sábado, 3 de agosto de 2024

DESDE ADENTRO Y RELEVAMIENTO


La gran batalla por la salida del cepo
Florencia DonovanEl presidente Javier Milei
Javier Milei tiene varias batallas ganadas en su corto mandato. Pero hay una, que es clave, que obsesiona tanto al equipo económico como al mercado, aunque no todos lo admitan con la misma franqueza: la cambiaria. En el equipo económico no abandonan la idea de acelerar el levantamiento del cepo en este trimestre.
Al menos, así lo refleja una serie de negociaciones que en paralelo se están llevando a cabo para poder hacerse de varios miles de millones de dólares que puedan amortiguar cualquier cimbronazo del tipo de cambio, ante una eventual relajación de los controles. Por un lado, en Economía tendrían el visto bueno de varios organismos internacionales como el Banco Mundial, la CAF o el BID para adelantar desembolsos –ya el BID comunicó esta semana un préstamo de US$675 millones–; por el otro, siguen vigentes las negociaciones con bancos internacionales –se habla de Nomura, Goldman Sachs, entre otros– para avanzar en un “repo”, como se conoce en la jerga financiera un préstamo contra garantía ya sea de oro o de bonos, por unos US$3000 millones.
Pero, además, hay desde hace algunos días conversaciones avanzadas con empresas exportadoras internacionales para que adelanten el ingreso de sus dólares a cambio de una letra, que luego podrían ir canjeando en el tiempo a medida que tengan necesidad de pesos. En su momento, algo similar había negociado la administración Macri con las empresas cerealeras para poder tener un colchón de dólares mientras se levantaba el cepo. “El FMI pide no ser el único que aporte fondos y acá se están tocando todas las puertas”, reconoce una fuente al tanto de algunas de estas conversaciones. “Las intervenciones en el mercado cambiario de los últimos días también tienen que ver con la expectativa de que algo viene; nadie gasta por adelantado si no cree que después va a recibir un cheque”, ilustró.
Habrá que esperar a ver si las conversaciones redundan en anuncios concretos. Todavía están en el terreno de lo posible. Está claro que el equipo económico sabe que tiene que mover las fichas. El mercado hoy está dividido entre quienes siguen optimistas y quienes empiezan a desconfiar del plan Milei. Los precios lo dicen todo. Los bonos parecen haber encontrado un piso, pero todavía no levantan cabeza.
El verano boreal, entretanto, hace que las negociaciones con el FMI avancen sin premura. Se descuenta, de todas maneras, que el Gobierno sobrecumplirá en septiembre la novena revisión del programa heredado del massismo y recibirá en las próximas semanas una nueva misión. Caputo anticipó en sus conversaciones con operadores del mercado bursátil que el Estado también cerró julio con superávit fiscal, aunque no financiero (el resultado de los ingresos menos los egresos, después del pago de la deuda), pero que en agosto volverá a obtener un doble resultado positivo, tal cual sucedió en todos los otros meses en lo que va del año. Todavía no está claro cómo piensa compensar en septiembre la eventual baja de 10 puntos del impuesto PAIS que anunció el presidente Milei. Hay gran expectativa en el Gobierno frente a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, que serán en noviembre. La administración Milei –o al menos el Presidente– no oculta sus cartas: la apuesta a una victoria de Donald Trump es indisimulable.
Para el levantamiento de las restricciones cambiarias –nadie cree que vayan a levantar todas juntas al mismo tiempo, no lo hizo Macri tampoco en su momento– también será clave que la brecha entre los dólares financieros y el oficial siga achicándose. Aunque el contexto internacional podría complicar aún más la tarea. Caputo, de todas formas, especula con que la menor demanda de divisas para el pago de importaciones de energía, estacionalmente alta en el invierno argentino, ayude a revertir la balanza cambiaria. “El problema para Bausili va a ser que el dólar no baje de 1100 pesos”, bromeó entre los bolseros en la reunión que se hizo el lunes último.
Pero también el BCRA le prende una vela al ingreso de dólares del blanqueo. La norma que aprobó ayer el directorio de la autoridad monetaria para facilitar a los bancos la toma de depósitos en dólares –sin importar que sean cara chica, cara grande o algo deteriorados– busca alentar a los blanqueadores, pero también a que quienes hoy tienen sus dólares rindiendo cero en caja de seguridad –una caja mediana en un banco puede salir hoy unos $700.000 mensuales– los depositen en el sistema financiero. La idea es que los bancos, al poder darle una aplicación a esos dólares billete que captan del público, tengan luego incentivos para pagarles algo de tasa por sus depósitos. Hoy no hay banco que aliente la toma de depósitos en moneda extranjera. Son solo un dolor de cabeza. Sería un win- win para los bancos y para el BCRA: más negocio para el primero, más reservas (porque los depósitos en moneda extranjera suben) para el segundo.
Mala comunicación
La cambiaria es la gran batalla que deberá dominar el Gobierno en los próximos meses, si quiere terminar de posicionarse para las elecciones de medio término como la fuerza más competitiva, de lejos. La sensibilidad es grande y el Gobierno no comunica demasiado bien: en ningún momento se preocupó por aclarar esta semana que la fuerte baja de reservas de fin de mes se debió a un movimiento contable habitual de la banca extranjera, que saca sus dólares el último día hábil del mes, para volver a depositarlos en el BCRA el 1º del mes siguiente (de ahí la recuperación de más de US$600 millones de ayer).
Ya Milei dio sobradas muestras de que la disciplina fiscal –con o sin contabilidad creativa– es innegociable. Lo mismo el objetivo de bajar la inflación núcleo –la que no contempla precios regulados, como tarifas, que pueden subir eventualmente, o movimientos estacionales– al 2% mensual (o menos) para fin de año.
La baja de la inflación le está permitiendo al Gobierno con esfuerzo administrar otro frente, que siempre desveló a las administraciones no peronistas, como es el frente sindical. Segunda batalla en la que el Gobierno está arriba. Ya las negociaciones paritarias no parecen tener la misma fuerza de hace algunos meses.Y los grandes líderes sindicales parecen cada vez más deslegitimados ante una sociedad que los identifica como la casta más recalcitrante. Los grandes gremios se encuentran algo desconcertados ante una administración que además no opera con la misma lógica de sus antecesores, ya que no cede ante la amenaza de paro, porque cree que la medida de fuerza solo mejora la imagen que la sociedad tiene del Gobierno en contraposición con la de la casta sindical. Si la macro acompaña, la estrategia seguirá siendo la de mantener paritarias lo más cortas posibles, con aumentos salariales que no superen el 4 o 5% mensual. En el corto plazo, también se buscará cuidar especialmente a aquellos sectores estratégicos con los que el Gobierno espera impulsar la actividad. En esa línea, el secretario de Trabajo, Julio Cordero, tendría previsto citar la semana que viene a Manuel Arévalo, líder de los petroleros jerárquicos, hoy en conflicto. Nada debería enturbiar el clima en Vaca Muerta. Ya ayer no fueron de lo más felices para el Gobierno las declaraciones de Paolo Rocca, número uno de Techint, en diálogo con inversores: “Probablemente todos fuimos demasiado optimistas al pensar que esto podría hacerse en el corto plazo”, dijo. Parece que aunque en las encuestas la imagen de Milei sigue intacta, para los empresarios el reloj ya está corriendo hace rato.
“La calle”, otro fantasma eterno para los gobiernos no peronistas, también parece estar por ahora bajo control. La embestida del Gobierno y de la Justicia contra algunos líderes de movimientos sociales parece estar surtiendo efecto. La deslegitimación de líderes piqueteros como Eduardo Belliboni es total. Tercera batalla con resultado favorable.
“Ni Camioneros ni los líderes sociales tienen legitimidad frente a Milei”, sentencia el economista y exministro de Producción y Trabajo macrista Dante Sica. Según dice, hay una combinación de convicción y pragmatismo en esta administración que es mejor de la esperada. “Convicción en lo fiscal y pragmatismo para ir ajustando los aumentos de tarifas en función de la inflación de bienes. Ahora hay que licuar los pesos, de modo tal de que cuando se abra el cepo, si hay un acomodamiento cambiario, no impacte sobre la inflación”, dice Sica, que se inscribe por estas horas entre los optimistas.
De la mano de lo cambiario, sin embargo, también está el nivel de actividad. Y esa es otra batalla que el Gobierno no puede dominar. La administración Milei apuesta en las próximas semanas a relanzar el Monotributo Promovido –a diferencia del monotributista tradicional, está eximido del pago mensual del componente impositivo–, que había lanzado Sergio Massa en 2023, en pos de avanzar en un blanqueo de los trabajadores que hoy están en la informalidad. Nadie espera en el corto plazo que crezca demasiado el empleo en relación de dependencia. La mayoría de las empresas pide ver más cambios antes de arriesgar. Hay quienes ven el riesgo de que este modelo sea el de un “massismo con superávit fiscal”. Es el Gobierno el que debe ahora mover las fichas si quiere seguir ganando batallas. No puede cantar victoria antes de tiempo

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Los argentinos se sienten más estresados y menos felices, según un informe
Postergan reuniones con amigos o hacer deporte, según un observatorio universitario de tendencias sociales
Evangelina HimitianAgobiados, así se sienten los argentinos
Los argentinos se sienten cada vez más estresados, menos felices y, con frecuencia, postergan planes personales como hacer deporte o encontrarse con amigos, por sentirse disconformes y agobiados por la situación actual. Así surge de un informe del Observatorio de Tendencias Sociales de la Universidad Siglo 21, que desde 2018 monitorea los niveles de felicidad y burn out de la población, dos indicadores claves, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) para conocer el estado de la salud emocional y mental de la población.
Según este informe, en esta primera mitad del año, se alcanzaron los niveles más altos de burn out (agotamiento laboral) y los más bajos de felicidad desde que se evalúan estos indicadores. Para medirlo, se usaron dos escalas internacionales estandarizadas, y aunque es una muestra reducida, de 1050 casos, tomada en distintos puntos del país en personas de entre 18 y 65 años, el nivel de error muestral del 3,6% permitiría extrapolarlo a la población general, según explican sus impulsores.
Así, siete de cada 10 argentinos dijeron estar disconformes con su situación actual. El relevamiento identificó una suba en los niveles de estrés y una disminución en los de felicidad. Según los datos, uno de cada tres argentinos se siente tan cansado que no puede hacer otras actividades después del trabajo.
Hace más de una década, la OMS solicitó a los estados monitorear los niveles de bienestar de la población, ya que es un factor crítico y esencial para el desarrollo de una comunidad. “Si las personas no cuentan con un cierto nivel de bienestar, no pueden afrontar el estrés cotidiano, asumir nuevos desafíos, trabajar de forma productiva o desarrollar su talento. Se asume que entre el 60% y el 70% de las diferencias individuales en el bienestar pueden vincularse con el contexto laboral, el nivel educativo y el socioeconómico, entre otros”, señala el informe.
Por eso, a partir de la recomendación de la OMS, varios países (Finlandia, Suecia, Noruega, Francia y México, entro otros) comenzaron a medir oficialmente los niveles de bienestar, a través de los estadios de percepción de felicidad de una población, como así también los niveles de estrés crónico y agotamiento emocional, por el grado de burn out. Hasta el momento, la Argentina no adoptó esa medición.
“Se observa de manera sistemática un deterioro en la calidad de vida de los argentinos, cuyos niveles de burn out se encuentran entre los más altos de los últimos años”, dice el estudio, al comparar los datos obtenidos desde 2018. Los autores aclaran que no es un reflejo de la coyuntura exclusivamente, sino que es una foto de las sucesivas crisis, que tienen un efecto acumulativo. “Este año disminuyeron con respecto a 2023 los niveles de felicidad y bienestar: la mitad de los argentinos (el 50,7%) se siente satisfecho con su vida y 7 de cada 10 (el 63,4%) están disconformes con su situación actual”,
apunta el informe.
¿Cuál es la explicación de este deterioro? Entre otros factores, se señala la situación económica, la sensación de pérdida de control que genera la inflación, y la espera de una mejoría económica que no cambió la realidad de los hogares, entre algunas de las explicaciones, aunque aclaran que es una combinación de variables sociales, económicas y personales.
“Son muchos los factores que inciden. Entre ellos, las relaciones sociales, el capital social de las personas es fundamental al sentir que uno tiene recursos como para enfrentar los desafíos que se plantean. Los argentinos alcanzan valores similares a los españoles, pero probablemente a fuerza de desarrollar mucha resiliencia, muchos recursos internos para equilibrar la situación adversa”, explica Luis Morera, director de ese observatorio.
Uno de cada cuatro
Cada año, desde 2018, se aplica el Cuestionario de Burn out de Maslach. El análisis, desde entonces, muestra un incremento significativo de estrés y agotamiento emocional en el último año. El 24% de la población afirma que la mayor parte de los días siente que no puede relajarse después del trabajo y le cuesta cada vez más iniciar su jornada laboral. Las personas de entre 50 y 59 años fueron las que mayores niveles de burn out presentaron. Los jóvenes de entre 18 y 29 son el único grupo etario que mostró una suba los niveles de felicidad.
Hace un año, uno de cada cinco padecía agotamiento extremo. Hoy es uno de cada cuatro. Este incremento tiene consecuencias en otros ámbitos: además de aumentar el ausentismo laboral y de producir una baja de la productividad, las personas que sufren el síndrome presentan el doble de probabilidades de experimentar un trastorno mental en el futuro, por ejemplo, depresión. También se incrementa en un 80% la probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares, señala el informe.
Un dato que resulta llamativo es que, en relevamientos anteriores,
el nivel de estudios actuaba como un factor protector. En esta medición no resultó así. Incluso las personas con posgrados incrementaron su nivel de burn out. Morera lo explica así: “Todos estamos expuestos a distintos niveles de estrés. El burn out se produce cuando se registran niveles elevados y sostenidos de estrés crónico. En el ámbito laboral, todos tenemos expectativas y demandas. Si están por debajo de nuestros recursos, nos aburrimos. Si están equilibradas y nos ofrecen desafíos acordes estamos bien, podemos manejarlas y crecer en el ámbito laboral. Si están muy por encima de nuestra capacidad de respuesta se transforman en estrés”.
“En esta medición, incluso aquellos con mayor formación profesional, que antes sentían que tenían mayores recursos de afrontamiento, además de poder aspirar a posiciones mejor remuneradas, se sintieron tan agotados y desbordados como los demás”, detalla.
Cuando midieron felicidad, los datos indicaron que los niveles aumentaron en 2023 respecto de 2022, pero volvieron a caer este año, ubicándose ahora entre los más bajos de los últimos años. En líneas generales se puede decir que menos de la mitad se siente feliz o satisfecho con su vida. Se preguntaron cuestiones puntuales: “En la mayoría de los aspectos de mi vida son como quiero que sean”. El 60% dijo que no, 5% más que en la medición anterior. Uno de cada dos dijo que está satisfecho con su vida. El 45% respondió “hasta ahora he obtenido las cosas que quiero en mi vida”, con una mejora del 5% respecto a 2023. Y el 50% dijo que si pudiera elegir, trataría que su vida fuera igual a lo que es.
“La felicidad es un camino hacia el desarrollo óptimo. Desafortunadamente, las crisis sociales y económicas en la Argentina han llevado a que el bienestar emocional no sea considerado un recurso estratégico para el desarrollo nacional. No obstante, es esencial tener un nivel adecuado de bienestar para enfrentar el estrés diario, trabajar productivamente y desarrollar las potencialidades”, señala el informe

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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