sábado, 30 de enero de 2021

NUEVAS FORMAS PARA LOS AMANTES DEL ARTE


Cultura reloaded: nuevos códigos para los amantes del arte
Con estrictos protocolos, aparecen formas innovadoras de crear y consumir las obras surgidas durante la pandemia
Un obra de Shakeaspeare adaptada para ver desde el pasto, sobre almohadones y mantas, en el jardín del museo Sívori
Sábado, diez de la noche. Un sector de la explanada de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno se transformó en un pajonal de la pampa argentina. En la Buenos Aires de 1792, dos mujeres esperpénticas huyen en una noche virreinal, iluminadas por las llamas de un incendio. Mientras tanto los espectadores, sentados a cierta distancia unos de otros, con barbijos y fragancias varias de alcohol en gel, parecen representar una pieza distópica que se desarrolla en tiempo real. La pandemia también impone su guion en la oferta cultural. En este caso, se trata de Civilización, de Mariano Saba, con dirección de Lorena Vega. Es una de las funciones del ciclo El Cervantes en la Biblioteca, una de las tantas propuestas surgidas luego de la reapertura de instituciones culturales en la ciudad de Buenos Aires. De espaldas al Río de la Plata, las actrices se lucen; entre el escenario y el público circula la brisa de una noche de verano porteño y se oyen los caños de escape de motos, colectivos y autos que circulan por la avenida Las Heras.
Sucede que museos y otros espacios culturales, públicos y privados, tuvieron que apelar a la imaginación para retomar las actividades presenciales: con la llegada del calor, jardines, plazas y terrazas de museos y centros culturales son los nuevos escenarios donde se despliega la programación cultural veraniega. Si en las salas tradicionales de teatros o museos reina el silencio y la oscuridad, ahora los pájaros, los ecos del exterior y el rumor de los árboles es la melodía de fondo.
Hay movimiento, hay contacto visual, hay efervescencia luego de tantos meses congelados en el golpeado campo de la cultura. ¿Acaso se está transformando la forma de vivir la experiencia artística? ¿Qué cosas debemos cambiar, de ahora en más, como espectadores de la cultura en pandemia?
Por empezar, lo básico: distanciamiento, barbijo, alcohol en gel y reserva de turnos online para ir a ver una muestra o asistir a un espectáculo teatral, un concierto o una charla pasaron a ser regla corriente. “Tuvimos que replantearnos la forma en la que podíamos disfrutar la cultura –plantea Viviana Cantoni, subsecretaria de Gestión Cultural de la ciudad de Buenos Aires–. Readaptamos espacios y, fundamentalmente, priorizamos el aire libre a los lugares cerrados”. Según la funcionaria, lo que más cambia es “la manera de vivir determinadas actividades culturales, porque la masividad hoy no es viable y el espacio vital de cada uno es importante”.
Con barbijo y distancia, el público aplaude el recital de Rolando Goldman y Laura Albarracín en los jardines del Museo Fernández Blanco
Para Cantoni, “los vecinos y los artistas se sienten seguros, contenidos, y todos necesitaban volver a vivir la presencialidad; el contacto visual mutuo que provoca ese feedback es el que define la experiencia artístico-cultural”. En la página web de Cultura del gobierno porteño se puede consultar la agenda semanal y solicitar turnos para participar de estas experiencias colectivas (con aforo).
“Había como una fantasía de que si el vínculo entre artistas y público no se mantenía la gente se iba a olvidar del arte y se iba a meter de lleno en Netflix, se iba a olvidar de que existen otras experiencias y lenguajes, pero eso no pasó. Apenas volvió a abrir todo, las salas de teatro se llenaron y así siguen hoy (con 30% de aforo); también sucede con los museos. Hay avidez por la cultura. Hoy estamos habitando propuestas culturales de lo más diversas. En el teatro a sala cerrada, hay algo que remite al tiempo prepandemia, porque entrás y el protocolo invade todo: barbijo, temperatura, asientos con distancia. Hay como una ‘normalidad ortopédica’. Pero después están las propuestas al aire libre que, por su naturaleza misma, no tienen ese tinte melancólico ni proyectan la sensación de que algo podría haber sido distinto –dice Natalia Laube, periodista y crítica de teatro–. Son algo radicalmente nuevo, muy interesante para esta época. Ahora en el FIBA, por ejemplo, va a haber muchísimas propuestas al aire libre: recorridos performáticos por el cementerio de Chacarita a partir de la lectura de textos de Mariana Enríquez (dirigido por Analía Couceyro) o Jardín Sonoro II, una propuesta donde vos paseás por el Botánico y se activan piezas sonoras escritas por dramaturgas y actrices. Son propuestas que ya nacen permeables a esta nueva normalidad. Es una oportunidad tanto para los artistas como para los espectadores” .
Nuevo público
Por otro lado, hay un nuevo público que se está gestando a partir de estas dinámicas. Mucha gente, en especial los jóvenes, que rara vez se acercaban a un museo, llegan hoy a través de propuestas alternativas, como música o teatro en los jardines, y eso a su vez funciona como puerta de entrada para ver una muestra de arte por primera vez en su vida. “Estuvo genial y además pudimos conocer el museo por dentro, nunca habíamos venido”, dice en este sentido Luisa, una estudiante de Diseño Gráfico en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, en un intervalo del set solista del músico Santiago Vázquez en el jardín del Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco (Suipacha 1422). El concierto tuvo lugar la noche del viernes 23, en el marco de “Sesiones en el jardín”; el público se acomodó en pufs y sillas de madera para escuchar a Vázquez, ubicado delante del aljibe del patio-jardín. Mañana a las 20 se presentará Amanda Querales, guitarrista y cantante venezolana radicada en Buenos Aires, acompañada por Gastón Jalef y Juan Manuel Colombo. La actividad es gratuita, con inscripción online previa. Otros conciertos de jazz, música latinoamericana y folclore convocan a los espectadores en los jardines del Museo de Arte Español Enrique Larreta, el Centro Cultural Recoleta y el Museo Histórico de Buenos Aires Cornelio Saavedra.
Para los espectadores en general, volver a participar de un evento presencial representa, como dijeron algunos, un “programón”. Algo similar pasa con los artistas. Mientras en la ciudad de Buenos Aires las cifras de contagios se mantengan estables, las autoridades prevén que esta modalidad podría continuar por un tiempo, siempre y cuando se acate el protocolo de actividades al aire libre establecido por el gobierno. Por ahora, los eventos presenciales en jardines de museos y espacios abiertos de centros culturales se extenderán hasta el 16 de febrero. La única antagonista de estos eventos culturales al aire libre es la lluvia.
El ciclo Museos Abiertos al Cielo, organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación, comenzó a principios de noviembre en los espacios verdes y parques de los museos nacionales. En la ciudad de Buenos Aires, uno de los espacios elegidos fue el Patio de la Procuraduría de la Manzana de las Luces. La recepción del público, ávido por tomar un poco de distancia de las pantallas, fue muy buena. “Volver a ver un show es una caricia al alma –dijo Laura, una espectadora del recital de Bruno Arias y La Chicana, con Liliana Herrero y Teresa Parodi como invitadas especiales, que tuvo lugar el domingo 24–. Además, nos sentimos seguros y vivimos un atardecer fantástico. Hace mucho esperábamos esto”.
En Tecnópolis, de jueves a domingo, se hace el ciclo Atardeceres en Tecnópolis, que convoca a unas 1400 personas por día. Con el lema-hashtag #ReencuentrosCuidados, la programación se extenderá hasta el 16 de febrero con actividades que incluyen conciertos de música clásica y popular, proyección de películas, espectáculos infantiles y de stand up, paseos por la Tierra de Dinos y talleres de paleontología y astronomía, skatepark y una muestra de fotografía que rinde homenaje a Diego Maradona.
“Son Reencuentros Cuidados, pero también encuentros de felicidad y magia –dice María Rosenfeldt, directora de Tecnópolis–. Enero fue un mes de encuentro y acceso a la cultura, y eso nos gratifica enormemente”. Los lunes a partir de las 14 se publica la agenda de las propuestas y se puede hacer la reserva anticipada de entradas en la página web de Tecnópolis; las cantidades varían en función de las capacidades máximas validadas por protocolo oficial.
Otra experiencia cultural propiciada por el contexto es el ciclo de teatro al aire libre, con entrada gratuita, organizado por el Teatro Nacional Cervantes (TNC) en la explanada de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM, Agüero 2502) desde el jueves 
En Fundación Proa, los recorridos por las muestras se hacen bajo estricto protocolo
Las instituciones culturales privadas, por su parte, también se adaptaron al contexto actual para reabrir sus puertas. Es el caso de Fundación Proa y Proa 21, en el barrio de La Boca, donde tiene lugar el ciclo Cine Poco Exhibido, curado por Tomás Guiñazú, los sábados de 18 a 22 en el jardín de Proa 21, con debate, música y cine de directores jóvenes. La particularidad de este ciclo es que el equipo del film que se presenta ese día está a cargo de la organización, musicalización y exhibición de la jornada. Hoy se presenta una serie de cortos. En la vereda de Proa, los sábados y domingos se realiza Centro Cultural Nómade, un programa dirigido a los niños del barrio. Proa está abierta de jueves a domingos, de 12 a 19. Además, de jueves a domingo se puede visitar la muestra Crear mundos, con obras de cincuenta artistas mujeres contemporáneas. Y en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) comenzó la cuenta regresiva para visitar la muestra Remedios Varo. Constelaciones, con pinturas, dibujos, bocetos y objetos de la artista española Remedios Varo.
“La experiencia del online se agota, es muy difícil generar acontecimiento en ese formato, necesitamos vernos”, concluye Natalia Laube. El campo cultural, al parecer, está totalmente de acuerdo.
Letras en la hierba, por Virginia Cosin
Al 2020 lo recordaré como el año en el que las coordenadas de tiempo y espacio se reconfiguraron. Si antes del virus y el confinamiento obligatorio el living de mi casa era el lugar en donde los participantes de los talleres y yo nos reuníamos para compartir lecturas, mate, té, galletitas y, en ocasiones, algún vino, de un día para el otro ese mismo espacio se convirtió en una burbuja solitaria. Hubo que acostumbrarse a ver solo torsos y cabezas en dos dimensiones, a veces pixeladas; a retomar la conexión cuando se cortaba o el otro se “congelaba”, a “silenciarnos” a “compartir pantalla”. Incorporamos neologismos a nuestro lenguaje habitual. Y también descubrimos que podíamos conectarnos y trabajar con mucha gente con la que antes parecía imposible, porque nos separaban distancias demasiado extensas para recorrerlas en un medio de locomoción. Cuando casi se estaba terminando el año, en noviembre del año pasado, apliqué a una convocatoria del gobierno de la ciudad de Buenos Aires que ofrecía los jardines de los museos para dar talleres y cursos. Durante un mes, un grupo de diez personas y yo nos encontramos una vez por semana al aire libre para compartir lecturas de narradores norteamericanos que escribían sobre el matrimonio, y la experiencia, después de todo ese tiempo de encierro, resultó aliviadora y, de un modo extraño, nueva. Porque no es lo mismo reunirse cuando es lo habitual que volver a reunirse cuando la cercanía de los cuerpos se vuelve algo extraordinario. Conversamos en el jardín del Museo Sívori rodeados de verde, pajaritos y cada tanto nos interrumpía el ruido del tren. Este año que empieza, hasta que no sea seguro volver a reunirnos en espacios cerrados, voy a continuar coordinando talleres en modalidad virtual.
La autora es escritora y profesora; para consultar por sus talleres de escritura, clic aquí.

D. G. 

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INOLVIDABLES SERIES RETRO


Recomendado: grandes series animadas retro para ver en streaming
Heidi y su amiguito Pedro, un clásico inmortal
La llegada de Disney+ y su amplia variedad de títulos animados, es la excusa ideal no solo para recomendar varias ficciones de esa plataforma, sino también para bucear en otras señales streaming y descubrir qué clásicos animados de lo ochenta (y otras décadas) vale la pena volver a ver.

Heidi

Cualquier televidente que hoy ronde los cuarenta años, y haya visto mucha televisión de pequeño, probablemente recuerde perfectamente a Heidi. El mítico dibujo de los setenta saltó las fronteras de Japón, y se erigió como uno de los primeros éxitos de la animación japonesa a escala global. Su estética infantil, de la que participó el enorme Hayao Miyazaki (director de Mi vecino Totoro) cautivó a espectadores de todas las edades, y aún hoy es un clásico absoluto que no perdió su encanto. Como parte de su catálogo para los más chicos de la casa, Amazon Prime Video incluyó este título, junto a otros dos imprescindibles de la animación japonesa de esa época, Marco y Remi, el niño de nadie. Hermosa combinación para llorar en continuado.
Disponible en Amazon Prime Video.

X-Men, en su versión de 1989
X-Men

Muchos años antes de convertirse en una de las franquicias más rentables de Hollywood, los X-Men protagonizaron una popular ficción animada. En 1989 Marvel produjo un piloto para una eventual serie que por problemas financieros, nunca llegó a concretarse. Pocos años después, una productora retomó la idea y puso en marcha una temporada inicial de trece episodios. Por esa época, el cómic de los X-Men era un bombazo en materia de ventas, y la posibilidad de unos dibujos basados en esa historieta era un negocio asegurado. De ese modo, en octubre de 1992 se estrenó en los Estados Unidos esta serie que pronto se convirtió en un verdadero éxito. Lejos de limitarse a historias maniqueas,el título sorprendió por sus elaboradas tramas, que sumergían a los mutantes en cuestiones vinculadas al holocausto, el fanatismo religioso, y la discriminación.Los protagonistas eran víctimas de todo tipo de prejuicios, y sus aventuras escondían una lectura social que dejó huella en la televisión de esa época. Luego de muchísimos años sin poder verse en ningún canal infantil, finalmente los X-Men regresaron a las pantallas.
Disponible en Disney +.

Los Pitufos, en su versión animada
Los pitufos

Clásico inoxidable, Los Pitufos marcaron a decenas de generaciones desde su creación en 1958, cuando debutaron en las páginas de la historieta Franco-belga Johan y Pirluit. Estos personajes, que inicialmente aparecieron como secundarios invitados, rápidamente tuvieron su propio cómic y en 1981, su serie animada. Y para Los Pitufos, que en Europa eran un fenómeno comparable a Tintín o Astérix, la animación supuso la conquista del mundo. Niños y niñas de todos los países descubrieron a los diminutos seres azules, y el fanatismo alrededor de ellos creció exponencialmente. Por esa época, Argentina no fue la excepción a esa moda, y durante muchos años Los pitufos fueron un éxito durante las tardes de lunes a viernes. Gracias a un encanto que trasciende el paso del tiempo, ya sea con esta serie animada o con las historietas, reencontrarse con Los Pitufos siempre supone una grata experiencia.
Disponible en Amazon Prime Video.

Mazinger Z
Mazinger Z

De Gundam a Evangelion, el de los robots gigantes es un género que nunca dejó de producir obras maestras
, pero pocos lograron la fama mundial de Mazinger Z. Aquí el protagonista es Koji Kabuto, un temerario joven cuyo destino es el de convertirse en el piloto del gigantesco Mazinger. Acompañado de Sayaka y Boss, quienes manejan a Afrodita y Robot Boss respectivamente, Koji luchará incansablemente contra el Doctor Infierno y sus planes por conquistar la Tierra. Desde su estreno, este título gozó de un inmenso éxito alrededor del mundo, y eso le permitió permanecer en pantalla durante muchos años. Y cuando Netflix la incluyó en su catálogo, muchos fans argentinos volvieron a disfrutar de esta querida saga.
Disponible en Netflix.

El Tío Rico MacPato, protagonista de Patoaventuras
Patoaventuras

Si bien la nueva adaptación de Patoaventuras es una de las sorpresas más gratas de los últimos años en materia de animación, la serie clásica persiste como uno de los grandes títulos de Disney. Con un total de cien episodios, emitidos originalmente entre 1987 y 1990, Patoaventuras cuentan las innumerables travesías del Tío Rico, junto a sus tres sobrinos, Hugo, Paco y Luis. La serie se basó en los cómics de Carl Banks, un brillante historietista que creó un atractivo mundo alrededor del Pato Donald, en el que pronto se destacó su tacaño tío. El gran éxito de Patoaventuras tuvo que ver con que Disney apostó por alejarse de la comedia, y poner el acento en las peligrosas misiones que protagonizaban los patos, y que mezclaban elementos de la ciencia ficción, el terror,y referenciaba a películas de la época como Indiana Jones y los cazadores del Arca perdida (un film que a su vez, tomaba elementos de la historieta clásica del Tío rico). En los ochenta, esta serie fue un éxito rotundo, y Disney se entusiasmó tanto con la favorable respuesta del público, que lanzó otros títulos en la misma tónica como Darwing Duck, Chip y Dale al rescate o Aventureros del aire.
Disponible en Disney +.

Steamboat Willie, de 1928, debut cinematográfico de Mickey Mouse
Cortos de Mickey

Aunque no es una serie en sí, la amplia oferta de cortos clásicos disponibles en Disney+ siempre vale la pena recomendarlos. Luego de una ausencia de años (o décadas) de las pantallas argentinas, la plataforma streaming recuperó para el público local varios de aquellos cortometrajes protagonizado por Mickey, Donald, Chip y Dale, y muchos más de los personajes fundacionales de la casa. De esa forma, los adultos pueden volver a ver (y los más pequeños descubrir) piezas inolvidables como El barco de vapor Willie, El pequeño torbellino, Un dragón en los alrededores, Árboles y flores, o El paquete sorpresa de Pluto. Por último, también hay que destacar a Los tres caballeros, el largometraje protagonizado por Donald, José Carioca y Panchito, que entre sus muchos segmentos incluye a El gauchito volador, el corto inspirado en la Argentina.
Disponible en Disney +.

El eterno Astroboy
Astroboy

Angustiado ante la dramática perdida de su hijo, un científico construye un niño androide de aspecto igual al de su pequeño, pero dotándolo de distintos súper poderes. Sin embargo, lo maltrata constantemente y termina por venderlo a un circo. El destino finalmente lleva al robotito a manos de un brillante científico, quien lo adopta y lo alienta a luchar contra las injusticias. Y así nace Astroboy, el niño androide. Creado en 1968 por Osamu Tezuka (el padre de la historieta moderna en Japón), el personaje fue un hit inmediato, y a lo largo de las décadas posteriores protagonizó varias series y hasta un largometraje producido en Hollywood. Y de todas esas adaptaciones, la producida en 1980 aún es la más querida por el público.
Disponible en Amazon Prime Video.

Spider-Man y sus amigos
Spider-man y sus amigos

Junto a Batman, Spider-Man es el otro superhéroe que cuenta con la mayor cantidad de títulos animados. Desde su creación en los sesenta, Peter Parker lleva a sus espaldas más de una decena de adaptaciones, y de todas ellas, Spider-Man y sus sorprendentes amigos es una de las más recordadas. Aquí el protagonista comparte sus aventuras con el Hombre de hielo, un personaje de la formación original de los X-Men, y Estrella de fuego, una joven heroína creada exclusivamente para este dibujo. Si bien los episodios responden a un esquema que presenta pocas variantes, con un villano apareciendo en escena y el trío de héroes buscando la forma de derrotarlo, la amplia galería de invitados enriqueció notablemente cada una de las historias. De ese modo, a lo largo de los episodios que la integran, aparecen populares nombres como Doctor Doom, Doctor Strange, el Capitán América, Magneto, Loki, los X-Men, Thor y hasta Tony Stark. El título duró apenas 24 capítulos distribuidos entre 1981 y 1983, pero su éxito se prolongó durante muchos años más. Y si bien al día de hoy la animación resulta un poco acartonada, el encanto de estas historias aún perdura.
Disponible en Disney +.

De yapa: Por el poder de Grayskull
En el año 2017, Netflix estrenó este documental que repasa la importancia de He-Man, el personaje que inspiró una serie de dibujos animados. Esa serie, cuya función primaria fue la de generar demanda ante el lanzamiento de una colección de juguetes, inesperadamente se convirtió en uno de los fenómenos culturales más importante de los años ochenta.
Disponible en Netflix.

M. F. C. 

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EL ECONOMISTA.....NOTICIAS

 

¡¡¡..REACCIONEN, COMPATRIOTAS....!!!!! ....DESOBEDIENCIA CIVIL


El peligro de no esperar nada es que nada podría ser todo lo que se obtiene

Claudio Zuchovicki
Los mercados financieros se movilizan más por las expectativas que tiene la gente de que un suceso ocurra, que por ese suceso en sí. En economía este proceso se define como "profecía autocumplida".
El placer de volver a recibirlos en este espacio. Hoy utilicé una reflexión de Dan Ariely como título de esta nota, que pretende demostrar que es el comportamiento de las personas de acuerdo con sus expectativas lo que va a terminar de delinear nuestro futuro económico. La expectativa de lo que va a pasar es más importante que lo que va a pasar.
Si la mayoría cree que la inflación va a ser alta, pues va a ser más alta aún, porque todos vamos a cargar a precios ese pensamiento. Nadie quiere vender sus bienes o servicios por debajo del valor de su reposición. Si se vende a crédito, quienes lo hagan cargarán a la tasa de interés lo que crean que será el costo de oportunidad de diferir un cobro. Si el costo de vida va a ser más caro, tratarán de lidiar con los empleadores una suba salarial.
Si todos creen que será más costoso reponer un bien, se anticiparán subiendo los precios, generando la tan mentada profecía autocumplida.
Si la mayoría cree que van a devaluar, aunque un gobierno no lo quiera, el dólar va a subir. Si los ahorristas compran dólares, si el importador acelera compras porque espera que luego le será más difícil hacerlo, o si el exportador demora la liquidación de sus ventas, es el mercado el que termina devaluando y, a pesar de las intenciones de un gobierno, se termina generando la tan mentada profecía autocumplida.
Para darle un sesgo más cultural a esta columna económica déjenme utilizar un cuento de Gabriel García Márquez para ejemplificar.
"Imagínese usted un pueblo muy pequeño, donde hay una señora mayor que tiene dos hijos, uno de 17 y una de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde:
-No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo.
El hijo se va a jugar al billar y les comenta a sus amigos la preocupación de su madre. Uno de sus amigos comenta lo sucedido a su madre y ella le dice:
-No te burles de los presentimientos de los mayores, porque generalmente se cumplen.
Esta señora va a comprar carne y le dice al carnicero:
-Deme un kilo de carne.
Y, en el momento en que el carnicero la está cortando, la mujer dice:
-Mejor dame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado.
El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a hacer sus compras, le recomienda:
-Mejor lleve de más, porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar y se están preparando y abasteciendo. Entonces la clienta responde:
-Tengo varios hijos, mejor deme cuatro kilos de carne.
Se lleva los cuatro kilos y, para no hacer largo el cuento, solo agregaré que el carnicero en media hora agota la carne y se continúa esparciendo el rumor. 
Llega el momento en que todo el mundo en el pueblo está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y, de pronto, a las dos de la tarde, alguien dice:
-¿Se han dado cuenta del calor que está haciendo?
-¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!
-Sin embargo -dice alguien-, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.
Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz: "Hay un pajarito en la plaza". Y va todo el mundo espantado a ver el pajarito.
-Pero señores, siempre ha habido pajaritos que bajan.
-Sí, pero nunca a esta hora.
Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que están desesperados por irse, aunque no tienen el valor de hacerlo.
-Yo sí soy muy valiente -grita uno-. Yo me voy.
Recoge sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central, desde donde todo el pueblo lo ve. Hasta que todos dicen: "Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos". Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo, llevándose todo lo que pueden. Uno de los últimos que abandona el pueblo dice:
-Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa.
Y, entonces, la incendia. Y otros incendian también sus casas.
Huyen con tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, le dice a su hijo que está a su lado:
-¿Viste hijo, que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?
Los invito a pensar juntos sobre las posibles profecías autocumplidas para la Argentina 2021.
Hay cosas que en nuestro país van a suceder, porque estamos todos esperando que sucedan. Paulo Coehlo sostiene que "cuando el grajo (ave) vuela bajo, es que hace un frío del carajo".
Adaptando la frase de Coehlo al mundo de los mercados, diría: "Si los precios están muy bajos, es que hay un riesgo del carajo".
Tenemos el doble de pesos por emisión monetaria que el año pasado, con menos productos y bienes (el PBI cayó más del 10%). Tarde o temprano, los precios aumentarán aceleradamente. Ya pasó con el dólar, con la carne, con el pan, con la nafta, con las patentes (los gobiernos, además, ayudan a que suceda).
Ya son muchos los que argumentan que el dólar está tranquilo en valores de entre 150 y 160 pesos. Esto significa que nos acostumbramos a estos valores (el doble que hace un año). Lo raro es que todos te preguntan: ¿Y? ¿Cuándo sube? Si todos esperan que suba, tarde o temprano va a subir.
Si alguien que tiene un cargo público dice: "exportar es una maldición", entonces los exportadores de maíz y trigo van a pensar que pueden volver a limitarlos en sus libertades de elección de cuándo y cómo vender su producción; por lo tanto, van a sembrar menos, o preferirán sembrar soja; por lo tanto, va a faltar maíz y trigo; por lo tanto, subirán más los precios.
Tenemos un gran déficit fiscal que ya nadie quiere financiar. En la tabla de posiciones de mayor riesgo país encontramos: 1°) Sri Lanka, con 1800 puntos; 2°) la Argentina, con 1400; 3°) El Congo, con 1200; 4°) Ecuador, con 1000 puntos; 5°) El Salvador y Angola, con 800. Luego, con la mitad del riesgo argentino están: Ucrania, Nigeria, Barbados, Bielorrusia y Egipto.
Si la mayoría cree que una empresa o un país no va a honrar sus deudas, esa empresa o país deja de recibir dinero o prestado no consigue quien le renueve sus compromisos. Por lo tanto, va a terminar no honrando su deuda.
Entonces, ¿cómo vamos a financiar este déficit?
A) ¿Bajando gastos? No creo, porque "es año electoral "y no veo intenciones de hacerlo; sería un ajuste y va contra el discurso político. Tacho la doble generala.
B) ¿Licuando el gasto público? No creo, porque, aunque devaluar el dólar oficial por encima de la inflación para licuar gastos y deuda siempre es una posibilidad, el Gobierno entiende que el precio del dólar es un termómetro de su gestión y, siendo un año electoral, tomar esa decisión iría en contra de su discurso político. Tacho la generala.
C) ¿Subiendo impuestos? No creo, porque eso restringe el consumo, aumenta la informalidad y los contribuyentes deciden judicializar pagos por abuso fiscal. Si suben los impuestos aumentará el malestar social y además se recaudaría menos. Tacho el full.
D) ¿Emitir? Es lo que están haciendo y van a seguir haciendo porque creen realmente en esto. Por lo tanto, va a seguir habiendo más pesos con menos productos. Va a haber más pesos que alcanzarán para comprar menos cosas.
E) En este contexto, señores, para mí el control de precios vino para quedarse por mucho tiempo y a más productos y servicios. Veremos más restricciones y menos libertades de decisión comercial.
Conclusión: Si podés, ahorrá y no gastes.
Si tenés que comprar artículos de consumo masivo con impacto social, podés demorar la compra y ganarte la tasa de interés. Porque van a controlar los precios de productos básicos.

Si tenés que comprar artículos más selectos o premium y realmente los necesitas, compralos ahora, porque después no los vas a conseguir.

Amigos, por último, hay una clara decisión política de cerrarnos al mundo, imponiendo excesos de controles e intentar vivir más con lo nuestro.
Una estrofa de Jorge Drexler, en su canción "Todo se transforma" dice: "El vino que pagué yo, con aquel euro italiano que había estado en un vagón antes de estar en mi mano, y antes de eso en Torino, y antes de Torino, en Prato, donde hicieron mi zapato sobre el que caería el vino. Zapato que en unas horas buscaré bajo tu cama con las luces de la aurora, junto a tus sandalias planas que compraste aquella vez en Salvador de Bahía".

Si nos encerramos solo en lo nuestro, si ponemos controles para importar, para exportar, para atesorar, para producir, para consumir, recibiremos eso del resto del mundo y también de los que habitamos este suelo: restricciones de confianza, de credibilidad, de inversiones y de apuestas a un futuro mejor.

Cierro con el estribillo de la ya mencionada canción: "Cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da, nada es más simple".

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EN HOMENAJE AL POLIFACÉTICO CARLOS ESCUDÉ


Las lecciones de Escudé

Juan Pablo Scarfi

Provocador, apasionado e imprevisible, Carlos Escudé fue una figura polifacética tanto en las aulas y el mundo intelectual y académico como en la política exterior concreta y la televisión. Escudé supo desplegarse con una soltura ejemplar en todos estos escenarios. Quienes lo conocimos y tuvimos como docente sabemos bien que antes que un profesor de Relaciones Internacionales, fue un intelectual erudito especializado en dicha disciplina y particularmente preocupado por pensar los dramas y peripecias de la Argentina, las raíces de su tradición cultural y política nacionalista territorial y ante todo su inserción en la sociedad internacional. Al mismo tiempo por su estilo, ciertamente de una excentricidad irrepetible, podía ser fácilmente estigmatizado como un loco o delirante y por lo tanto siempre se corría el peligro de no tomárselo en serio. No cabe duda de que muchos y muchas de sus colegas contribuyeron a promover y difundir ese estigma. Por la profundidad y agudeza que mantenía Escudé era mucho más sencillo desmerecerlo y no tomárselo verdaderamente en serio. Mi director en el doctorado que realicé en la Universidad de Cambridge, Charles Jones, quien incluía y discutía algunos trabajos de Escudé como parte de su seminario de maestría sobre la historia de las relaciones exteriores sudamericanas, en el que yo también enseñé, lo definió en una conversación informal, en cambio, como "crazy but right." No hay duda de que a Carlos Escudé cabía tomárselo muy en serio, especialmente cuando era irónico o hablaba en broma.



Luego de recibirse de Sociólogo en la UCA, Escudé se formó bajo la influencia de la socióloga argentina Francis Korn, quien lo estimuló para que desarrollara, siguiendo sus propios pasos, una formación de posgrado en el St Anthony´s College de la Universidad de Oxford, donde Escudé terminó realizando su Maestría. Poco después completó su doctorado en la Universidad de Yale con una tesis que se convirtió pronto en un clásico titulada Gran Bretaña, Estados Unidos y la declinación argentina, 1942-1949 , la cual fue discutida con fervor en la Argentina de comienzos de los años 80 en las páginas de la revista Desarrollo Económico. En 1992, Escudé publicó el libro que quedó asociado con lo que se consideró como su contribución mayor al campo de las relaciones internacionales, Realismo periférico: fundamentos para la nueva política exterior argentina (1992). Este último libro proponía una teorización rigurosa, novedosa y altamente polémica sobre el lugar que le cabía jugar a la Argentina como país periférico y su necesidad de establecer alianzas con las grandes potencias mundiales y en especial con los Estados Unidos, repensando las tradiciones dominantes de la política exterior argentina. Esta obra tan controversial como única en el campo de las relaciones internacionales en la Argentina encontró eco y fundamentos políticos en quien fuera entonces el canciller argentino Guido Di Tella en el contexto del gobierno de Carlos Menem . Al haberse puesto al servicio como asesor de Di Tella, Escudé y el aporte de su libro fueron luego simplificados e incluso vulgarizados al quedar asociados desde entonces a lo que dio en llamarse las "relaciones carnales" con Estados Unidos. Como asesor de Di Tella, Carlos Escudé quedó asociado al neoliberalismo de los años 1990 y comenzó a adquirir un perfil tan político como mediático, todo lo cual ayudó a construir su mito.
Forjar un mito puede contribuir, pero no siempre lleva a la estigmatización. Simplificar puede contribuir, pero no siempre implica vulgarizar. Escudé fue sin duda objeto de estigmatizaciones y sus ideas fueron vulgarizadas. Aunque no estaba especialmente interesado en la vulgarización, a Escudé le apasionaba que las grandes ideas y proyectos académicos y políticos fueran discutidos más allá de la vida académica, con lo cual contribuyó a que sus ideas fueran debatidas y así simplificadas más allá de las aulas, los libros y los papers. Por lo tanto, él mismo forjó su propio mito al calor de la fuerza desmesurada de su propia pasión, su gusto por la provocación y su capacidad para sorprender e irritar a cualquier audiencia de alumnos, diplomáticos, políticos y televidentes. La culpa del mito Escudé no fue sino del propio Carlos Escudé. Al querer contribuir a su propio mito se vio motivado a simplificar sus ideas. Y al forjar un mito, Escudé se vio sujeto a una gran variedad de estigmatizaciones de parte de sus colegas y de todas sus audiencias. Sus transformaciones ideológicas y su atracción por una diversidad de tradiciones políticas y estéticas lo volvieron inclasificable. Se lo asoció con justicia al neoliberalismo de los años 1990 y también al kirchnerismo de los años 2010 al que adhirió con convicción. Carlos Escudé había sido a la vez amigo personal de Adolfo Bioy Casares y de otras figuras vinculadas al mundo de las elites argentinas, y también a la vez había formado parte del público selecto y de culto inicial que asistía a los pequeños conciertos que realizaban Patricio Rey y los Redonditos de Ricota en sus primeros años de carrera antes de adquirir una popularidad masiva.
A comienzos de la década del 2000, Escudé comenzó a aparecer regularmente en la televisión opinando y polemizando sobre el atentado de 2001 a las Torres Gemelas y sus efectos en la así llamada "Guerra contra el Terrorismo" emprendida y liderada desde los Estados Unidos por George W. Bush. Durante esos años, Escudé llegó a defender enérgicamente y de manera controversial el accionar de los Estados Unidos, al punto de que en una entrevista que le hicieron llegó a cantar en vivo el himno de los Estados Unidos en un gesto de defensa de la soberanía de dicho país y una suerte de compasión por los atentados recientes de que había sido objeto. Escudé era afilado, filoso y agudo cuando de debatir se trataba. Pero tenía un gusto especial por la provocación y por producir irritación. En un coloquio sobre Malvinas realizado entre académicos argentinos y británicos, Escudé se refirió a las Islas Malvinas como si no fuera él mismo un argentino y las llamó "Falklands" ante la sorpresa y las risas contenidas de gran parte de la audiencia. Esos gestos respondían no solo a un gusto especial por la provocación y por producir irritación, sino también a una actitud ecléctica y profundamente crítica del nacionalismo territorial argentino y de los nacionalismos en sentido amplio. Quizás los trabajos que produjo a finales de los años 80 y comienzos de los 90 sobre estos temas explorando las raíces culturales y educativas del nacionalismo territorial argentino hayan sido sus contribuciones más originales y perdurables para pensar críticamente a futuro la política exterior argentina y su lugar en el mundo. Entre ellos se cuentan, Patología del nacionalismo: el caso argentino (1987) y El fracaso del proyecto argentino: educación e ideología (1990).
En la década de 2010, Escudé readaptó su teoría del realismo periférico al contexto del kirchnerismo y postuló que la nueva potencia con la que la Argentina debía realizar alianzas estratégicas ya no eran los Estados Unidos sino China. En esa coyuntura, Carlos Escudé adhirió con convicción a la política exterior que el gobierno de Cristina Kirchner estaba forjando y la entendió como encauzada en los marcos de su propia teoría del realismo periférico readaptada a un nuevo contexto geopolítico mundial.



El mito Carlos Escudé produjo una infinidad de anécdotas. Me gustaría cerrar con una propia. La primera materia que cursé en mi vida de relaciones internacionales la dictó Carlos Escudé en el año 2000 y su ayudante era Paola De Simone, quien falleció, como él, de Covid a comienzos de septiembre de 2020 mientras dictaba su clase por zoom. Escudé la despidió escribiendo lo siguiente: "Ya nos llegará el turno a nosotros, querida Paola. Nada sabemos sobre este misterio que es la vida, pero ahora, del otro lado, ya sabes mucho más que los que dejaste atrás. Que sea con Dios." Frente a esa despedida emotiva le confesé por Facebook a Carlos que guardaba un bello recuerdo de las clases que compartían y dictaban juntos a coro, generando un diálogo tan interesante como intenso y apasionado. De ese modo conocí por primera vez en mi vida el campo de las relaciones internacionales y el mito Carlos Escudé.

Investigador adjunto del Conicet, Universidad de San Andrés

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IRIS, LA DIOSA DE LA DISCORDIA




La doble moral del kirchnerismo, una política de Estado

Sergio Suppo

Hay versiones de kirchnerismo según le resulte más conveniente  Alfredo Sabat
En los años noventa, bajo el paraguas de la confidencia, un dirigente muy conocido era descripto así por uno de sus principales operadores: "No es que sea mentiroso, es que no conoce la verdad".
La palabra "verdad" acaba de ser revalorizada por Joe Biden, en el nacimiento mismo de su presidencia. Prometió restablecer la democracia y la verdad. Nada menos, luego de los cuatro años de inusitado populismo en la Casa Blanca, encarnado por Donald Trump. Es imposible no encontrar una resonancia entre nosotros de ese proceso, sin que eso implique exagerar comparaciones, confundir dimensiones y soslayar diferencias.


Biden habló de unidad y planteó la reposición de la verdad como condición necesaria. Está ya gastada la advertencia de intelectuales de que los datos fácticos fueron reemplazados por creencias y supuestos ajustados a la conveniencia de un individuo o de un grupo. Lo que ahora ocurre es la dolorosa comprobación del daño que ese fenómeno produce en los sistemas políticos más desarrollados.
La verdad es un valor relativo en la Argentina. Y se complementa con la aplicación al desnudo de una doble moral política ajustada a la conveniencia de cada momento
En nuestro esquema de poder, la verdad también es un valor relativo. Y, peor, está complementada con la aplicación al desnudo de una doble moral política ajustada a la conveniencia de cada momento y según de quién se trate. Sobran los ejemplos más recientes para explicarlo.
Cada vez que viaja a una provincia, Alberto Fernández se autoproclama el presidente más federal. Pero al final de su primer año, los datos escritos de su propia administración muestran que los fondos nacionales han sido derivados en su enorme mayoría a atender un solo distrito, la provincia de Buenos Aires, donde reside el capital político del kirchnerismo.
Ese hecho está extremado por la quita de fondos coparticipables a la ciudad de Buenos Aires en beneficio directo del conurbano. Por simétrico criterio por el que resulta privilegiado el gobierno de Axel Kicillof, la Capital fue descripta como "opulenta". Pero su verdadero pecado es votar en contra del actual oficialismo.
No es difícil saber por quiénes están optando Cristina Kirchner y Alberto Fernández: por los millones de chicos que perdieron contacto con la educación o por la estructura sindical que los apoyan
El regreso a las clases presenciales, uno de los temas más debatidos en esta etapa de la pandemia, también está cruzado por el doble discurso. El Gobierno dice que desea que los docentes vuelvan a las aulas, pero los gremios que integran su esquema de poder se oponen.
 No es difícil saber por quiénes están optando Cristina Kirchner y Alberto Fernández: por los millones de chicos que perdieron contacto con la educación o por la estructura sindical que mantiene el privilegio de que sus agremiados sean los únicos trabajadores que no han recuperado la normalidad posible. El discurso es una cosa; la realidad, otra.
Es la misma lógica con la que se resolvió la destrucción del sistema de vuelos de cabotaje que beneficiaba a las personas obligadas a viajar durante días en colectivos. Ganó el sistema que se beneficia de vivir de una y excluyente empresa estatal.
Hay otro caso emblemático. El primer día de gestión, se reunió la Mesa del Hambre. Debut y despedida. En un año la pobreza aumentó 10 puntos porcentuales (en parte impulsada por la pandemia y en parte por la inflación y la devaluación) y el hambre fue borrada de los discursos.
Describir con palabras crudas la situación del conurbano es motivo de descalificación desde lo más alto del poder y hasta de una actuación del Inadi, cuya titular, Victoria Donda, acaba de ser premiada con la extensión de su mandado luego de confesar que ofreció un empleo público a una empleada que la denunció por violar las leyes laborales.
Otra maravilla de la doble moral: el movimiento político que hizo de la agresión verbal un arma de destrucción de la convivencia, institucionalizó la persecución ideológica por intermedio de organismos del Estado. El mensaje es: solo se pueden decir las palabras autorizadas desde el poder o pagar la consecuencia con un linchamiento en las redes sociales. Hay suaves deslizamientos hacia el autoritarismo que son más peligrosos que las caídas abruptas.
Solo se pueden decir las palabras autorizadas desde el poder o pagar la consecuencia con un linchamiento en las redes sociales.
Todo es según la pertenencia y la conveniencia del momento. En el norte, las comunidades wichis son reprimidas y sus líderes perseguidos por el gobierno de Gildo Insfrán. Es una política aplicada en Formosa desde hace años, a la que ahora se sumó el encarcelamiento en gimnasios de los enfermos de Covid. El que se contagia no puede quedarse en su casa; es llevado por la fuerza a un centro de confinamiento. Ya lo dijo el Presidente, Insfrán es un gobernador ejemplar.
Mientras, en el sur, los grupos mapuches radicalizados escindidos de su propia comunidad son amparados y subsidiados por el kirchnerismo. No es un detalle menor que el aval a quienes ocupan tierras ajenas (públicas y privadas) ocurra en provincias gobernadas por otros partidos.
Todo está a la vista. Pero negarlo puede ser más fácil y cómodo, aun para las víctimas de esas incongruencias.

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SON DEL MISMO PALO...¿QUÉ ESPERABAN QUE HICIERAN?


El auxilio a los peores caudillos

Joaquín Morales Solá
Gildo Insfrán, gobernador de Formosa desde 1995, en una imagen del año pasado cuando recibió a Alberto Fernández en los primeros meses de la pandemia 
El senador José Mayans es presidente del bloque kirchnerista; es decir, es un legislador de la máxima confianza de Cristina Kirchner, que maneja el Senado como si fuera su casa particular. Mayans acaba de decir que "en pandemia no hay derechos". Es una aberración política y una herejía para el sistema democrático. Según su disparatada teoría, la sociedad no solo debe padecer la ferocidad del virus que azota al mundo; también está condenada a perder las garantías propias de un Estado de Derecho. Es el infierno político en toda su densidad. Sin embargo, sería injusto detenernos solo en Mayans, porque él es una criatura de líderes políticos mucho más importantes. Gildo Insfrán, que lleva un cuarto de siglo gobernando Formosa, es el padrino político de Mayans. Cristina Kirchner es su protectora en la política nacional. Y el presidente Alberto Fernández lo elevó a la condición de gobernador ejemplar. Mayans no existiría sin Insfrán, Cristina y el Presidente. O dejaría de ser lo que es si no dijera los despropósitos que frecuenta como senador.
El problema es Insfrán y la cobertura política que recibe del peronismo nacional. Insfrán comenzó su aventura política en el Partido Comunista Revolucionario de orientación maoísta. Pecado de juventud que luego lo resolvió convirtiéndose al menemismo, al duhaldismo, al kirchnerismo nestorista y, por último, al cristinismo. Sus sucesivas lealtades parecen no haber borrado, con todo, su primera adhesión al duro régimen político de Mao y sus sucesores. 



En Formosa, la democracia es una vaga noción que aparece cada tanto, en tiempos de elecciones, para ratificar el liderazgo de Insfrán. Casi todos los medios periodísticos (gráficos y audiovisuales) están en manos de adeptos al gobernador. Los medios nacionales no pudieron entrar a Formosa durante la pandemia porque Insfrán les negó el permiso de ingreso con la excusa de la pandemia. Solo llegaron al conocimiento de la opinión pública nacional algunos videos caseros hechos con celulares por periodistas o ciudadanos de Formosa. Preocupado por la escasez del sistema sanitario provincial, Insfrán decidió enfrentar la pandemia violando todos los derechos humanos. Encerró entre rejas a los enfermos en escuelas y hospitales, los mezcló con los contactos cercanos que no estaban enfermos y les prohibió a todos hasta el derecho a caminar. En medio del hacinamiento en que viven, nadie sabe qué clase de comida y de asistencia médica reciben. Nadie conoce cuántos internados hay. Ya en octubre del año pasado murió un joven e 23 años cuando intentó llegar a nado a Formosa, porque todos los otros accesos estaban cerrados. El argumento de Insfrán es que la frontera con Paraguay torna incontrolable el tránsito de virus. También tiene frontera con Chaco, una provincia que fue muy castigada por el Covid-19. Nada más que pretextos.

Solo el martes empezaron a salir algunos internados, supuestamente porque en las próximas horas llegaría a Formosa una delegación de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Esa Secretaría mantuvo un silencio exasperante durante los últimos días. Su titular, Horacio Pietragalla, es el mismo que en su momento pidió la libertad hasta de Ricardo Jaime, un corrupto confeso ante la Justicia, en nombre de los derechos humanos. ¿Importan más los supuestos derechos de Jaime, entre varios corruptos más por los que se interesó Pietragalla, que los de los formoseños encerrados y hacinados? La particular visión de Pietragalla parece indicar que sí.
La conclusión y la información coinciden en la explicación del caso Insfrán. Es Cristina Kirchner la que lo protege. Insfrán tiene una vieja relación política con la vicepresidenta (relación de sumisión, desde ya). El control de los votantes de Formosa es férreo por parte de Insfrán; en 2019, el 70 por ciento de los formoseños votó por la fórmula Fernández-Kirchner. Insfrán reformó la Constitución provincial y le introdujo la reelección indefinida. Lo mismo que hizo Néstor Kirchner en Santa Cruz. Además, la vicepresidenta tiene una particular seducción con los caudillos feudales de las provincias, tal vez porque ella es heredera de uno de esos caciques. Otro gobernador intocable para el kirchnerismo es Gerardo Zamora, que gobierna Santiago del Estero con iguales o peores formas que Insfrán. La disciplina de Zamora frente a Cristina es absoluta. Ella los recompensó a Insfrán y a Zamora. Al delegado de Insfrán en el Senado, Mayans, le dio la presidencia del bloque de senadores oficialistas; a la esposa de Zamora le dio nada menos que la presidencia provisional del Senado, que tiene el segundo lugar en la línea de sucesión presidencial. Los caudillos duros, que desafían la democracia un día sí y otro también, son los que mejor le caen a la jefa política de la coalición gobernante. El Presidente, a su vez, no se detuvo ni siquiera en la estética (ni en la ética) antes de abrazarse a Insfrán. Pero no es él quien protege al mandamás formoseño; es Cristina.
Insfrán y Fernández, abrazados, ante la mirada del ministro De Pedro 
Insfrán siguió siempre las ocurrencias de la actual vicepresidenta. Cuando Amado Boudou era el ahijado político predilecto de la entonces presidenta, Insfrán firmó un acuerdo con la firma The Old Fund, que controlaba Boudou, para que esta lo asesorara en la reestructuración de la deuda pública de Formosa con el gobierno nacional. Nunca había sucedido algo así en la historia del país. Un gobierno provincial que contrata a una empresa privada para que lo asesore en la refinanciación de la deuda con el Estado nacional. Formosa le pagó 7.600.000 pesos a esa empresa, que en esa época significaban unos dos millones de dólares. La anomalía (o el delito) se investigó en la justicia nacional, cuando esta abrió el caso de Ciccone Calcográfica. Después de deambular durante mucho tiempo por Comodoro Py, el expediente terminó en el juzgado federal de Formosa por decisión de la Cámara Federal. Ahí morirá. Insfrán controla toda la justicia de Formosa.
El gobierno nacional y el Partido Justicialista, también nacional, salieron en un efusivo apoyo a Insfrán. El peronismo no siempre fue así. Sea por convicción o por oportunismo, lo cierto es que dos presientes peronistas tomaron distancia de caudillos impresentables. Carlos Menem intervinó Catamarca en 1991 y Santiago del Estero en 1993. El respaldo al catamarqueño Ramón Saadi y al santiagueño Carlos Juárez significaba en ese momento un precio político que el gobierno nacional no estaba dispuesto a pagar. El propio Néstor Kirchner volvió a intervenir Santiago del Estero en 2005 cuando la gobernadora era la esposa de Juárez, Nina Aragonés. Ni Menem ni Kirchner aceptaron el desgaste que hubiera significado para sus figuras nacionales el apoyo a caprichosos caudillos provinciales.
Pero, ¿por qué con Insfrán las cosas son distintas? ¿Por qué el peronismo, que siempre tuvo un fino olfato político, corre en auxilio del desprestigiado Insfrán? Versiones formoseñas, imposibles de confirmar, indican que Insfrán es también un importante aportante a las campañas electorales del peronismo en el norte del país. Es probable. Y es posible también que Cristina no esté dispuesta a sacrificar a un buen recolector de votos en un año electoral. 



Todo lo demás no tiene mucha relevancia para una estirpe política obsesionada con sus propios problemas. Ni siquiera es importante que Insfrán haya detenido durante varias horas a dos concejales, Gabriela Neme y Celeste Ruíz Díaz, cuando estas iban a visitar a los encerrados en campos de hacinamiento. Neme y Ruíz Díaz tenían fueros y, por lo tanto, la inmunidad de arresto. Ese un principio sagrado para Cristina, porque ya hubiera pasado por la cárcel si no tuviera fueros. Pero la oposición (Neme y Ruíz Díaz son opositoras a Insfrán) tiene otros derechos o no los tienen. Mayans no se equivoca. Los derechos de las personas son de vigencia relativa cuando los liderazgos políticos están en manos de dirigentes como Cristina o Insfrán.

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