jueves, 12 de septiembre de 2024

RECORRER BUENOS AIRES A TRAVÉS DE LA LECTURA


Un mágico recorrido por Buenos Aires a través de la lectura

Samanta Schweblin —PARA THE NEW YORK TIMES—Una típica Noche de las Librerías en la avenida Corrientes
Cuando empecé a viajar, me di cuenta de lo diferente que es Buenos Aires de otras ciudades literarias. Tal vez todos tengamos ideas parecidas sobre la ciudad que nos vio nacer, o tal vez mi revelación sea una confirmación más de la arrogancia por la que somos famosos los porteños en el resto de Latinoamérica.
Pero esa arrogancia es también la que da realce a nuestra literatura. A los porteños nos gusta jactarnos de tener una de las ciudades con mayor número de librerías per cápita del mundo y de que, incluso en medio de una crisis económica, la Argentina tiene más de 200 editoriales independientes. También nos gusta decir que uno de nuestros grandes problemas es que hay más gente que quiere escribir que gente que quiere leer.
Crecemos inmersos en la idea de una ciudad construida por inmigrantes europeos que añoran las culturas de otros continentes. “Acá todo es una especie de réplica de algún otro lugar”, dijo alguna vez la escritora Graciela Speranza. Pero el pasado de esta tierra saqueada y abandonada durante generaciones ahora bulle a nuestro alrededor.
Puede ser que Buenos Aires se pase el día mirándose el ombligo, pero no es por mera arrogancia. Buenos Aires es una ciudad que sigue intentando entender de dónde viene y qué significa tener un pasado y un futuro, dos ficciones en las que seguimos trabajamos arduamente. Nerviosa y vital, nuestra literatura se sacude el polvo constantemente y no le importa embarrarse un poco las manos para hacerlo.
Para leer en el avión
En el tiempo que lleva leer una novela se pueden leer cinco cuentos: si queremos aterrizar con cierta visión global del lugar de destino, mejor empezar por los textos más breves.
En el vuelo de ida, arrancar por una de las obras fundacionales de la literatura argentina, “El matadero”, de Esteban Echeverría, traducido al inglés por Norman Thomas di Giovanni. Y después de la primera siesta, saltar directo al cuento “El Aleph”, de Jorge Luis Borges, traducido por Anthony Bonner.
Después de la primera bandejita de comida, encarar “Casa tomada”, de Julio Cortázar, traducido por Paul Blackburn, seguido de “White glory”, de Sara Gallardo, traducido por Jessica Sequeira. Y quince minutos antes de aterrizar, leer “Hoy temprano”, de Pedro Mairal, traducido por Kit Maude. Con eso tendremos el trazado de la ciudad, y algunas rutas de escape, esbozado por varias voces distintas.
¿Qué libros pueden mostrarme otras facetas de la ciudad?
El nervio óptico, de María Gainza, traducido por Thomas Bunstead, es una buena guía para cualquier visitante que quiera pasear por barrios y museos de arte mientras se va topando con toda suerte de ideas y referencias culturales. Y para sumergirse en las diferentes clases sociales de la ciudad, echarle un vistazo a Los Fantasmas, de César Aira, traducida por Chris Andrews. Aira es uno de los escritores más prolíficos de la Argentina, con más de 100 títulos publicados. O también podemos recorrer una de las escuelas secundarias más tradicionales de la ciudad con una perspectiva histórica de los años 80 en Ciencias morales, de Martín Kohan, traducido por Nick Caistor.
¿Y las escritoras de las que habla todo el mundo?
El trío fenomenal: Mariana Enríquez, Gabriela Cabezón Cámara y Selva Almada. Enriquez es la hechicera del género de terror en Buenos Aires. Cabezón Cámara es dueña de una admirable capacidad para renovar la prosa y el lenguaje. Y Almada tiene una mesura diferida y turbia que nunca deja de fascinarme.
Además de pertenecer todas a la misma generación –a la que también pertenezco–, a estas escritoras las unen un furibundo impulso por repensar la historia y una valiente determinación por nombrar lo que ha sido silenciado.
En la literatura argentina más reciente también están pasando cosas apasionantes: autores que recuperan léxicos perdidos, que registran nuevas formas del habla, que recorren los estratos sociales más marginales, que piensan nuevas identidades y nuevos géneros literarios. El único problema con esta divina efervescencia es que a veces pueden pasar décadas antes de que se traduzcan a otros idiomas.
Si no tengo tiempo para excursiones al interior, ¿qué libros podrían llevarme a destino?
Los relatos de viajes al interior de la Argentina de la escritora Hebe Uhart son pequeñas joyas que deben saborearse pausadamente. Muchas de ellas se pueden encontrar en la antología Cuestión de pertenecer, traducida por Anna Vilner.
Para un viaje imaginario a las zonas rurales de Córdoba está la magnífica colección de cuentos de Federico Falco, Un cementerio perfecto, traducida por Jennifer Croft. Y si preferimos quedarnos en la capital de la provincia podemos encarar Las malas, de Camila Sosa Villada, traducida por Kit Maude, un manifiesto literario y poético que habla con franqueza sobre el mundo de las travestis.
Si lo que queremos en un viaje en el tiempo, lo mejor es recurrir a Zama, de Antonio di Benedetto, traducida por Esther Allen, una novela ideal para sumergirse en lo profundo del norte de la Argentina durante el siglo XVII, durante la colonización española, experiencia que podemos rematar con la adaptación cinematográfica de 2017 del mismo nombre dirigida por Lucrecia Martel, una película “de atmósferas”, plagada de paisajes del pasado.

Novelas
2014: Distancia de rescate
2018: Kentukis

Cuentos

Ver también: Cuentos de Samanta Schweblin2002: El núcleo del disturbio
2009: Pájaros en la boca
2015: Siete casas vacías

Premios
]2001: Premio del Fondo Nacional de las Artes por El núcleo del disturbio
2001: Premio del Concurso Haroldo Conti por «Hacia la alegre civilización de la Capital»
2008: Premio Casa de las Américas por Pájaros en la boca
2012: Premio Juan Rulfo por «Un hombre sin suerte»
2014: Premio Konex, Diploma al Mérito por su trayectoria como cuentista durante el periodo 2009-2013
2015: Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero por Siete casas vacías
2015: Premio Tigre Juan por Distancia de rescate
2018: Premio Tournament of Books por Distancia de rescate
2018: Premio Shirley Jackson a la mejor novela corta por Distancia de rescate
2020: Premio Mandarache por Kentukis
2021: Premio IILA-Literatura por Kentukis
2022: Premio O. Henry por «Un hombre sin suerte»
2022: Premio Iberoamericano de Letras José Donoso
2022: National Book Award por Siete casas vacías
2024ː Premio Konex de Letras, categoría Cuento, Período 2014-2018

Por cierto, Di Benedetto es también uno de mis cuentistas favoritos, y su colección Nido en los huesos, traducida por Martina Broner, es una excelente introducción al autor para los lectores de habla inglesa.
Siguiendo hacia el norte, retrocedamos un par de siglos más con El testigo, de Juan José Saer, traducida por Margaret Jull Costa. Saer es considerado uno de los más grandes autores argentinos y fuera de su país sigue siendo poco conocido.
“Si te interesan los mundos artificiales, la conciencia digital y la inmortalidad, te vas a fascinar con La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares”
¿Algún buen lugar para acurrucarse con un libro?
El Jardín Botánico de Buenos Aires es pequeño, pero es un verdadero oasis donde podemos sentarnos a tranquilamente en medio del tráfago de la ciudad. Entre los porteños, la cultura del café es muy fuerte, y nadie se sorprende ni te mira mal si te sentás a una mesa, te pedís solamente un cortado y te quedás a leer durante horas , puede ser El Ateneo, La Librerïa del Ávila Y Eterna Cadencia en Belgrano...En cada cuadra hay una librerïa:::de nuevos y usados

LA LISTA DE RECOMENDADOS DE LA AUTORA ARGENTINA

◗ El Matadero, de Esteban Echeverría

◗ “El Aleph”, de Jorge Luis Borges

◗ “Casa tomada”, de Julio Cortázar

◗ “White Glory”, de Sara Gallardo

◗ Hoy temprano, de Pedro Mairal

◗ El nervio óptico, de María Gainza

◗ Los fantasmas, de César Aira

◗ Ciencias morales, de Martín Kohan

◗ Los peligros de fumar en la cama, de Mariana Enriquez

◗ Las aventuras de la China Iron, de Gabriela Cabezón Cámara

◗ El viento que arrasa, de Selva Almada

◗ Cuestión de pertenecer, de Hebe Uhart

◗ Un cementerio perfecto, de Federico Falco

◗ Las malas, de Camila Sosa Villada

◗ Zama y Nido en los huesos, de Antonio di Benedetto

◗ El testigo, de Juan José Saer

◗ La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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