domingo, 30 de septiembre de 2018

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Mg. Stella Maimone

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Desinfección de Superficies: “Método No Tocar”

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Desinfección de Superficies: “Método no tocar”
Por Mg. Stella Maimone
El rol del medio ambiente contaminado en la propagación de infecciones, asociadas al cuidado de la salud, ha sido bien documentado. La tecnología ultra violeta (UV) básicamente funciona produciendo una luz ultravioleta de alta intensidad que pasa a través de las paredes celulares de bacterias, virus y esporas bacterianas. El ADN, ARN y proteínas dentro del microorganismo absorben esta intensa energía ultravioleta y los patógenos se destruyen.
En general, hay dos tipos de sistemas UV disponibles hoy en día: pulso completo xenón UV y UV continuo. Ambos tipos de sistemas son confiables, pero solo son efectivos si se introducen e incorporan correctamente en el plan de control de infecciones y limpieza de superficies.
Éste método de desinfección, también se denomina sistema de desinfección de “no tocar”.
Presentamos dos estudios que informan, el impacto de un sistema de desinfección UV y con xenón pulsado ultravioleta sobre las tasas de infección en centros de atención.
Uno de los estudios es randomizado y multicentrico(2), realizado en 9 hospitales del sudeste de los EE. UU. Se dividió a los pacientes expuestos en 4 grupos: se limpiaron las superficies con amonios cuaternarios, limpieza estándar (4916 pacientes) UV (5178) clorados 5438 y 5863 en el grupo de clorados más UV. La incidencia de organismos (CD; ERV; SAMR) entre los pacientes expuestos fue significativamente menor después de agregar UV a las estrategias de limpieza estándar (9 casos por 10 000 días de exposición; riesgo relativo [RR] 0 · 70, IC 95% 0 · 50-0 · 98; p = 0 · 036). El resultado primario no fue estadísticamente menor en el grupo que se utilizaron clorados (6 casos por 10 000 días de exposición; RR 0 · 85, IC 95% 0 · 69-1 · 04; p = 0 · 116), o clorados más UV (6 casos por 10 000 días de exposición; RR 0 · 91, IC 95% 0 · 76-1 · 09; p = 0 · 303) entre pacientes expuestos.
Los investigadores concluyeron que la desinfección terminal con UV en un subconjunto específico de habitaciones de alto riesgo, condujo a una disminución en la incidencia de Clorstridium difficile (CD) y Enterococcus Resistentes a Vancomicina (ERV) en todo el hospital. Los autores concluyeron que la desinfección con UV, superó las limitaciones de las estrategias estándar de desinfección.
El otro estudio (3) se realizó en un hospital comunitario en el sur de Florida. A partir de noviembre de 2012, se implementó un sistema de desinfección por luz ultravioleta de xenón pulsado como complemento de los métodos de limpieza tradicionales al alta de los pacientes en habitaciones seleccionadas. El dispositivo se implementó en la unidad de cuidados intensivos (UCI), con el objetivo de utilizar el sistema ultravioleta de xenón pulsado para desinfectar todas las habitaciones al alta, o cuando el paciente era transferido a la sala general, después de la limpieza estándar y antes de la ocupación de la habitación por el próximo paciente. Para todas las altas y transferencias fuera de la UCI, el sistema ultravioleta de xenón pulsado, solo se usó para habitaciones de pacientes con Clostridium difficile. Se obtuvieron además, datos de infección para Staphylococcus aureus resistente a Meticilina, C difficile y Enterococcus resistentes a la Vancomicina (ERV). El período de intervención se comparó con el valor inicial utilizando una prueba de suma de rangos de Wilcoxon de 2 muestras.
Los resultados muestran que en áreas no UCI, se encontró una reducción significativa para C. difficile. Hubo una disminución no significativa en el ERV y un aumento significativo en S. aureus resistente a la Meticilina.
En la UCI, todas las infecciones se redujeron, pero solo el ERV fue significativo. Esto puede deberse al papel cada vez mayor que desempeña el medio ambiente en la transmisión de este patógeno. En general, hubo 36 infecciones menos en todo el establecimiento y 16 infecciones menos en la UCI durante el período de intervención, de lo que se hubiera esperado con base en los datos de referencia.
Los autores concluyeron que la implementación de la desinfección con el método ultravioleta de xenón pulsado se asocia con disminuciones significativas en las tasas de infección en la UCI y en toda la institución. Estos resultados sugieren que la desinfección ambiental mejorada desempeña un papel en la mitigación del riesgo de infecciones adquiridas en el hospital.
Notas:
Peck tomas, Selecting and implementing a UV disinfection system. ASHE, Health facillities, teh oficial magazine of the American Society for Heath Care Engineering. Jun. 2017. In https://www.hfmmagazine.com/
Kehoe Bob, Prevetion Epicenters focus on finding answers aboout HAIs faster.CDC accelerates reserch on surfaces Dec. 2016
Vianna PG; Dale CR Jr; Simmons S y col. Impact of pulsed xenon ultraviolet light on hospital-acquired infection rates in a community hospital. Am J Infect Control.2016 Mar 1;44(3):299-303. doi: 10.1016/j.ajic.2015.10.009. Epub 2015 Dec 9.

Documentales que exploran vida y obra de dos escritoras argentinas


Documentales que exploran vida y obra de dos escritoras argentinas







Dos nuevos documentales ponen el foco sobre la obra y la vida de dos escritoras argentinas contemporáneas: la poeta Inés Aráoz (San Miguel de Tucumán, 1945) y la narradora y editora Alejandra Laurencich (Buenos Aires, 1963). En ambos, las trayectorias personales de las autoras se fusionan con la historia, el paisaje propio, el amor por la literatura y la trascendencia que tienen las oportunidades que brinda la educación pública argentina en el desarrollo personal y social.
Resultado de imagen para Alejandra Laurencich (Buenos Aires, 1963)
Laurencich, autora de Vete de mí, novela de 2009 por la que su trabajo se hizo popular en Eslovenia, viaja en estos días rumbo a Europa. El motivo es el estreno, en Maribor y en otras ciudades europeas, del documental Alejandra, de Vid Hajnsek. "Todavía no lo vi; lo veré cuando llegue, en una función privada antes de la primera proyección, que será en Maribor el 1 de septiembre", cuenta la escritora. Maribor fue la ciudad donde se originó el proyecto fílmico. Klemen Brvar trabajaba en la Biblioteca Pública de esa ciudad de Eslovenia cercana a Austria, donde hay mucha actividad cultural, cuando leyó en el año 2011 Vete de mí, traducida al esloveno por la editorial Studentska Zalozba como Pusti me pre miru ("Déjame en paz"). Entusiasmado, Brvar quiso conocer a la escritora argentina e impulsar la filmación del documental sobre ella, su historia familiar y los escenarios donde está ambientada la novela: la Patagonia, la ciudad de Buenos Aires y barrios de la zona norte del Gran Buenos Aires. En 2012, una vez que Brvar reunió al equipo para llevar 
"Recibí un mail en inglés (yo no hablo esloveno y ellos no hablan español) con la propuesta y me pareció una reverenda locura. Me preguntaban si estaba de acuerdo y si los autorizaba a hacerlo, hablaban de llevarme a Eslovenia e Italia en gira de presentación de la novela (cosa que hicimos en 2015) y de venir a la Argentina a filmar, cosa que también hicimos en 2016", detalla la autora. Varias instituciones colaboraron en la realización de Alejandra: la Biblioteca de Maribor, la editorial Beletrina, la embajada de Eslovenia en Buenos Aires y el URAD, una institución que financia proyectos culturales.



La escritora argentina, autora además de Lo que dicen cuando callan (2013) y Las olas del mundo (2015), vio solo tres de los 58 minutos que dura el film. Hija de inmigrantes europeos, hará desde hoy el camino inverso al que hicieron sus antepasados. "Ellos tuvieron que escapar de allá por el fascismo de Mussolini, que había invadido su zona. Se decía que los arbustos típicos del lugar, que son rojos, estaban teñidos de la sangre de todos los jóvenes que murieron en la guerra, porque esa zona de Doberdob fue una de las más castigadas por los bombardeos y las invasiones". Sus familiares, como tantos otros, escaparon del fascismo, el hambre y la miseria. No podían trabajar si no se afiliaban al partido del Duce, no podían hablar el esloveno en las escuelas y debían reverenciar al invasor.
El abuelo de la autora llegó en 1929 a Buenos Aires, y uno de los primeros trabajos que obtuvo fue en los Yacimientos de Orán, en Salta. "¡Pensá esa locura! ¡Un tipo que no hablaba español! Luego, seis años después, en 1935 pudo mandar la plata para que vinieran su mujer y sus dos hijos, mi papá, Maximiliano, con 10 años, y mi tía Darinka, con 7". El padre de Laurencich nunca quiso volver a Europa y ella conoció la tierra de los ancestros dos días después de que él muriera, en 2009, como invitada al Festival Internacional de Literatura de Vilenica.
"Estoy asombrada. Y me siento bien, a pesar del grado de exposición que implica este proyecto, porque de alguna manera es una reivindicación para mi familia, lo que puede lograr una familia cuando un país le abre los brazos, le da un sitio donde trabajar y estudiar. Mis tres hermanos fueron a la universidad pública, yo estudié en dos Escuelas Nacionales de Bellas Artes, todo eso fue lo que Argentina le posibilitó a mi familia, y así crecimos". Ahora, ella vuelve al punto de partida, reconocida como escritora. "Todo comenzó con un libro, ¡y después dicen que la literatura no cambia a nadie!", agrega. El film está incluido en la programación oficial del Festival Nacional de Cine esloveno y se proyectará el 11 de septiembre en Portoroz. A la Argentina, llegará en 2019. Laurencich tiene una nueva novela terminada y, mientras se encuentre en Eslovenia para la presentación de Alejandra, saldrá a la calle el número 14 de La Balandra, la revista de
 literatura que dirige desde 2011.



Imágenes de la poeta huidiza
Inés Aráoz, la poeta de las imágenes del agua y la solidez porosa de los árboles, la burladora de las musas y creadora de un registro sensual del paisaje, protagoniza un documental escrito y dirigido por otro escritor tucumano. Entre marzo y junio de 2013, Fabián Soberón y el equipo conformado por Carlos Isas (director de fotografía), Puny Beltrán (guionista y productor), Lucas García (a cargo de cámara y edición) y Máximo Mena (guionista e investigador) filmaron Luna en llamas. En 2018, Leandro Herrera y Soberón dieron el corte final del documental, con música de Agustín Espinosa. En la película, que fue estrenada en Tucumán y se exhibió hace pocas semanas en Buenos Aires, en el ciclo de poesía que organiza Osvaldo Bossi, El Rayo Verde, la poeta aparece como una figura elusiva.
"Cuando conocí a Inés, era una persona huidiza, tímida, que solía rechazar las entrevistas y las exposiciones públicas. Su poesía circulaba más allá de su posición personal. Precisamente por ese misterio que la rodeaba, quise bucear en el proceso de creación, en su modo de pensar la poesía", cuenta Soberón. El documental asume la forma de un thriller. "La única respuesta a un enigma es otro enigma, dijo Severo Sarduy. La película rodea el mito de autor y plasma un perfil posible, utópico de Aráoz", concluye el director. Sin embargo, la escritora que aparece en Luna en llamas es la que conocen los lectores de su obra poética, una mujer risueña, irreverente y alejada de cualquier especie de hermetismo. El título del documental proviene de un poema de Aráoz, "Ache Efe", dedicado al escritor tucumano Hugo Foguet, que fue pareja de la poeta.
Escena del documental sobre Inés Aráoz
Aráoz vive en una casa-barco en la calle Italia, rodeada de objetos rescatados por ella y en compañía de seis galgos bautizados con nombres rusos. La autora de La ecuación y la gracia, Pero la piedra es piedra y Agüita, por mencionar tres títulos de su luminosa poesía, intenta acortar la distancia infranqueable que existe entre palabras y cosas. "Entiéndase por intersticiales la hendedura entre un mundo y otro, los huecos del sentido, los espacios que median entre una y otra letra en la palabra, entre dos palabras, entre textos; los silencios de Beethoven, lo que cabe en la sinapsis pero mucho más simplemente, el exceso de luz que filtran los desgarrones y tisaduras del toldo precisamente frente a mi mirada ya cansada de curiosear los disparates de las nubes que a veces pasan por esta sala, mientras se espera", escribió Aráoz en 1986.




Trailer de Luna en llamas - Fuente: YouTube1:03
Luna en llamas indaga las relaciones posibles entre poesía y cine. "La complejidad de la poesía de Aráoz, con sus sucesivas etapas, no puede ser desplegada en las imágenes cinematográficas. Poesía y cine implican dos modos de concebir el tiempo y Luna en llamas procura resolver la tensión entre instante y despliegue narrativo a través de una historia que estructura la pieza audiovisual. Se trata de la búsqueda de un personaje mítico: la poeta Inés Araoz. En un documental, la poesía no está en el verso sino que puede estar en un plano, en una imagen lograda", resume el director.
En pocas semanas, la Editorial de la Universidad Nacional de Tucumán publicará la obra reunida de todos los libros de Aráoz, incluso las traducciones de poemas de Anna Ajmátova y Marina Tsvietáieva dadas a conocer en Rojo torrente de fresas. En el libro de Edunt, un tesoro para cualquier biblioteca, no figura en cambio Todo estaba diseñado para que el caballo rozase apenas la montaña con su cola, que acaba de publicar Leviatán. Consultada sobre el documental, Aráoz hace honor a su fama de persona reservada. "Me es difícil opinar sobre algo en lo que estoy involucrada, más allá de que hasta ahora su proyección haya sido siempre ocasión de alegría, empezando por su estreno durante las VII Jornadas de la Red Interuniversitaria de Estudios de las Literaturas de la Argentina, en mi querida Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán, donde fui testigo del caluroso aplauso de la audiencia en un salón colmado".

D. G.

LECTURA RECOMENDADA,


El hijo judío, de Daniel Guebel
A la sombra del padre de Kafka

En El absoluto, publicado en 2016, Daniel Guebel (Buenos aires, 1956) emprendía una aventura literaria arriesgada: adentrarse en una saga de más de 500 páginas que narraba las peripecias de los Deliuskin, varias generaciones de una familia que, desde el siglo XVIII hasta fines del siglo XX, habría transformado el mundo de la música, la mística y el pensamiento revolucionario.
Si Guebel tuvo entonces una imaginación desbordante y una voraz voluntad de "abarcarlo todo", su nuevo libro mantiene el apego al género familiar para ubicarse en el extremo diametralmente opuesto. Sucede que El hijo judío es una novela breve, casi una nouvelle, que juega con la idea de autobiografía literaria para evocar, con un tono intimista y confesional, la infancia de un niño que busca con desesperación el cariño paterno mientras asiste al nacimiento de su amor por la literatura. La infancia adquiere el formato de los recuerdos y el recuerdo, explicita Guebel, es pura construcción narrativa.
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En El hijo judío el lector asiste a un cuestionamiento constante del relato. Se relativiza de esa forma la crueldad de una dupla materno-paterna que dilata el castigo físico para aumentar la tortura psíquica: "Yo le rogaba, por favor, le decía, por favor, pegame vos, ahora. Pero ella, que no. Que esperara. Lo que se abría a partir de aquellas situaciones era la sensación de una inminencia que demoraba horas en cumplirse: la angustia se estiraba interminablemente en la anticipación de un castigo que yo imploraba se realizara de inmediato". Unas páginas después, el narrador advierte: "Quizás estoy inventando la existencia a repetición de una escena que nunca ocurrió para agigantar las nocturnas fiestas barrocas de una infancia alimentada por el horror de mi alma".
Por otra parte, es constante la intertextualidad con Kafka, referente que Guebel elige para la construcción de su narrador personaje: el "judío de Praga" es el espejo ante el cual él se construye como hijo. El humor, ineludible marca de estilo, aparece en la comparación de los padres: el narrador desearía haber tenido al tiránico padre de Kafka antes que al suyo, se apiada del viejo Hermann por la victimización de su hijo en la Carta al padre y se compadece a sí mismo por la suerte que le ha tocado: "En cambio yo... Yo, que solo esperaba un poco de aceptación y respeto y de amor, y que no guardaba en mi ánimo la menor voluntad de reproche, solo conseguí golpes. Dudo mucho de que don Hermann se atreviera a alzar la mano sobre Hanz".
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Guebel se mide con Kafka en términos de sufridos hijos judíos, pero también lo hace en cuanto a su papel de autores. Le reconoce al escritor nacido en Praga su podio en la literatura europea (no dudaría en salvarlo de un incendio antes que a Joyce, asegura) y, como Franz, se escuda en la escritura como refugio ante la incomprensión y crueldad paternas. La literatura es pulsión de vida que nace en la más tierna infancia (en el chinito escondido en el fondo del plato para que él tomara la sopa, en los cuentos que su padre le contaba de noche, en la imaginación como escape del tedio cotidiano) y se mantiene en la vida adulta como motor inevitable: "Pierdo la vida si no puedo escribir algo".
La alternancia entre el recuerdo de un padre autoritario y omnipotente con el presente del hombre viejo, agónico y triste, conforma los pasajes más conmovedores del libro. Sin golpes bajos, Guebel asume el paso a la vida adulta en la inversión de roles. Ahora es el hijo el que cuida al padre, y en esta suerte de despedida compartida con los lectores, termina de dar forma al retrato parental. Ante la muerte inminente, el hijo revela en su máximo esplendor la distorsión del recuerdo y exhibe, en última instancia, el motivo que originó la escritura del libro: "Padre. Escribí estas páginas, que te descubren y te velan, para que sobrevivas de alguna manera".

El hijo judío
Por Daniel Guebel
Random House176 páginas$ 329

V. G.

¡¡¡¡ SE TERMINÓ EL ROBO DE CELULARES !!!!!!. LEELO CON ATENCIÓN

Un centenar de locales fueron clausurados por la venta de celulares robadosResultado de imagen para celulares robados
Los usuarios de telefonía celular que tengan las llamadas líneas prepagas -aquellas que no requieren de abonos mensuales y en las que se paga lo que se usa, con opciones de recarga- tienen plazo hasta fin de año para registrarlas a su nombre: a partir de entonces, comenzará a regir la tercera etapa del plan de control de comunicaciones móviles, en la que las tarjetas SIM que no estén nominadas serán bloqueadas.
"Para fin de año, todos los que tengan una línea prepaga deberán registrarla marcando *234# en el celular", dijo la presidenta del Ente de Comunicación Nacional (Enacom), Silvana Giudici.
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La resolución conjunta 6 - E/2016 del Ministerio de Comunicaciones y del Ministerio de Seguridad instruyó al Enacom la instrumentación de la resolución 8507/16 para la nominación de líneas. Es una de las "patas" del programa de control de telefonía celular, que incluye, en su fase dos, la medida que comenzó a regir ayer: el bloqueo de los equipos que hayan sido denunciados como robados, perdidos o adulterados.
La nominatividad prevé el registro y la validación de la identidad del titular de las líneas celulares, lo que permite, además, la identificación del equipo asociado. En el país hay actualmente 45 millones de líneas prepagas y solo la mitad están registradas a nombre de una persona física o legal.
Con la obligatoriedad de que los usuarios registren sus líneas, además de la lógica depuración del parque de celulares activos, se procura un doble efecto: para los usuarios, un medio para conservar la línea ante el robo o extravío de un equipo, ya que permite hacer valer el derecho a la portabilidad numérica, y desde el punto de vista de la seguridad pública, significa contar con la capacidad de conocer la identidad de una línea ante un hecho criminal para evitar la posibilidad de que por medio de "chips prepagos activados" los delincuentes se registren bajo identidades falsas. Ese tipo de teléfonos son utilizados especialmente en el crimen organizado, como por ejemplo los secuestros extorsivos.
"Cuando tengamos el total de las líneas con nombre y apellido, ya no van a existir más las 'cuevas' que intenten instalar chips en teléfonos adulterados", dijo Giudici, quien recordó que desde la vigencia de la resolución conjunta 6 fueron denunciados como robados 3.500.000 celulares.
En todo el país hay 4200 denuncias de equipos robados por día, según informaron  desde el Enacom. Se espera que el bloqueo de los teléfonos que figuren en la "lista negra" desaliente el robo de celulares, delito que se convirtió en un verdadero problema de seguridad urbana. En lo que va del año, las denuncias bajaron un 12,5% en comparación con el año anterior, y se espera que continúe esa tendencia a partir de las medidas de control combinadas con iniciativas de vigilancia callejera.
"Este plan comenzó hace dos años con un bloqueo de celulares robados, y ahora continúa con el bloqueo de teléfonos cuyo IMEI ha sido adulterado", explicó la presidenta del Enacom. "Las denuncias por robo de celulares bajaron como parte de nuestro plan para erradicar este tipo de delitos y mejorar la prestación al usuario", dijo Giudici.
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En los últimos tres meses, 90 sospechosos fueron detenidos por vender celulares robados en locales y puestos informales en la ciudad. Desde mayo pasado, el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad realiza inspecciones en locales de venta y reparación de celulares para frenar la comercialización de teléfonos robados. Según se informó, estos operativos son encabezados por la Dirección de Cibercrimen de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía de la Ciudad y cuentan con la colaboración de la Agencia Gubernamental de Control y la Agencia Gubernamental de Ingresos Públicos porteñas, el Enacom y la Dirección Nacional de Migraciones.
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Los 90 sospechosos fueron acusados de incumplimiento de la ley 25.891 de comunicaciones y encubrimiento de robo; en los procedimientos fueron secuestrados 460 celulares cuyos IMEI (el número de serie interno de 15 dígitos que identifica a cada equipo) fueron adulterados. El 95% de los apresados son extranjeros y se clausuraron unos 100 comercios.
La verificación de equipos móviles


*234#

Registro de usuario

Es el número para identificar una línea prepaga.

*910

Denuncias

El titular podrá hacer la denuncia para bloquear un aparato.

*#06#

Para conocer el IMEI

Se puede chequear si un celular es legal en https:// www.enacom.gob.ar/imei

sábado, 29 de septiembre de 2018

HISTORIAS DE MUCHAS VIDAS

Resultado de imagen para "hospitalidad universal"

La vi desde el auto; era como un aguijón de dolor. Una mujer de unos 60 años, el pelo corto y canoso, un cartel en la mano. "Ayúdeme -decía el mensaje escrito a mano-, necesito volver a mi país".
Pasé otra vez, a pie, por el mismo lugar. No la encontré ni pude, en el vértigo anónimo de una esquina porteña, descubrir quién era o qué había sido de ella.
Inevitablemente, pensé en mi madre y el año riguroso -noche tras noche, llanto tras llanto- que le llevó aceptar que había llegado a un país llamado Argentina y que España quedaba, definitivamente, muy lejos. Pensé también en mi padre y en el tramo de sus recuerdos que menos solía frecuentar: la Retirada, filas interminables de derrotados en la Guerra Civil Española pisando la nieve cruda de los Pirineos, rumbo a la frontera con Francia. Y él, un niño entre tantos, aprendiendo a decir las palabras de un primer destierro.
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Quienes desean vivir experiencias, viajan; quienes, por las razones que sean, descubren que su lugar de origen se tornó irrespirable, migran. Algunos, cuando pueden, regresan. Otros echan raíces en algún nuevo lugar y guardan la memoria de aquella tierra a la que nunca hubieran querido dejar como un secreto hondo, triste, acariciado. Pero también están los que no encuentran reparo en el lugar hacia donde huyeron, ni brazos que los reciban allí de donde partieron; difícil medir la dimensión de su soledad, lo abismal de su desamparo.
Quizá la mujer del cartel perteneciera a este último grupo. Se me desdibujan el rostro, la voz que nunca escuché, las palabras que hubieran delatado parte de su historia: ¿habrá venido de Venezuela? ¿Colombia, quizá Paraguay? ¿Europa del Este? Allá quedó su relato, naufragando en el apuro que me impidió conocerlo. A la deriva.
Y ocurre que más que su rostro, fue su cartel lo que se me volvió a aparecer de improviso, mientras miraba publicaciones periodísticas, hace unos días. Diario El País, una foto, un título ( La hora azul), un pequeño texto. A primera vista, la imagen de unas cuantas barcazas arrumbadas en una playa. La periodista Naiara Galarraga Gortázar aclara: se trata de un cementerio de pateras, utilizadas para trasladar migrantes a través del Mediterráneo y ahora amontonadas en el puerto de Cádiz. Embarcaciones más bien desvencijadas que, uno sospecha, no deben haber estado en mucho mejor estado a la hora de portar su doliente carga humana.
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"Fueron construidas a conciencia -escribe Galarraga Gortázar-, como diseñadas para cruzar esa línea donde los dos continentes casi se tocan". Construidas para salvar la distancia entre África y Europa; ni demasiado veloces ni aptas para sostener largas jornadas; apenas "suficientemente sólidas para transportar a un centenar de migrantes hacinados". Los nuevos condenados de la tierra. Los que -¿hay que volver a decirlo?- no dejan sus países ni exponen sus vidas, a veces junto a las de sus hijos, porque lo deseen, sino porque permanecer donde están es aún peor que todo lo que les pueda esperar del lado de lo desconocido. Condenados por las tragedias (políticas, ambientales, bélicas) que hicieron añicos sus proyectos de vida. Condenados por quienes -y son legión- descubrieron la mina de oro que yace bajo mayor tragedia del siglo XXI. Porque los actuales refugiados y migrantes no solo son parte de la más descomunal ola de desplazamientos que haya conocido la humanidad; son también víctimas de quienes lucran con la promesa de un traslado, una frontera; alguna mínima, escuálida y carísima facilidad. Condenados, en fin, por miles y miles de personas que, de diversos modos y en distintas partes del mundo, no ven en ellos desesperación, sino amenaza.
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Hace mucho, mucho tiempo, un señor llamado Immanuel Kant previó alguna que otra cosa y habló de la "hospitalidad universal". Derecho de todos y deber para todos. Siempre es bueno, dicen, volver a las fuentes.

D. F. I.

EL ANÁLISIS DE MARTÍN TETAZ,


Educación pública, la mejor inversión

MARTÍN TETAZ

En otras palabras, los números comprueban lo obvio; la gente que estudia tiene más chances de conseguir empleo y cuando lo hacen ganan mucho mas.
Pero los únicos beneficiados no son los que se educan, porque en el caso de los trabajadores de ingresos medios altos y altos, el Estado se queda, según el último estudio de Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), con una porción que va entre el 52 y el 55 por ciento.
Contrario a lo que mucha gente piensa, tampoco es el Estado el único que financia la educación pública. De hecho, los principales insumos del proceso educativo son el tiempo del alumno y el del profesor, pero mientras que el Presupuesto reconoce dinero para remunerar el costo de oportunidad del docente, nadie le paga al estudiante lo que cuesta su tiempo, que según los cálculos más conservadores es del doble de lo que destina el Estado. Pensemos que el aporte del Tesoro es de unos 70.000 pesos anuales por alumno, mientras que el salario de un trabajador con secundario completo, que se corresponde con el valor aproximado del tiempo de los estudiantes es de $14.700, de suerte tal que, en 10 meses de estudios, un alumno que cursa o prepara materias 40 horas a la semana, podría ganar 147.000 pesos trabajando.
En resumen; el Estado financia una tercera parte del costo del proceso educativo, pero se alza con mas de la mitad de los beneficios directos. A esto sumémosle las externalidades; el conjunto de beneficios que van mas allá del salario de la persona que se educa y que tienen que ver, por ejemplo, con las mayores posibilidades de recibir inversiones de un país con buen capital humano, o la mejor calidad de las políticas públicas que resultan con ciudadanos mejor educados, por mencionar dos ejemplos.
Por esta razón, el dinero destinado a la educación es el mejor invertido y cualquier país que apueste al largo plazo debe procurar sostener e incrementar ese tipo de inversiones.
Por supuesto, los promedios a veces esconden los extremos. El hecho de que las inversiones en educación sean en general una buena idea, no quiere decir que todo dinero gastado en las universidades esté bien gastado. Claramente no es la misma la tasa de retorno social de formar buenos maestros (altísima), que la de capacitar periodistas o economistas, que seguramente es mas baja. Tampoco da igual invertir el dinero del presupuesto en docencia, que hacerlo en investigación, o construir un laboratorio, que ponerle escaleras mecánicas al edificio o pintar la sala de profesores.

LLAMEMOS A LAS COSAS POR SU NOMBRE
Esta semana asistimos a la escalada de un conflicto gremial, que fue manipulado políticamente por sectores de la oposición, que con la pretensión de defender la universidad pública pusieron su granito de arena para seguir destruyéndola.
La consigna en las redes sociales fue “Defendamos la universidad pública”, como si la institución estuviera en peligro de sufrir un ataque de extraterrestres macrocefálicos, de cuerpos verdes, o como si un conjunto de funcionarios microcefálicos vestidos de amarillo hubiera hecho un recorte presupuestario selectivamente dirigido al sector.
El reclamo de los docentes es justo, igual, exactamente igual de justo que el de cualquier otro trabajador que en un año de inflación creciente está perdiendo capacidad adquisitiva por culpa de unas paritarias que corren por detrás de los precios. El problema de fondo no es el riesgo de un ataque a la universidad publica; un muñeco de paja que no existe, sino la inflación, que nos afecta a todos los trabajadores por igual, sin discriminar entre profesores y policías, entre choferes y empleados administrativos, entre científicos y burócratas.
Claro, es mas fácil aglutinar voluntades en torno a una bandera cara a los sentimientos de la comunidad, que marchar en reclamo de austeridad fiscal y combate contra la inflación. Seguramente es mas difícil reconocer que durante años, con el anterior gobierno y con este también, miramos para otro lado mientras se imprimían billetes sin respaldo para financiar un elefante cada vez mas gordo y menos efectivo.

LA MEJOR MANERA DE DEFENDER LA UNIVERSIDAD ES HACIÉNDOLA FUNCIONAR
Es paradójico que en el seno de la Universidad se sostenga una consigna que no resiste la verificación empírica; que no pasa tres preguntas simples:
¿El presupuesto universitario subió, se mantuvo igual o bajo, en relación con el resto del presupuesto? ¿Los salarios docentes subieron, se mantuvieron iguales o cayeron en relación con el resto de los salarios públicos? ¿Hay algún proyecto concreto para recortar el presupuesto educativo o para arancelar los estudios?
Pero lo mas contradictorio es que se pretenda defender la Universidad parándola, como si la huelga afectara las ganancias de algún empresario, u obligara una negociación por paralizar el funcionamiento de la sociedad, como ocurre con un paro en el transporte.
La mejor manera de defender la universidad pública es haciéndola funcionar y garantizando que los recursos de la sociedad se defiendan con mejor calidad, investigando, formando mejores graduados y combatiendo el abandono estudiantil.

LECTURA RECOMENDADA,


Cameron, de Hernán Ronsino
El sonido y la furia de una memoria
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Dice Hernán Ronsino (Chivilcoy, 1975) en Notas de campo, una colección de artículos, que escribir es desenredar una madeja. Es lo que hace el narrador deCameron. Se sabe poco del hombre con una pierna ortopédica que vive apegado a las rutinas de su vejez en una ciudad con nieve, un lago y un club de jazz. Pero los detalles del mundo apacible que lo rodea se vuelven signos inquietantes de su pasado.
Como si Cameron intentara borrar las huellas del enigma a medida que resurgen en su presente, las escenas insinúan lo que ocurre con la ambigüedad de la verdad a medias. Toda referencia se vuelve incierta y la intriga acerca de los sucesos va en aumento. Algo similar ocurre con temas trascendentales como la dictadura militar o la justicia; no se mencionan pero aparecen como un sonido de fondo imposible de ignorar.
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Ya no es Chivilcoy el escenario, como sucedía en las anteriores novelas del autor -La descomposición, Glaxo y Lumbre- sino un pueblo que podría asociarse al paisaje de la Patagonia. Sin embargo, algo de su estilo reaparece en la multiplicidad de historias mínimas que forman una constelación alrededor del protagonista.
"Descubrir una idea, cristalizada o sostenida por un buen ritmo, me despierta el deseo furioso de contar", piensa Cameron. La narración fluye con un fraseo preciso, de respiración saereana, que impulsa a seguir en busca de ese sentido que se insinúa en los recuerdos fragmentarios. Son las imágenes las que terminan conformando la materia de esa memoria enterrada que hacia el final de Cameron da un giro inesperado.

Cameron
Por Hernán Ronsino
Eterna Cadencia. 79 páginas$ 290


V. B.

AMIGOS DE LA UNIVERSIDAD DE TEL AVIV, Y PILAR RAHOLA



AMIGOS DE LA UNIVERSIDAD DE TEL AVIV EN ARGENTINA 
adhiere a la conferencia de
PILAR RAHOLA
"Israel, termómetro del mundo. Inmigración en Europa y antisemitismo"
Conducción: Roman Lejtman
Miércoles 3 de octubre 20 Hs
Comunidad Amijai
Arribeños 2355- CABA
Actividad arancelada
15 % de descuento para Socios de
Amigos de la Universidad de Tel Aviv en Argentina
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ANTEOJOS PARA DALTÓNICOS

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"¿Pero de qué color ves las cosas?", es la pregunta más frecuente y difícil de contestar que nos hacen a los daltónicos. Es algo tan imposible de responder como al resto le resultaría explicar qué es el color rojo. Y ahora que acabo de probar en Buenos Aires unos novedosos anteojos para daltónicos, me encuentro de pronto tratando de ponerle nombre a colores que jamás había visto en mi vida. ¿Cómo se llamará el color de ese cartel que estoy viendo en la calle y que mi cerebro no logra informarme qué color es? "¡Eso es rojo!", me informa mi esposa.
"¡Qué emoción! ¡Qué lindo se ve todo!", fue mi primera reacción. De pronto fue como si la ciudad se hubiera llenado de colores por todos lados. No podría decir si veo lo mismo que el resto, pero de pronto fue como si la ciudad se hubiera llenado de colores.
En el mundo ya hay varias empresas que implementaron tecnologías que, mediante lentes que no difieren en su apariencia externa de un anteojo para sol (también hay lentes de contacto), permiten que los daltónicos perciban los colores. Entre otras compañías cuyos sitios se pueden encontrar en Internet están: Enchroma, Golden Mermaid, VINO Optics y Color Correction System. Los precios de los anteojos varían entre los 7000 y 15.000 pesos si son sin graduación, y entre los $20.000. y $40.000 si se les agrega corrección óptica.
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El ingeniero Matías Acerbi, de Óptica Foucault, explicó de qué forma percibe los colores el ojo humano, qué es lo que sucede en casos de daltonismo y de qué manera funcionan los nuevos anteojos. "En la retina hay un tipo de células llamadas conos que reciben la luz y la convierten en impulsos que son enviados al cerebro. Existen tres tipos de conos: los especializados en luz azul, los más eficientes para recibir luz verde y los que mejor reciben el rojo. El cerebro usa la información que envían los conos para determinar el color", señaló.
Diferentes grados
Los daltónicos tienen desde su nacimiento una deficiencia de un tipo o más de conos y entonces el cerebro no recibe la misma información que el resto de las personas. Pero hay diferentes grados de daltonismo (discromatopsia), y son muy raros los casos de acromatopsia (visión en blanco, negro y grises). Mientras padecen acromatopsia una de cada 30.000 personas, la discromatopsia afecta a uno de cada 12 hombres y una de cada 200 mujeres.
Eso daría que en la Argentina hay más de dos millones de daltónicos que aprendieron a identificar las cosas por parámetros que les resultan más confiables que los colores.
Nos alegramos cuando el resto dice que el atardecer está increíble, aunque jamás podríamos ponerle nombre a las tonalidades que vemos""
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Sabemos que la luz de arriba del semáforo es color rojo -odiamos los semáforos horizontales-, reconocemos un colectivo solo cuando vemos el número, nos ponemos nerviosos cuando el resto identifica las cosas por su color (¿cuál será el suéter verde?... ¿Cuál de todas será la lucecita roja que titila en el equipo electrónico?), combinamos la ropa que nos ponemos porque nos han informado su color, y nos alegramos cuando el resto dice que el atardecer está increíble, aunque jamás podríamos ponerle nombre a las tonalidades que vemos, aunque nos demos cuenta de que no es blanco y negro.
La explicación que mejor se entiende es que los daltónicos vemos los colores tal como el resto los percibe cuando hay poca luz.
De todas maneras, precisamente la cuestión de los colores del cielo sirve a los técnicos para explicar que la realidad es infinitamente mayor que lo que cualquier ojo humano puede percibir. "El cielo no es intrínsecamente celeste ni dorado ni negro", señala el ingeniero Acerbi. "El ojo capta un espectro muy pequeño de colores en una longitud de onda que abarca desde los 380 nanómetros del color violeta hasta los 780 nanómetros del rojo. Pero no percibe por ejemplo el ultravioleta, por debajo de 380 nanómetros, ni el infrarrojo, de 800 o más nanómetros", explica.
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Puestos los anteojos, hay que aprender a decodificar la nueva información
Decodificar la nueva información
"Lo que hacen entonces los anteojos para daltónicos es realzar los tres colores principales (azul, verde y rojo) a partir de los cuales el cerebro humano forma una infinidad de colores. Al mismo tiempo, se aplacan los colores intermedios que producen confusión al paciente que presenta alteración de la visión de los colores".
Puestos los anteojos, un segundo proceso que debe realizar el cerebro del paciente, y que puede llevar desde horas hasta varios días, es aprender a decodificar la nueva información y ponerle nombre a cada color, según la referencia que va recibiendo de los otros.
De todas formas, no hay dos daltónicos que tengan exactamente las mismas deficiencias. Desde el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, que solo tiene problemas para percibir el rojo y el verde y por eso el color predominante en su sitio es el azul, hasta el actor Paul Newman que directamente fue reprobado en el examen de colores cuando intentó ingresar como piloto de avión.
Y entre aquellos que convirtieron su debilidad en su fortaleza, ¿quién sabe qué pensaría de sus cuadros el daltónico más famoso, Vincent Van Gogh, si pudiera ver los colores que realmente usó?

R. G.

viernes, 28 de septiembre de 2018

OPINA LUIS ALBERTO ROMERO,


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Luis Alberto Romero
En la historia argentina, los años entre 1930 a 1943 fueron de una gran riqueza. El renacimiento cultural y político del catolicismo, el último esplendor del liberalismo reformista, la reformulación del papel del Estado, el impulso a la industrialización y el crecimiento de la cultura popular de masas, entre tantas otras cosas, indican que fue un período tan creativo como cualquier otro. Pero, en el sentido común vulgar todo esto suele resumirse en una frase concluyente: fue la "década infame".
La descalificación se apoya en sucesos de indudable impacto, como el golpe del 30, el tratado Roca-Runciman, el fraude electoral y varios casos de corrupción. Sin embargo, cabe preguntarse: ¿fue una década globalmente "infame"? ¿Lo fue más que otras décadas? Para analizar este tema polémico, el Club del Progreso convocó, dentro de un ciclo de charlas sobre el pasado nacional, a dos reconocidos historiadores: Pablo Gerchunoff y Luciano de Privitellio.
Para Gerchunoff, la crisis mundial de 1929 creó en la Argentina una situación inédita, de la que surgió un régimen económico nuevo. Las políticas fueron pensadas sobre la marcha, discutidas ampliamente y luego seguidas con firmeza, al punto que sus orientaciones básicas -como la participación activa del Estado en la economía- perduraron hasta hace apenas unas décadas.
Década infame. 6 de septiembre de 1930. Fuerzas del Escuadrón de Seguridad impiden el avance de manifestantes hacia Plaza de Mayo
Década infame. 6 de septiembre de 1930. Fuerzas del Escuadrón de Seguridad impiden el avance de manifestantes hacia Plaza de Mayo 
Al crack de la Bolsa de Nueva York de 1929 siguió el derrumbe del sistema bancario estadounidense en 1931 y, al año siguiente, el abandono del patrón oro por Gran Bretaña. Era un mundo nuevo mucho más difícil para la Argentina. Cayeron el volumen y los precios de las exportaciones agrarias y las divisas se hicieron escasas. Luego de suspender la Conversión del peso, el gobierno de Agustín P. Justo, que siguió al del general José Félix Uriburu, estableció el control de cambios: el Estado concentraba las divisas disponibles y las asignaba a los distintos sectores a precios diferentes, de acuerdo prioridades que, día a día, le permitían desarrollar una vigorosa intervención en el rumbo económico.
Estímulo a la industria
Cumplir con la deuda externa fue una de las prioridades. Otra fue el estimulo a la industria interna, que al sustituir importaciones aliviaba la balanza de pagos. Además, la industria ofrecía empleo a los trabajadores que migraban a las ciudades, expulsados por un agro en crisis. Federico Pinedo y Raúl Prebisch, artífices de esta reestructuración estatal, se propusieron favorecer especialmente aquellas industrias más competitivas que pudieran exportar hacia los países vecinos, una línea que se abandonó en 1946.
Un factor coyuntural le permitió a la Argentina salir rápido de la crisis: la larga sequía estadounidense, iniciada en 1932, mejoró nuestras exportaciones cerealeras. Hubo beneficios para los productores rurales y, gracias al control de cambios, más ingresos para un gobierno que desarrolló una gran política de obras públicas, especialmente viales. Fue entonces cuando los camiones comenzaron a desplazar a los trenes.
Pero esos positivos cambios de largo plazo -señala De Privitellio- no fueron percibidos por la opinión pública, que en cambio criticó los términos del Tratado Roca Runciman (una "entrega" a Gran Bretaña), y se escandalizó por los privilegios a los grandes ganaderos y las empresas británicas o por el salvataje estatal de bancos quebrados.
Se trata de una interpretación simplista, opinó Gerchunoff. Sin duda el Tratado arrojó un magro resultado para la exportación de carnes, pero en realidad pudo haber sido mucho peor, dada la decisión británica de privilegiar la relación con Australia y Nueva Zelanda. En cambio, Gran Bretaña concedió un excepcional préstamo en libras para que las empresas inglesas pudieran remitir sus beneficios acumulados en pesos; sin esa ayuda hubieran quebrado, arrastrando a muchas empresas y bancos locales y produciendo un descalabro generalizado. Una decisión parecida tomó el gobierno al sostener al Banco Español; su salvataje impidió una quiebra de bancos en cadena como la ocurrida en los Estados Unidos.
La voluntad de conjurar el riesgo de todo el sistema -puntualizó Gerchunoff- explica una política que, vista desde otro punto de vista, significó un beneficio para determinados grupos. El excepcional equipo técnico encabezado por Pinedo y Prebisch, que logró lo que se proponía, gozó de una ventaja importante: por un tiempo pudo despreocuparse del problema de las elecciones.
El "fraude" es el otro gran estigma de la "década infame". La frase fue acuñada en 1944 por el periodista José Luis Torres, quien, recuerda De Privitellio, era nacionalista, pronazi y partidario del golpe castrense de 1943. Según creía, el fraude demostraba la podredumbre de la democracia liberal, que quedó en evidencia con el "escándalo de la Chade" de 1936. Para lograr que se renovara la concesión por el suministro eléctrico de la Capital, la poderosa empresa sobornó a periodistas, funcionarios, concejales de todos los partidos y hasta a Marcelo T. de Alvear, entonces jefe del radicalismo, y Justo.
Sentidos múltiples
La "década infame" resultó una frase exitosa, pero su sentido fue variando. Los radicales la usaron para reivindicar la pureza de la democracia anterior al golpe de 1930; los peronistas, para condenar el pasado anterior al golpe de 1943. Luego de 1955, la consagró Arturo Jauretche en una versión nacionalista, populista y antiimperialista en la que el villano era Gran Bretaña. Es conocido el lugar que este tópico ocupa hoy en el "relato".
Muchos historiadores han tratado de tomar distancia de la "década" y del parteaguas del golpe del 30 para reflexionar sobre el período entre las dos guerras mundiales. De Privitellio recuerda las continuidades de los años 20 y 30, en lo social y lo cultural, e invita a reflexionar también sobre la política de entreguerras, signada por la ley Sáenz Peña de voto secreto y obligatorio y por el gradual descubrimiento de sus dificultades, tanto teóricas como prácticas.
Perón junto al auto que lleva al general Uriburu al poder, el 6 de septiembre de 1930, día del golpe
Perón junto al auto que lleva al general Uriburu al poder, el 6 de septiembre de 1930, día del golpe 
Desde 1920 hubo sucesivos proyectos de modificación de la ley, buscando una forma de representación distinta, por ejemplo la corporativa, en boga en Europa. Pero predominó una solución más práctica: retornar al uso del poder gubernamental para modificar un poco los resultados electorales. Lo hizo Yrigoyen, moderadamente. Justo no tuvo necesidad al principio, debido a la abstención radical, pero lo hizo de forma masiva desde 1936, cuando los radicales volvieron a las urnas. Entonces, las elecciones fueron sistemáticamente falseadas, pero con el tácito consentimiento de los derrotados.
¿Fue infame, en definitiva, la década del 30? Ambos historiadores coinciden en que el problema no es demasiado relevante. Gerchunoff habló de cambios estructurales en la economía. De Privitellio, de un largo proceso de discusión y de adecuación de la ley Sáenz Peña, anterior y posterior a los años 30. Pero el sentido común se concentra en tópicos más llamativos -la intervención británica, la corrupción o el fraude-, generalmente mal entendidos e hilvanados en un relato simplificado, con una matriz entre nacionalista y populista, que ha calado hondo.
¿Puede modificarse el sentido común? Los expositores fueron escépticos, y con razones. Yo creo que siempre se puede abrir una discusión, sembrar una duda, mostrar que hay diversas versiones del pasado y que entre ellas puede entablarse un diálogo civilizado y provechoso. Hoy estamos lejos de eso. Pero, parafraseando a Sarmiento, las contradicciones se vencen a fuerza de contradecirlas.
Investigación de Archivo fotográfico: Juan Trenado

OPINA AXEL RIVAS


Apostar al conocimiento, la materia prima del siglo XXI
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Axel Rivas
Solo protegiendo la educación y la investigación en ciencia y tecnología podremos avanzar en el camino del desarrollo
Lo que más protege a los más débiles. Lo que más cuesta reconstruir. Lo que más efectos tiene a largo plazo. Lo que funciona. Esto es lo que hay que defender hoy antes que nada en un tiempo de crisis y ajuste.
Si se busca crear confianza en los mercados, hay que mostrar un proyecto de país sostenible en el largo plazo. ¿Quién puede apostar a invertir en un país que baja el salario de los científicos, disparando contra su propio futuro? ¿Quién puede invertir en un país extremadamente desigual en su distribución de la riqueza que no corrige su sistema impositivo para hacerlo más progresivo, como el de todos los países desarrollados?
No podemos olvidar el mapa del desarrollo en la oscuridad del corto plazo. En el mundo de hoy, lo único que sabemos es que todo va a cambiar. Los países que apuestan a una ventaja comparada en el agro, la industria o los servicios quizás solo están cavando su foso para cuando esta ventaja desaparezca (o cuando un año toque una gran sequía). Hay que fortalecer diversas cadenas de valor, pero sobre todo apostar al conocimiento, el único caudal seguro en un mundo incierto, la única "materia prima" adaptable a todo.
La gran teoría del desarrollo hoy es una apuesta de construcción de conocimiento a gran escala, mediante el sistema educativo, y especializado, mediante la investigación y el desarrollo científico-tecnológico asociado a diversas cadenas de valor productivo.
Los casos de éxito asiáticos lo descubrieron hace varias décadas cuando comenzaron a apostar todo a la educación (aun con discutibles modelos de presión extrema para los estudiantes). Los países que lograron modificar su estructura productiva invierten una proporción cada vez más importante de su PBI en ciencia y tecnología.
Basta ver el modelo de negocios de las mayores empresas del mundo, que no casualmente son hoy emporios tecnológicos. IBM invierte 16% de su presupuesto en investigación y desarrollo; Microsoft, un 15%, y Google, un 12%. Su fórmula es adaptarse, aprender, inventar, modificar, iterar, rediseñar. Viven en un mundo complejo y para entenderlo invierten buena parte de sus ingresos en conocimiento.
El gobierno argentino se comprometió a invertir el 1,5% del PBI en ciencia y tecnología. Sin embargo, en 2016 esa inversión bajó al 0,53%, frente al 0,61% de 2015. Este año todo hace prever que seguirá bajando al ritmo del ajuste del gasto público. Se trata de una inversión muy baja en un país con un PBI bajo. Apenas tenemos un investigador cada mil de habitantes. Los países nórdicos europeos tienen siete veces más, con condiciones de trabajo muy superiores. Sin ir tan lejos, Brasil invierte el 1,3% del PBI en ciencia y tecnología.
Toda la inversión en ciencia que realiza el Estado debería ramificarse con políticas de impulso a la investigación y el desarrollo en el sector privado, que en la Argentina invierte muy poco. Hay que desarrollar un ecosistema de múltiples puntos, como lo hicieron los países que hoy crean ciencia, tecnología y valor agregado en toda su cadena productiva.
Necesitamos instituciones científico-tecnológicas fuertes, como lo demuestra el extraordinario ejemplo del Invap. El capital público tiene allí un modelo para replicar. Hay que ramificar una carrera científica prestigiosa, con equipamiento, buenos salarios y proyectos de articulación público-privados. Cada instituto de investigación que se paraliza o que pierde investigadores es una amenaza al futuro. La inversión estatal en ciencia y tecnología debería ser sagrada para mostrarle a todo aquel que quiere ser científico que en la Argentina ese lugar es el más prestigioso del país y donde será protegido incluso en los momentos más críticos.
Esto afecta todos los planos de formación del conocimiento. En las universidades se plantea una propuesta de aumento salarial en torno del 15%, cuando la inflación superará el 30%. En el resto del sistema educativo, en casi todas las provincias se ajusta el salario docente a la baja. La meta vigente de la ley de educación de llegar al 6% del PBI destinado a Educación se incumplió en 2016 y todo indica que se volverá a incumplir en 2017 y 2018.
Los efectos de estos ajustes son palpables. Faltan estudiantes para la docencia. Jóvenes brillantes con quienes converso para pensar su futuro me dicen que aspirar a hacer su doctorado por el Conicet no les permitiría mantener un mínimo nivel de vida. Los que ya están adentro sienten los ajustes y comienzan a pensar en migrar a otros países. Hay jóvenes científicos extraordinarios que están haciendo sus valijas para irse del país. Esto es un suicidio colectivo como sociedad.
El mapa nos debe permitir mirar cómo se llega al futuro sin quemar los puentes más vitales del desarrollo en las urgencias fiscales de corto plazo. En la oscuridad de la emergencia también necesitamos una linterna para iluminar los rostros de los más desaventajados. Las sociedades que más crecen son las que tienen más equidad, como lo demuestran los estudios de Kate Pickett y Richard Wilkinson. En los momentos de crisis hay que proteger a los más débiles.
¿De dónde deberían entonces salir los recursos para evitar la crisis fiscal y económica? Esta es una tarea que exige una desnaturalización de cualquier posición dogmática por izquierda o por derecha. Basta mirar comparativamente a la Argentina en el mundo con ojos rigurosos: es un país con alta carga impositiva, con una desigualdad social extrema (está en el puesto 112 del mundo en el coeficiente de Gini) y con un sistema impositivo no progresivo. En los países desarrollados se cobran muchos más impuestos a los ingresos y al capital que al consumo. América Latina es la región más desigual de la Tierra y no casualmente tiene el esquema opuesto.
¿Es tan difícil ver esto? En la urgencia, lo evidente: necesitamos una redistribución que aumente (de manera viable y responsable) impuestos como Ganancias, retenciones, Inmuebles, Bienes Personales y disminuya Ingresos Brutos, impuesto al cheque, IVA en los sectores más pobres. Necesitamos un gasto público más eficiente, racional y transparente, que defienda más a los que menos tienen y que garantice condiciones sostenibles a los que invierten. Necesitamos instituciones públicas coherentes y prestigiosas con continuidad. Necesitamos aumentar drásticamente la calidad de nuestras políticas públicas, porque en eso somos muy débiles en cualquier comparación mundial. Y necesitamos proteger la inversión en educación, ciencia y tecnología, porque solo así podremos construir un país que produzca a partir del conocimiento, la materia prima del siglo XXI.
Es tiempo de generar grandes acuerdos en la sociedad argentina, donde apoyar las bases del crecimiento. Podemos moldear ahora mismo una sociedad más equitativa, más previsible, con instituciones que miren el largo plazo y apuesten al conocimiento.

Profesor y director de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés