Energías renovables: qué le falta al sector para potenciar su crecimiento
Mientras se avanza en la construcción de parques eólicos y solares, las empresas advierten sobre la necesidad de que haya garantías en las regulaciones para que se sostengan las inversiones
Sebastián Prats

Dentro del amplísimo sector de las energías, las de fuentes renovables concentran hoy buena parte de la atención, en el mundo y, en particular, en la Argentina. En los últimos años hubo importantes inversiones en el desarrollo tanto de parques eólicos como solares, sobre todo a partir de la ley 27.191 que estableció incentivos para este segmento. Ahora la expectativa de las compañías pasa por contar con un marco regulatorio estable y por cómo funcionará el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), incluido en la Ley Bases.
Una de las empresas que ha sido protagonista en el crecimiento experimentado por este sector es PCR, que ingresó en el negocio de la generación de energía eólica en 2016 y construyó seis parques. Con una facturación de US$500 millones por año, hoy tienen 530 Mw eólicos en operación. En un evento sobre energías organizado por LA NACION, su CEO, Martín Federico Brandi, señaló, sin embargo, que la demanda potencial se está agotando, porque la mayoría de los nuevos proyectos apunta a satisfacer a las grandes fábricas y, como todas las empresas quieren vender allí, el margen se va achicando. “Necesitamos agrandar la demanda a la cual apuntamos, incluyendo a los grandes usuarios que están hoy en la distribución como posibles clientes”, explicó.
“En la Argentina lo que se cobró por la energía no representaba la totalidad del costo” - Martín Brandi (PCR)
¿Venderle energía de fuentes renovables a Edesur o a Edenor podría ser uno de los objetivos del sector, para darle continuidad al crecimiento? La respuesta no es tan simple. “En cualquier lugar del mundo donde el mercado eléctrico funciona bien, una distribuidora sería un cliente muy apetecible, porque tiene una calificación crediticia muy buena, con un historial de pagos muy bueno. Pero en la Argentina venimos con una historia en la cual lo que se cobró por la energía no representaba la totalidad del costo; el mercado no funcionó de manera sana durante mucho tiempo y las distribuidoras todavía no pagan la totalidad del costo”, dijo el CEO de PCR.
Respecto del RIGI, Brandi se mostró muy optimista. “Va a contemplar inversiones en generación y en transmisión, porque el sector necesita ayuda para destrabar inversiones”, señaló el especialista. Pero volvió a insistir en la cuestión de los costos y las tarifas. “Hoy hay dos tercios de la generación de energía eléctrica que tiene el precio que fija el secretario de Energía, y eso es una señal negativa para la inversión. El Gobierno lo entiende, pero el problema es que corregir eso puede generar necesidad de aumentar más las tarifas o de incrementar los subsidios”, concluyó.
Reglas claras
Genneia es otra empresa involucrada en el sector de energías renovables, en su caso desde hace casi 10 años. La compañía comenzó su recorrido a fines de 2016 operando 75 Mw, y para 2025 espera llegar a los 1300. Bernardo Andrews, su CEO, puso el foco en el marco regulatorio al participar del encuentro sobre el tema organizado “La industria hoy está operando entre 6000 y 7000 Mw y creemos que, con cierta estabilidad fiscal y regulatoria, podría duplicar esa capacidad en los próximos tres años. La ley 27.191 vence el año que viene y si la industria creció, incluso con las crisis financieras que atravesamos, es porque había estabilidad regulatoria, que no requiere subsidios ni beneficios fiscales, sino tener claro cómo nos relacionamos con el sector eléctrico y cuáles son las prioridades de un mercado muy complejo”. El mejor escenario, opinó, sería mantener el marco legal por ahora vigente.
“Con cierta estabilidad fiscal y regulatoria, la industria podría duplicar su capacidad en tres años”
La compañía está finalizando un proyecto eólico en Tandil. Además, construye dos parques solares: uno en Malargüe, Mendoza, de 90 Mw y otro en San Juan, de 180 Mw. Aun así, la industria enfrenta grandes desafíos en cuanto a la infraestructura. “No es sostenible competir con la capacidad de despacho que hay en las líneas actuales; muy poco espacio hace que los proyectos sean cada vez menos eficientes y más chicos. Necesitamos contar con líneas de transmisión desde el sur de Buenos Aires y la Patagonia hacia los centros de carga de sistema, para crecer en otra escala”, afirmó.
Con 500 Mw provenientes de energías renovables, de un total de 3300, YPF Luz también es un actor principal de este sector. La empresa cuenta con dos proyectos de energía eólica, uno en General Levalle (Córdoba) y otro en Olavarría, y uno de paneles solares en Mendoza. En total, la inversión es de US$500 millones. “Nuestra perspectiva es seguir creciendo con lo que entendemos es el camino a la transición energética. Esto es, con proyectos que usen el gas natural de manera eficiente, en combinación con las energías renovables”, dijo Santiago Sajaroff, director de Operaciones de la compañía.
“Nuestra perspectiva es seguir creciendo en lo que entendemos es el camino a la transición energética” - Santiago Sajaroff (YPF Luz)
Con respecto a qué energía cuenta con más potencial de crecimiento, Sajaroff respondió que hasta ahora hubo un crecimiento importante tanto en la eólica como en la solar, aunque aclaró que “en este momento, la posibilidad de nuevos proyectos de energía eólica en el sur de la provincia de Buenos Aires y la Patagonia está más limitada por temas de transporte”. Para los próximos años, prevé que el crecimiento de ese tipo de energía estará en el área centro del país, mientras que la solar se desarrollará más en el NOA.
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La difusión oficial de los índices
La próxima difusión del índice oficial de pobreza será el 26 de septiembre. Ese día, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informará los datos de la realidad social correspondientes al primer semestre de este año. Siempre los números del organismo se refieren a semestres. Pero, más allá de eso, es posible estimar los índices correspondientes a cada trimestre, a partir de hacer un trabajo que se sostiene en las bases de datos de la EPH y en los valores de las canastas básicas que marcan los umbrales de la pobreza y de la indigencia. De esos cálculos surgen las estimaciones hechas por exQuanti y por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA que se consignan en esta nota.
Crisis social: la pobreza infantil en el conurbano bonaerense llegó al 76,7%
Según cálculos hechos sobre la base de los datos del Indec, la indigencia entre niños y adolescentes llegó en esa área a 36,5% en el primer trimestre del año; el agravamiento de la situación se dio aun con una suba de las asignaciones por hijo por arriba de la inflación; qué factores influyen y cómo se llega a los indicadores de la crisis social
Silvia Stang
Ser indigente significa ser parte de un hogar en el cual los ingresos no alcanzan siquiera para comprar los alimentos más básicos. En esa situación está, en el conurbano bonaerense, el 36,5% de los chicos de entre 0 y 17 años, según un informe de la consultora exQuanti, basado en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y en los valores de las canastas básicas informados por el Indec y correspondientes al primer trimestre de este año. El cálculo está hecho con la misma metodología usada por el organismo oficial.
Los números dan cuenta, además, de un índice de pobreza de 76,7%, también entre las personas menores de 18 años que viven en el conurbano bonaerense y en el período mencionado (enero a marzo de 2024). En otras palabras: tres de cada cuatro niños y adolescentes son parte de familias que no tienen recursos suficientes para acceder a los alimentos indispensables, a otros productos y a servicios considerados básicos.
Los índices de indigencia y pobreza referidos a la población infantil y adolescente son más altos que los estimados para la población total. Los datos referidos a este segundo caso son, de todas maneras, alarmantes: en el conurbano, el 25,1% de las personas son indigentes, en tanto que el 61,9% vive en la pobreza.
Los índices muestran, además, un incremento acelerado a fines de 2023 y principios de este año respecto de los períodos previos, pese a la decisión del gobierno actual que llevó a incrementar la Asignación Universal por Hijo (AUH) y otras prestaciones para la niñez por arriba de los índices de inflación.
En el caso de la indigencia entre los menores de 18 años, el índice referido al conjunto de los 31 centros urbanos en los cuales el Indec releva datos de los ingresos que llegan a los hogares fue de 11,7% en el cuarto trimestre de 2022; de 13,3% a principios de 2023; de 24,3% entre octubre y diciembre de 2023, y de 30,8% en los primeros meses de este año.
En los partidos del conurbano bonaerense, los chicos viviendo en la indigencia eran el 11,5% del total de la población infantil y adolescente a fines de 2022; el 15% en el primer trimestre del año siguiente; el 28% a fines de 2023 y el 36,5% entre enero y marzo de este año, según el informe de exQuanti basado en los datos del Indec.

La pobreza entre quienes tienen de 0 a 17 años, en tanto, se ubicó en el total de centros urbanos en el 57% en el cuarto trimestre de 2022; en el 55,7% a principios del año pasado; en el 62,7% entre octubre y diciembre de 2023, y trepó el ya mencionado 70,6% en la primera parte de 2024.
Los grupos más afectados
Los datos están calculados a partir de la base de datos informada por el Indec y con la misma metodología usada por el organismo oficial. Los índices de pobreza e indigencia infantil para el total de centros urbanos para el primer trimestre de este año coinciden con los estimados también por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina. En el caso de la pobreza, de acuerdo con los datos de este observatorio, el índice más elevado (dentro del correspondiente a la población de hasta 17 años) es el del grupo de niños de 5 a 12 años (el 71,6% era pobre en los primeros tres meses del año). En el caso de la indigencia, los más afectados son quienes tienen entre 13 y 17 años, con un índice de 31,8%.
En el caso del conurbano bonaerense, los datos revelan que la pobreza afectaba al 60,8% de los chicos a fines de 2022; al 63,8% en el primer trimestre de 2023; al 66,8% en la última parte del año pasado, y al 76,7% entre enero y marzo de 2024.
El agravamiento de la situación social se dio a inicios de este año, a la vez que hubo una recuperación en términos reales de las asignaciones pagadas por hijo para los trabajadores desocupados o informales. La AUH, que era de $20.661 en diciembre, se duplicó en enero, tuvo reajustes en marzo y junio en función del índice de movilidad previsional y, a partir de julio, se actualiza mensualmente según el índice de inflación.
La cifra que se percibe en agosto es un 484% más alta que la de ese mes de 2023, un índice que supera a la variación general interanual de precios, estimada para este mes en 235%, según los datos del Indec y las proyecciones de economistas publicadas por el Banco Central.
Pero, más allá de que la asignación aporta una ayuda dineraria, pero no logra por sí sola sacar de la indigencia o de la pobreza a muchas familias (eso depende, entre otras cosas, de los otros ingresos recibidos), contra esa mejora actuaron las condiciones de la actividad económica: en mayo de este año (dato más reciente disponible) había 239.723 asalariados registrados menos que en diciembre de 2023, considerando a los sectores público y privado, según la estadística del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). El estimador mensual de la actividad económica (EMAE) del Indec, por su parte, mostró una caída interanual de 5,2% en el primer trimestre de este año y de 2,9% si se toma en cuenta el segundo trimestre.
En tanto, los ingresos laborales fueron perdiendo poder adquisitivo frente a la inflación, que alcanzó sus niveles más elevados en diciembre (25,5%), enero (20,6%) y febrero (13,2%). En el caso de los salarios del sector informal de la economía y según el índice elaborador por el Indec, en el primer trimestre el aumento nominal fue de 29,1%. Contra una suba de precios que acumuló un 51,5% en ese período, la pérdida de poder de compra fue de 14,8%.
Según datos calculados por la ODSA, siempre sobre la base de los resultados de la encuesta de hogares del Indec, entre el primer trimestre de 2023 período de este año subió de 28,7% a 44,7% la proporción de personas con ocupación que están en pobreza, y de 5,3% a 13,7% la tasa de indigencia entre personas que tienen alguna ocupación.
Si se considera el período de enero a junio de este año, la inflación acumulada fue del 79,8% y la variación de los sueldos informales, de 69,8%, lo cual indica una caída del valor adquisitivo que se recortó al 5,6% (desde aquel 14,8% del primer trimestre).
La AUH para los chicos de hasta 18 años tiene este mes un monto de $81.010, aunque lo que realmente se percibe cada mes en los hogares es el 80% del importe dispuesto; en este caso, $64.808. Si se trata de chicos de hasta 14 años, se cobra también la Prestación Alimentar, de $52.250 por un hijo de hasta esa edad; $81.936 por dos hijos, y $108.062 por tres hijos. Y si hay en la familia chicos de hasta tres años, se suma también el Plan 1000 días, con una asignación que este mes es de $30.550.
La próxima difusión del índice oficial de pobreza será el 26 de septiembre. Ese día el Indec informará los datos de la realidad social correspondientes al primer semestre de este año. Siempre los números oficiales se refieren a semestres, pero, más allá de eso, los técnicos de exQuanti (y de otras consultoras) aclaran que es posible estimar los índices por trimestre a partir de hacer un trabajo que se sostiene en las bases de datos de la EPH y en los valores de las canastas básicas que marcan los umbrales de la pobreza y de la indigencia.
Para el cálculo de los índices sociales, se establece como primer paso el valor de una canasta de alimentos básicos que cubran las necesidades de un varón de entre 30 y 60 años, al que se lo denomina, estadísticamente, el “adulto equivalente”. A ese número, referido a la Canasta Básica Alimentaria (CBA), se lo multiplica por un coeficiente para llegar a la Canasta Básica Total (CBT), cuyo precio es el umbral de la pobreza. Y, para determinar si un hogar está en la indigencia o en la pobreza, se cruzan los datos de los ingresos que dicen percibir con los precios de las canastas, definidas en función de cómo está conformado el grupo de personas (por ejemplo, si hay un niño de 5 años, por él se considera un valor igual al 60% del definido para el adulto equivalente, según la tabla de equivalencias fijada por el Indec).
Por ejemplo, una canasta de pobreza para un hogar integrado por un varón de 35 años, una mujer de 31 años, un niño de 6 años y una niña de 8 años, tuvo un valor de $773.385 en marzo último y de $900.648 en julio (dato más reciente disponible). Los hogares integrados según esa descripción que no llegaron en los meses respectivos a los mencionados niveles de ingresos son considerados pobres.
Para una familia así integrada, en tanto, una canasta de indigencia tuvo un valor de $358.049 en marzo y de $405.697 en julio. Si el dinero ingresado no llegó a esas cifras, entonces esos hogares son considerados, además de pobres, indigentes.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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