sábado, 18 de mayo de 2024

EL ESCENARIO Y MACRI


Logros, tropiezos y paradojas de un libertario
Claudio JacquelinJavier Milei
Las paradojas están siempre a la orden del día en la Argentina. Como si apostara a sintetizar y absolver contradicciones con su sola determinación, Javier Milei avanza casi siempre sin miramientos hacia terrenos riesgosos. Aun antes de haber logrado consolidar su retaguardia.
En ese patrón se inscribe el viaje del presidente liberal libertario (como él se define) a la cumbre de la ultraderecha nacionalista y proteccionista europea, que se celebrará en Madrid.
Otro viaje más mientras sigue sin conseguir que el Congreso le apruebe una sola ley después de cinco meses de gobierno. O, mejor dicho, sin haber podido impedir que se volviera a dilatar la sanción de la arquitectura normativa necesaria para dar sustento legal a su programa de gobierno. Sin ninguna ley a pesar de apellidarse Milei, concluiría un obvio cultor de los chistontos.
Los tropiezos en el Parlamento, que obligan a dar por hecho que no se cumplirá en tiempo la condición que había puesto el Presidente para la firma del Pacto de Mayo, encuentran, no obstante, hechos para compensarlo y para resaltar logros parciales.
La desaceleración de la inflación que confirmó esta semana el Indec, a lo que se suman las previsiones de un descenso mayor durante este mes, son motivos concretos para la celebración oficial. En lo inmediato, es algo más que un empate.
La película importa más que la foto para sostener la narrativa oficialista. En otro contexto, más de ocho puntos de inflación no sería un porcentaje para festejar, pero los antecedentes cuentan. Más después de haber arrancado la gestión con índices superiores al 20% durante dos meses.
“El nivel de decadencia es tal que el Gobierno festeja una inflación mensual del 8,4%, la misma inflación que los países de la región tardarán tres años en acumular”. El autor de la sentencia no es un rancio opositor. Se trata de un posteo en X de hace apenas siete meses subido por el actual vocero presidencial, Manuel Adorni, cuando la administración de Alberto Fernández celebraba que en octubre de 2023 hubiera descendido del 12,7% de septiembre. Todo es relativo.
“La desaceleración inflacionaria y la reaparición de los créditos hipotecarios, aunque para una gran mayoría resultan todavía inalcanzables, refuerzan la ilusión de un futuro posible y mejor, sobre todo en los jóvenes. Por eso, a pesar de la dureza de la recesión que provoca el ajuste, los niveles de aprobación y popularidad presidencial se mantienen elevados. La duda de todos, no obstante, es si se lo podrá sostener y que en el camino la depresión económica no arrase con esa ilusión”, dice un consultor de opinión pública entre cuyos clientes se enrolan opositores de diverso cuño y empresarios pequeños y medianos, ninguno de los cuales está entre los que celebran.
Si el futuro asoma por una rendija, al Gobierno le añadieron oxígeno las escenas del pasado, que se instalaron en la semana con las escandalosos revelaciones de pruebas de extorsión y aprietes por parte de dirigentes de movimientos sociales a beneficiarios de planes. El rechazo a lo que se fue se suma al horror al vacío que en muchos provoca la posibilidad de que Milei fracase. La oposición sigue sin poder hacer pie.
El largo vía crucis del Congreso
Así pasan inadvertidos los inconvenientes y las fallas de la gestión, como los que se volvieron a advertir por segunda semana consecutiva en el Senado. “El problema sigue siendo que acá nadie se ocupa de gestionar, militar y ordenar el proyecto. Faltan autoridad y creatividad del lado del Gobierno”, insiste un senador de la oposición dialoguista que hace tiempo viene formulando advertencias al respecto.
La multiplicidad de enviados de la Casa Rosada que entablan conversaciones con senadores del radicalismo, de Pro, de fuerzas provinciales y peronistas no kirchneristas suelen abrir más temas de los que cierran.
Como si eso fuera poco, opera el by-pass –disimulado ayer– que le han construido a la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, que mira pasar de costado las negociaciones, aunque no deja de hablar con los legisladores. Las normas para dar certezas, sobre todo, a ese objeto de deseo que son los inversores, continúan envueltas en dudas.
Los cabos sueltos de la Ley Bases siguen siendo demasiados y requieren de un trabajo quirúrgico para avanzar, dado que el extenso articulado modifica realidades, toca puntos sensibles y promete beneficios muy dispares según regiones, pertenencia partidaria o representación social que interpelan a los legisladores.
Para añadir complejidad, asoman la profunda heterogeneidad y los problemas de liderazgo que se registran en los bloques. Así, la impericia oficialista es el aglutinante que sostiene sin romperse aún el número de 33 senadores del panperonismo, que se opone al proyecto oficialista.
Restitución del impuesto a las ganancias, actualización de los habe-res jubilatorios, régimen de incentivos para las grandes inversiones (RIGI) y monotributo social son aún barreras que se abren y se cierran y han dificultado la elaboración de un dictamen de mayoría para que el proyecto pueda ser tratado en el recinto.
Los pronósticos daban anoche como fecha posible para su votación la última semana de mayo y todos admitían que se introducirían cambios al texto aprobado en Diputados.
Por lo tanto, el proyecto de Ley Bases debería volver a la Cámara baja para convertirlo en ley. Los más optimistas auguraban que eso podría ocurrir casi una semana después de la fecha para la cual el Presidente pretendía tenerlo ya promulgado. Recalculando, repite la voz del GPS presidencial.
A fondo a la derecha
A pesar de esas dificultades en el plano local, el Presidente vuelve a dejar el país por unos días en otro viaje de carácter particular que no incluye reuniones con autoridades del gobierno del país anfitrión para sumergirse en otras aguas turbulentas, aunque en un espacio resguardado, que le promete trato de estrella internacional.
La cumbre de la ultraderecha europea que se celebrará en Madrid, organizada por los ultras de Vox, lo tendrá como figura central, ya que los otros dos jefes de gobierno invitados (la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el premier húngaro, Viktor Orban) participarán de manera virtual.
La centralidad que le darán a Milei esas ausencias presenciales compensarán el pesar por no poder compartir el espacio físico con ellos, muy especialmente con Orban.
El polémico húngaro es mirado cada vez con más interés y admiración por los principales responsables de la construcción política del libertario.
El nacionalismo y el proteccionismo que comparten las principales figuras de esa cumbre a la que convocó el español Santiago Abascal y entre las que destacan, además, la Marine Le Pen y el chileno José Antonio Kast, asoma más como un imán que como una contradicción secundaria para los libertarios.
La concepción liberal en política, el conservadurismo en cuestiones sociales e individuales y el rechazo a las fronteras abiertas para las personas los unen más de lo que los separa. Es una expresión cabal de lo que los estudiosos de las nuevas derechas denominan “fusionismo”, que permite la convivencia entre los principios liberales con ideas ultraconservadoras y nacionalistas.
Tras los recientes y ruidosos choques entre Milei y el gobierno socialista español, la presencia del Presidente en ese foro adquiere más relevancia, así como abre interrogantes y preocupaciones. Los expertos lo ven como una arriesgada apuesta a futuro, motivada por la ideología y las simpatías personales, más que guiada por los intereses nacionales. Otro patrón mileísta.
“No veo el sentido de pegarse a Vox cuando es un movimiento que no está creciendo y no tiene posibilidades de ganar en España. El vínculo con Trump es distinto porque puede ser presidente de los Estados Unidos. Acercarse a Vox es alejarse del Partido Popular (PP), que tiene más chances de formar gobierno. Pero también es cierto que la derecha dura está avanzando: en Holanda va a ser gobierno y va a crecer en las próximas elecciones europeas”, intenta explicar el directivo de un prestigioso centro de estudios internacionales.
“Es una apuesta a que termine gobernando la derecha más dura en Europa. Puede salir bien o mal. A corto plazo tiene un costo porque esa derecha no gobierna y nos distancia del establishment europeo actual”, concluye el experto.
El director de las carreras de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés, Federico Merke, abre un poco más el foco para buscar una explicación al viaje: “Las democracias occidentales están atravesando un proceso de polarización entre progresistas y reaccionarios de derecha. No es una polarización interestatal, sino doméstica y transnacional a la vez. Milei está internalizando esta polarización en la Argentina y al mismo tiempo comprándose un lugar en la polarización del norte global, colocándose del lado de Orban, Meloni, Le Pen, Abascal, Trump”, concluye.
“Va a ser una exhibición de fuerza de Vox y Milei les ayuda mucho. Una parte del PP, con Isabel Díaz Ayuso a la cabeza, pelea por llevarse a Milei a su lado, para que no sea una pieza de Vox. Pero [Alberto] Núñez Feijóo, líder del PP, tiene muchos más problemas para acercarse a Milei, porque en su votante moderado genera mucho rechazo. Mientras que a Pedro Sánchez [el socialista presidente del Gobierno] le queda cómodo Milei como rival. Los progresistas que votan a Sánchez se movilizan sobre todo contra la ultraderecha en la que se enrola el presidente argentino. Así que, por distintos motivos, es un viaje que, pese a la tensión, le conviene al Gobierno, que lo usará a su favor; le conviene a Vox, porque le da dimensión internacional, y a Ayuso en su batalla mundial contra la izquierda”, explica en clave local Carlos Cué, excorresponsal en la Argentina y periodista político de El País. Bingo.
Fiel al estilo con el que llegó a la política, el viaje del Presidente no pasará inadvertido. Tampoco estará exento de riesgos, de contradicciones y de conflictos.
No obstante, como ya ha sucedido en periplos anteriores, Milei encontrará motivos para disfrutar de su centralidad más allá de las fronteras, que promocionarán sus propaladores en las redes bajo el irónico hashtag: “fenómeno barrial”. Aunque, otra vez, no traiga beneficios contantes y sonantes para el país.

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Reestructuran la AFIP y echarían a la jefa de la Aduana, investigada por corrupción
Una jueza busca determinar si recibió sobornos de una empresa acusada de contrabando
Matías Moreno
El Gobierno anunciará hoy una amplia reestructuración de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la Dirección General Impositiva (DGI).
La medida fue acordada entre el ministro de Economía, Luis Caputo, y la titular de la AFIP, Florencia Misrahi, e incluirá cambios de direcciones y jefaturas, según anticiparon fuentes oficiales.
La reestructuración podría incluir también el desplazamiento de Rosana Lodovico, la titular de la Aduana. La funcionaria fue denunciada luego de que se conociera, a través de un artículo de la nacion, que recibió un préstamo de 250.000 dólares de una empresa sancionada por contrabando.
En el Gobierno confirmaron la reformulación de la AFIP y la continuidad de Misrahi. Sin embargo, hubo versiones contrapuestas sobre el futuro de Lodovico.
En las últimas horas, la jueza María Eugenia Capuchetti, quien investiga si el préstamo que recibió Lodovico fue un soborno, requirió toda la información en la AFIP y la Aduana sobre el prestamista de Lodovico. Además, Capuchetti pidió al juzgado que llevó adelante la causa los detalles del acuerdo que le evitó a la empresa una condena por contrabando.
Mientras el Gobierno intensifica las negociaciones con la oposición para conseguir los votos que le permitan lograr el aval del Congreso de las leyes económicas y evalúa un nuevo formato del Pacto de Mayo, Mauricio Macri asumió ayer la presidencia de Pro.
A casi tres meses de que cerrara un acuerdo con el sector de Patricia Bullrich para presentar una lista de unidad, Macri cumplió con la formalidad legal y tomó posesión de su nuevo cargo durante una reunión virtual del Consejo Directivo del partido. De esta manera, desembarcó en el partido que creó hace veinte años para llegar a la Casa Rosada y que ahora atraviesa una profunda crisis de identidad por el inesperado ascenso en el poder de Javier Milei.
En un comunicado difundido ayer, Macri destacó que su partido trabaja desde 2005 en ofrecer una “opción política basada en la libertad, la transparencia y el desarrollo económico sostenible”. Y se comprometió a resguardar los valores de su organización. “Desde este nuevo rol, Pro va a seguir defendiendo el cambio, la libertad y la república, como siempre lo hemos hecho”, apuntó.
El expresidente toma el control de Pro en un momento complejo para su fuerza. El partido no solo arrastra las divisiones internas que provocó la pelea por la candidatura presidencial en 2023, sino que se enfrenta a un dilema mayúsculo desde que Milei triunfó en las urnas. ¿Pro puede ser absorbido por los libertarios? ¿Macri tiene margen para diferenciarse de un presidente que tiene un amplio apoyo popular y que impulsa la misma agenda de reformas?
Macri sucederá a Bullrich como presidente de Pro en ese mar de interrogantes. Desde hace semanas, el expresidente cultiva un bajo perfil. Su prioridad es que el Gobierno logre la aprobación de la Ley Bases y el paquete fiscal en el Congreso. De tal forma, allegados al expresidente argumentan que optaron por postergar un acto de asunción de Macri como presidente de Pro. “No queremos enturbiar las leyes, la libido está ahí”, justifica un macrista de pura cepa.
Macri machaca ante sus colaboradores con que el Presidente debe tener las herramientas para gobernar. Por eso, pidió a los senadores de Pro que no obstaculicen el debate. Sin embargo, Guadalupe Tagliaferri, un alfil de Horacio Rodríguez Larreta, se negó a votar el set de reformas a libro cerrado.
Macri también se comprometió a participar del Pacto de Mayo, el acto refundacional que Milei pretende realizar en Córdoba para escenificar la firma de diez políticas de Estado. Por eso, el expresidente da señales de que no piensa levantar el perfil público hasta junio.
A partir de que se concreten la sanción de las reformas y el Pacto de Mayo, Macri intuye que empezará una nueva etapa. Quienes lo rodean creen que Pro tendrá chances o mayor margen para desmarcarse de Milei en temas institucionales –aún Macri no se refirió a la postulación de Ariel Lijo para la Corte, aunque le disgusta la decisión inconsulta del Presidente– o promover iniciativas propias en el Congreso. Los bullrichistas ya avisaron que no seguirán esa línea.
A su vez, Macri nota descuidos en la gestión, por lo que no descarta que a futuro Milei requiera de cuadros de Pro para rellenar puestos claves para el manejo de la botonera del Estado. Por caso, aún hoy lamenta que el Presidente no se haya inclinado por Cristian Ritondo como titular de la Cámara de Diputados. “Si a Milei le va bien, podremos diferenciarnos más, pero si hay problemas de gobernabilidad, es probable que asumamos un rol con mayor protagonismo”, dice uno de los exfuncionarios de Cambiemos que transitan el llano cerca de Macri. El exmandatario sigue de cerca la situación financiera de la ciudad, ya que Jorge Macri aún no recibió los fondos de coparticipación que estableció la sentencia de la Corte. “En esta etapa tenemos más que cuando empezamos: gobernadores, intendentes y muchos dirigentes con experiencia en todo el país”, remarcó Macri en un comunicado oficial.
Macri toma las riendas de Pro en medio de un tenso enfrentamiento con Bullrich, su exaliada en la pulseada de poder con Larreta. Hasta el año pasado, el expresidente fue el principal sponsor de la candidatura de Bullrich, pero el triunfo de Milei terminó de desgastar el vínculo político y personal entre ambos. Hoy, la ruptura parece definitiva.
Es más: Bullrich volvió a desafiar a Macri durante el último fin de semana. En una entrevista con LN+, sostuvo que el tiempo del expresidente ya había pasado y que “no le toca ser protagonista”. Con esa frase insinuó que intentaba apurar el retiro político de Macri. Los leales al expresidente no soportaron semejante destrato.
En Pro no descartan que la Capital se convierta en 2025 en el principal escenario de una disputa de poder entre Macri, Milei y Bullrich. Cerca de la ministra se entusiasman con la chance de que el Presidente le proponga ser candidata a senadora. “Antes me muero”, respondió Bullrich cuando Gerardo Milman se lo planteó en una reunión con diputados del grupo “halcón”. “De algo hay que morir”, le respondió Milman ante la mirada de los bullrichistas.
En el macrismo comenzó a circular la versión de que el expresidente podría postularse en la ciudad en 2025. ¿Se enfrentaría a Bullrich? Cerca de Macri relativizan esos rumores, aunque aclaran que mide bien en las encuestas. A Macri no lo desvela el Congreso. Es más: quienes lo conocen sugieren que sueña con llegar a otro puesto: la presidencia de la FIFA. “Volvimos”, escribió anoche en la cuenta de Pro.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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