viernes, 13 de septiembre de 2024

COSTO DE VIDA Y EN 1ª PERSONA


Los haberes jubilatorios de la Anses subirán en octubre el 4,17%
MOVILIDAD. El haber mínimo será de $244.321, y el máximo, de $1.644.046; hay incertidumbre, como cada mes, por el pago del bono
Silvia StangLos haberes se reajustan mensualmente por inflación
Los haberes previsionales gestionado por la Anses subirán en octubre el 4,17%. La jubilación mínima será de $244.321 (sin bono) y la máxima, de $1.644.046 en bruto. En términos netos, tras restar el aporte al PAMI, los importes serán de $236.991 y $1.552.733, respectivamente.
El porcentaje del reajuste replica la inflación de agosto, que fue informada ayer por el Indec. El aumento alcanza a quienes cobran jubilaciones y pensiones del sistema contributivo general, y también a quienes perciben pensiones no contributivas o prestaciones por hijo. La Asignación Universal por Hijo (AUH) será de $87.790, aunque el monto cobrado mensualmente es el 80% y en octubre será, por tanto, de $70.231; la percepción del 20% restante se efectiviza una vez al año y está condicionada a que se demuestre el cumplimiento de obligaciones vinculadas con la escolaridad y el cuidado de la salud.
Los importes consignados son aproximados, ya que no fueron todavía oficializados. Las cifras definitivas dependen del redondeo del índice (en este caso se utilizaron dos decimales, que es la práctica asumida en los últimos incrementos).
El reajuste mensual de los ingresos previsionales y sociales según la variación del índice de precios al consumidor (IPC) se hace en función de lo dispuesto por el decreto de necesidad y urgencia 274, de marzo último. La suba es para todos los haberes, más allá del importe.
Más allá de ese aumento según la inflación, no se conoce aún qué ocurrirá el mes próximo con el bono que les paga a quienes perciben los montos más bajos pagados por el sistema. Con los ingresos de septiembre se está abonando por estos días un refuerzo de hasta $70.000 a quienes tienen un haber bruto de hasta $304.540. Si para octubre se dispusiera un refuerzo del mismo importe, que está congelado desde marzo, entonces para quienes tienen la prestación mínima la suba del ingreso total no será de 4,17%, sino de un porcentaje más reducido; de 3,23%. Si se decidiera no pagar un bono, quienes tienen solo un haber mínimo como ingreso previsional recibirían en octubre menos dinero que en los meses previos.
El adicional o refuerzo alcanza cada mes a los jubilados del haber mínimo y a los que tienen un ingreso de hasta la cifra conformada por ese importe básico más el propio bono. En septiembre, por ejemplo, quien tiene un haber de $280.000, recibe un plus de $24.540. Con un ingreso previsional superior a $304.540 (solo por este mes, esa cifra es el ingreso mínimo garantizado) no se percibe adicional, según la regla que había definido el gobierno anterior y que replica mes a mes la gestión actual.
El índice de actualización de octubre se conoció el mismo día en que la Cámara de Diputados debatió sobre las jubilaciones, tras el veto presidencial a la ley que previó una suba de 7,2% para los haberes retroactiva a abril, entre otros puntos. Un grupo de legisladores buscó insistir con la norma, pero no se logró llegar a una mayoría de al menos dos tercios, con lo cual el veto quedó en pie. Esa ley disponía también que rigiera un ingreso mínimo garantizado atado al valor de una canasta básica de consumo.
Además, el texto había incluido una cláusula por la cual los haberes tendrían una suba anual condicionada a que los salarios crecieran, en un determinado período, más que los precios. Y también un emplazamiento a la Anses para transferirles fondos a las provincias con cajas previsionales deficitarias, y para que se les pagara lo adeudado, en algunos casos desde hace muchos años, a los jubilados que tienen sentencias firmes, derivadas de juicios iniciados a causa del mal cálculo del haber inicial o de la insuficiente o nula actualización de los montos.
La ley fue rechazada por el Poder Ejecutivo por falta de previsiones sobre el financiamiento de las obligaciones que le iban a ser impuestas al Estado. El veto fue completo y hasta incluyó un artículo que solo ratificaba la modalidad de reajustes fijada por DNU y que el Gobierno ya está aplicando (reajustes por IPC y con frecuencia mensual).
Con el reajuste de octubre, el aumento nominal de los haberes en lo que va de 2024 llegará a 131,15%. Pero, para quienes menos cobran ese porcentaje es bastante más bajo; el ingreso conformado por el haber mínimo más el bono acumulará un alza de 97,4%, en el supuesto de que se pague un bono de $70.000.
En los primeros ocho meses del año, según el Indec, la inflación fue de 94,8%. En ese período los haberes jubilatorios propiamente dichos (sin bono) subieron nominalmente un 113,3%, mientras que el ingreso conformado por el básico más el refuerzo tuvo un alza de 83,8%. En el primer caso, el poder de compra respecto de diciembre resultó un 9,5% más alto en el octavo mes de este año (comparado contra el índice de precios del Indec, que no necesariamente refleja el gasto de cada hogar). Por el contrario, para los haberes más bajos (y a causa del congelamiento del bono), la capacidad adquisitiva fue un 5,6% más reducida. En ambos casos, la comparación es contra un período en el que los ingresos estaban muy deteriorados: solo en 2023, quienes cobran el haber mínimo perdieron un 14,2% de su poder de compra, y el resto de los jubilado, un 32,3% (quienes nunca percibieron refuerzo), o un 37,4% (quienes tuvieron un plus hasta agosto del año pasado y luego dejaron de cobrarlo).
Una condición que siempre tuvo el cobro del bono es que solo se debe percibir una prestación de hasta un haber mínimo: si se tiene jubilación y pensión, no hay plus. Según datos de la Subsecretaría de Seguridad Social, aproximadamente el 50% de los jubilados y pensionados del sistema contributivo cobró en junio el bono (el monto completo o un importe menor). Se trata de alrededor de 3 millones de personas.
El índice de 4,17% para octubre alcanza a las prestaciones no contributivas, como la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que el mes próximo será de $195.456. Estos beneficios estarían alcanzados por el bono de $70.000, si se confirmara su pago.
Además, tendrán un reajuste de 4,17% las prestaciones por hijo a cargo de diferentes grupos de trabajadores, desocupados y jubilados. En el caso de los empleados bajo relación de dependencia, según cuál sea el ingreso familiar del hogar donde viven los chicos, la asignación por hijo menor de 18 años será, aproximadamente, de $43.896; de $29.607; de $17.904, o de $9234.
También aumentan, en el caso de los asalariados, las remuneraciones mínima y máxima para el cálculo de los aportes al sistema jubilatorio, a la obra social y al PAMI, que suman en total el 17% del salario bruto

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Empresarios: cuando la desesperación deja paso a la preocupación
Juan Carlos de Pablo
Más de medio siglo de interactuar frecuentemente con dueños y altos ejecutivos de empresas me acredita para plantear el siguiente testimonio: cuando no venden, los empresarios se desesperan; mientras que cuando venden, se preocupan. La distinción no sorprende, pero desde el punto de vista de las decisiones es muy importante porque, para una empresa, la demanda es el comienzo de todo. ¿Qué sentido tiene producir, retener personal, acopiar materias primas, etc., cuando no se espera vender? De ahí la desesperación.
Cuando aparecen los pedidos, particularmente aquellos que son “en firme”, la desesperación se transforma en preocupación.
Preocupaciones, en plural, porque en la Argentina son de lo más variadas, por lo que me gusta decir que en nuestro país quien se aburre es porque está mal informado. ¿Conseguiré las materias primas, y a qué precio?; ¿se cortará el suministro de energía eléctrica?; ¿sufriré algún paro inesperado de mi personal o como consecuencia de aquellos que están fuera de mi control?; ¿me alcanzará el financiamiento?, etc.
El empresario que vende está lleno de preocupaciones, pero se siente mucho mejor que cuando no vende y está desesperado.
Porque el desafío que plantea la existencia de demanda encolumna las energías.
Pues bien, desde hace un buen número de semanas, la interacción con empresarios es nítida: hay cada vez menos desesperados y más preocupados.
En el plano numérico, lo que hoy está ocurriendo con el nivel de actividad recién se conocerá dentro de 30/45 días. Pero la contundencia es notoria y no solo habla de que, en el total, la caída se frenó allá por abril y mayo pasados, sino que la recuperación viene adquiriendo velocidad.
Recuperación
Es fácil generar interesantes preguntas retrospectivas y también prospectivas. Les dejo las primeras a los futuros historiadores. En cuanto a las segundas, referidas a la sostenibilidad de lo que se está observando, la velocidad futura, etc., contesto que, con precisión, solo Dios lo sabe.
Pero esta nunca es la cuestión, porque, como bien se dijo, “la cuestión no es qué va a pasar, sino qué hacemos, dado que no sabemos lo que va a pasar”.
Sin exagerar, y estando muy atento, juéguese a favor de la continuidad de la recuperación, no sea cosa que esta se produzca y usted les regale a sus competidores el aumento de la demanda.
¿Se puede equivocar? Claro, pero también se puede equivocar si opera al revés
La caída de la actividad se frenó allá por abril y mayo pasados

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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