Un repaso por algunos títulos que a dos décadas de su debut no pierden vigencia ni frescura

Diez grandes películas que cumplen veinte años, y que hay que volver a ver (o descubrir)
Million Dollar Baby, de Clint Eastwood, por el que Hilary Swank ganó el Oscar
Un repaso por algunos títulos que a dos décadas de su debut no pierden vigencia ni frescura
Martín Fernández Cruz
Los primeros años del siglo XXI fueron de esplendor en Hollywood. La aparición de una nueva camada de directores, junto a la vigencia de autores ya consagrados, formaron una combinación que le brindó a la industria un gran momento. Por ese motivo es que resulta extraño que durante 2004, se estrenaran diez grandes películas que vale la pena descubrir, o ver una vez más.
Como si fuera la primera vez: a fines de los 90, Adam Sandler protagonizó junto a Drew Barrymore El cantante de bodas, una de sus mejores películas. Varios años después, la misma dupla volvió a reunirse para una enorme comedia dramática, que una vez más, se convirtió en uno de los picos más altos en la carrera de ambos. En este film, la trama gira alrededor de una joven que sufre una forma de amnesia que le impide generar nuevos recuerdos posteriores al día en el que sufrió un traumático accidente. Por ese motivo, todos los recuerdos que genera a lo largo de un día pasan al olvido cuando se va a dormir. Su vida parece condenada a una rutina eterna hasta que un biólogo marino se enamora de ella, y se ve ante la compleja tarea de enamorarla una y otra vez. Aquí, la química entre Sandler y Barrymore funciona a la perfección, y una historia que tiene innegables sesgos de dramatismo, en las manos de esta dupla se convierte en una comedia perfecta, que evita los golpes bajos y hace de las posibles lágrimas, una conmovedora sonrisa. Disponible en Max.

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos: luego de una prestigiosa carrera en el mundo de los videoclips, Michel Gondry se lanzó al cine con este título que causó un gran impacto en el público. La película hace foco en Joel (Jim Carrey) y Clementine (Kate Winslet), quienes sienten una conexión inmediata apenas se conocen, sin saber que entre ellos existió un pasado en común. Rápidamente, el film se desenvuelve y revela que Joel y Clementine fueron pareja, y que frente a la imposibilidad de superar las cicatrices que dejó el fin de esa relación, él decidió someterse a una terapia para eliminar los recuerdos de ese noviazgo. Eterno resplandor de una mente sin recuerdos es una pieza que juega con las formas para desarrollar su contenido, y que explora de manera muy ingeniosa el dolor que puede significar un desamor. Disponible en Max y en Prime Video.

Antes del atardecer: en 1995, Ethan Hawke, Julie Delpy y el director Richard Linklater, hicieron juntos Antes del amanecer, sobre dos jóvenes que vivían una noche juntos para luego jamás reencontrarse. Y el mismo trío, nueve años después, se animó a crear una secuela para contar qué pasaba con esos mismos personajes cuando se veían una vez más. Mediante de esa propuesta, Linklater llevó adelante un ensayo sobre el amor a los treinta, que se convirtió en una pieza fundamental del cine. Jesse y Celine recorren las calles de París, charlan sobre absolutamente todo aquello que los atraviesa, descubren una sensibilidad en común, y confirman que la prolongada lejanía no los hizo extraños, sino todo lo contrario. Antes del atardecer no solo es la mejor de la trilogía (que luego continuó con Antes del anochecer), sino que también es una de las películas más perfectas jamás realizadas. Disponible en Max.

Golpes del destino: con poco más de 70 años, Clint Eastwood se metió en el mundo del boxeo, para contar la trágica saga de Maggie Fitzgerald (Hilary Swank), una joven aspirante a boxeadora que demuestra un feroz talento para ese deporte. Aunque inicialmente se niega a recibirla, el entrenador Frankie Dunn (Eastwood) comienza a prepararla para una carrera que lleva a Maggie hacia lo más alto, hasta que un revés del destino le da un vuelco completo a su vida. Este film fue uno de los mayores aciertos de Clint en el siglo XXI, un éxito que confirmó su talento inoxidable y su firme pulso para llevar adelante un dramático relato. Disponible en Max.

Spider-Man 2: la secuela del largometraje dirigido por Sam Raimi superó a su antecesora y llevó al arácnido hacia una madurez, que el cine de superhéroes rara vez supo (o quiso) volver a reflejar. Esta vez, Peter Parker (Tobey Maguire) debe medir sus fuerzas contra el Doctor Octopus (Alfred Molina), mientras intenta resolver si debe o no apostar por el amor que siente por Mary Jane (Kirsten Dunst). Esa premisa, tan sencilla en apariencia, sirve para adentrarse en las inseguridades de Spidey, el conflicto emocional que le significa ser un superhéroe, y por qué su vida privada puede ser más importante que derrotar al villano de turno. A través de ese planteo, Raimi captura la esencia de este carismático personaje, siéndole fiel a los lineamientos trazados por sus creadores, Stan Lee y Steve Ditko. Disponible en Max y en Prime Video.

La nueva gran estafa: en la primera película de esta saga, George Clooney, Brad Pitt, Matt Damon y el director Steven Soderbergh entre otros, se reunían para divertirse y contar una historia de ladrones relajados, que siempre estaban un paso por delante de sus rivales. Esa frescura que hizo de La gran estafa un éxito, derivó en esta secuela que a pesar de no ser tan redonda, funciona igual de bien. El robo es más grande, las trampas más ingeniosas y el objetivo más difícil, pero eso importa poco frente al encantador desparpajo de todos sus protagonistas. Disponible en Max.

El amanecer de los muertos: el primer largometraje de Zack Snyder (¿quizá el mejor?) es una brillante remake del clásico de George A. Romero. En medio de un apocalipsis zombi, un grupo de sobrevivientes se atrinchera en un shopping, sin saber que ese refugio pronto se convertirá en una trampa mortal cuando los no muertos comiencen a arremolinarse alrededor del gigantesco edificio. Fiel al espíritu de Romero, esta versión de El amanecer de los muertos pesa tanto por su fábula social como por el desfile de vísceras, y en eso puede que haya tenido mucho que ver el afilado guion de James Gunn (futuro director de Guardianes de la Galaxia), quien por esa época aún era uno de los secretos mejor guardados de Hollywood. Disponible en Max.

Diario de una pasión: basada en la novela de Nicholas Sparks, este film comienza con un hombre de avanzada edad, que le cuenta a su esposa una profunda historia de amor. De esa forma la trama se posa en Noah y Allie, dos jóvenes que durante los años 40 protagonizan un idílico romance al que no le faltan los obstáculos ni los terceros en discordia. Hay lágrimas, hay pasiones desmedidas, y hay mucho Ryan Gosling y Rachel McAdams, quienes durante el rodaje no se llevaron nada bien, para luego terminar enamorándose tanto como sus personajes. Y por todo esto es que Diario de una pasión se convirtió en el relato de amor por excelencia, para toda una generación. Disponible en Max.

Hellboy: el realizador Guillermo del Toro, amante de las historietas y los monstruos encantadores, se adueña del universo Hellboy y dirige esta poderosa aventura. El héroe del título es un demonio invocado por los nazis, pero que termina siendo educado por los Aliados hasta convertirse en la mayor defensa de la humanidad contra las amenazas sobrenaturales. En ese rol, Hellboy (Ron Perlman) se enfrentará a poderosos rivales, a los que deberá derrotar junto a la ayuda de sus compañeros, Liz Sherman (Selma Blair), una mujer capaz de dominar el fuego, y Abe Sapien (Doug Jones), un hombre-pez de gran intelecto y destreza formidable. Al momento de su estreno, Hellboy fue una grata sorpresa, y Del Toro en la dirección de este proyecto supo trasladar a la pantalla con gran imaginación, el particular folclore de este atípico justiciero. Disponible en Max y en Prime Video.

Troya: en este largometraje, Brad Pitt, Eric Bana y Orlando Bloom juegan a La ilíada con una solemnidad impostada que desparrama un inesperado encanto. Troya fue una apuesta de Hollywood por el olvidado género de aventuras griegas, y un film que gracias al peso de sus actores y a la ambición de su puesta en escena terminó por convertirse en uno de los mayores sucesos de 2004. La brutalidad de las peleas cuerpo a cuerpo, las impactantes escenas de guerra y la reconstrucción del imponente Caballo de Troya, son algunos de los ingredientes que hicieron de este título un suceso. A pesar de éxito en materia financiera, con el paso del tiempo muchos de sus protagonistas recordaron este proyecto de manera agridulce. Disponible en Max y en Prime Video.

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