lunes, 9 de septiembre de 2024

CRÍTICA DE TEATRO..." LO NORMAL" Y DE STREAMING..."MARGARITA "...


Una pieza dinámica pero con un desarrollo narrativo desparejo
Juan Carlos Fontana
Una comedia dramática, con reminiscencia de los productos Disney
autores y direCtores: Malena RatneryFranRuizBarlett.intérpretes: Marisol Irigoyen, Maia Etchichury,RaquelAmeri,Diego Castro y José Giménez Zapiola.
Vestuario: Carolina Peiretti. esCenografía: Giuliano Benedetti. iluMinaCión: Samir Carrillo. MúsiCa: Adrián Berra. sala: Picadero (Enrique Santos Discépolo 1857). funCiones: lunes, a las 20.
duraCión: 70 minutos.

“Lo normal, lo normal, me tienen la... al plato con lo normal”, esta frase se la dice Flor a Cami, su amiga, a la que esta última denomina su hada madrina en silla de ruedas. Cami y Flor se conocieron en un Centro de día, al que ambas concurren. Cami tiene una discapacidad motriz y le gusta hacer podcasts en los que graba sus pensamientos, sus interrogantes y también da algunos consejos sobre sexo.
Sus padres viven pendientes de ella. Su madre, Mecha, dice que asumió el papel de mala porque siempre está pendiente de su hija y es más temerosa que su padre Fernando. Este es más compinche de Cami. Le hace chistes y se mueve con mayor espontaneidad y es menos temeroso que la madre, respecto de lo que le puede pasar a la chica que tiene 24 años y no pareciera tener amigos.
Lo normal se estrenó el año pasado, en la sala Método Kairós y volvió a reponerse hace pocos días en el teatro Picadero, con algunos cambios en su elenco. De la pieza podría decirse que hauna bla de la discapacidad y de afrontar, de animarse a hacer. De aprender con lo que se tiene, a enfrentar la vida con sus cuotas de agridulces situaciones. Y lo hace a través de dos actrices que consiguen mantener expectante al público y hacerlo sonreír, cuando ambas dialogan en escena.
Flor y Cami son distintas y complementarias. La primera es más espontánea, expansiva, dice las cosas de frente y le aconseja a su amiga a utilizar Tinder para dialogar, o salir con algún chico. Ella tiene novio y está dispuesta a presentarle a Cami, un amigo, para que hablen y tengan sexo si se da la situación, ya que esta última es más pesimista y descree un poco de sus virtudes, o no las quiere ver.
El poder ser, a pesar de la discapacidad, o complementarse con él o las otras, es parte de esta pieza, que utiliza un humor irónico y sarcástico. A la vez que esquiva el melodrama y emplea pequeñas dosis de drama, para abordar las dudas de la madre, frente a intentar “hacer feliz” a su hija. Claro que a veces esto se convierte en actitudes sobreprotectoras que Camila detesta. Pero finalmente entiende que su madre lo hace por su bien.
La pieza tiene una narración dinámica, sus escenas son breves y se utilizan podcasts en los que Cami graba sus dudas e inquietudes más íntimas. Y estos, por instantes, se convierten en lo más sustancioso de la historia y más íntimo también. Aunque el desarrollo narrativo del relato es desparejo, hay situaciones jugadas por los personajes de los padres, en los Raquel Ameri y Diego Castro, intentan otorgarles mayor verosimilitud a sus textos, sus diálogos, sin lograrlo. No porque sus actuaciones sean incorrectas, ambos tienen una experiencia interpretativa muy probada, sino porque se observa un cierto descuido en los textos que le tocaron en suerte, o en las marcaciones de la dirección.
Lo contrario sucede con las escenas entre Marisol Irigoyen (Cami) y Maia Etchichury (Flor), ambas manifiestan una espontaneidad y complicidad muy convincentes y logran despertar un cierto regocijo en el público al escucharlas. A la vez que en ellas dos se apoya el crescendo dramático del relato. El que parte de una situación de imposibilidad, hasta demostrar cómo Cami va perdiendo rápidamente su timidez y logra transformar aquello de “quiero y no puedo, o creo no poder”, en una actitud de gran empatía con el otro. Y es la escena entre Cami y José Giménez Zapiola -que también interpreta suaves melodías en su guitarra a lo largo del relato- la que logra con sus actitudes y cuidadas marcaciones, arribar a ese profundo afecto, que tanto anhelaba en silencio la muy simpática, e irónica Cami.
Las escenas finales permiten observar las herramientas que puso en práctica Cami para animarse a derribar las barreras de la imposibilidad. El personaje está estupendamente interpretado por Marisol Irigoyen, a la que se vio en la serie Metro Veinte/4 Feet Hight. Maia Etchichury se destaca como la extrovertida Flor, en esta comedia dramática, que hereda una suave reminiscencia de los productos Disney.

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

El universo de Cris Morena se expande con aciertos y fórmulas
Paula Vázquez PrietoMora Bianchi se luce en su interpretación de Margarita
(argentina/2024).Creadora:
Cris Morena. elenCo: Mora Bianchi, Isabel Macedo, Graciela Stéfani, Julia Calvo, Rafael Ferro, María del Cerro, Toti Spangenberg, Lola Abraldes, Mateo Belmonte, Pilar Massé, Tomás Benitez.
disponible en Max

Floricienta fue un eslabón clave en el universo Cris Morena que se continúa con astucia en esta demorada secuela recién estrenada en la plataforma Max: Margarita. Hasta el éxito comandado por Florencia Bertotti, las ficciones de Morena combinaban narrativas juveniles de inspiración literaria -Chiquititas (1995) y los cuentos de orfandad-, o televisiva -la serie Dawson’s Creek origina Verano del 98 (1998)-, a menudo con un giro auténtico, un gesto de apropiación que implicaba sintonizar las historias de iniciación y aprendizaje con la cultura y la idiosincrasia argentina.
Con Floricienta (2004), el espejo fue el universo Disney: La cenicienta en la primera temporada y los relatos de princesas en la segunda, abriendo las puertas a esta concepción de “multiverso” que Margarita viene a completar. Porque esta nueva apuesta a la continuidad del éxito de Floricienta a través de su legado, se enraíza en una cosmovisión más amplia, con la clara vocación de delinear un mundo abierto a nuevos satélites, a nuevas historias, que encuentren en esas conexiones el placer del espectador de sentirse parte de algo conocido.
Margarita comienza con un breve prólogo en el país ficticio de Krikoragán, cuando los trillizos Federico, Andrés y Margarita -nacidos de la unión de Floricienta y el conde Max (Fabio Di Tomasso)- escapan de la suerte de sus padres hacia un exilio en París. La verdad sobre la desaparición de Flor y Máximo queda en el misterio, al igual que el viaje accidentado de sus herederos, que nunca llegan a la Ciudad Luz.
Tiempo después descubrimos a Delfina (Isabel Macedo) celebrando la pujanza de su universo Hangar Soho, una especie de emporio del entretenimiento que la tiene en la cima del éxito. Una entrevista con un medio periodístico la obliga a rememorar el origen de su golpe de suerte: el servicio secreto de Krikoragán la contactó para validar la sustitución de la extraviada Margarita por una niña huérfana, convertida en heredera de ese país bajo la celosa tutoría de la tía redimida. De la modesta morada que comparte junto a su madre, la inolvidable Malala (Graciela Stéfani), Delfina se traslada a un lujoso castillo, vestida con los vaporosos atuendos de la bonanza.
Ese secreto bien guardado sostiene el poder de Delfina en el presente, quien custodia a su pupila Daisy -rebautismo chic de Margarita-, con severos guardias y precisas restricciones. Macedo ofrece un giro de autoconciencia a su villana, arquetípica en su gestualidad, pero al mismo tiempo dotada de la misma rehabilitación que otras malvadas de Disney como Maléfica, quienes han visto en el presente un impulso de humanización. Y esa estrategia, clave en la conducción de la serie, está apoyada en el humor, en la gestación de una sátira que reconoce su punto de partida -el melodrama, los cuentos de hadas, las películas de Disney-, y antes que buscar reproducirlos de manera directa, anhela acercarse a ellos desde una ligera parodia, consciente de la distancia, orgullosa del procedimiento. En ese sentido, y más allá de los méritos, está la impronta del pastiche, la fusión de tradiciones que se permite oscilar entre el momento lacrimógeno y el pase de comedia romántica.
El momento más esperado del primer episodio es, claramente, la aparición de la heroína, la verdadera Margarita (Mora Bianchi). Siguiendo los pasos de Floricienta, su existencia es libre y locuaz, simpática y animada por un espíritu de buscavidas. Para no perder la tradición, es también huérfana, sin información de su verdadero origen, y en plena adolescencia combina las aspiraciones artísticas con su asombrosa capacidad de supervivencia, eludiendo caseras que reclaman el pago del alquiler o productoras enojadas que la expulsan de un rodaje por hablar demasiado. Lo que le espera es un encuentro fortuito con la impostora que ocupa su lugar, dando pie a los equívocos y malentendidos que forjan el corazón de este tipo de ficciones. En esa tarea, Mora Bianchi sale airosa ante el desafío de impulsar el relato a fuerza de gracia y desparpajo, y evita medirse los zapatos de su predecesora


http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.