sábado, 1 de junio de 2024

EDUCACIÓN...CUESTA ABAJO..Y EL ESCENARIO


Pruebas Aprender: desde hace 10 años, sigue estancado el mal desempeño en matemática
El gobierno presentó los resultados definitivos de las evaluaciones a estudiantes de sexto grado de escuelas públicas y privadas de todo el país; en lengua uno de cada tres alumnos no alcanza los niveles esperados de aprendizaje31 de mayo de 202409:45
Lucila Marin

a mitad de los estudiantes de sexto grado (48,6%) no alcanza el nivel esperado en matemática
El Gobierno nacional difundió los resultados definitivos de las pruebas Aprender 2023. En diciembre pasado, el Ministerio de Educación que estaba a cargo, Jaime Perczyk, hizo una presentación fuera de calendario en la que se informaron datos preliminares.
Esta vez, para llegar a la base definitiva, se agregaron 4003 casos y la versión final no presentó cambios significativos: apenas una variación del 0,4% respecto del reporte anterior, según el informe final de la Secretaría de Educación de la Nación, que encabeza hoy Carlos Torrendell.

Fuente: Ministerio de Capital Humano

A su vez, informaron que, en una revisión histórica desde 2013, identificaron una inconsistencia en los datos de 2021. “Fue un error técnico. No tenemos ningún tipo de evidencia para afirmar que fue intencional”, aclaró María Cortelezzi, subsecretaria de Evaluación en Información Educativa que señaló que se le informó a la gestión anterior sobre el fallo en el procesamiento de la base de datos de ese año, así como también a los ministros jurisdiccionales a quienes les entregaron un informe.
El mayor impacto fue en lengua. Originalmente, entre 2018 y 2021 la diferencia de estudiantes que se ubicaban en los dos niveles más bajos era de casi 20 puntos porcentuales. En 2018, 24,7% no alcanzaba el nivel satisfactorio y en 2021 esa proporción era del 44%. Con los resultados de 2021 corregidos la proporción de estudiantes en los dos niveles más bajos es menor: la diferencia entre 2018 y 2021 es de menos de 5 puntos porcentuales (4,4) y no de 19,3, como se había publicado originalmente. En 2018, 24,7% no alcanzaba el nivel satisfactorio y en 2021 la proporción es de 29,1%.
“Es una política de Estado fundamental. Hace 30 años que tenemos evaluaciones que hoy cuentan con legitimidad indiscutida. Esperamos que Aprender siga siendo esa información que habilite reflexiones”, apuntó Cortelezzi. Las pruebas Aprender son el dispositivo nacional de evaluación de los aprendizajes en lengua y matemática de los estudiantes argentinos
Destacaron, a su vez, que uno de los objetivos de la gestión es fortalecer los procesos de evaluación y los controles de calidad. En ese sentido, entre otras medidas, proponen una revisión externa de los procesos y resultados previo a la publicación.

Fuente: Ministerio de Capital Humano
Resultados
La mitad de los estudiantes de sexto grado (48,6%) no alcanza el nivel esperado en matemática. Mientras que en lengua no lo logran uno de cada tres (33,6%). Estos resultados evidencian una desmejora respecto de 2022.
En esta última asignatura, los estudiantes mejoraron con respecto de 2013. Aunque el progreso que muestran los datos entre ese año y 2018 se ha revertido y esta última foto representa un deterioro desde 2021. En matemática no se han conseguido cambios significativos en los últimos 10 años y los resultados reflejan un estancamiento, además de una tendencia a la caída de los estudiantes que alcanzan el nivel avanzado.
“La evaluación continúa siendo una herramienta de producción de información valiosa. La información y los recursos tiene que servir para implementar mejoras”, consideró Torrendell. Y agregó: “Estamos desafiados a seguir mejorando las políticas de evaluación”.
Remarcó que uno de los problemas de la educación de hoy es la dispersión. “El formato es por agregación, se van sumando materias. Algo análogo pasa con las políticas educativas y así llegamos a 170 programas educativos, algo inmanejable”, describió.
En ese sentido, señaló que uno de los movimientos que está intentando llevar adelante en su gestión es “focalizar” y bajo esa lógica definió al Plan de Alfabetización como una “política focalizada acordada con todas las provincias”. El martes pasado, las 24 jurisdicciones del país aprobaron de manera unánime el Compromiso Federal por la Alfabetización por lo que el programa que cada una de las provincias había presentado en la reunión anterior quedó “enhebrado” en el nacional que, según dijeron, será también prioridad en otras áreas del Ministerio de Capital Humano. “En un contexto de dificultades socioeconómicas es muy importante avanzar en la alfabetización”, afirmó Torrendell.
Con el objetivo de conocer y analizar las dimensiones vinculadas con el proceso de alfabetización, en noviembre próximo se evaluará a los alumnos de tercer grado en el área de lengua. Esta nueva evaluación –bienal, de carácter muestral y por jurisdicción– no reemplazará a la que se realiza en sexto grado, será complementaria. La última prueba Aprender para ese nivel se realizó en 2016. Además, en octubre próximo se realizarán las de la secundaria.
Gestión pública y privada
Los resultados de lengua y matemática mejoran en las escuelas de gestión privada. En el caso de la primera, un 15,9% de los alumnos de los establecimientos privados no alcanzan el nivel deseado, mientras que en el caso de los estatales, la cifra asciende a 39,9%. En matemática, son 55,1% los chicos de escuelas públicas quienes se encuentran por debajo del nivel satisfactorio, mientras que en las privadas son 30,5%.
La desigualdad también queda expuesta al analizar los resultados por niveles socioeconómicos. A mayor poder adquisitivo, mejores son los resultados.
En lengua, un 50,2% de los estudiantes del nivel socioeconómico bajo se ubica en los dos niveles de desempeño alto: satisfactorio y avanzado. Mientras que para los de niveles socioeconómicos altos, la cifra asciende a 82,4%. Hay 32 puntos porcentuales de diferencia entre ambos. Para matemática, apenas el 38,6% de los alumnos de nivel social bajo alcanza los niveles de desempeño más alto cuando en los de sectores altos la cifra asciende al 70,1%.
En el informe presentado, además, analizaron otros factores que influyen en el desempeño de los estudiantes. En ambas asignaturas, por ejemplo, a mayor antigüedad del directivo en la escuela, mejor es la performance de los alumnos.
El informe también concluye que no se observa una relación entre la cantidad de horas que asisten los estudiantes a la escuela y su nivel de desempeño. “Debemos acompañar con mejores recursos físicos y didácticos las horas en la escuela y repensar cómo acompañar a los directivos”, consideró Cortelezzi.

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Una catástrofe educativa que ningún político termina de “humanizar”
María Elena Polack
Entre 2013 y 2023 se sucedieron tres gobiernos nacionales, dos del mismo signo político y uno distinto. Lo único casi invariable fueron las malas notas obtenidas por los alumnos en lengua y matemática en sexto grado del nivel primario.
Prácticamente no hubo diferencias entre los resultados de las evaluaciones en la segunda presidencia de Cristina Kirchner, en la única de Mauricio Macri –que las bautizó Aprender e incluso convirtió en bienales para cada nivel– y la de Alberto Fernández, que casi lidera el récord mundial de días sin presencialidad en las escuelas por las restricciones que impuso frente a la pandemia de Covid.
También lo único casi invariable entre 2013 y 2023 fueron las cúpulas de los gremios docentes, que, además, siempre han tenido férreas actitudes en favor de mejorar sus condiciones laborales, pero han esquivado responder por qué en las aulas sus alumnos no adquieren los saberes más que vitales para la vida adulta.
La única metodología de los gremios es el paro en reclamo de mejoras laborales, pero no han desarrollado iniciativas para autoevaluarse ni definir dónde fallan en su metodología frente a sus alumnos.
Lo paradójico de estos resultados desfavorables de las pruebas Aprender 2023, que se habían difundido preliminarmente en diciembre y ahora son definitivos, es que todos los políticos han manifestado en esta década lo mismo que en las anteriores y lo que prometerán para las próximas: la educación es clave para el desarrollo del país.
Lo único distinto en estos 10 años es que desde diciembre pasado el ministerio nacional fue degradado a secretaría, aunque el diálogo con las provincias que definen en forma autónoma sus políticas se sucede con cierta armonía. De hecho, esta misma semana acordaron avanzar en un Compromiso Federal por la Alfabetización. Ya ningún distrito, con tantas evaluaciones a disposición, puede dejar de intentar mejorar la situación de los estudiantes argentinos.
Pero ningún dirigente termina de “humanizar” esas evaluaciones de aprendizaje. No le ponen nombre y apellido a la catástrofe. Eso sí pueden hacerlo los docentes que cotidianamente y desde hace años ven pasar por sus aulas las dificultades de sus alumnos para entender consignas.
¿Alguien piensa qué pasó con aquel chico de 6º grado de 2013 que no comprendía lo que leía y no podía resolver cálculos? Pasaron 10 años, ¿alguien cree que está, como debería por una cuestión temporal, terminando una carrera universitaria? ¿Alguien piensa poner el foco en el estudiante real detrás de las malas notas?

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