Las gimnastas de Estados Unidos rompen su techo de cristal
En los Juegos Olímpicos, Simone Biles y compañía alcanzaron otro récord: lucir las mallas deportivas con más piedras preciosas de la historia
Vanessa Friedman
Simone Biles y su maillot repleto de cristales y perlas Swarovski
NUeVa YoRK.– en 2016, poco antes de que Simone biles se llevara a casa cinco medallas en los Juegos olímpicos de Río mientras vestía mallas adornadas con aproximadamente 5000 cristales, gK elite, la empresa detrás de las prendas deportivas, anunció que había alcanzado “su techo de cristal”. Según una portavoz de gK, ya no se podían poner más brillantes en un cuarto de metro de tela.
Sin embargo, en lo que respecta a los cristales en las mallas deportivas, como en la mayoría de las hazañas olímpicas, los récords están hechos para batirse.en 2021, en los Juegos Olímpicos de Tokio, las gimnastas estadounidenses lucieron mallas con 6400 cristales. durante la competición de este año, vuelven a subir de nivel modelando algunos atuendos con más de 10.000 cristales.
“estoy obsesionada con la manera en que las luces de la pista se reflejan en los cristales”, dijo Sunisa Lee, medalla de oro olímpica en el concurso completo de tokio y actual miembro del equipo nacional. “Siempre le digo a gK que necesito más”.
en los últimos ciclos olímpicos, el equipo estadounidense se ha hecho famoso no solo por su destreza, sino también por el uso de los cristales. Se han convertido en su firma. “todo el mundo mira al equipo de ee. UU. y dice: ‘Quiero tener ese atuendo, quiero brillar así’”, dijo Matt Cowan, director ejecutivo de gK elite. Él sabe de lo que habla, ya que gK también diseña las mallas de otras nueve delegaciones, entre ellas las de Canadá, australia y México. Por eso, comentó, gK se pregunta constantemente: “¿Cómo podemos poner más cristales? ¿Cómo podemos introducir ese brillo y resplandor de una forma nueva?”.
NUeVa YoRK.– en 2016, poco antes de que Simone biles se llevara a casa cinco medallas en los Juegos olímpicos de Río mientras vestía mallas adornadas con aproximadamente 5000 cristales, gK elite, la empresa detrás de las prendas deportivas, anunció que había alcanzado “su techo de cristal”. Según una portavoz de gK, ya no se podían poner más brillantes en un cuarto de metro de tela.
Sin embargo, en lo que respecta a los cristales en las mallas deportivas, como en la mayoría de las hazañas olímpicas, los récords están hechos para batirse.en 2021, en los Juegos Olímpicos de Tokio, las gimnastas estadounidenses lucieron mallas con 6400 cristales. durante la competición de este año, vuelven a subir de nivel modelando algunos atuendos con más de 10.000 cristales.
“estoy obsesionada con la manera en que las luces de la pista se reflejan en los cristales”, dijo Sunisa Lee, medalla de oro olímpica en el concurso completo de tokio y actual miembro del equipo nacional. “Siempre le digo a gK que necesito más”.
en los últimos ciclos olímpicos, el equipo estadounidense se ha hecho famoso no solo por su destreza, sino también por el uso de los cristales. Se han convertido en su firma. “todo el mundo mira al equipo de ee. UU. y dice: ‘Quiero tener ese atuendo, quiero brillar así’”, dijo Matt Cowan, director ejecutivo de gK elite. Él sabe de lo que habla, ya que gK también diseña las mallas de otras nueve delegaciones, entre ellas las de Canadá, australia y México. Por eso, comentó, gK se pregunta constantemente: “¿Cómo podemos poner más cristales? ¿Cómo podemos introducir ese brillo y resplandor de una forma nueva?”.
este año, los diseñadores no se han limitado a poner más cristales, sino que, por primera vez, también han añadido perlas. además, las mallas se presentan al público semanas antes de que las atletas pisen las colchonetas en París. en parte, se trata de subrayar el hecho de que las mallas son la prenda de alto rendimiento más centrada en el estilo en unas olimpíadas que se anuncian como las más fashionistas de la historia, gracias a la implicación del grupo de lujo francés LVMH, matriz de dior, Louis Vuitton y berluti, que fabrican productos para los Juegos olímpicos.
Con ese propósito, las mallas se han diseñado para reflejar la posición de París como centro de la alta costura y se inspiran más en la pasarela que en el escenario deportivo. entre las ocho opciones que tienen todas las gimnastas para sus pruebas está la malla Luminous Legacy, con más de 10.000 cristales sobre una base de rojo, blanco y azul. tiene cuello en V y un diseño de corsé en la cintura, de modo que parece casi como si la gimnasta llevara un corpiño elaborado.
también está el Star Spangled Shine, la malla equivalente al little black dress, con detalles de terciopelo y estrellas perfiladas en medio de un campo de 6359 cristales que crean lo que se llama “espacio negativo”. Y el Freedom’s grace, un estilo blanco que es una especie de malla con vestido de lencería, tiene una malla de encaje transparente en la parte superior, casi 3500 cristales y algo menos de 1000 perlas, las más grandes de las cuales tuvieron que colocarse a mano.
Las mallas deportivas también tienen un precio similar al de los trajes de noche. Si se vendieran tal cual en el mercado minorista, costarían unos 5000 dólares cada uno, según Cowan. Las “réplicas de mallas”, sin mangas y con adornos de “lentejuelas” que sustituyen a la mayoría de los cristales, se ofrecerán a un precio más razonable de 89,99 dólares.
Poner tantos adornos en una malla sin que la prenda pierda su funcionalidad es tanto una proeza de ingeniería y tecnología como de diseño. “Una malla, aunque es una prenda de vestir, también es una pieza de equipamiento”, resaltó Cowan. “estamos construyendo una armadura para el rendimiento”. a las gimnastas se les descuentan puntos por juguetear con sus mallas, así que el ajuste debe ser perfecto, por eso es tan importante la innovación en el cristal.
“Protegemos mucho nuestra tecnología”, dijo Kolja Kiofsky, director general de Swarovski Norteamérica, que lleva más de una década suministrando cristales a gK para el diseño de las mallas. “es un área increíblemente competitiva, sobre todo teniendo en cuenta las condiciones extremas a las que se exponen los cristales durante los Juegos olímpicos”. en 2014 la empresa desarrolló un corte patentado –Xirius– con 16 facetas para más brillo, y cuenta con equipos en austria, donde Swarovski tiene su sede, dedicados a desarrollar nuevos métodos para hacer más ligeras las gemas y dar a las gimnastas una ventaja en su rendimiento. La más pequeña solo mide dos milímetros de ancho. el objetivo, dijo Kiofsky, es hacerlas “ligeras como una pluma”.
Las mallas deportivas pesan menos de medio kilo; los diseñadores dijeron que antes de los Juegos de tokio, “las atletas los agarraban y comentaban: ‘Vaya, pesan mucho’. Pero una vez puestos, no notaron la diferencia y de hecho nos han dicho luego que preferirían tener más cristales, no menos”.
en este momento, comentó Cowan, hacer eso significaría ver a las deportistas saliendo básicamente con un traje blindado de cristales. “Pero sin dudas, algún día lo haremos.Una gimnasta dirá: ‘Vengo a competir con mi armadura de cristal’, y vamos a hacerlo realidad para ellas”. ¿Los ángeles 2028? Prepárense.
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Tips para invertir y analizar el vínculo emocional con el dinero
Licenciada en Administración y coach de finanzas, lanzó un libro donde comparte tips para invertir y ahorrar, y analiza nuestro vínculo emocional con las cuestiones financieras

por Vivian Urfeig.
Lucía Aguilar es una coach de finanzas argentina y licenciada en Administración que se transformó en un verdadero fenómeno de redes. Desde Instagram y TikTok (251 mil y 70,6 mil seguidores respectivamente), @luliinvierte sugiere reglas, tips y consejos para invertir y ahorrar. Pero también explica cómo el dinero se puede convertir en una fuente de posibilidades y no de problemas.
Aguilar, que se mudó junto con su familia a Madrid, acaba de publicar Sin miedo al dinero (Editorial Planeta), una guía ágil para ahorristas amateurs, sin límite de edad. El material surge de su propia experiencia en empresas como American Express, Philip Morris y Nación Seguros. También pasó por el departamento de marketing de Unilever, formó parte de una startup alemana y actualmente es CEO de su propia agencia.
La economía argentina, sus vaivenes, recesiones, pérdida del poder adquisitivo y sacudones que le quitan el sueño a todo el país representan, para Aguilar, un desafío “domable”.
La clave, dice, es saber cuánto se gana, cuánto se puede ahorrar antes de gastar y para qué estaría destinado el ahorro. En este sentido, propone realizar un presupuesto ajustado de gastos e ingresos a partir de una planilla de diseño propio. “Un ejercicio que nos permite proyectar todas esas cosas que nos hacen felices”, asegura la influencer financiera. Los imprevistos, los gustos, la gestión de la ansiedad, las ofertas, el futuro. El dólar blue, el MEP, el contado con liqui, el turista. El dólar también forma parte de la colección de sensaciones cotidianas que está presente en todas las conversaciones y al que le dedica un capítulo exclusivo.
“Invertir en educación emocional para sobreponernos al síndrome del impostor y confiar en nosotros mismos es clave”, recomienda Aguilar. Desde sus cursos sobre emprendedurismo, habilidades para negociar aumentos y optimizar negociaciones, intenta ver la otra cara de la moneda: del trabajo como sufrimiento, al trabajo como disfrute.
–¿Qué claves contemplás para ahorrar en un contexto económico desfavorable?
–Mis recetas no son precisas y dependen de cómo cada persona aborde el diseño de su propia vida. La situación del país es compleja, hay recesión desde hace años y la economía no crece. Mucha gente está usando los ahorros para vivir o pagar cuentas: son privilegiados. Para cada caso hay rutas personalizadas. Si se puede, lo ideal es guardar siempre un porcentaje de los ingresos, para destinarlo a momentos críticos. Es difícil la proyección, parece chino básico. Pero con disciplina y sistematización es posible. Lo que no se mide, no se puede mejorar.
–¿Hay tips para domar la inflación?
–Uno es hacer las compras y los consumos necesarios apenas cobramos. El dinero de hoy, en Argentina, vale más que el de mañana. La herramienta de la tarjeta de crédito no es para todos, su contracara es una bola de nieve que va aumentando con los intereses si solo se paga el mínimo. En segundo lugar, agudizar el ingenio y tratar de generar ingresos extras, aunque sea muy poco, todo suma. Quienes tengan conocimientos básicos y se manejen bien con propuestas virtuales, lo ideal es conseguir que esos ingresos sean en dólares: responder mails, traducciones, changuitas digitales. No será el trabajo de la vida, pero salva la economía familiar.
–¿Cómo abordás el tema del dinero entre las parejas que te consultan?
–Me divierte la educación financiera para parejas. Cualquiera sea el núcleo familiar, será la base del crecimiento. De todas maneras, a pesar de que las mujeres conquistamos muchísimo terreno todavía tenemos camino para recorrer. Somos las que más trabajamos y las que menos invertimos. Las que logramos las mejores negociaciones, pero tenemos menos acciones. La clave es conversar, establecer prioridades en conjunto, compartir metas y plantear preguntas abiertas, sin que esto parezca frívolo ni interesado. El diálogo es la herramienta para encontrar arreglos equitativos. La pareja que elegimos, o bien la decisión de no tenerla, es la decisión financiera más importante de la vida. Hay que tener en cuenta que el 70% de los divorcios en Latinoamérica se dan por temas de dinero.
–¿Desde qué edad es aconsejable educar a los chicos en términos de plata?
–Desde chiquitos, sin dudas. A los nuestros [dos varones] les explicamos que los presupuestos se terminan, cuál es la diferencia entre ser dueño de una empresa o no. Los incentivo a hacer miniemprendimientos. El más chico, de ocho, diseñó cartas coleccionables al estilo Pokémon, las imprimió y las vendió. Devolvió la inversión inicial que pidió en préstamo y ganó 50 euros. Hay una edad para cada cosa, pero para todas es importante enseñarles el valor del dinero, el sacrificio que cuesta ganarlo. Me gustaría que cuando lleguen a los 18 puedan abrir una cuenta, comprar acciones. Para eso, desde los 14 ya se pueden entrenar: gestionar su mensualidad, ir al supermercado con una lista y ajustarse a X presupuesto.
–¿A cuánto cotiza el Ratón Pérez en tu casa?
–Es relativo, y simbólico también. Depende de qué pieza se trate; las paletas valen más porque son más grandes. Y si tienen caries valen 0. Al Ratón Pérez no le gustan los dientes podridos.
–Desde tus redes actuás mucho en contra de las apuestas online. ¿Por qué creés que estallaron? El 16% de los jóvenes argentinos reconoció esta adicción (según la consultora Opina Argentina).
–El tema me preocupa muchísimo. Celebré la decisión del gobierno porteño de intimar a influencers que promocionan estas prácticas. A los chicos, vulnerables a caer en cualquier tipo de adicción, se les enciende un realismo mágico. Piensan que pueden ser millonarios de la noche a la mañana. Para ser millonario hay que trabajar muchísimo durante muchísimos años.
–¿Por qué resulta fácil hablar de precios, inflación y el dólar pero entre amigos es difícil revelar datos del sueldo?
–En la Argentina esto es moneda corriente, pero en otros países no pasa. Es más, en Estados Unidos lo primero que me preguntaron era cuánto ganaba al año. Me pareció una locura, porque recién empezaba a conocer a ese grupo social. Me gusta que la gente hable de plata sin decir necesariamente cuánto gana. Sin embargo, está estudiado que compartir objetivos financieros entre amigos aumenta la facturación a futuro. Romper el tabú es hablar sin valores nominales pero con porcentajes. Los amigos son una fuente de ideas, contactos y oportunidades.
–Prestar plata, ¿sí o no?
–Como regla sugiero que entre amigos no. Lo ideal es ayudar sin esperar devolución. En la amistad no existen estadísticas como en los matrimonios, donde sabemos que las separaciones implican en un buen porcentaje problemas de dinero, pero podemos estimar que muchas amistades también se terminan por eso.
–Le dedicás el libro a Bocha, ¿quién fue en tu vida?
–Mi abuela, María Jorcino Tula de Aguilar, una de las primeras urbanistas argentinas, que trabajó con Clorindo Testa, entre otros arquitectos. Fue innovadora, una avanzada para su época. Rompió todos los techos de cristal. Integró el Consejo de Planeamiento Urbano y fundó la cátedra de Planificación Urbana de la actual Facultad de Arquitectura (FADU UBA). Bocha me dio mi primer trabajo: fui su traductora y secretaria durante uno de sus tantos viajes a Canadá. Eso sí, sus manejos del dinero eran los peores.
Con ese propósito, las mallas se han diseñado para reflejar la posición de París como centro de la alta costura y se inspiran más en la pasarela que en el escenario deportivo. entre las ocho opciones que tienen todas las gimnastas para sus pruebas está la malla Luminous Legacy, con más de 10.000 cristales sobre una base de rojo, blanco y azul. tiene cuello en V y un diseño de corsé en la cintura, de modo que parece casi como si la gimnasta llevara un corpiño elaborado.
también está el Star Spangled Shine, la malla equivalente al little black dress, con detalles de terciopelo y estrellas perfiladas en medio de un campo de 6359 cristales que crean lo que se llama “espacio negativo”. Y el Freedom’s grace, un estilo blanco que es una especie de malla con vestido de lencería, tiene una malla de encaje transparente en la parte superior, casi 3500 cristales y algo menos de 1000 perlas, las más grandes de las cuales tuvieron que colocarse a mano.
Las mallas deportivas también tienen un precio similar al de los trajes de noche. Si se vendieran tal cual en el mercado minorista, costarían unos 5000 dólares cada uno, según Cowan. Las “réplicas de mallas”, sin mangas y con adornos de “lentejuelas” que sustituyen a la mayoría de los cristales, se ofrecerán a un precio más razonable de 89,99 dólares.
Poner tantos adornos en una malla sin que la prenda pierda su funcionalidad es tanto una proeza de ingeniería y tecnología como de diseño. “Una malla, aunque es una prenda de vestir, también es una pieza de equipamiento”, resaltó Cowan. “estamos construyendo una armadura para el rendimiento”. a las gimnastas se les descuentan puntos por juguetear con sus mallas, así que el ajuste debe ser perfecto, por eso es tan importante la innovación en el cristal.
“Protegemos mucho nuestra tecnología”, dijo Kolja Kiofsky, director general de Swarovski Norteamérica, que lleva más de una década suministrando cristales a gK para el diseño de las mallas. “es un área increíblemente competitiva, sobre todo teniendo en cuenta las condiciones extremas a las que se exponen los cristales durante los Juegos olímpicos”. en 2014 la empresa desarrolló un corte patentado –Xirius– con 16 facetas para más brillo, y cuenta con equipos en austria, donde Swarovski tiene su sede, dedicados a desarrollar nuevos métodos para hacer más ligeras las gemas y dar a las gimnastas una ventaja en su rendimiento. La más pequeña solo mide dos milímetros de ancho. el objetivo, dijo Kiofsky, es hacerlas “ligeras como una pluma”.
Las mallas deportivas pesan menos de medio kilo; los diseñadores dijeron que antes de los Juegos de tokio, “las atletas los agarraban y comentaban: ‘Vaya, pesan mucho’. Pero una vez puestos, no notaron la diferencia y de hecho nos han dicho luego que preferirían tener más cristales, no menos”.
en este momento, comentó Cowan, hacer eso significaría ver a las deportistas saliendo básicamente con un traje blindado de cristales. “Pero sin dudas, algún día lo haremos.Una gimnasta dirá: ‘Vengo a competir con mi armadura de cristal’, y vamos a hacerlo realidad para ellas”. ¿Los ángeles 2028? Prepárense.
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Tips para invertir y analizar el vínculo emocional con el dinero
Licenciada en Administración y coach de finanzas, lanzó un libro donde comparte tips para invertir y ahorrar, y analiza nuestro vínculo emocional con las cuestiones financieras

por Vivian Urfeig.
Lucía Aguilar es una coach de finanzas argentina y licenciada en Administración que se transformó en un verdadero fenómeno de redes. Desde Instagram y TikTok (251 mil y 70,6 mil seguidores respectivamente), @luliinvierte sugiere reglas, tips y consejos para invertir y ahorrar. Pero también explica cómo el dinero se puede convertir en una fuente de posibilidades y no de problemas.
Aguilar, que se mudó junto con su familia a Madrid, acaba de publicar Sin miedo al dinero (Editorial Planeta), una guía ágil para ahorristas amateurs, sin límite de edad. El material surge de su propia experiencia en empresas como American Express, Philip Morris y Nación Seguros. También pasó por el departamento de marketing de Unilever, formó parte de una startup alemana y actualmente es CEO de su propia agencia.
La economía argentina, sus vaivenes, recesiones, pérdida del poder adquisitivo y sacudones que le quitan el sueño a todo el país representan, para Aguilar, un desafío “domable”.
La clave, dice, es saber cuánto se gana, cuánto se puede ahorrar antes de gastar y para qué estaría destinado el ahorro. En este sentido, propone realizar un presupuesto ajustado de gastos e ingresos a partir de una planilla de diseño propio. “Un ejercicio que nos permite proyectar todas esas cosas que nos hacen felices”, asegura la influencer financiera. Los imprevistos, los gustos, la gestión de la ansiedad, las ofertas, el futuro. El dólar blue, el MEP, el contado con liqui, el turista. El dólar también forma parte de la colección de sensaciones cotidianas que está presente en todas las conversaciones y al que le dedica un capítulo exclusivo.
“Invertir en educación emocional para sobreponernos al síndrome del impostor y confiar en nosotros mismos es clave”, recomienda Aguilar. Desde sus cursos sobre emprendedurismo, habilidades para negociar aumentos y optimizar negociaciones, intenta ver la otra cara de la moneda: del trabajo como sufrimiento, al trabajo como disfrute.
–¿Qué claves contemplás para ahorrar en un contexto económico desfavorable?
–Mis recetas no son precisas y dependen de cómo cada persona aborde el diseño de su propia vida. La situación del país es compleja, hay recesión desde hace años y la economía no crece. Mucha gente está usando los ahorros para vivir o pagar cuentas: son privilegiados. Para cada caso hay rutas personalizadas. Si se puede, lo ideal es guardar siempre un porcentaje de los ingresos, para destinarlo a momentos críticos. Es difícil la proyección, parece chino básico. Pero con disciplina y sistematización es posible. Lo que no se mide, no se puede mejorar.
–¿Hay tips para domar la inflación?
–Uno es hacer las compras y los consumos necesarios apenas cobramos. El dinero de hoy, en Argentina, vale más que el de mañana. La herramienta de la tarjeta de crédito no es para todos, su contracara es una bola de nieve que va aumentando con los intereses si solo se paga el mínimo. En segundo lugar, agudizar el ingenio y tratar de generar ingresos extras, aunque sea muy poco, todo suma. Quienes tengan conocimientos básicos y se manejen bien con propuestas virtuales, lo ideal es conseguir que esos ingresos sean en dólares: responder mails, traducciones, changuitas digitales. No será el trabajo de la vida, pero salva la economía familiar.
–¿Cómo abordás el tema del dinero entre las parejas que te consultan?
–Me divierte la educación financiera para parejas. Cualquiera sea el núcleo familiar, será la base del crecimiento. De todas maneras, a pesar de que las mujeres conquistamos muchísimo terreno todavía tenemos camino para recorrer. Somos las que más trabajamos y las que menos invertimos. Las que logramos las mejores negociaciones, pero tenemos menos acciones. La clave es conversar, establecer prioridades en conjunto, compartir metas y plantear preguntas abiertas, sin que esto parezca frívolo ni interesado. El diálogo es la herramienta para encontrar arreglos equitativos. La pareja que elegimos, o bien la decisión de no tenerla, es la decisión financiera más importante de la vida. Hay que tener en cuenta que el 70% de los divorcios en Latinoamérica se dan por temas de dinero.
–¿Desde qué edad es aconsejable educar a los chicos en términos de plata?
–Desde chiquitos, sin dudas. A los nuestros [dos varones] les explicamos que los presupuestos se terminan, cuál es la diferencia entre ser dueño de una empresa o no. Los incentivo a hacer miniemprendimientos. El más chico, de ocho, diseñó cartas coleccionables al estilo Pokémon, las imprimió y las vendió. Devolvió la inversión inicial que pidió en préstamo y ganó 50 euros. Hay una edad para cada cosa, pero para todas es importante enseñarles el valor del dinero, el sacrificio que cuesta ganarlo. Me gustaría que cuando lleguen a los 18 puedan abrir una cuenta, comprar acciones. Para eso, desde los 14 ya se pueden entrenar: gestionar su mensualidad, ir al supermercado con una lista y ajustarse a X presupuesto.
–¿A cuánto cotiza el Ratón Pérez en tu casa?
–Es relativo, y simbólico también. Depende de qué pieza se trate; las paletas valen más porque son más grandes. Y si tienen caries valen 0. Al Ratón Pérez no le gustan los dientes podridos.
–Desde tus redes actuás mucho en contra de las apuestas online. ¿Por qué creés que estallaron? El 16% de los jóvenes argentinos reconoció esta adicción (según la consultora Opina Argentina).
–El tema me preocupa muchísimo. Celebré la decisión del gobierno porteño de intimar a influencers que promocionan estas prácticas. A los chicos, vulnerables a caer en cualquier tipo de adicción, se les enciende un realismo mágico. Piensan que pueden ser millonarios de la noche a la mañana. Para ser millonario hay que trabajar muchísimo durante muchísimos años.
–¿Por qué resulta fácil hablar de precios, inflación y el dólar pero entre amigos es difícil revelar datos del sueldo?
–En la Argentina esto es moneda corriente, pero en otros países no pasa. Es más, en Estados Unidos lo primero que me preguntaron era cuánto ganaba al año. Me pareció una locura, porque recién empezaba a conocer a ese grupo social. Me gusta que la gente hable de plata sin decir necesariamente cuánto gana. Sin embargo, está estudiado que compartir objetivos financieros entre amigos aumenta la facturación a futuro. Romper el tabú es hablar sin valores nominales pero con porcentajes. Los amigos son una fuente de ideas, contactos y oportunidades.
–Prestar plata, ¿sí o no?
–Como regla sugiero que entre amigos no. Lo ideal es ayudar sin esperar devolución. En la amistad no existen estadísticas como en los matrimonios, donde sabemos que las separaciones implican en un buen porcentaje problemas de dinero, pero podemos estimar que muchas amistades también se terminan por eso.
–Le dedicás el libro a Bocha, ¿quién fue en tu vida?
–Mi abuela, María Jorcino Tula de Aguilar, una de las primeras urbanistas argentinas, que trabajó con Clorindo Testa, entre otros arquitectos. Fue innovadora, una avanzada para su época. Rompió todos los techos de cristal. Integró el Consejo de Planeamiento Urbano y fundó la cátedra de Planificación Urbana de la actual Facultad de Arquitectura (FADU UBA). Bocha me dio mi primer trabajo: fui su traductora y secretaria durante uno de sus tantos viajes a Canadá. Eso sí, sus manejos del dinero eran los peores.
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