Nada es gratarola

Graciela Guadalupe
"A estos les dejan un cosito y andan llorando por los canales".
(De Fernando Gray, sobre la bala que le dejaron a Vidal en 2016.)
Venimos de Pindonga y Cuchuflito. Pasamos por la casa de Cadorna y dejamos a los chicos con Barreda. Blanca Nieves surtió a los machos que la subestiman, una bala es un "cosito", Leliq es la nueva lámpara de Aladdin, un candidato venido a menos es un "salame" y colgaron un muñeco vestido de gendarme con la cara de la Bullrich de un puente de La Matanza.
Para no cambiar el tono ni el sentido académico de la campaña, querido lector, le marcamos lo siguiente: el próximo domingo es al ñudo tirar el voto. No es un día más. Nos jugamos el futuro del ispa, ya bastante baqueteado. Tenemos que pensar con la capocha para terminar con la partusa. Basta de bolaceo. La malaria nos está dejando un raye fulero.
Opciones hay varias: que el gato; que la arquitecta egipcia acovachada detrás del tío "Moderado" Alberto; que Roberto Narciso de los Espejos Lavagna; que Bambi Biondini, que Juan José Fagina Gómez, que el Pocho (el correntino), que el "Sperto" en conseguir partido; que Del Caño a la Castañeira, por mano izquierda, y que Albarracín (Raúl, no la madre de Sarmiento).
No son pocos teniendo en cuenta que el puesto más capanga es uno solo y que los que queden muy atriqui ni siquiera van a arrimar el bochín en octubre. Es curioso, pero algunos de los que se hacían los troesmas hace tiempo ahora no figuran ni a placé. Guitarrita Amado está en cafúa y Ventajita corre de atriqui al Metrobús, a sabiendas de que cualquier bondi lo deja bien.
Axel, el marxiconcheto, le disputa flor de terrenito a la naifa principal del otro lado de la General Paz, donde el ragú no es chiste y donde los narcos hacen su paponia, se llenan de lucrecias y gambetean los esfuerzos de los que ponen la caripela para hacerles frente.
El domingo que viene hay que gatillar el voto fetén para que ningún meterete nos frise el futuro. No será finoli decirlo así, pero hay que pensar bien qué metemos atroden de la urna. El bolonqui es nuestro. Hay que bancar esta parada y dejar de ser banana y de chichonear.
Si maltratamos a la tortuga, si nos aprendimos el Preámbulo de memoria, le creímos al turco, le pusimos fichas al aburrimiento, nos entusiasmamos con el pingüino y le inflamos los globos al gato fue toda responsabilidad nuestra.
No defaulteemos esta nueva oportunidad que nos da el almanaque. Nada de lo que decidamos será gratarola.
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