Holograma: una tecnología de ciencia ficción que llega (finalmente) a la vida cotidiana
Hasta ahora, los hologramas pertenecían al ámbito la ciencia ficción o de experiencias exclusivas en parques temáticos. Sin embargo, gracias a una conjunción de logros, están cada vez más cerca de formar parte de nuestra vida cotidiana
Débora Slotnisky
Looking Glass Go es un portarretrato que usa una pantalla especial, capaz de mostrar una imagen 3D y ofrecer una sensación de volumen y profundidad sin necesidad de usar anteojos
“Los avances más significativos en esta tecnología incluyen la mejora en la eficiencia de los proyectores láser y el desarrollo de algoritmos de compresión de datos que permiten una transmisión más rápida y menos costosa de imágenes holográficas. Además, la miniaturización de los componentes y la reducción en los costos de producción de hardware han permitido que esta tecnología se vuelva más accesible para una variedad de aplicaciones. Por supuesto, siempre hay que tener en cuenta la incidencia de la luz y mientras la misma sea cuidada, mejor será la definición del holograma”, explica Gastón Abigador, Director de Innovación Tecnológica en Virtual World Experience, una agencia especializada en desarrollo experiencias mediante el uso de tecnologías como metaverso, mapping y hologramas, entre otros.
Nuevos casos de uso
La empresa holandesa Holoconnects, por ejemplo, lanzó pantallas holográficas impulsadas por inteligencia artificial (IA) llamadas Holobox para evolucionar la forma en que los usuarios interactúan con el contenido digital. En concreto, estas pantallas capturan la imagen de una persona u objetivo contra un fondo blanco y la proyectan en una caja especialmente diseñada. Esto crea un holograma tridimensional que se puede personalizar con gráficos y efectos de distinto tipo.
Una de las primeras aplicaciones de esta tecnología se da en la industria hotelera. La empresa está instalando sus dispositivos en 30 hoteles en Escandinavia para que los huéspedes realicen el check-in al interactuar con el holograma de conserjes que saludan, y luego el cliente sigue el proceso en formato de autoservicio, haciendo clics en un software hotelero.
Por supuesto, también se pueden recrear personajes en formato de holograma. Por caso, hace algunos años había un show con el holograma de Diego Armando Maradona, y es conocida la historia de Akihiko Kondo, el hombre que se casó con el holograma de una cantante virtual. Recientemente trascendió el caso de Alicia Framis, una mujer que usó un software para casarse con un holograma alimentado por inteligencia artificial y que combina ciertos rasgos de sus exparejas.
Alicia Framis contraerá matrimonio con un holograma
Otro caso prometedor es el de la telemedicina: las videoconsultas a través de smartphone o computadora están evolucionando en formato de holograma para que los médicos y sus pacientes puedan interactuar de una manera más realista. Entre los casos de referencia incipientes se encuentra el Hospital Regional Crescent en Lancaster, Texas, Estados Unidos, que lo utiliza para que los pacientes que viven en zonas lejanas puedan ser atendidos en tiempo real, sin necesidad de viajar a la ciudad.
Diego Pereyra, que es médico y Director Global de Salud en el proveedor de IT Softtek, opina que esta tecnología, que genera una imagen 3D con movimiento, permite superar la desventaja de la videoconsulta tradicional, donde puede haber falta de empatía y despersonalización, ya que los hologramas, al lograr una experiencia más inmersiva y natural, permiten mejorar la relación médico-paciente.
Incluso la startup israelí RealView Imaging desarrolló una tecnología llamada Digital Light Shaping, que le permite a los médicos ver el interior del corazón sin hacer una incisión, ya que este órgano se les presenta en forma de holograma para que el profesional pueda rotarlo, marcarlo, medirlo o lo que él desee, a través de comando de voz.
Las posibilidades de aplicación de esta tecnología son enormes: e-commerce, recitales, clases a distancia y hasta zoológicos son tan solo otros casos de usos. A propósito de esto último, el Hologram Zoo de Australia abrió sus puertas este año para ofrecer al público en general 50 exhibiciones realistas, desde dinosaurios hasta gorilas, creadas con láser.
Japón también está usando los hologramas pero para algo particular: hacer más difícil la falsificación del más reciente rediseño de sus billetes, la primera vez en 20 años que actualiza el aspecto del dinero en efectivo que circula por el país.
En todos los casos, y como explica Abigador, entre las ventajas de esta tecnología están que ofrece una experiencia más interactiva y realista, alto impacto y versatilidad, aunque también hay desventajas como el alto costo inicial. “A pesar de la reducción de las barreras económicas, la implementación inicial sigue siendo relativamente alta. A esto hay que sumarle las limitaciones técnicas, ya que la calidad del holograma puede verse afectada por las condiciones de iluminación y el entorno, lo que puede requerir ajustes adicionales”, agrega.
Por lo pronto, y como un paso mucho más modesto, el Looking Glass Go, un portarretrato que se vende a 300 dólares en EE,UU., y que puede mostrar un álbum de fotos 3D como hologramas, dando la sensación de que la superficie del portarretrato es una puerta hacia otro lugar. Incluso es posible crear un avatar 3D holográfico y usarlo para interactuar con ChatGPT.
Qué pasa en Argentina
Abigador sostiene que en nuestro país el uso de hologramas está en crecimiento, especialmente en la industria del entretenimiento. Sin embargo, Pereyra no observa lo mismo, ya estima que esta tecnología podría estar disponible en nuestro país para aplicarse en el campo de la salud en unos 5 a 10 años: “Su implementación requiere de una infraestructura tecnológica compleja, que incluye muchas cámaras de alta resolución y proyectores especiales, así como también un gran ancho de banda de internet que garantice una muy baja latencia, estabilidad y transmisión de datos en tiempo real, algo que podría llegar de la mano del despliegue de las redes 5G y 6G“. Pero eso no es todo, Pereyra señala que también es fundamental su interoperabilidad con el resto de los sistemas para poder conectar todo con todo, ya sea desde diagnósticos por imágenes como radiografías, resonancias y ecografías, hasta las historias clínicas electrónicas, así como también la capacitación de los médicos, que deberán desarrollar determinadas habilidades relacionadas con el uso de la tecnología en sí misma, pero también capacidades interpersonales para aprovechar esta tecnología en el contexto de la práctica profesional. “Por lo pronto, el sistema sanitario argentino enfrenta hoy otras prioridades -sintetiza- como la interoperabilidad, la digitalización de las historias clínicas y las regulaciones”.
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