sábado, 14 de septiembre de 2024

IMPENITENTES Y EDITORIAL


América tropical, tierra de portentos nunca vistos y maravillas que asombran
Si alguien puede cambiar de fecha la Navidad, detener erupciones volcánicas o alterar la hora, ¿por qué no se realizaría el milagro, humilde, de impedir que un pariente vaya a parar, extraditado, a una cárcel de EE.UU.?
Sergio Ramírez MADRID Exvicepresidente de Nicaragua; premio Cervantes

Nuestro trópico impenitente sigue siendo tierra de portentos nunca vistos y maravillas que asombran. Nicolás Maduro no solo es un prestidigitador de los mejores que nunca pudo llegar a tener el Dumbar Circus, capaz de vaciar las urnas electorales de votos verdaderos y llenarlas de votos falsos en un parpadear de ojos, para declararse ganador de unas elecciones que perdió. La insistencia en que enseñe las actas se vuelve un empeño tan inocente como pedirle al prestidigitador que enseñe el doble fondo de la chistera donde esconde las palomas.
Ahora, tras el fraude, ha ordenado que las Navidades comiencen en octubre, igual de poderoso que la sin par hechicera de El coloquio de los perros de Cervantes, la Camacha de Montilla, que “congelaba las nubes cuando quería, cubriendo con ellas la faz del sol, y cuando se le antojaba, volvía sereno el más turbado cielo”, y tornaba frígidas a las mujeres e impotentes a los hombres con solo rezar una oración a Santa Marta.
Maduro ya tenía desde antes la potestad de conversar con los pajaritos, y ahora lo hace con los renos de juguete que adornan el patio central del Palacio de Miraflores, donde ha mandado a instalar desde ahora el Nacimiento con el pesebre, los pastores, la mula y el buey. Nada extraño sería que ordenara también a los cielos una nevada sobre los cerros de Caracas, para que Santa Claus, cuando llegue en su trineo cargado de perniles, se encuentre en ambiente propicio.
No menos poderoso en artilugios fue el dictador de Guatemala Manuel Estrada Cabrera, que mandaba suspender por decreto las erupciones volcánicas, aunque el pregonero que leía en las esquinas el bando con la firma presidencial debía hacerlo a la luz de una lámpara porque las cenizas que llovían oscurecían el sol.
La desfachatez de la mentira oficial se ampara en el miedo de los corifeos a contradecir al caudillo, o en la sumisión empalagosa del servilismo, como cuando el dictador Porfirio Díaz, que se dormía de viejo sentado en la silla del águila, preguntaba al despertar qué hora era, y su obsequioso secretario le respondía: “Las que usted quiera, señor presidente”. El tirano lo puede todo. Puede también llenar las cárceles a su antojo, o vaciarlas cuando quiera para subir a los prisioneros a un avión y mandarlos destierro, como ha ocurrido de nuevo bajo la dictadura bicéfala en Nicaragua.
No importa que un país sea pequeño para albergar la más descomunal de las mentiras. Da para inventar canales interoceánicos que seducen a miles de incautos, como el que nunca se construyó en Nicaragua con falso patrocinio chino, con puertos gigantes en ambos océanos, ciudades turísticas en medio de la selva, supercarreteras adyacentes y aeropuertos mundiales. En la ruta del canal, los caballos siguen triscando la hierba de los potreros, como toda la vida.
O como la Bitcoin City de Bukele en El Salvador, una ciudad de rascacielos dorados como lingotes de oro, dispuestos de manera circular, como una moneda recién acuñada, alrededor de una plaza con una monumental B, emblema del bitcoin, con ferrocarriles de alta velocidad, puertos y aeropuertos, todo levantado en las faldas del volcán Conchagua, de cuyas entrañas saldrían los teravatios de energía suficientes para “minar” las criptomonedas. El volcán sigue allí, impasible, mirando al golfo de Fonseca, donde los pescadores se afanan tirando sus redes, como siempre, y volviendo a sus ranchos de paja al atardecer.
Pero hay portentos de portentos. Los de Honduras son más pedestres. De la vieja república bananera se ha pasado al moderno narcoEstado. Son los capos del cartel de los Cachiros quienes financian las campañas presidenciales y ponen y quitan presidentes, ministros, diputados y alcaldes. Los reyes de la coca coronados por el poder públial co en una función de opereta, con música bufa.
Un narcopresidente, Orlando Hernández, vinculado a los Cachiros, está cumpliendo condena en una cárcel federal de Estados Unidos. Y ahora tienen en jaque a la familia presidencial actual, la familia Zelaya, que es numerosa. Al menos 15 de sus miembros ocupaban cargos relevantes en el aparato de Estado.
La presidenta Xiomara Castro es la esposa del expresidente Manuel (Mel) Zelaya, derrocado por un golpe de Estado en 2009, y ambos presiden, lado a lado, las reuniones de gabinete. Su hijo, Héctor Zelaya, es el secretario privado de la presidencia, y su hija, Xiomara Zelaya, diputada al Congreso nacional. Su sobrino, José Manuel Zelaya, ministro de Defensa hasta hace poco, hijo de Carlos Zelaya, cuñado de la presidenta y hermano del expresidente consorte, era secretario del Congreso nacional, también hasta hace poco.
Hasta hace poco, porque el diputado Carlos Zelaya aparece como el protagonista principal de una reunión con jefes narcos hondureños celebrada en San Pedro Sula en noviembre de 2013, a la que concurrió en nombre de su hermano, jefe del partido Libertad y Refundación (Libre), en la que los capos comprometieron recursos para financiar la campaña electoral de su cuñada, la actual presidenta.
Al divulgarse el video grabado por uno de los jefe de los Cachiros, Devis Rivera, que ya estaba en tratos con la DEA, el cuñado renunció a su curul, y también tuvo que hacerlo su hijo, el ministro de Defensa, quien se había reunido poco antes en Caracas con Vladimir Padrino, su contraparte, sindicado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos por narcotráfico. Pero, de manera conveniente y oportuna, la tía y cuñada presidenta acababa de denunciar el tratado de extradición con Estados Unidos, en defensa del honor y la soberanía nacional mancilladas por el injerencismo extranjero. Dios, patria, orden. Y familia.
Si alguien puede cambiar de fechas las Navidades, detener las erupciones volcánicas y alterar a voluntad la hora en los relojes, ¿por qué no va a poder realizar el milagro más humilde de impedir que un pariente cercano y querido vaya a parar, extraditado, a una cárcel de Estados Unidos? No se requieren poderes mágicos. Solo hacen falta papel y pluma.
Hay portentos de portentos, los de Honduras son más pedestres; de la vieja república bananera se ha pasado al moderno narcoEstado. Son los capos del cartel de los Cachiros quienes financian las campañas presidenciales y ponen y quitan presidentes, ministros, diputados y alcaldes

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Cielos y pasajeros libres
Ni los gremios pueden seguir tomando a los usuarios de rehenes ni la ciudadanía debe cargar con una empresa que solo utiliza el 5% de la población

Pasajeros varados en el aeroparque metropolitano, entre la desesperación y el hartazgo
El secretario general de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Pablo Biró, había sido denunciado por el fiscal Carlos Stornelli por “conductas incitadoras a la violencia” en noviembre del año pasado. Frente a los anuncios preelectorales de Javier Milei de entregar Aerolíneas Argentinas (AA) a los trabajadores, la advertencia del sindicalista aeronáutico fue demoledora: “Nos va a tener que matar y cargar muertos”. Acérrimo opositor al desembarco de las líneas low cost, pronosticó también que cuando el Presidente viera los números de la compañía se sorprendería y daría marcha atrás con la idea.
Los gremios aeronáuticos, que denuncian una caída del 72% de sus salarios desde noviembre, hace ya meses que han tomado de rehenes a los pasajeros. Pasado el período de conciliación obligatoria dictado por el Gobierno para contar con el servicio durante las vacaciones de invierno, el derecho a la huelga está vigente, pero también la obligación de guardias mínimas que dispone la esencialidad de la actividad aeronáutica, pública y privada, establecida por las normas vigentes.
Las postergaciones de vuelos han convertido a los aeropuertos en campos minados de valijas y pasajeros, un caos descontrolado con graves perjuicios para todos los afectados, incluido el lucro cesante operativo para la compañía.
Sin guardias mínimas, las actividades en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza y en el Aeroparque Jorge Newbery se vieron totalmente paralizadas por nueve horas el viernes pasado luego de que las negociaciones salariales se frustraron ante el rechazo a la pauta salarial ofrecida. Unos 185 vuelos debieron reprogramarse y alrededor de 16.000 pasajeros sufrieron las consecuencias. Se estimó una pérdida de dos millones de dólares. Pilotos, copilotos y tripulantes que incumplieron sus tareas verán rebajadas sus remuneraciones.
El nuevo paro de 24 horas que arrancaría hoy al mediodía podría involucrar a más de 250 vuelos y perjudicar a 30.000 pasajeros, a quienes la empresa volvería a invitar a cambiar sus pasajes sin penalidad por ello. La Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA) y la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), que contemplan asambleas también para ese día, podrían afectar el servicio de Intercargo, otro de los actores que con frecuencia y sorpresivamente interrumpen actividades.
El Gobierno propone una política de cielos abiertos con libre competencia, algo habitual en el mundo. La falta de opciones en un país de enorme extensión convierte en rehenes de un sindicalismo violento y mafioso a quienes quieren viajar, con una oferta de conexiones limitada, aun cuando haya rutas menos rentables. Como era previsible, la ley que incluyó la desregulación del espacio aéreo, promulgada en julio pasado, enfureció a los gremialistas, que la consideran una entrega a empresas extranjeras con las que no se podrá competir y que conducirán a la desaparición de Aerolíneas Argentinas, además de poner en riesgo la seguridad, según afirman erróneamente.
Los paros y medidas de fuerza vuelven a poner sobre el tapete la posibilidad de modificar el estatus de la línea de bandera, cuya privatización había quedado descartada con la aprobación de la Ley Bases. De hecho, Fabián Lombardo, destacado y experimentado profesional a cargo de la presidencia de la compañía por mandato del gobierno de Milei, afirmó que varias líneas aéreas internacionales mostraron interés por comprarla.A pedido de la Secretaría de Transporte, accionista principal de AA, se demandará a los sindicatos y a sus autoridades: Juan Pablo Brey,de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), y Biró. Este último, desde 2019 único representante de los trabajadores en el directorio de la empresa estatal, podrá ser destituido luego de las acciones que iniciará la compañía, acusándolo de conducta desleal contra la propia aerolínea.
Las imágenes del periodista Alejandro Fantino enfurecido pidiendo no volar más en Aerolíneas Argentinas y responsabilizando a los líderes de APLA y AAA como quienes quieren que el país se venga abajo se viralizaron y alimentaron las polémicas. Atrás quedó el mentiroso relato kirchnerista cuando todos los ciudadanos sostenemos un servicio utilizado por menos del 5% de los argentinos. Como reiteradamente expusimos desde estas columnas, no es función del Estado el transporte aéreo. Tampoco pueden esgrimirse falsas razones de soberanía para restringir la competencia y seguir sosteniendo una empresa deficitaria, rebautizada “Aerorruinas Argentinas”, que la militancia y un nefasto sindicalismo local se empeñan en defender a costa de los contribuyentes para su propio beneficio. Cielos y pasajeros deben ser libres.
Las postergaciones de vuelos han convertido a los aeropuertos en campos minados de valijas y pasajeros
No pueden esgrimirse falsas razones de soberanía para restringir la competencia y seguir sosteniendo una línea aérea deficitaria, rebautizada “Aerorruinas Argentinas”

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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