El Gobierno negó que la SIDE haya usado $80.000 millones
Dijeron que están “devengados” porque no requieren rendición
Maia Jastreblansky
Luego de que la Coalición Cívica (CC) y otros sectores opositores salieron a denunciar que la nueva Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) gastó, en solo tres semanas, el 80% de los 100.000 millones de pesos en fondos reservados que Javier Milei les asignó a los servicios de inteligencia, en la Casa Rosada rechazaron esa información y aseguraron que todavía esos fondos no fueron erogados.
Fuentes al tanto del funcionamiento de la SIDE explicaron que siempre que el Ministerio de Economía transfiere fondos que son de carácter reservado estos figuran en el presupuesto abierto del Estado como “devengados”, ya que no requieren una rendición de cuentas. Por lo tanto, agregaron, para la Secretaría de Hacienda ese monto se da por ejecutado, se hayan hecho o no compras y contrataciones por parte de las agencias de inteligencia.
En el presupuesto abierto figura que la SIDE tiene en gastos reservados un presupuesto vigente de $103.194 millones, de los cuales figuran “devengados” $80.893 millones y “pagados” $10.893 millones.
La SIDE solo debe dar explicaciones por el uso que les da a los fondos reservados a la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia. Este cuerpo todavía no pudo integrarse en el Congreso porque el oficialismo no se ponía de acuerdo sobre quién debía presidirlo.
Mientras Victoria Villarruel y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, promovían para ese cargo al senador de Pro Martín Goerling, el asesor de Javier Milei y que viene tutelando el rediseño del sistema nacional de inteligencia Santiago Caputo quería darle esa silla al senador peronista Edgardo Kueider.
En el Gobierno señalan que la semana próxima la bicameral estará conformada.
Con ese argumento, el oficialismo logró anteayer que Diputados postergara una semana la sesión especial en donde distintos bloques se disponían a rechazar, justamente, el decreto de necesidad y urgencia (DNU) por el cual el Gobierno aumentó en $100.000 millones los gastos reservados.
“No es cierto que se gastó el 80% de los fondos reservados, aunque bien podría ser, porque es necesario reconstruir la inteligencia nacional, que fue desmantelada”, aseguraron en la Casa Rosada. Dijeron que en rigor el único paso que se dio fue que el Tesoro le transfirió hace diez días a la SIDE $80.000 millones, pero que aún no se hicieron operaciones secretas con esos fondos.
Si bien el destino de los gastos reservados es confidencial, fuentes oficiales estimaron que el principal destino de los fondos será “la compra de equipamiento”. Y aseguraron que, pese a tratarse de una friolera de tres millones de dólares por día en materia de espionaje, los fondos son “insuficientes” porque los servicios fueron “diezmados” durante la gestión de Alberto Fernández.
Todo ello será materia de debate en la comisión bicameral, que comenzaría a funcionar la semana próxima.
Si el DNU con la asignación de los fondos reservados para la SIDE fuera rechazado por ambas cámaras del Congreso, los servicios, que están a cargo de Sergio Neiffert –un hombre de Santiago Caputo–, deberían devolver ese dinero al Tesoro para retrotraer la decisión.
El Gobierno, no obstante, buscará zurcir los acuerdos políticos necesarios, para intentar que la SIDE siga funcionando con el megapresupuesto que le asignó Javier Milei.
El miércoles, el diputado de la CC Maximiliano Ferraro apuntó: “Estos fondos se están utilizando sin control ni justificación legal alguna, con absoluta discrecionalidad. Están dilapidando tres millones de dólares por día en espionaje. Esto, además de peligroso, es profundamente inmoral”
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La Cámara baja, cerca de frenar el DNU de los gastos reservados
135 legisladores votaron a favor de incluir el decreto en la última sesión; pese al fracaso, es un termómetro de lo que puede suceder
Luego de que la Coalición Cívica (CC) y otros sectores opositores salieron a denunciar que la nueva Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) gastó, en solo tres semanas, el 80% de los 100.000 millones de pesos en fondos reservados que Javier Milei les asignó a los servicios de inteligencia, en la Casa Rosada rechazaron esa información y aseguraron que todavía esos fondos no fueron erogados.
Fuentes al tanto del funcionamiento de la SIDE explicaron que siempre que el Ministerio de Economía transfiere fondos que son de carácter reservado estos figuran en el presupuesto abierto del Estado como “devengados”, ya que no requieren una rendición de cuentas. Por lo tanto, agregaron, para la Secretaría de Hacienda ese monto se da por ejecutado, se hayan hecho o no compras y contrataciones por parte de las agencias de inteligencia.
En el presupuesto abierto figura que la SIDE tiene en gastos reservados un presupuesto vigente de $103.194 millones, de los cuales figuran “devengados” $80.893 millones y “pagados” $10.893 millones.
La SIDE solo debe dar explicaciones por el uso que les da a los fondos reservados a la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia. Este cuerpo todavía no pudo integrarse en el Congreso porque el oficialismo no se ponía de acuerdo sobre quién debía presidirlo.
Mientras Victoria Villarruel y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, promovían para ese cargo al senador de Pro Martín Goerling, el asesor de Javier Milei y que viene tutelando el rediseño del sistema nacional de inteligencia Santiago Caputo quería darle esa silla al senador peronista Edgardo Kueider.
En el Gobierno señalan que la semana próxima la bicameral estará conformada.
Con ese argumento, el oficialismo logró anteayer que Diputados postergara una semana la sesión especial en donde distintos bloques se disponían a rechazar, justamente, el decreto de necesidad y urgencia (DNU) por el cual el Gobierno aumentó en $100.000 millones los gastos reservados.
“No es cierto que se gastó el 80% de los fondos reservados, aunque bien podría ser, porque es necesario reconstruir la inteligencia nacional, que fue desmantelada”, aseguraron en la Casa Rosada. Dijeron que en rigor el único paso que se dio fue que el Tesoro le transfirió hace diez días a la SIDE $80.000 millones, pero que aún no se hicieron operaciones secretas con esos fondos.
Si bien el destino de los gastos reservados es confidencial, fuentes oficiales estimaron que el principal destino de los fondos será “la compra de equipamiento”. Y aseguraron que, pese a tratarse de una friolera de tres millones de dólares por día en materia de espionaje, los fondos son “insuficientes” porque los servicios fueron “diezmados” durante la gestión de Alberto Fernández.
Todo ello será materia de debate en la comisión bicameral, que comenzaría a funcionar la semana próxima.
Si el DNU con la asignación de los fondos reservados para la SIDE fuera rechazado por ambas cámaras del Congreso, los servicios, que están a cargo de Sergio Neiffert –un hombre de Santiago Caputo–, deberían devolver ese dinero al Tesoro para retrotraer la decisión.
El Gobierno, no obstante, buscará zurcir los acuerdos políticos necesarios, para intentar que la SIDE siga funcionando con el megapresupuesto que le asignó Javier Milei.
El miércoles, el diputado de la CC Maximiliano Ferraro apuntó: “Estos fondos se están utilizando sin control ni justificación legal alguna, con absoluta discrecionalidad. Están dilapidando tres millones de dólares por día en espionaje. Esto, además de peligroso, es profundamente inmoral”
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La Cámara baja, cerca de frenar el DNU de los gastos reservados
135 legisladores votaron a favor de incluir el decreto en la última sesión; pese al fracaso, es un termómetro de lo que puede suceder
Laura Serra
El diputado de la CC Maximiliano Ferraro
El primer termómetro sobre cómo vendrán los votos para la sesión especial del próximo miércoles en la Cámara de Diputados, convocada para rechazar el aumento de $100.000 millones los gastos reservados para la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), se vio en la sesión de anteayer y marca por ahora un registro de 135 legisladores que votarían por el rechazo del polémico decreto presidencial.
Este número surge del acta de una de las votaciones que se celebraron a lo largo de la maratónica sesión que tuvo como escenario la Cámara baja. En un momento del debate, el diputado Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, hizo una moción para que se incorpore en el temario el decreto presidencial de la polémica; el oficialismo y sus aliados –Pro y un sector de la UCR– se resistieron y, por consiguiente, la moción de Ferraro no prosperó, pues se necesitaba una mayoría agravada de votos: los tres cuartos de los diputados presentes.
Sin embargo, el resultado de la votación encendió todas las alarmas en el oficialismo: 135 legisladores votaron a favor de incorporar el DNU en el temario de la sesión (seis más que el quorum), mientras que otros 100 lo hicieron en contra. Hubo dos abstenciones y 19 ausentes.
La moción fue rechazada, pero los impulsores de la sesión especial celebraron en silencio. No solo porque el piso de los votos positivos augura la posibilidad de alcanzar el quorum en el recinto el próximo miércoles y rechazar el DNU. También porque, entre quienes se expresaron a favor figuran legisladores que el oficialismo imaginaba como propios. Uno de ellos fue Álvaro González, el único de Pro que se atrevió a desmarcarse de sus compañeros de bloque. También, las diputadas Carolina Píparo y Lorena Macyszyn, quienes, si bien se muestran equidistantes del oficialismo, suelen acompañar las iniciativas libertarias.
El kirchnerismo y los bloques promotores de la sesión votaron a favor: Encuentro Federal –incluido su conductor, Miguel Pichetto–, la Coalición Cívica y el puñado de diputados radicales que, encolumnados detrás de Facundo Manes, cuestionan las políticas del gobierno libertario. Pero la grieta en el radicalismo se profundizó: más de la mitad de la bancada se desmarcó de su jefe de bloque –Rodrigo De Loredo, que votó en contra– y apoyó a los “rebeldes”.
Entre quienes votaron a favor figuran legisladores de diálogo fluido con el oficialismo, como es el caso de Karina Banfi. También acompañó el lote de diputados que responden al senador y jefe de la UCR Martín Lousteau. Julio Cobos, Fabio Quetglas y Mario Barletta se sumaron a la partida. Francisco Monti –miembro de la comisión bicameral que controla los decretos presidenciales– y Martín Tetaz se abstuvieron.
El sector más dialoguista –en su mayoría radicales que responden a sus gobernadores– prefirió no sacar los pies del plato. Pese a que, hace diez días, el bloque en su conjunto había publicado un documento crítico sobre el aumento sideral en los gastos reservados para la SIDE, la conducción de la bancada –integrada por De Loredo, Soledad Carrizo y Pamela Verasay– y otra decena de legisladores decidieron acompañar al oficialismo luego de que este, a último momento, accedió a convocar a la Comisión Bicameral de Inteligencia. Este cuerpo es el encargado de auditar los fondos reservados.
Tras meses de demora, finalmente esta comisión bicameral se constituirá, el martes próximo. El oficialismo buscará convencer a los diputados dudosos de que no concurran a la sesión convocada para el día siguiente. Insistirá en que, con la comisión de control ya en marcha, resulta innecesario voltear el decreto presidencial.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
El primer termómetro sobre cómo vendrán los votos para la sesión especial del próximo miércoles en la Cámara de Diputados, convocada para rechazar el aumento de $100.000 millones los gastos reservados para la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), se vio en la sesión de anteayer y marca por ahora un registro de 135 legisladores que votarían por el rechazo del polémico decreto presidencial.
Este número surge del acta de una de las votaciones que se celebraron a lo largo de la maratónica sesión que tuvo como escenario la Cámara baja. En un momento del debate, el diputado Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, hizo una moción para que se incorpore en el temario el decreto presidencial de la polémica; el oficialismo y sus aliados –Pro y un sector de la UCR– se resistieron y, por consiguiente, la moción de Ferraro no prosperó, pues se necesitaba una mayoría agravada de votos: los tres cuartos de los diputados presentes.
Sin embargo, el resultado de la votación encendió todas las alarmas en el oficialismo: 135 legisladores votaron a favor de incorporar el DNU en el temario de la sesión (seis más que el quorum), mientras que otros 100 lo hicieron en contra. Hubo dos abstenciones y 19 ausentes.
La moción fue rechazada, pero los impulsores de la sesión especial celebraron en silencio. No solo porque el piso de los votos positivos augura la posibilidad de alcanzar el quorum en el recinto el próximo miércoles y rechazar el DNU. También porque, entre quienes se expresaron a favor figuran legisladores que el oficialismo imaginaba como propios. Uno de ellos fue Álvaro González, el único de Pro que se atrevió a desmarcarse de sus compañeros de bloque. También, las diputadas Carolina Píparo y Lorena Macyszyn, quienes, si bien se muestran equidistantes del oficialismo, suelen acompañar las iniciativas libertarias.
El kirchnerismo y los bloques promotores de la sesión votaron a favor: Encuentro Federal –incluido su conductor, Miguel Pichetto–, la Coalición Cívica y el puñado de diputados radicales que, encolumnados detrás de Facundo Manes, cuestionan las políticas del gobierno libertario. Pero la grieta en el radicalismo se profundizó: más de la mitad de la bancada se desmarcó de su jefe de bloque –Rodrigo De Loredo, que votó en contra– y apoyó a los “rebeldes”.
Entre quienes votaron a favor figuran legisladores de diálogo fluido con el oficialismo, como es el caso de Karina Banfi. También acompañó el lote de diputados que responden al senador y jefe de la UCR Martín Lousteau. Julio Cobos, Fabio Quetglas y Mario Barletta se sumaron a la partida. Francisco Monti –miembro de la comisión bicameral que controla los decretos presidenciales– y Martín Tetaz se abstuvieron.
El sector más dialoguista –en su mayoría radicales que responden a sus gobernadores– prefirió no sacar los pies del plato. Pese a que, hace diez días, el bloque en su conjunto había publicado un documento crítico sobre el aumento sideral en los gastos reservados para la SIDE, la conducción de la bancada –integrada por De Loredo, Soledad Carrizo y Pamela Verasay– y otra decena de legisladores decidieron acompañar al oficialismo luego de que este, a último momento, accedió a convocar a la Comisión Bicameral de Inteligencia. Este cuerpo es el encargado de auditar los fondos reservados.
Tras meses de demora, finalmente esta comisión bicameral se constituirá, el martes próximo. El oficialismo buscará convencer a los diputados dudosos de que no concurran a la sesión convocada para el día siguiente. Insistirá en que, con la comisión de control ya en marcha, resulta innecesario voltear el decreto presidencial.
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