viernes, 27 de septiembre de 2024

JUSTICIA Y TRANSICIÓN


Se traba la llegada de Lijo y la Corte se prepara para actuar con tres jueces
En la Casa Rosada reconocen que se empantanaron las tratativas por el juez y por García-Mansilla; la pulseada con el kirchnerismo quedó en un impasse
Paz Rodríguez Niell y Maia JastreblanskyAriel Lijo quedó más lejos de sumarse a la Corte 
Los trámites para nombrar al juez federal Ariel Lijo y al catedrático Manuel García-Mansilla están trabados, y la Corte Suprema se prepara para funcionar a partir de enero con tres jueces. Todo un desafío para un tribunal que está partido y que necesitará unanimidad para dictar cada fallo, porque si no la consigue, deberá recurrir a conjueces. El peligro más grave es la parálisis; que las causas se demoren al infinito.
Los pliegos de los dos candidatos de Javier Milei para la Corte quedaron frenados en el Senado hace algunos días, según reconocen fuentes parlamentarias, del Gobierno y del kirchnerismo. En la Casa Rosada, los laderos del Presidente siempre se mostraron confiados en poder conseguir dictamen en la Comisión de Acuerdos de la Cámara alta. Pero en las últimas horas el optimismo en Balcarce 50 se desinfló completamente. “Está trabado”, reconocieron a muy cerca de Milei. la nacion
En la misma línea, en el juzgado de Lijo, en los tribunales de Comodoro Py, ya no se respira el vértigo de hace algunas semanas. Tanto es así que el juez viene de tomarse unos días de licencia, los primeros en mucho tiempo, dicen en su entorno. “No hay nada más que yo pueda hacer”, le dijo Lijo a un interlocutor que le preguntó por su futuro. En los tribunales cuentan que el juez es consciente de que la negociación de su pliego está empantanada y de que si no se destraba rápido, será difícil que su nombramiento salga el año próximo, que es electoral.
El 29 de diciembre próximo, Juan Carlos Maqueda cumple 75 años y deja la Corte. Si no hay avances antes de esa fecha, el máximo tribunal quedará conformado por tres miembros: Horacio Rosatti –que ayer fue reelecto como presidente de la Corte–, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti. Este último –que se abstuvo de revalidar a Rosatti y está en minoría dentro del tribunal– es el principal promotor de la candidatura de Lijo, según reconoció el propio ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona. En el oficialismo reconocen a Cristina Kirchner como contraparte ineludible de cualquier negociación para integrar el máximo tribunal. Ella controla una porción muy importante de los bloques Frente Nacional y Popular y Unidad Ciudadana, votos imprescindibles para alcanzar los dos tercios que los pliegos necesitan en la Cámara alta. Si bien Milei, en la última reunión de “agenda parlamentaria” que encabezó en la Casa Rosada, les aseguró a legisladores propios y aliados que no existe acuerdo alguno con el kirchnerismo por la cuestión de la Corte, desde hace varias semanas el Gobierno y el Instituto Patria están, tácitamente, en la discusión sobre qué va primero.
El Gobierno quiere que se aprueben los pliegos de Lijo y GarcíaMansilla para, recién allí, habilitar cualquier otra discusión sobre la ampliación del máximo tribunal y otros cargos sensibles en la Justicia. Y el kirchnerismo pretende, antes de avalar a los candidatos del Poder Ejecutivo, que haya una ley que amplíe la Corte Suprema y que garantice que habrá más sillas disponibles. En esas vacantes –se especuló con un tribunal de nueve miembros, el modelo estadounidense– la expresidenta quisiera impulsar a dos mujeres más afines a su sector. Es la historia del huevo o la gallina.
“Lo que quiere Cristina es la ampliación de la Corte. Nosotros no vamos a ceder. Estamos dispuestos a discutir la ampliación de la Corte si ellos primero nos aprueban los pliegos”, dijeron en la Casa Rosada.
El principal operador e interlocutor de la Casa Rosada para la cuestión de la Corte es el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, un hombre del riñón del estratega Santiago Caputo. Durante los últimos meses, el segundo de Cúneo Libarona pasó largas horas en el despacho del jefe del bloque libertario, Ezequiel Atauche, para sumar firmas en la Comisión de Acuerdos. Según fuentes del oficialismo, el pliego de Lijo llegó a sumar siete de las nueve firmas que necesita para pasar a la votación en el recinto, mientras que el de García-Mansilla cosechó varios avales menos.
Pero hace poco más de una semana, Amerio, súbitamente, dejó de trajinar el Senado y todo quedó en un impasse. Además de tocar las puertas de los despachos en la Cámara alta, el viceministro de Justicia conoce a su antecesor en el cargo, el actual ministro de Justicia bonaerense, Juan Martín Mena, hombre de extrema confianza de Cristina para los asuntos tribunalicios.
Un factor que podría afectar el escenario en los próximos días es el fallo que dictará la Cámara de Casación en el caso Vialidad, en el que Cristina Kirchner está condenada a seis años de prisión. Una confirmación de su condena tensaría cualquier posible conversación, analizan en los tribunales. El Gobierno, en cambio, cree con optimismo que podría abrir una oportunidad. “Si Cristina recibe un fallo adverso en la causa Vialidad, ella debería ser la primera interesada en que salgan los pliegos de Lijo y García-Mansilla para cambiar a esta Corte”, señalaron cerca de Milei.
En la UCR y Pro hablan de la necesidad de un gran acuerdo para destrabar los nombramientos. “El problema es que hoy no hay interlocutores confiables para negociar algo así”, dijo un senador.
El 29 de diciembre próximo, cuando Maqueda cumpla 75 años, en la Corte quedarán Rosatti, Rosenkrantz y Lorenzetti. Hasta ahora, Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda forman una mayoría capaz de dictar sentencias sin Lorenzetti. Eso cambiará a fin de año. Para tomar cualquier decisión jurisdiccional, la Corte requiere como mínimo tres votos en el mismo sentido (si son dos contra uno, no hay fallo). Por eso, Lorenzetti recupera poder, pese a que sigue en minoría.
Si no se ponen de acuerdo, deben convocar para ese caso a un conjuez. Se elige por sorteo entre los presidentes de las cámaras federales de apelaciones de todo el país. A quien salga sorteado se lo nombra para intervenir en el caso concreto en el que la Corte no haya podido formar una mayoría. Pero la necesidad de los tres jueces rige solo en materia jurisdiccional (de fallos), para las cuestiones administrativas y de superintendencia (como designaciones, licencias, cuestiones internas de la Corte) basta con dos firmas porque así lo dejaron establecido Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda en una resolución de abril de este año, previendo el escenario de Corte reducida que se avecina. Es decir que ese tipo de decisiones sí pueden tomarlas Rosatti y Rosenkrantz solos.
Un político que conoce como pocos la Justicia dijo a la nacion: “Con una Corte de tres se van a paralizar muchas causas. Y volverá una exteriorización de las peleas”. Ya hubo una Corte de tres con Lorenzetti, Maqueda y Elena Highton, pero por entonces ellos convivían en armonía con Lorenzetti como presidente.
Esta mañana, Lorenzetti habló de una “Corte de transición”, aunque subrayó que los grandes lineamientos de la Corte en materia jurisdiccional se mantienen (dijo que vienen de cuando él era presidente). En una entrevista con Radio Mitre, relató que ayer les planteó a sus pares que necesitarán “conversar” y “consensuar”. Un objetivo difícil cuando la relación Rosatti-Lorenzetti está rota.
En la Casa Rosada reconocen que lo más probable es que se termine en una Corte de tres, pero no quieren ceder con su pretensión de que, antes que cualquier otra cosa, se voten los pliegos de Lijo y García-Mansilla en conjunto. “Los pliegos que mandamos van a seguir ahí hasta la eternidad. Si el Senado no los aprueba habrá una Corte de tres y será un papelón. No está bueno para nadie”, señalaron en Balcarce 50.
Lorenzetti dijo que ya prácticamente están en una “Corte de tres”, pero advirtió que no es la primera vez que los pliegos para jueces del máximo tribunal se traban. Dijo que también había pasado con Rosatti y Rosenkrantz, que finalmente fueron nombrados, y sostuvo que a ellos dos también los habían criticado mucho (como a Lijo, pareció sugerir, aunque no lo nombró). Lorenzetti, que apadrina con mucho entusiasmo –y gestiones– la candidatura de Lijo, pidió tener “una mirada más amplia” y dejó una advertencia: “Si pasamos de tres a cinco, habrá que volver a elegir las autoridades”.

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Lorenzetti dijo que este tribunal es de “transición”
Pidió “serenidad” para la discusión sobre Lijo y García-Mansilla, y advirtió que, si asumen, “habrá que elegir autoridades de nuevo”
El juez de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti aseguró que la actual composición del tribunal es “de transición”, en medio del intento del Gobierno por introducir a Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla como nuevos integrantes. Es que en diciembre, cuando se jubile Juan Carlos Maqueda, quedarán tres miembros, lo que para Lorenzetti es un panorama “difícil” porque deberá requerir mayor nivel de acuerdos y concentrará en Horacio Rosatti (reelegido anteayer presidente del cuerpo), Carlos Rosenkrantz y él todo el poder para decidir “los grandes temas”.
Pese a invocar ese espíritu acuerdista, Lorenzetti les envió un mensaje a Rosatti y Rosenkrantz, que junto a Maqueda conformaron una mayoría que lo relegó en las decisiones del tribunal durante los últimos años. “Si ingresan dos miembros nuevos, pasamos de tres a cinco y habrá que elegir de nuevo autoridades”, dijo el ministro, que presidió la Corte durante una década, hasta 2018, y que con el ingreso de los candidatos del Gobierno busca un nuevo equilibrio de poder en el tribunal. “Cuando entren los nuevos ministros, elegiremos, discutiremos”, completó.
Lorenzetti indicó además que hay que darle tiempo a la discusión de las incorporaciones que quiere hacer el gobierno de Javier Milei, debido a que a lo largo de la historia siempre los candidatos fueron duramente cuestionados, pero después terminaron por ingresar al máximo tribunal. Por eso pidió “serenidad” y dejar “que las instituciones funcionen”. El juez Lijo, al que apadrina, recibió múltiples objeciones para acceder al máximo tribunal, tanto por su escasa formación académica como por su crecimiento patrimonial, su manejo de las causas sensibles para el poder y el hecho de que fue postulado para ocupar la vacante que dejó una mujer, Elena Highton.
“Estamos en una Corte de tres, es una Corte de transición en el punto de vista interno, no en los fallos.
Quedamos prácticamente tres porque Maqueda se está yendo, le queda muy poco tiempo. Funcionar con una Corte de tres es difícil”, aseguró Lorenzetti en Radio Mitre. En ese sentido, recordó que en 2015, cuando se fue Carlos Fayt y asumió Mauricio Macri como presidente, hubo un largo tiempo en que el tribunal funcionó con tres miembros hasta que llegaron Rosatti y Rosenkrantz.
Entonces, marcó que esa situación requiere “muchos acuerdos” y conversaciones. “Por eso ayer [por anteayer] estuvimos con esta idea de designar autoridades y dijimos: ‘Vamos a trabajar en conjunto, a tratar de consensuar’”, expuso el juez, pese a que se abstuvo en la votación y no apoyó la reelección de Rosatti.
“No es tan relevante hablar de poder interno, sino darle tranquilidad a la población de que la interpretación de la Corte de los derechos se mantiene”, indicó. Días atrás, durante la cena anual de Poder Ciudadano, Rosatti le había dedicado una crítica directa, aunque sin nombrarlo, al afirmar que la Corte pasó de un modelo personalista, concentrado, a un modelo colegiado, que contribuyó a la transparencia del tribunal. En tren de defender a Lijo, Lorenzetti comparó la polémica actual con la que se dio cuando Mauricio Macri postuló a Rosatti y Rosenkrantz. “Tenemos una gran tendencia a discutir siempre lo mismo. Cuando fueron propuestos Rosenkrantz y Rosatti fue similar. Primero, por qué proponían a dos varones. Y... es una decisión del Presidente. ¡Cómo repetimos! En realidad, debería proponerse una mujer, siempre lo sostuvimos, pero es una facultad presidencial y no una obligación”, afirmó. Un mes atrás, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, reconoció públicamente que Lorenzetti le propuso a Milei el nombre de Lijo. El juez no mencionó eso ni fue consultado al respecto.
Convencido de que una cosa es el proceso previo y otra es ser integrantes de la Corte, el juez opinó sobre los nuevos postulantes: “Que se critique a los nominados es bueno, que se haga con transparencia. Es un diálogo natural, lleva tiempo, se discute. Hay que tener serenidad y dejar que las instituciones funcionen”.


La ucr pide que sea una mujer
La UCR ratificó su reclamo para que una mujer integre la Corte, justo cuando los pliegos de Ariel Lijo y Manuel GarcíaMansilla están trabados en el Senado. Así lo decidió ayer la mesa de conducción del Comité Nacional de la UCR, que encabeza Martín Lousteau. También estuvieron Inés Brizuela y Doria, Luis Naidenoff y Pamela Verasay.


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