Los senadores se volvieron a aumentar las dietas y Milei expresó su “máximo repudio”
Pasarán a cobrar $9 millones por mes; agrega tensión a la relación con Villarruel
El presidente Javier Milei y la titular del Senado, Victoria Villarruel
Los senadores cobrarán un aumento en sus dietas que llevará sus ingresos a $9 millones en bruto por mes. La suba se debe a que en el Senado las dietas están “enganchadas” con los aumentos que surgen de las paritarias para los empleados legislativos; así lo dispusieron los propios senadoresen una resolución aprobada en abril, cuando triplicaron sus dietas y las llevaron a $8 millones mensual es. Los bloques habían prometido que darían de baja la resolución y anularían ese “enganche”. Nunca lo hicieron. Ahora, tras un nuevo acuerdo paritario, los senadores comenzaron a percibir sus dietas con otra suba y se desató una fuerte polémica.
El presidente Javier Milei cuestionó duramente la medida. “Expreso mi máximo repudio al vergonzoso aumento”, escribió. “Quienes avalaron estos atropellos sufrirán las consecuencias”, agregó. El choque se produce en medio de las tensiones entre Milei y la titular del Senado, Victoria Villarruel.
En virtud de las últimas paritarias celebradas entre las autoridades de ambas cámaras del Congreso y los gremios del personal legislativo, los senadores cobrarán un aumento en sus dietas que llevará sus ingresos mensuales a $9 millones en bruto, que, con los descuentos, quedarán en casi $8 millones por mes.
En el Senado, las dietas de los 72 legisladores están “enganchadas” a los aumentos que dispongan las paritarias del sector; así lo dispusieron los propios senadores en una resolución que se votó en el recinto en abril pasado, cuando triplicaron sus dietas y las llevaron a $8 millones mensuales en bruto.
El último acuerdo paritario arrojó una suba de 6,5% en dos tramos.
El primero será retroactivo al 1º de julio y fue fijado en 3,5% y el segundo es del 3% restante y comenzará a regir desde el 1º de agosto. Ese incremento comenzó a percibirse con las dietas de este mes, que treparon a $9 millones mensuales.
La medida aparece en un escenario de fuerte tensión entre la titular del Senado, Victoria Villarruel, y el presidente Javier Milei.
Pese a que los bloques de La Libertad Avanza, Pro y la UCR habían prometido hace meses que convocarían a sesión especial para dar de baja la resolución y “desenganchar” sus dietas de los aumentos acordados en paritarias, esto nunca ocurrió. Aquel último aumento generó una fuerte controversia.
Según trascendió de fuentes de la presidencia del cuerpo, Victoria Villarruel intentó postergar la firma del convenio paritario a la espera de un gesto de los senadores para “desenganchar” sus dietas de los aumentos salariales para el personal legislativo.
Sin embargo, ese gesto no llegó, por lo que Villarruel, en función de la resolución votada por los senadores en abril, debió trasladar las subas de los empleados a los ingresos de los legisladores.
Tras la difusión del aumento, el presidente Javier Milei reprodujo mensajes de usuarios de las redes con críticas e insultos a los senadores. Entre ellos, uno que expresaba: “Gracias Martín Menem por desenganchar los aumentos de los diputados y no permitir que se aumenten y ganen la locura que ganan las ratas de los senadores”.
El mensaje era una crítica indirecta a Villarruel, al marcar el contraste entre ambas cámaras.
El Presidente primero reprodujo críticas de otros usuarios. A la noche, finalmente, subió un texto de su propia autoría contra el incremento que dispusieron los senadores. “Expreso mi máximo repudio al vergonzoso aumento de sueldo que acaba de ocurrir en la Cámara de Senadores. Hace poco se habían aumentado el sueldo a 7 millones de pesos, pero parece que no les alcanza: hoy se aumentaron el sueldo a 9 MILLONES”, escribió el Presidente.
En la última votación, cuando los senadores se aumentaron la dieta a $7 millones, se difundió profusamente la imagen del senador Martín Lousteau, con la mano a medio levantar, votando a favor.
Milei comparó las dietas de la Cámara alta con los sueldos que cobran en el Ejecutivo nacional.
“Los sueldos del Poder Ejecutivo se encuentran congelados desde el 10 de diciembre. No hubo aumento de sueldo para ministros, secretarios o subsecretarios. Tampoco para mí, que además renuncié a mi jubilación de privilegio. ¿Por qué? Porque esta administración entiende que el esfuerzo lo tiene que hacer la política, no la gente trabajadora que paga los impuestos”, detalló.
Los ataques contra la medida del Senado no se detuvieron en ese párrafo. Milei prosiguió: “¿Quién cobra 9 palos por mes? NADIE. Mientras millones de compatriotas se esfuerzan por salir adelante tras la catástrofe económica generada por Sergio Massa, la Cámara de Senadores debería tener empatía con los argentinos y no tomarles el pelo aumentándose el sueldo todos los meses”.
“Parece que no comprenden que el sueldo que perciben sale de los impuestos que pagan todos los argentinos. Cobrar 9 millones de pesos en este contexto es más que una burla, es traición al pueblo trabajador. Una vez más, la casta política se niega a soltar sus privilegios mientras el pueblo sufre las consecuencias. Repudio cada una de las firmas que dieron lugar a este despilfarro a favor de los políticos y en contra de los argentinos. No sé quién fue el responsable de semejante burla, pero quienes han avalado estos atropellos a los trabajadores sufrirán las consecuencias en las urnas cuando el pueblo se exprese mediante el voto”, concluyó Milei.
El último aumento
En junio pasado, tras el polémico aumento anterior de las dietas, el Gobierno otorgó al Senado un suculento aumento de su presupuesto: le asignó un refuerzo de $26.747 millones, lo que representa una suba del 40,8% respecto de la partida que estaba vigente.
La Cámara de Diputados, en cambio, no tuvo esa suerte. Más bien lo contrario. Si bien triplica en cantidad de miembros al Senado, la cámara que preside Martín Menem recibió en ese momento, del Ministerio de Economía, un aumento menor en comparación: apenas un 3,5% de suba, unos $2902 millones.
Estos aumentos forman parte de la ampliación generalizada del gasto presupuestario que dispuso ayer el Poder Ejecutivo por medio de la decisión administrativa 470. Era previsible que lo hiciera ya que, al no haber presentado un presupuesto para este año y prorrogar el de 2023, todas las partidas quedaron en poco tiempo desactualizadas por efecto de la inflación y su ejecución estaba, en muchas partidas, al límite.
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El Gobierno no teme al riesgo país, pero hay dudas por el pago de la deuda y el dólar
Ronda los 1500 puntos desde hace semanas, lo que limita el crédito para la Argentina; analistas dudan del esquema monetario y cambiario que se está aplicando
Francisco Jueguen
El ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente Javier Milei están confiados
“Roma no se construyó en un día”. Es lo que suele responder en los pasillos de la Casa Rosada el presidente Javier Milei cuando le preguntan por qué, pese a su inquebrantable fe en el ajuste fiscal y monetario –y la consecuente reducción de la inflación–, no baja el riesgo país.
Luego agrega que no es verdad que no se haya reducido y recomienda mirar los números de un año atrás. Es cierto que en octubre de 2023 el indicador que muestra el diferencial que tiene la deuda argentina frente a los bonos del Tesoro de los EE.UU. que elabora el JP Morgan había tocado un pico de 2719 puntos básicos y que se desinfló hasta un valle en abril de este año de 1148 puntos.
Sin embargo, desde entonces retomó la suba y hoy oscila alrededor de los 1500 puntos, un nivel que le impide a la Argentina retornar a los mercados voluntarios de crédito.
Milei explica los motivos. El primero tiene que ver con el prontuario de un país con casi una decena de defaults. “La historia de la Argentina implica una reputación espantosa que dificulta mucho ser creíble y ni que hablar cuando sumás lo que declaran los legisladores locales”, sostiene. La segunda es que recién el mes pasado terminó de limpiarse el Banco Central (BCRA) con “dos ataques especulativos en el medio”, según suele repetir el Presidente.
¿Por qué la suba de los bonos soberanos –la fiesta inicial en el mercado– está hoy en stand by? Las dudas siguen ahí: que el esquema monetario-cambiario “de llegada” no despeja temores y, por lo tanto, no se cristaliza como sustentable; que hay atraso en el tipo de cambio; que las reservas seguirán cayendo por una demanda superior a la oferta. Y entonces, aunque haya un superávit en pesos, algo también debatible ante la eliminación del impuesto PAIS el mes que viene y una recuperación de la economía que no es en “V”, como se pronosticaba, no está claro de dónde vendrán los dólares para que el Gobierno pague la deuda. Esto es lo que piensan exministros de Economía, expresidentes del BCRA y exsecretarios de Finanzas consultados por la nacion.
“El financiamiento ya lo tenemos abrochado”, lo escuchan decir, sin embargo, al Presidente, sin más detalles, y con críticas feroces a los economistas privados y exfuncionarios que “vienen pifiando todo”.
El debate llegó al canil que Milei prefiere: las redes sociales. “MasterClass del Ministro [Luis Caputo]. El Riesgo País es el ‘lagging indicator’ [el indicador que mira para atrás] en este programa de solvencia fiscal y control monetario inquebrantables”, posteó Federico Furiase, parte del equipo económico días atrás. “Perdón Federico, pero esto no tiene mucho sentido. Si la solvencia fiscal y monetaria fuesen inquebrantables y creíbles, el riesgo país ya hubiese bajado incluso antes que la recuperación económica y sería, por el contrario, un ‘leading indicador’ [indicador sobre el futuro]”, retrucó en la misma plataforma el economista Constantino Hevia.
Fue Caputo quien abrió la disyuntiva entre los lagging o leading indicators la semana pasada en la Bolsa de Cereales. Dijo que algunos miran el riesgo país como un proxy de lo que puede venir. “Pero yo creo que el indicador más adelantado que todos tienen que mirar ahora es la realidad”, sentenció. El ministro de Economía repitió exactamente el mismo argumento horas después en un encuentro de la Bolsa de Comercio de Córdoba, donde disertó. Sin embargo, luego fue entrevistado por quien lo reemplazó en tiempos del macrismo en el BCRA, Guido Sandleris. “¿Qué es la realidad?”, lo interrogó Sandleris. “La realidad es que la inflación va a seguir bajando y la economía se va a seguir recuperando”, explicó el ministro.
Agregó que el escepticismo responde, como dijo Milei, al prontuario que tiene el país. Afirmó que entiende las dudas del mercado por el vencimiento que existe en enero. Precisó que tiene los pesos para pagar los intereses gracias al superávit acumulado. “Pero también hay un vencimiento de capital. Van a tener los dólares para el capital, por supuesto. No vamos a comprometer todo por algo más de US$2000 millones. Las alternativas son varias”, dijo –sin detalles–, por ejemplo, del envío del oro del BCRA al exterior o la negociación de un repo (repurchase agreement, por las siglas en inglés) que Milei confirmó y el equipo económico dejó trascender que negocia por US$1000 millones a través de las gestiones del Santander.
“Ni siquiera va a haber refinancimiento. Lo vamos a pagar efectivamente. La Argentina no es que tiene cuatro o cinco meses para bajar el riesgo país”, aclaró el ministro sobre la cantidad de dólares disponibles. “Nos quedan un año y cuatro meses. El pago de enero está garantizado y el de julio también. Recién estamos hablando de enero de 2026. Para esa época habremos evacuado cualquier duda”, estimó el titular del Palacio de Hacienda en Córdoba.
Tanto en enero como en julio de 2025 hay vencimientos de Globales y Bonares –papeles de la reestructuración de deuda que hizo Martín Guzmán–, que trepan a alrededor de US$4450 millones en ambos meses (US$2900 millones de capital y US$1550 millones en intereses).
En el equipo económico que acompaña a Caputo destacan además que el riesgo país local tiene también una correlación con la región y con los emergentes. Entre mayo y agosto, por caso, que fue cuando subió el riesgo argentino, también se incrementó el del mercado en general. Por otra parte, consideran que el análisis del mercado es, en rigor, “liviano” cuando observa lo que está pasando con las reservas internacionales y la relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Recuerdan que cuando asumieron al frente del país, en diciembre de 2023, no había un dólar para pagar los vencimientos de la deuda con el Fondo y efectivamente se terminaron abonando. “Tenemos tiempo hasta entre Thanksgiving [28 de noviembre] y el 15 de diciembre”, estimaron sobre los tiempos. Y volvieron a aclarar lo que mencionó Caputo. “El riesgo país no es tan relevante. Es una indicación de la tendencia. La incógnita es si alguien está dispuesto a financiarte a tres años, dentro del mandato actual, a una tasa del orden del 10%”, precisaron.
“¿Por qué no baja el riesgo país?”, preguntó la nacion. “Es fácil esa”, respondió un expresidente del BCRA. “No hay dólares para pagar los vencimientos de deuda del año que viene”, afirmó. “Muy simple”, retrucó un exsecretario de Finanzas. “Porque no hay reservas y no se delineó un camino para que aumenten y sea creíble. Sin dólares no se puede pagar la deuda”, cerró.
“Porque las reservas netas eran -11.000 millones de dólares en diciembre, cero en mayo y -3500 millones hoy, en descenso, y nadie ve que se recuperen en el segundo semestre, más bien lo contrario. Y hay que pagar 5000 millones en enero y 5000 en julio”, hizo las cuentas un exministro.
“El esquema monetario cambiario de llegada es confuso y el actual no es sostenible. Estamos en un esquema en el cual se están perdiendo reservas y se van a seguir perdiendo. Entonces, aun cuando el sector público tuviera superávit en pesos, digamos, no hay reservas netas en el Banco Central para poder financiar los pagos de deuda bajo este esquema monetario cambiario. Entonces, por supuesto, no es algo que necesite resolverse mañana, pero hace falta tener mucha claridad hacia dónde vamos para que se despejen esas dudas”, dijo otro hombre que también se movió por el quinto piso del Palacio de Hacienda.
“El principal tema es el cepo, o lo que se expresa con el cepo, y es la idea de que hay confusión sobre todo el manejo monetario. Esto, más la expectativa de que el cepo está generando problemas para el ingreso de divisas, está trayendo un nivel de duda superior que hace que el riesgo país no caiga. En lo monetario y en lo fiscal, algunos tenedores de bonos importantes ven que el discurso muestra mucho avance pero que no es tan consistentes con los hechos”, cerró un hombre de las finanzas.
Equilibra recuerda que,para tratar del frenarla suba del riesgo y de la brecha cambiaria, el Gobierno ratificó el crawling peg al 2% y el dólar blend, y además implementó medidas que, según esa consultora, golpearán las reservas: la esterilización en el CCL de pesos emitidos por compras de dólares, la reducción del plazo de pagos a importadores, la transferencia adelantada al Bank of New York de los intereses de Bonares y Globales, y la reducción del impuesto PAÍS. “Tras cerrar julio de 2024 en rojo por US$3800 millones,las medidas anunciadas profundizarán el deterioro de las reservas,que terminarían 2024 en US$-9500 millones con vencimientos por US$4500 millones en enero de 2025. Los pagos se saldarían con la multa, pagadera en dólares, del blanqueo, un repo con bonos soberanos en garantía o préstamos contra el oro del BCRA”, indicó Equilibra.
En el Gobierno no temen. A contramano, ven crecer a las reservas del BCRA. Y, como dice el Presidente: Roma requiere un tiempo andando y siempre por el mismo camino.
“Roma no se construyó en un día”. Es lo que suele responder en los pasillos de la Casa Rosada el presidente Javier Milei cuando le preguntan por qué, pese a su inquebrantable fe en el ajuste fiscal y monetario –y la consecuente reducción de la inflación–, no baja el riesgo país.
Luego agrega que no es verdad que no se haya reducido y recomienda mirar los números de un año atrás. Es cierto que en octubre de 2023 el indicador que muestra el diferencial que tiene la deuda argentina frente a los bonos del Tesoro de los EE.UU. que elabora el JP Morgan había tocado un pico de 2719 puntos básicos y que se desinfló hasta un valle en abril de este año de 1148 puntos.
Sin embargo, desde entonces retomó la suba y hoy oscila alrededor de los 1500 puntos, un nivel que le impide a la Argentina retornar a los mercados voluntarios de crédito.
Milei explica los motivos. El primero tiene que ver con el prontuario de un país con casi una decena de defaults. “La historia de la Argentina implica una reputación espantosa que dificulta mucho ser creíble y ni que hablar cuando sumás lo que declaran los legisladores locales”, sostiene. La segunda es que recién el mes pasado terminó de limpiarse el Banco Central (BCRA) con “dos ataques especulativos en el medio”, según suele repetir el Presidente.
¿Por qué la suba de los bonos soberanos –la fiesta inicial en el mercado– está hoy en stand by? Las dudas siguen ahí: que el esquema monetario-cambiario “de llegada” no despeja temores y, por lo tanto, no se cristaliza como sustentable; que hay atraso en el tipo de cambio; que las reservas seguirán cayendo por una demanda superior a la oferta. Y entonces, aunque haya un superávit en pesos, algo también debatible ante la eliminación del impuesto PAIS el mes que viene y una recuperación de la economía que no es en “V”, como se pronosticaba, no está claro de dónde vendrán los dólares para que el Gobierno pague la deuda. Esto es lo que piensan exministros de Economía, expresidentes del BCRA y exsecretarios de Finanzas consultados por la nacion.
“El financiamiento ya lo tenemos abrochado”, lo escuchan decir, sin embargo, al Presidente, sin más detalles, y con críticas feroces a los economistas privados y exfuncionarios que “vienen pifiando todo”.
El debate llegó al canil que Milei prefiere: las redes sociales. “MasterClass del Ministro [Luis Caputo]. El Riesgo País es el ‘lagging indicator’ [el indicador que mira para atrás] en este programa de solvencia fiscal y control monetario inquebrantables”, posteó Federico Furiase, parte del equipo económico días atrás. “Perdón Federico, pero esto no tiene mucho sentido. Si la solvencia fiscal y monetaria fuesen inquebrantables y creíbles, el riesgo país ya hubiese bajado incluso antes que la recuperación económica y sería, por el contrario, un ‘leading indicador’ [indicador sobre el futuro]”, retrucó en la misma plataforma el economista Constantino Hevia.
Fue Caputo quien abrió la disyuntiva entre los lagging o leading indicators la semana pasada en la Bolsa de Cereales. Dijo que algunos miran el riesgo país como un proxy de lo que puede venir. “Pero yo creo que el indicador más adelantado que todos tienen que mirar ahora es la realidad”, sentenció. El ministro de Economía repitió exactamente el mismo argumento horas después en un encuentro de la Bolsa de Comercio de Córdoba, donde disertó. Sin embargo, luego fue entrevistado por quien lo reemplazó en tiempos del macrismo en el BCRA, Guido Sandleris. “¿Qué es la realidad?”, lo interrogó Sandleris. “La realidad es que la inflación va a seguir bajando y la economía se va a seguir recuperando”, explicó el ministro.
Agregó que el escepticismo responde, como dijo Milei, al prontuario que tiene el país. Afirmó que entiende las dudas del mercado por el vencimiento que existe en enero. Precisó que tiene los pesos para pagar los intereses gracias al superávit acumulado. “Pero también hay un vencimiento de capital. Van a tener los dólares para el capital, por supuesto. No vamos a comprometer todo por algo más de US$2000 millones. Las alternativas son varias”, dijo –sin detalles–, por ejemplo, del envío del oro del BCRA al exterior o la negociación de un repo (repurchase agreement, por las siglas en inglés) que Milei confirmó y el equipo económico dejó trascender que negocia por US$1000 millones a través de las gestiones del Santander.
“Ni siquiera va a haber refinancimiento. Lo vamos a pagar efectivamente. La Argentina no es que tiene cuatro o cinco meses para bajar el riesgo país”, aclaró el ministro sobre la cantidad de dólares disponibles. “Nos quedan un año y cuatro meses. El pago de enero está garantizado y el de julio también. Recién estamos hablando de enero de 2026. Para esa época habremos evacuado cualquier duda”, estimó el titular del Palacio de Hacienda en Córdoba.
Tanto en enero como en julio de 2025 hay vencimientos de Globales y Bonares –papeles de la reestructuración de deuda que hizo Martín Guzmán–, que trepan a alrededor de US$4450 millones en ambos meses (US$2900 millones de capital y US$1550 millones en intereses).
En el equipo económico que acompaña a Caputo destacan además que el riesgo país local tiene también una correlación con la región y con los emergentes. Entre mayo y agosto, por caso, que fue cuando subió el riesgo argentino, también se incrementó el del mercado en general. Por otra parte, consideran que el análisis del mercado es, en rigor, “liviano” cuando observa lo que está pasando con las reservas internacionales y la relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Recuerdan que cuando asumieron al frente del país, en diciembre de 2023, no había un dólar para pagar los vencimientos de la deuda con el Fondo y efectivamente se terminaron abonando. “Tenemos tiempo hasta entre Thanksgiving [28 de noviembre] y el 15 de diciembre”, estimaron sobre los tiempos. Y volvieron a aclarar lo que mencionó Caputo. “El riesgo país no es tan relevante. Es una indicación de la tendencia. La incógnita es si alguien está dispuesto a financiarte a tres años, dentro del mandato actual, a una tasa del orden del 10%”, precisaron.
“¿Por qué no baja el riesgo país?”, preguntó la nacion. “Es fácil esa”, respondió un expresidente del BCRA. “No hay dólares para pagar los vencimientos de deuda del año que viene”, afirmó. “Muy simple”, retrucó un exsecretario de Finanzas. “Porque no hay reservas y no se delineó un camino para que aumenten y sea creíble. Sin dólares no se puede pagar la deuda”, cerró.
“Porque las reservas netas eran -11.000 millones de dólares en diciembre, cero en mayo y -3500 millones hoy, en descenso, y nadie ve que se recuperen en el segundo semestre, más bien lo contrario. Y hay que pagar 5000 millones en enero y 5000 en julio”, hizo las cuentas un exministro.
“El esquema monetario cambiario de llegada es confuso y el actual no es sostenible. Estamos en un esquema en el cual se están perdiendo reservas y se van a seguir perdiendo. Entonces, aun cuando el sector público tuviera superávit en pesos, digamos, no hay reservas netas en el Banco Central para poder financiar los pagos de deuda bajo este esquema monetario cambiario. Entonces, por supuesto, no es algo que necesite resolverse mañana, pero hace falta tener mucha claridad hacia dónde vamos para que se despejen esas dudas”, dijo otro hombre que también se movió por el quinto piso del Palacio de Hacienda.
“El principal tema es el cepo, o lo que se expresa con el cepo, y es la idea de que hay confusión sobre todo el manejo monetario. Esto, más la expectativa de que el cepo está generando problemas para el ingreso de divisas, está trayendo un nivel de duda superior que hace que el riesgo país no caiga. En lo monetario y en lo fiscal, algunos tenedores de bonos importantes ven que el discurso muestra mucho avance pero que no es tan consistentes con los hechos”, cerró un hombre de las finanzas.
Equilibra recuerda que,para tratar del frenarla suba del riesgo y de la brecha cambiaria, el Gobierno ratificó el crawling peg al 2% y el dólar blend, y además implementó medidas que, según esa consultora, golpearán las reservas: la esterilización en el CCL de pesos emitidos por compras de dólares, la reducción del plazo de pagos a importadores, la transferencia adelantada al Bank of New York de los intereses de Bonares y Globales, y la reducción del impuesto PAÍS. “Tras cerrar julio de 2024 en rojo por US$3800 millones,las medidas anunciadas profundizarán el deterioro de las reservas,que terminarían 2024 en US$-9500 millones con vencimientos por US$4500 millones en enero de 2025. Los pagos se saldarían con la multa, pagadera en dólares, del blanqueo, un repo con bonos soberanos en garantía o préstamos contra el oro del BCRA”, indicó Equilibra.
En el Gobierno no temen. A contramano, ven crecer a las reservas del BCRA. Y, como dice el Presidente: Roma requiere un tiempo andando y siempre por el mismo camino.
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