lunes, 15 de julio de 2024

CAMBIOS EN LA JUSTICIA Y REGIÓN


Abren un diálogo por la posible ampliación de la Corte
Es entre el Senado y el Gobierno; ocurre en medio del caso Lijo.
Gustavo Ybarra y Hernán CappielloMilei, entre los cuatro jueces de la Corte y los postulantes Lijo y García-Mansilla
En medio de la discusión para aprobar los pliegos del juez federal Ariel Lijo y del académico Manuel GarcíaMansilla como nuevos jueces de la Corte Suprema de Justicia, se abrió una nueva instancia de conversación a partir de la idea que anida en sectores del gobierno de ampliar el número de jueces del máximo tribunal. La iniciativa, que empezó a caminar desde la Casa Rosada y llegó al Congreso, entusiasma a senadores peronistas que pretenden que la negociación se amplíe e incluya el cargo del procurador general de la Nación, el defensor del Pueblo y hasta sensibles asientos de los juzgados federales vacantes en Comodoro Py 2002. Fuentes de la Justicia Federal, del Senado y de la Casa Rosada dijeron a que la nacion en los tres poderes del Estado hay voluntad y deseo de que se amplíe el diálogo.
El asunto cobró entidad hace dos semanas cuando el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, deslizó la idea de ampliar el número de integrantes de la Corte. Hoy son cinco, pero en la realidad son cuatro, ya que no se cubrió la vacante de Elena Highton. La idea sería ampliar la Corte, lo que permitiría también cumplir con las expectativas de que haya una mujer, ya que las candidaturas de Lijo y García-Mansilla obturaron esa posibilidad. En el Gobierno reconocen que Francos, el principal articulador político de Javier Milei, ve con buenos ojos esta iniciativa, aunque no hay un proyecto concreto. El plan, que fue conversado informalmente, le da una solución al problema del cupo femenino y otros beneficios al diálogo político.
Las fuentes del Gobierno se preocupan por aclarar que la iniciativa de ampliar la Corte no es parte de la misma negociación para conseguir los votos para Lijo y García-Mansilla. A pesar del optimismo inicial acerca de que estaban los votos garantizados para que ambos pliegos tuvieran el apoyo de los dos tercios de los senadores, ahora el panorama es mucho más espinoso. Depende de con quién se hable, ya se garantizaron los votos o no. Por eso algunos creen que el oficialismo se vería forzado a revisar su criterio.
El propio Lijo y su padrino político, el juez de la Corte Ricardo Lorenzetti, se ocuparon de conversar con senadores y gobernadores para conseguir los apoyos necesarios. Francos, como articulador político del Gobierno, obviamente está alcanzado por estos temas, aunque la negociación por los pliegos no la está llevando directamente.
En la Cámara alta, se habla de los pliegos como un tema tabú. Sin embargo, el muro de silencio que rodea a los senadores muestra algunas grietas por las que se filtran algunos datos.
En las últimas semanas, como consignó la nacion, la suerte de Lijo y García-Mansilla comenzó a complicarse. La orden del Gobierno de que deben tener acuerdo “los dos o ninguno” prendió luces de alarma en los tableros políticos, ya que el catedrático de la Universidad Austral no estaría alcanzando los dos tercios por su postura contraria al aborto. Y si no pasa él, tampoco pasaría el juez federal.
Ante este escenario, en el Senado comenzaron a circular las versiones sobre la posibilidad de incluir los pliegos de la Corte dentro de un paquete mucho más amplio en el que se incluirían cargos judiciales para todas las fuerzas políticas.
La torta para repartir incluiría nuevos cargos en el máximo tribunal de justicia del país, producto de una ampliación de la Corte
Suprema a un número que, por el momento, nadie sabe precisar. Para eso se necesita una ley, que se aprueba por mayoría simple, y hay un proyecto vigente, aprobado por el Senado por impulso de Cristina Kirchner, que eleva a 15 el número de jueces supremos.
El cambio de escenario, con la posibilidad de ampliar la Corte y sumar el cargo al paquete de conversaciones, generó ilusión en algunos magistrados que no ocultan sus deseos de ser tenidos en cuenta para esos lugares, como Mariano Borinsky o el siempre candidato Ignacio Mahiques, fiscal de la Ciudad e hijo del camarista de Casación Carlos Mahiques. De hecho, Borinsky tiene previsto viajar el 19 de agosto a Roma para ser recibido por el Papa, a raíz de su rol en la reforma del Código Penal. Va acompañado de la jueza María Eugenia Capuchetti, que integra esa comisión reformadora, y el juez de la Cámara de Casación Daniel Petrone, que trabaja en la implementación del nuevo Código Procesal acusatorio. Borinsky pretende venir con la bendición papal, en caso de que prosperen sus aspiraciones.
En la mesa de negociación se pondría también la elección del jefe de los fiscales, el procurador general de la Nación, y del defensor del Pueblo. Se trata de dos cargos que llevan largo tiempo vacantes y que también requieren de mayorías calificadas de dos tercios para elegir a su titular.
Pero hay más. Así, un senador radical confirmó a que los la nacion gobernadores del centenario partido estarían negociando el voto de sus senadores a cambio de poder ocupar los cargos en juzgados federales vacantes en sus provincias. En un despacho peronista reconocieron que la discusión de los pliegos es también una oportunidad para los mandatarios provinciales peronistas, pero fue más allá y agregó al combo los cuatro juzgados de Comodoro Py que se mantienen vacantes,
En el oficialismo admiten que Lijo y García-Mansilla terminarán convirtiéndose en el caballo de Troya de un gran acuerdo del Gobierno de Milei con “la casta” política. “El kirchnerismo se cansó de poner jueces, ahora hay que empezar a balancear un poco el perfil político del Poder Judicial”, justificó un legislador libertario.

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La Argentina agrieta al Mercosur y se abren dudas sobre el futuro del bloque
Las posiciones de Milei impidieron un comunicado conjunto; el gobierno libertario se alió a Uruguay en favor de los acuerdos extrazona sin la exigencia de unanimidad
Jaime Rosemberg
La ausencia con aviso y por “cuestiones de agenda “del presidente Javier Milei, criticada de viva voz por sus pares Luiz Inacio Lula da Silva y Luis Lacalle Pou, fue quizá la principal postal de la reunión de mandatarios del Mercosur, el lunes pasado, en Asunción.
Pero tanto o más importante que el faltazo presidencial fue la certeza con la que las delegaciones se fueron de la capital paraguaya. Ya no hay “consensos políticos básicos” entre los cuatro socios principales del mercado común, lo que se tradujo en la ausencia de una declaración consensuada por sus representantes, una rutina que se venía repitiendo desde hacía décadas. Las objeciones al texto impulsadas por el Gobierno, que abarcan desde una mirada diferenciada del feminismo y las minorías sexuales, el cuidado del medio ambiente y la posibilidad (promovida por Lula) de reincorporar a la Venezuela de Nicolás Maduro, llegan en momentos en que la negociación con la Unión Europea (UE) parece estar encaminada, aunque pone en puntos suspensivos la continuidad del proyecto de unidad sudamericana que ya lleva casi cuatro décadas.
“Lamentamos que no se haya llegado a un acuerdo”, dijo la canciller
Diana Mondino, reemplazante de Milei en la reunión de presidentes. Se refería al documento “político” amplio, que incluía desde la posición sobre Cuba, los derechos de la mujer, y la reafirmación de la soberanía argentina sobre Malvinas. Fuentes del Gobierno aseguran que “otras delegaciones” pidieron rediscutir varios párrafos, mientras en las delegaciones de Brasil y Uruguay distinguen que fue la Argentina la que no aceptó firmar el texto por sus objeciones en distintos puntos, una postura que la delegación del gobierno de Milei ya mantuvo en la reciente asamblea de la OEA, aunque esta vez no hizo falta la presencia de la asesora Ursula Basset.
“Malvinas no fue un problema, en eso estábamos todos de acuerdo”, contestan en el Palacio San Martín, dando por tierra las críticas del ex canciller Santiago Cafiero y otros dirigentes kirchneristas, que fustigaron a Milei porque Malvinas “no estuvo” en el documento que sí aprobaron los cuatro socios (más la firma de países invitados, como Chile, Colombia y Perú), de carácter eminentemente económico-comercial, que solo incluyó como “extra” un párrafo dedicado a la incorporación de Bolivia (por ahora sin voz) en el mercado común.
En Itamaraty, y con tono diplomático, prefieren destacar la foto que Lula y su canciller, Maurio Vieira, se tomaron con Mondino en un tramo del almuerzo de presidentes, posterior al plenario. “Esa foto demuestra la importancia que le asignamos a la relación con la Argentina”, explican en la diplomacia brasileña, en un intento por dejar atrás los repetidos roces entre Lula y Milei.
Quiebre de la inercia
En Brasil, y también en Montevideo y Asunción, atribuyen a Milei “un gobierno con una mirada muy distinta de la región y del mundo. Eso genera una discusión, hay un quiebre de la inercia, pero tampoco hay que dramatizar”. El diálogo, el jueves, entre el jefe de gabinete, Guillermo Francos, y la propia Mondino, con el embajador de Brasil en Buenos Aires Julio Bitelli, en un acto en la Cancillería, fue leído como un gesto de distensión, que se sumó al discurso extrañamente moderado de Milei en la convención conservadora de Santa Catarina, en el que no criticó de modo directo a Lula.
De todos modos, por el momento, la posibilidad de un encuentro entre ambos presidentes sigue lejana: la reunión de la ONU, en septiembre, y el G-20, por realizarse en noviembre en Río de Janeiro, son las dos citas comunes en las que podría haber novedades.
“Podría haber sido peor, los nubarrones se disiparon”, ironizan fuentes diplomáticas de Brasil. De todos modos, al día siguiente del encuentro en Asunción, Lula volvió a la carga para reincorporar a la Venezuela de Maduro de modo pleno. “La normalización de la vida política venezolana significa estabilidad para toda América del Sur”, dijo Lula en su visita a Bolivia, y expresó su deseo de que Venezuela, si las elecciones del 28 de julio fueran limpias e indiscutidas, vuelva al Mercosur, luego de haber sido excluida por aplicación de la cláusula democrática en 2017.
¿Aceptará la Argentina? Todo indica que no. “Brasil quiere ampliar el Mercosur, nosotros queremos profundizarlo”, definió una de las espadas de Mondino en la negociación regional e internacional. En ese sentido, en la Cancillería expresaron que “si Lula quiere sumar a Venezuela, Bolivia o Panamá, eso va a hacer más difícil que hoy tener unanimidad, lo cual puede servir a nuestra idea de tener acuerdos bilaterales con países extra-zona, sin la necesidad de que todos estén de acuerdo”.
“Brasil quiere ampliar el Mercosur, nosotros queremos profundizarlo”

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