Julio Bocca reemplazará a Jorge Telerman en la dirección del Teatro Cólon
Luego de que el director saliente anunciara este mediodía su desvinculación, el Ministerio de Cultura porteño anticipó un nuevo plan para el gran coliseo argentino de la lírica y el ballet
Mauro Apicella
El bailarín argentino Julio Bocca será el nuevo director del Teatro Colón, según lo anunció hoy el Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires. El anuncio se anticipó luego de que el actual director, Jorge Telerman, comunicara su salida a través de redes sociales.
“Un nuevo equipo liderado por Julio Bocca y Gerardo Grieco tendrá a su cargo la dirección del Teatro Colón -dice el comunicado-. El equipo que acompañará a estos dos referentes ya está trabajando en el nuevo modelo de gestión del coliseo porteño y será presentado oficialmente en los primeros días de noviembre. Con este cambio de conducción, las autoridades porteñas se proponen culminar el ciclo iniciado en 2010 con la reforma edilicia, sumando ahora la reforma en el modelo de trabajo para lograr un teatro sostenible basado en la ejemplaridad. Al retomar el camino de origen, cuna de los grandes artistas argentinos y de la región, se promueve la excelencia y rigurosidad artística de nuestros talentos, y propicia el equilibrio entre recursos propios y recursos públicos. El equipo que llevará adelante este plan tiene como prioridades el ordenamiento de los procesos, la recuperación del foco en la relevancia local y global de la oferta artística del Teatro y la promoción de la accesibilidad para todos los públicos. El compromiso del nuevo equipo y de quienes tienen la responsabilidad de dirigir el destino del Teatro Colón es que el coliseo porteño sea cada vez más símbolo de lo que los argentinos son capaces de hacer”.
Este mediodía, Jorge Telerman dejó de ser el director del Teatro Colón. La noticia fue confirmada a través de un comunicado por el propio ahora exfuncionario, quien indicó que el Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires -a cargo de Gabriela Ricardes- decidió reemplazarlo. Estuvo en el cargo durante dos años y medio.
“Quiero informarles que, en las últimas horas, la ministra de Cultura de la Ciudad me ha comunicado su decisión de reemplazarme como director del Teatro Colón”, indica el texto que compartió en redes sociales.
En ese marco, destacó hitos de su gestión frente al emblemático teatro ubicado en la calle Tucumán. “Para mí, y para mis colaboradores, ha sido un inmenso e inolvidable honor conducir los destinos de esta maravillosa institución a lo largo de los últimos dos años y medio. En este lapso el Teatro Colón ha alcanzado una serie de logros que nos enorgullecen, incorporación de nuevas audiencias y nuevas generaciones, permanentes funciones agotadas, récord de público, riquísima y diversa programación en diálogo comprometido con su tiempo, un aumento considerable de recursos propios, por recaudación y a través de donaciones privadas que para esta temporada han sido decisivas”, enumeró Telerman.
Anuncio apresurado
Si la noticia sobre la salida de Telerman llegó antes que el comunicado del Ministerio de Cultura porteño que lo publicó por la tarde fue porque, en principio, lo que el director había acordado con la ministra era su continuidad hasta fin de año, según fuentes consultadas Sin embargo, ante lo que él mismo explicó como un pedido de reemplazo, los tiempos se acortaron abruptamente.
Pero solo se modificaron los tiempos porque, en realidad, el proyecto ya estaba en marcha desde hace varios meses atrás; y no solo implica el cambio de quién lleva el timón, se plantean varias modificaciones en la estructura administrativa del Teatro Colón para apuntar a una mayor eficiencia, según explicaron desde el Ministerio.
El nuevo proyecto
Por ahora no se habla de cargos sino de equipo. En cierto modo, Grieco y Bocca ya trabajaron en equipo en el Sodre de Montevideo, cuando se desempeñaron como Director General y Director del Ballet, respectivamente. Y aunque a partir de noviembre se efectivice su trabajo puertas adentro del Colón, más allá de los nombres dispuestos para cada cargo, se espera, obviamente, que Bocca tome la responsabilidad artística y Grieco esté detrás de todo el funcionamiento del teatro.

El comunicado del Gobierno de la Ciudad incluye algunas lacónicas palabras de Bocca: “Estoy muy feliz de volver a casa, muy emocionado y orgulloso de este nuevo comienzo”. Pero también algunos detalles de gestión en la voz de Grieco: “Es para mí un verdadero orgullo que me hayan propuesto dirigir el Teatro Colón, con todo lo que significa trabajar en uno de los teatros más prestigiosos del mundo. Con Julio ya conformamos el equipo que nos acompañará, que presentaremos en Buenos Aires en los primeros días de noviembre. Y ya estamos trabajando en las grandes líneas que marcarán nuestra gestión, teniendo siempre como eje el trabajo con los cuerpos estables, la revalorización del talento local y la relación con otros reconocidos teatros del escenario mundial”.
Por su parte, la ministra Ricardes aclaró: “Estoy muy contenta del grupo de trabajo que conformamos con Gerardo y con Julio. Creo mucho en los equipos y ellos han demostrado, además de sus virtudes individuales, saber cómo llevar adelante un proceso como el que necesita el Teatro Colón. Ellos ya están trabajando en la transición y en la programación 2025, que va a estar a la altura de lo que queremos del Teatro Colón, un referente mundial para la cultura”.
La referencia a noviembre es, en realidad, la que estuvo fijada en los planes iniciales del Ministerio de Cultura, pero ahora, ante el nuevo panorama seguramente mucho antes se conozcan más novedades sobre la nueva gestión. De hecho, también aparecerán los nombres de quienes estarán a cargo de los elencos estables, de cara a la temporada 2025. Puertas adentro del ministerio porteño, se dice que ya hay un trabajo de varios meses encima, incluso la próxima semana se podrían conocer algunos nombres. Pero habría que ver cuál será la decisión última. También se dice que, tras los anuncios de hoy, más allá de que las cosas no se dieron en los tiempos y las formas como fueron conversadas días atrás, la temporada 2024 continuará tal como fue diseñada por Telerman y su equipo.
De hecho, la actual gestión del Ministerio de Cultura porteño, a principios de este 2024 no había hecho una ratificación de Telerman en su cargo, pero sí garantizaba que se cumpliera la temporada de este año. El director saliente no viene del ala política de Jorge Macri, quien se impuso como Jefe de Gobierno en las últimas elecciones porteñas, y la conducción del Ministerio seguramente no tuvo en el comienzo de su gestión un nuevo plan definido para el Colón, como el que sí presentará próximamente.
Por lo visto, en la última década se viene dando una gran alternancia en los perfiles de quienes marcan el rumbo del Teatro. Darío Lopérfido y Jorge Telerman, de alto perfil político. María Victoria Alcaraz, con su gestión bisagra, entre los dos anteriores, de un perfil mucho más bajo y de gestión administrativa. Ahora, al menos por los nombres que se presenta, se ofrece en este proyecto de “equipo”, un doble perfil. El de una persona de experiencia en gestión pública (Grieco) y el de un artista consagrado (Bocca) y con experiencia en la gestión de elencos artísticos, que no se especializa en navegar en los terrenos políticos.
Julio Bocca, esta vez sí: la máxima figura de la danza argentina al frente del mayor emblema cultural de los argentinos
El gobierno tenía un as en la manga y lo jugó: convenció a una personalidad popular y de gran trayectoria para conducir el Teatro Colón, pero la decisión trae necesariamente aparejada una reforma profunda
Constanza Bertolini
Cuando en marzo pasado Julio Bocca vino una semana entera en Buenos Aires para dar clases al Ballet Estable del Teatro Colón y en la compañía del Teatro San Martín, entre las diversas actividades públicas y privadas de su agenda existió una reunión con la flamante ministra de Cultura Gabriela Ricardes, sobre la cual, con mucha cautela, prefirió entonces no hacer mayores declaraciones. Pero durante una larga jornada que compartió , entre ensayos y entrevistas, el exbailarín, de las máximas figuras vivas que ha dado el arte argentino, respondió a una hipótesis formulada incontables veces en los diecisiete años que pasaron desde que dejó los escenarios (nunca la danza) y se radicó en Uruguay. ¿Aceptaría Julio Bocca ser el director del Teatro Colón? “Yo tengo una mentalidad y una forma de trabajar muy diferente a la del Colón. Pero si fueran por el mismo camino, podemos hablar”, había dicho. Tras la salida, esta mañana, de Jorge Telerman, y el anuncio hoy mismo de su designación en el máximo coliseo nacional, esa respuesta pasa a resignificarse como un “ok, vamos a intentarlo”.
Aquella tarde de idas y vueltas por la ciudad, Bocca daba un puñado de ejemplos concretos, algunas condiciones básicas que él pondría para tomar un cargo semejante en el Colón. “¿Empezar a trabajar a las 11? Yo soy de las ocho horas, como en cualquier parte del mundo, con una programación agendada a dos años, un presupuesto para saber qué puedo manejar y qué no. Si yo vengo acá, la orquesta, el coro y el ballet tienen que ser iguales. Tener una oficina. Mínimo. No creo que haya todo eso…”. Pero lo convencieron. Y eso significa, necesariamente, que los cambios proyectados no solamente serán artísticos sino estructurales, administrativos y culturales en la forma de trabajo de los cuerpos estables.
El referente más directo para entender el alcance de la transformación que se viene es el Sodre de Montevideo: cuando José Pepe Mujica –sí, personalmente el Presidente de la Nación- le ofreció en 2010 a Bocca el puesto de director del ballet de esa institución, con la firma de su designación le estaba dando el visto bueno para avanzar también en las reformas no artísticas -por ejemplo, en materia de estabilidad, estatutos y relaciones con los gremios– que considerara necesarias para llevar a la compañía a un nivel de excelencia y relevancia nacional e internacional.
Esa analogía hay que verla hoy en la fórmula de Julio Bocca y el uruguayo Gerardo Grieco -juntos trabajaron en el Sodre-, que el gobierno porteño está eligiendo para lograr lo que ningún otro jefe de gobierno ni ministro de la ciudad de Buenos Aires pudo antes: que Bocca diga que sí. “La dupla ya está trabajando en el nuevo modelo de gestión del coliseo porteño, que será presentado oficialmente en los primeros días de noviembre”, se lee en el comunicado. Con este cambio de conducción, las autoridades proponen una “reforma en el modelo de trabajo para lograr un teatro sostenible basado en la ejemplaridad. Al retomar el camino de origen, cuna de los grandes artistas argentinos y de la región, se promueve la excelencia y rigurosidad artística de nuestros talentos, y propicia el equilibrio entre recursos propios y recursos públicos. El equipo que llevará adelante este plan tiene como prioridades el ordenamiento de los procesos, la recuperación del foco en la relevancia local y global de la oferta artística del Teatro y la promoción de la accesibilidad para todos los públicos. El compromiso del nuevo equipo y de quienes tienen la responsabilidad de dirigir el destino del Teatro Colón es que el coliseo porteño sea cada vez más símbolo de lo que los argentinos son capaces de hacer”. En este contexto, el problema de la jubilación de los bailarines, por ejemplo, debería estar necesariamente entre los principales.
En boca de Bocca, el comunicado oficial únicamente pone apenas una frase: “Estoy muy feliz de volver a casa, muy emocionado y orgulloso de este nuevo comienzo”.
El Obelisco y después
Desde que Julio Bocca se retiró de los escenarios en 2007 -un megashow en la 9 de Julio, junto al Obelisco, con 300 mil personas-, fueron muchas las veces que su nombre entró en el cubilete de las designaciones. Su nombramiento requiere, necesariamente, un aval político que Ricardes y el gobierno de Jorge Macri parecieran estar dispuestos a dar. Pero si se le pregunta a él por la política, responderá: “Del único partido que soy es el del arte”. Eso no quiere decir que eluda una visión crítica, que expresa a menudo, respecto de cómo se fueron dando las políticas culturales en el país.
Preocupado no solo por el talento argentino que se exporta al mundo –”¿por qué no se quedan?” ¿”volverían si el Colón los llamara”, son preguntas que suele hacerse cuando una joven promesa se va-, Bocca también se interesa por la imagen internacional de la danza en Argentina. Sus parámetros para formular este diagnóstico son exigentes y actualizados. Su currículum como maestro internacional y coach lo ha llevado en los últimos años por los cinco continentes, del American Ballet Theatre donde fue estrella al Bolshoi de Moscú o Australia, pasando por la Ópera de París y la Scala de Milán. Para calibrar aún más ese nivel de compromisos, basta solamente con echar un vistazo a lo que hay en su agenda para los próximos meses de este año: ahora mismo, prepara las valijas para viajar a San Francisco donde trabajará con las parejas de primeros bailarines de la compañía que dirige Tamara Rojo en Manon; luego irá a dictar clases en el Royal Ballet de Londres; después, está previsto su viaje a China, donde lo contrataron para “pulir” el montaje de La Bayadera de Makarova; y finalmente se sumará a una gira a Cuba como maestro del Ballet de Montecarlo. Muy lejos está todo esto de su casa, su “refugio”, en Maldonado, adonde se mudó con su pareja cuanto terminó su exitosa gestión de una década en el SODRE, en 2017. ¿Y Buenos Aires? ¿Volverá a vivir en la ciudad que dejó cuando la fama no le permitía andar tranquilo por la calle? Tiene a favor una reciente experiencia: camuflado como uno más, a los 57 años, ahora son pocos los que advierten de quién se trata.
“La Argentina en un momento fue muy respetada, ahora siento como que afuera ni les importa. Teniendo todo el potencial que se tiene en el país… A los bailarines que llegan, luchando, todos los miran y después preguntan: ¿qué pasa, por qué no se quedan? O viene gente de afuera a trabajar acá y te comenta los problemas que tuvieron. Interiormente uno dice: ¡Por qué! Me da bronca ver, saber, que tenemos talentos y posibilidades, ¿por qué no se llega al máximo?”, decía en la misma entrevista hace cinco meses.
Si el gobierno acaba de jugar un as que tenía guardado en la manga, Julio Bocca se enfrentará a una partida que le representa un gran desafío: hacer historia en su país, ahora desde otro lugar, en el mayor faro cultural, que -se sabe- no es nada fácil de manejar. Es la casa donde se formó, donde deberá afrontar viejos problemas, nuevas generaciones y también una camada de bailarines que lo conoce muy bien. Cuenta para ello no sólo con el tesoro de su carrera, sino con los contactos de un mundo que lo reconoce. Y la carta blanca que el público, seguramente, le dará para comenzar. Anteayer, en una charla pública en Uruguay, entre tantas otras cosas, Julio Bocca manifestaba sentirse ahora con más experiencia. Ya sabía cuál sería su próximo gran salto.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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