien el arte le ha dado y asimismo le ha quitado todo. Es un cuento sobre la ausencia, sobre la imposibilidad de la cercanía, también sobre la pérdida –la de una madre que en la infancia del narrador se harta de la dedicación obsesiva de su esposo y desaparece–, e incluso el presente ancla en una situación indeseable. Aun así, no hay comodidad ni regodeo, ni reposo siquiera en la tristeza. Smith, como Monk, va ensanchando su plataforma emotiva, y no descansa hasta no haber tocado cada una de las teclas de su instrumento.


Bang Crunch

Por Neil Smith

Edhasa. Trad.: Andrea Lombardi

151 páginas, $ 20.500

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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