Seguros: revelan chats de la secretaria privada de Alberto Fernández
Las pruebas se suman a la causa en la que el expresidente está imputado
Federico González del Solar
Según el contenido, el expresidente se reunió con el broker Héctor Martínez Sosa
La Justicia accedió a una serie de chats de María Cantero, secretaria privada histórica del expresidente Alberto Fernández, en los que habla con su marido, el broker Héctor Martínez Sosa, sobre gestiones que ella estaba haciendo para interceder por él con el fin de quedarse con el negocio de los seguros de diferentes reparticiones públicas.
Las pruebas están incorporadas a la causa que lleva el juez federal Julián Ercolini, en la que el expresidente Fernández, Martínez Sosa y Cantero integran la lista de imputados. “Todo suma para tu PYME, Gatín [sic]”, le contesta en uno de los chats Martínez Sosa a Cantero, en un intercambio de diciembre de 2019. En las conversaciones se menciona a diferentes funcionarios con los que el broker pretendía hacer negocios.
La Justicia accedió a una serie de chats de María Cantero, secretaria privada histórica del expresidente Alberto Fernández, en los que habla con su marido, el broker de seguros Héctor Martínez Sosa, sobre gestiones que ella estaba haciendo para que él pudiera quedarse con el negocio de los seguros de diferentes reparticiones públicas.
En los chats se menciona a distintos funcionarios a los que Martínez Sosa querría convencer para que contrataran a su aseguradora. Las pruebas están incorporadas a la causa que lleva el juez federal Julián Ercolini, en la que el expresidente Fernández, Martínez Sosa y Cantero integran la lista de imputados.
El contenido de los mensajes, con sintaxis propia de los chats telefónicos, está volcado en esta nota de forma textual.
En un intercambio de mensajes correspondiente a diciembre de 2019, la secretaria del expresidente consulta a su pareja, a priori, por un seguro en particular. Dice: “Los seg de la armada los tenemos?”. Minutos después de que Martínez Sosa responda que no, Cantero señala que una persona –a la que alude como Capitán–se iba camino a los tribunales de Comodoro Py. “El Capitán se va”, dice. “Vos lo conociste acá –le aclara luego–. Se va al edificio de Comodoro Py”.
En abril, en otro cruce de mensajes, la secretaria de Fernández le dice a su pareja lo siguiente. “Díaz Bancalari [vicepresidente de Nación Seguros] es el hijo del Negro, seguro es un buen tipo”, y segundos después, agrega: “Pero lo importante es Pagliano [presidentede Nación Seguros]”. El broker le responde: “No, es el sobrino”. La secretaria privada del expresidente Fernández contesta: “Que responde a Alberto”.
La conversación continúa y se hace referencia a “Forlón”, que por el contenido de los mensajes parece ser Ignacio Forlón, presidente del Banco Nación entre 2012 y 2015. “¿Quien es Forlón?”, pregunta Cantero. “El expresidente de la época de Cristina que me sacó Fabricaciones Militares y lo mandé al carajo”, precisa Martínez Sosa. “Ahora Alberto es Presidente, no Cristina”, le advierte Cantero. “Si querés le recuerdo a Rossi lo de Fabricaciones Militares”, cierra, en alusión aparente a Agustín Rossi, exministro de Defensa de Alberto Fernández.
Por enero de 2020, Cantero le cuenta a su pareja que habló con alguien sobre el tema que “los preocupa”. Dice, textual: “Me preg cómo estabas xq Alberto le contó lo de tu pie”. Y a continuación, agrega: “Si ya le mandé” junto a “hablamos un poco del tema que nos preocupa”, seguido de “hoy le va a reforzar que ponga a nuestro amigo en Pcia y en Nación”. No queda claro sobre quién está hablando Cantero.
Reunión con Alberto
En otro ida y vuelta de febrero de 2020, la pareja parece ultimar los detalles de una visita del broker al entonces presidente Fernández. “Marcela me dijo que se junta con vos mañana”, comienza la conversación. Luego de recibir indicaciones sobre dónde estacionar el auto por parte de su pareja, Martínez Sosa pregunta: “¿A quién digo que voy a ver?”. La secretaria de Fernández responde así: “A mí al Presidente”. “A vos o al Presidente???”, repregunta Martínez Sosa a Cantero, a quien en distintos tramos de la conversación llama “Gatín”. “Al Presidente –contesta Cantero–. Decile que sos mi marido. Te están esperando”.
A fines de junio, reaparece el tema de Fabricaciones Militares y con un sobrenombre –Kato– la pareja parece aludir al actual ministro de Infraestructura bonaerense y jefe político de San Martín, Gabriel Katopodis. También parecen referirse al exministro de Desarrollo de Alberto Fernández, Matías Kulfas.
“Bueno, me contacto con el presidente de Fabricaciones Militares por tu contacto y aún no nos nombraron”, se queja Martínez Sosa. “Cuando termine de almorzar con el Jefe le digo”, le informa Cantero. “Alberto se va temprano”, añade. Más adelante en la conversación, agrega: “Kulfas está guardado”, en aparente alusión al exministro de Infraestructura. “Por Covid”, aclara. A los pocos minutos, Cantero le informa: “Me acaba de decir Kato [presuntamente por Katopodis] que lo que le pediste de corredores viales ya está”.
En diciembre de 2021, Cantero pregunta: “Ya estás con Alberto? Como te fue?”. “Recién salgo –contesta Martínez Sosa–. Muy lindo”. El día previo a ese encuentro, mantuvieron el siguiente diálogo: “Mañana 10.30 te espera Alberto en Olivos. Llamame cuando puedas”, dice Cantero. “Ok”, confirma él.
“Todo suma para tu PYME, Gatín”, le contesta en uno de los chats Martínez Sosa a su mujer Cantero, cuando ella le pregunta: “¿Eso es para nuestra PYME?”. “Le decís si lo puede ver esta semana”, le pregunta el broker a Cantero, quien contesta afirmativamente, y aclara: “Yo me ocupo”.
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Por el mal clima global, bajan bonos y acciones argentinas
El riesgo país superó los 1600 puntos; temor a una recesión en Estados Unidos
La Justicia accedió a una serie de chats de María Cantero, secretaria privada histórica del expresidente Alberto Fernández, en los que habla con su marido, el broker Héctor Martínez Sosa, sobre gestiones que ella estaba haciendo para interceder por él con el fin de quedarse con el negocio de los seguros de diferentes reparticiones públicas.
Las pruebas están incorporadas a la causa que lleva el juez federal Julián Ercolini, en la que el expresidente Fernández, Martínez Sosa y Cantero integran la lista de imputados. “Todo suma para tu PYME, Gatín [sic]”, le contesta en uno de los chats Martínez Sosa a Cantero, en un intercambio de diciembre de 2019. En las conversaciones se menciona a diferentes funcionarios con los que el broker pretendía hacer negocios.
La Justicia accedió a una serie de chats de María Cantero, secretaria privada histórica del expresidente Alberto Fernández, en los que habla con su marido, el broker de seguros Héctor Martínez Sosa, sobre gestiones que ella estaba haciendo para que él pudiera quedarse con el negocio de los seguros de diferentes reparticiones públicas.
En los chats se menciona a distintos funcionarios a los que Martínez Sosa querría convencer para que contrataran a su aseguradora. Las pruebas están incorporadas a la causa que lleva el juez federal Julián Ercolini, en la que el expresidente Fernández, Martínez Sosa y Cantero integran la lista de imputados.
El contenido de los mensajes, con sintaxis propia de los chats telefónicos, está volcado en esta nota de forma textual.
En un intercambio de mensajes correspondiente a diciembre de 2019, la secretaria del expresidente consulta a su pareja, a priori, por un seguro en particular. Dice: “Los seg de la armada los tenemos?”. Minutos después de que Martínez Sosa responda que no, Cantero señala que una persona –a la que alude como Capitán–se iba camino a los tribunales de Comodoro Py. “El Capitán se va”, dice. “Vos lo conociste acá –le aclara luego–. Se va al edificio de Comodoro Py”.
En abril, en otro cruce de mensajes, la secretaria de Fernández le dice a su pareja lo siguiente. “Díaz Bancalari [vicepresidente de Nación Seguros] es el hijo del Negro, seguro es un buen tipo”, y segundos después, agrega: “Pero lo importante es Pagliano [presidentede Nación Seguros]”. El broker le responde: “No, es el sobrino”. La secretaria privada del expresidente Fernández contesta: “Que responde a Alberto”.
La conversación continúa y se hace referencia a “Forlón”, que por el contenido de los mensajes parece ser Ignacio Forlón, presidente del Banco Nación entre 2012 y 2015. “¿Quien es Forlón?”, pregunta Cantero. “El expresidente de la época de Cristina que me sacó Fabricaciones Militares y lo mandé al carajo”, precisa Martínez Sosa. “Ahora Alberto es Presidente, no Cristina”, le advierte Cantero. “Si querés le recuerdo a Rossi lo de Fabricaciones Militares”, cierra, en alusión aparente a Agustín Rossi, exministro de Defensa de Alberto Fernández.
Por enero de 2020, Cantero le cuenta a su pareja que habló con alguien sobre el tema que “los preocupa”. Dice, textual: “Me preg cómo estabas xq Alberto le contó lo de tu pie”. Y a continuación, agrega: “Si ya le mandé” junto a “hablamos un poco del tema que nos preocupa”, seguido de “hoy le va a reforzar que ponga a nuestro amigo en Pcia y en Nación”. No queda claro sobre quién está hablando Cantero.
Reunión con Alberto
En otro ida y vuelta de febrero de 2020, la pareja parece ultimar los detalles de una visita del broker al entonces presidente Fernández. “Marcela me dijo que se junta con vos mañana”, comienza la conversación. Luego de recibir indicaciones sobre dónde estacionar el auto por parte de su pareja, Martínez Sosa pregunta: “¿A quién digo que voy a ver?”. La secretaria de Fernández responde así: “A mí al Presidente”. “A vos o al Presidente???”, repregunta Martínez Sosa a Cantero, a quien en distintos tramos de la conversación llama “Gatín”. “Al Presidente –contesta Cantero–. Decile que sos mi marido. Te están esperando”.
A fines de junio, reaparece el tema de Fabricaciones Militares y con un sobrenombre –Kato– la pareja parece aludir al actual ministro de Infraestructura bonaerense y jefe político de San Martín, Gabriel Katopodis. También parecen referirse al exministro de Desarrollo de Alberto Fernández, Matías Kulfas.
“Bueno, me contacto con el presidente de Fabricaciones Militares por tu contacto y aún no nos nombraron”, se queja Martínez Sosa. “Cuando termine de almorzar con el Jefe le digo”, le informa Cantero. “Alberto se va temprano”, añade. Más adelante en la conversación, agrega: “Kulfas está guardado”, en aparente alusión al exministro de Infraestructura. “Por Covid”, aclara. A los pocos minutos, Cantero le informa: “Me acaba de decir Kato [presuntamente por Katopodis] que lo que le pediste de corredores viales ya está”.
En diciembre de 2021, Cantero pregunta: “Ya estás con Alberto? Como te fue?”. “Recién salgo –contesta Martínez Sosa–. Muy lindo”. El día previo a ese encuentro, mantuvieron el siguiente diálogo: “Mañana 10.30 te espera Alberto en Olivos. Llamame cuando puedas”, dice Cantero. “Ok”, confirma él.
“Todo suma para tu PYME, Gatín”, le contesta en uno de los chats Martínez Sosa a su mujer Cantero, cuando ella le pregunta: “¿Eso es para nuestra PYME?”. “Le decís si lo puede ver esta semana”, le pregunta el broker a Cantero, quien contesta afirmativamente, y aclara: “Yo me ocupo”.
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Por el mal clima global, bajan bonos y acciones argentinas
El riesgo país superó los 1600 puntos; temor a una recesión en Estados Unidos
Melisa Reinhold
Las acciones argentinas que operan en Wall Street sufrieron bajas generalizadas ap
Los temores a una recesión en los Estados Unidos se despertaron luego de que los datos de empleo resultaran peores de lo esperado. Esta noticia tiñó de rojo ayer las pantallas financieras de todo el mundo, un impacto que también se vio reflejado en la Argentina: el riesgo país superó la barrera de los 1600 puntos básicos, las acciones locales que operan en Wall Street tuvieron caídas de hasta 13% y los bonos también bajaron. Los Bonares retrocedieron 3,11% (AL30D) y los Globales, hasta 3,17% (GD46D). Los dólares libres subieron.
Los temores a una recesión en los Estados Unidos se despertaron luego de que los datos de empleo resultaran peor de lo esperado. Esta noticia tiñó de rojo ayer las pantallas financieras de todo el mundo, un impacto que también se vio reflejado en la Argentina: el riesgo país superó la barrera de los 1600 puntos básicos y las acciones locales que operan en Wall Street tuvieron caídas de hasta 13%.
Uno de los activos más golpeados a nivel local fueron los bonos soberanos de deuda, en un escenario donde los inversores globales se alejaron de los mercados emergentes. Tampoco ayudó el ruido doméstico, luego de que el Banco Central (BCRA) tuviera que vender US$25 millones en el mercado oficial. Así, ayer, los Bonar retrocedieron 3,11% (AL30D) y los Global, hasta 3,17% (GD46D).
Esto impactó de manera directa en el riesgo país, índice que mide la diferencia que pagan los bonos del Tesoro de Estados Unidos (considerados los activos más seguros del mundo) frente al resto de los países, clave para el acceso a los mercados internacionales de crédito. Ayer, el indicador subió 62 unidades y cerró la semana en los 1612 puntos básicos (+4%), el valor más alto desde mediados de marzo.
“La Argentina necesita que la tasa de rendimiento de sus bonos converja a valores que permitan refinanciar los vencimientos de deuda del año que viene, es decir, acceder a los mercados internacionales. Hoy, las cuestiones internas suelen tener más influencia, pero si el año que viene salimos al mercado, también estará marcada por las condiciones financieras internacionales. Ayer hubo un movimiento de corto plazo, una corrección de precios tras nuevas expectativas por la situación del mercado laboral estadounidense y el cambio de política sorpresiva del Banco de Japón. Si este problema se ensancha mucho, podría ser un problema para la Argentina conseguir costos de financiamiento razonables”, advirtió Nicolás Max, director de asset management en Criteria.
La noticia que desencadenó el malestar global fueron los datos negativos en el mercado de trabajo de Estados Unidos, además de que el jueves se conoció que la industria manufacturera se contrajo más de lo esperado. Este combo hizo que crezca entre los inversores el consenso de que la Reserva Federal (Fed) se demoró demasiado en recortar las tasas de interés y terminó por afectar al desempeño de la economía norteamericana. En consecuencia, el índice accionario S&P 500 cayó 1,84%, el tecnológico Nasdaq cedió un 2,43% y el industrial Dow Jones, un 1,51%.
Los números en rojo se contagiaron entre las acciones argentinas que cotizan en la Bolsa de Nueva York (conocidas como ADR). Los papeles de BBVA cayeron 13,2%, seguidos por los de Banco Macro (-8,2%), Banco Supervielle (-7,4%) y Despegar (-7,1%). La única acción que subió fue Mercado Libre, con un 10,7%, tras sorprender con los resultados financieros en el segundo trimestre del año.
En sintonía con las bolsas del mundo, el S&P Merval se hundió por segunda rueda consecutiva, un 4,5%. En el panel principal, conformado por las compañías que registran el mayor volumen de operaciones, las bajas más marcadas se observaron entre las acciones BYMA (-6,1%), Central Puerto (-5,5%) y el Banco Macro (-5,4%).
“Lo que se vio estos días en el mercado local fue reflejo de lo que pasó a nivel internacional. La suba de tasas del Banco de Japón y los miedos a la recesión de Estados Unidos, tras conocerse los datos de empleo, impactaron en la Argentina. Somos un mercado emergente y nos movemos en gran parte al compás de todos los movimientos globales, por eso cayeron los bonos y las acciones. Además, el riesgo país superó los 1600 puntos, cuando el Gobierno lo necesita mucho más abajo para tener alguna chance de volver a los mercados de deuda internacional y reforzar las reservas, en un contexto en el cual la estacionalidad no ayuda al Banco Central y el pago de importaciones lentamente aumenta”, agregó el economista Jorge Neyro.
En el mercado cambiario local, el dólar blue se vendió a $1395 en la City. Se trató de una suba de $15 frente al cierre anterior (+1,1%), aunque terminó la semana con baja acumulada de $40 (-2,8%).
Los tipos de cambio financieros también tendieron al alza, incluso a pesar de que estas cotizaciones suelen estar contenidas por las intervenciones. El dólar MEP cotizó a $1334,04, un avance diario de $33,9 (+2,6%). El contado con liquidación cerró a $1321,96, un incremento de $19,7 frente al cierre previo (+1,5%).
Un escenario global desafiante para la Argentina
Fausto Spotorno
El escenario internacional se está complicando para la Argentina. Lo cierto es que la economía norteamericana está mostrando un déficit fiscal creciente y las perspectivas que presentan los candidatos no son alentadoras. China, además, está muy lejos de ser esa economía de alto crecimiento que demandaba altas cantidades de commodities. Hoy es una economía que crece poco y con riesgos financieros relevantes en materia inmobiliaria. Aun así, para el mediano plazo nuestro país tiene algunas oportunidades atractivas que se podrían aprovechar en los próximos años si nos desempeñáramos correctamente.
A corto plazo el escenario internacional no parece ser el más atractivo para la Argentina. En general, nuestro país suele funcionar mejor con bajas tasas de interés y altos precios de las commodities. Sin embargo, no parece ser esta la realidad de los próximos meses o incluso de buena parte de 2025. Si bien se espera que la Reserva Federal comience a bajar la tasa de política monetaria, lo cierto es que nos encontramos con una economía norteamericana con fuerte déficit de fiscal, que podría estar superando el 6% del PBI tanto en 2024 como en 2025. Déficit que no se veía desde la pandemia. Ni Donald Trump ni Kamala Harris son considerados candidatos austeros; por eso, las perspectivas no son atractivas en materia de cuentas públicas. En los próximos años podríamos ver una abundante oferta del título del Tesoro norteamericano necesario para financiar al Estado y, como consecuencia, precios de dichos bonos que tenderán a bajar y tasas de interés de largo plazo que subirán.
Por eso, si bien se espera que la Fed comience un proceso de baja de tasas de corto plazo, lo cierto es que este podría ser largo y con poca profundidad. En general, en EE.UU. si la política fiscal tiende a ser expansiva, la política monetaria suele ser neutral o contractiva siempre y cuando no haya una crisis económica. Dado que esta no es la situación actual, es probable que la Reserva Federal vaya bajando las tasas lentamente y poco. De no mediar crisis económica o financieras, lo más probable es que el piso de las tasas quede por encima del 2% anual.
El futuro probablemente sea con tasas altas tanto de corto como de largo plazo. Aunque es probable que la de corto sea inferior a la que tenemos hoy, no se puede descartar que la tasa de largo sea superior. Eso dependerá de cuál sea la política fiscal del próximo gobierno de EE.UU.
Por otra parte, el crecimiento esperado para los próximos años de China está entre 3% y 4% anual, lo que es bajo para lo que eran sus estándares. Además, recordemos que China es el principal consumidor de commodities a nivel global. Un bajo crecimiento de China implica que posiblemente tengamos un bajo crecimiento en la demanda de commodities, como la soja, el trigo, el maíz, el cobre o el petróleo. Si a esto le sumamos tasas más altas, podemos encontrarnos con un contexto más negativo para los precios de este tipo de bienes.
En lo que respecta a la región, nos encontramos con un Brasil que presenta un altísimo déficit fiscal y que tarde o temprano deberá realizar un programa de ajuste, lo cual puede llevar a un debilitamiento del crecimiento en nuestra región.
Este panorama global puede presentar algún desafío. Sin embargo, también es cierto que, a mediano plazo, la Argentina tiene algunas oportunidades, como el desarrollo del sector energético, hoy muy relevante incluso desde el punto geopolítico. Lo mismo sucede con el sector tradicional agropecuario argentino o el sector minero y de alta tecnología. Lo cierto es que el comercio global se está reordenando y esto abre oportunidades para países como el nuestro.
Los temores a una recesión en los Estados Unidos se despertaron luego de que los datos de empleo resultaran peores de lo esperado. Esta noticia tiñó de rojo ayer las pantallas financieras de todo el mundo, un impacto que también se vio reflejado en la Argentina: el riesgo país superó la barrera de los 1600 puntos básicos, las acciones locales que operan en Wall Street tuvieron caídas de hasta 13% y los bonos también bajaron. Los Bonares retrocedieron 3,11% (AL30D) y los Globales, hasta 3,17% (GD46D). Los dólares libres subieron.
Los temores a una recesión en los Estados Unidos se despertaron luego de que los datos de empleo resultaran peor de lo esperado. Esta noticia tiñó de rojo ayer las pantallas financieras de todo el mundo, un impacto que también se vio reflejado en la Argentina: el riesgo país superó la barrera de los 1600 puntos básicos y las acciones locales que operan en Wall Street tuvieron caídas de hasta 13%.
Uno de los activos más golpeados a nivel local fueron los bonos soberanos de deuda, en un escenario donde los inversores globales se alejaron de los mercados emergentes. Tampoco ayudó el ruido doméstico, luego de que el Banco Central (BCRA) tuviera que vender US$25 millones en el mercado oficial. Así, ayer, los Bonar retrocedieron 3,11% (AL30D) y los Global, hasta 3,17% (GD46D).
Esto impactó de manera directa en el riesgo país, índice que mide la diferencia que pagan los bonos del Tesoro de Estados Unidos (considerados los activos más seguros del mundo) frente al resto de los países, clave para el acceso a los mercados internacionales de crédito. Ayer, el indicador subió 62 unidades y cerró la semana en los 1612 puntos básicos (+4%), el valor más alto desde mediados de marzo.
“La Argentina necesita que la tasa de rendimiento de sus bonos converja a valores que permitan refinanciar los vencimientos de deuda del año que viene, es decir, acceder a los mercados internacionales. Hoy, las cuestiones internas suelen tener más influencia, pero si el año que viene salimos al mercado, también estará marcada por las condiciones financieras internacionales. Ayer hubo un movimiento de corto plazo, una corrección de precios tras nuevas expectativas por la situación del mercado laboral estadounidense y el cambio de política sorpresiva del Banco de Japón. Si este problema se ensancha mucho, podría ser un problema para la Argentina conseguir costos de financiamiento razonables”, advirtió Nicolás Max, director de asset management en Criteria.
La noticia que desencadenó el malestar global fueron los datos negativos en el mercado de trabajo de Estados Unidos, además de que el jueves se conoció que la industria manufacturera se contrajo más de lo esperado. Este combo hizo que crezca entre los inversores el consenso de que la Reserva Federal (Fed) se demoró demasiado en recortar las tasas de interés y terminó por afectar al desempeño de la economía norteamericana. En consecuencia, el índice accionario S&P 500 cayó 1,84%, el tecnológico Nasdaq cedió un 2,43% y el industrial Dow Jones, un 1,51%.
Los números en rojo se contagiaron entre las acciones argentinas que cotizan en la Bolsa de Nueva York (conocidas como ADR). Los papeles de BBVA cayeron 13,2%, seguidos por los de Banco Macro (-8,2%), Banco Supervielle (-7,4%) y Despegar (-7,1%). La única acción que subió fue Mercado Libre, con un 10,7%, tras sorprender con los resultados financieros en el segundo trimestre del año.
En sintonía con las bolsas del mundo, el S&P Merval se hundió por segunda rueda consecutiva, un 4,5%. En el panel principal, conformado por las compañías que registran el mayor volumen de operaciones, las bajas más marcadas se observaron entre las acciones BYMA (-6,1%), Central Puerto (-5,5%) y el Banco Macro (-5,4%).
“Lo que se vio estos días en el mercado local fue reflejo de lo que pasó a nivel internacional. La suba de tasas del Banco de Japón y los miedos a la recesión de Estados Unidos, tras conocerse los datos de empleo, impactaron en la Argentina. Somos un mercado emergente y nos movemos en gran parte al compás de todos los movimientos globales, por eso cayeron los bonos y las acciones. Además, el riesgo país superó los 1600 puntos, cuando el Gobierno lo necesita mucho más abajo para tener alguna chance de volver a los mercados de deuda internacional y reforzar las reservas, en un contexto en el cual la estacionalidad no ayuda al Banco Central y el pago de importaciones lentamente aumenta”, agregó el economista Jorge Neyro.
En el mercado cambiario local, el dólar blue se vendió a $1395 en la City. Se trató de una suba de $15 frente al cierre anterior (+1,1%), aunque terminó la semana con baja acumulada de $40 (-2,8%).
Los tipos de cambio financieros también tendieron al alza, incluso a pesar de que estas cotizaciones suelen estar contenidas por las intervenciones. El dólar MEP cotizó a $1334,04, un avance diario de $33,9 (+2,6%). El contado con liquidación cerró a $1321,96, un incremento de $19,7 frente al cierre previo (+1,5%).
Un escenario global desafiante para la Argentina
Fausto Spotorno
El escenario internacional se está complicando para la Argentina. Lo cierto es que la economía norteamericana está mostrando un déficit fiscal creciente y las perspectivas que presentan los candidatos no son alentadoras. China, además, está muy lejos de ser esa economía de alto crecimiento que demandaba altas cantidades de commodities. Hoy es una economía que crece poco y con riesgos financieros relevantes en materia inmobiliaria. Aun así, para el mediano plazo nuestro país tiene algunas oportunidades atractivas que se podrían aprovechar en los próximos años si nos desempeñáramos correctamente.
A corto plazo el escenario internacional no parece ser el más atractivo para la Argentina. En general, nuestro país suele funcionar mejor con bajas tasas de interés y altos precios de las commodities. Sin embargo, no parece ser esta la realidad de los próximos meses o incluso de buena parte de 2025. Si bien se espera que la Reserva Federal comience a bajar la tasa de política monetaria, lo cierto es que nos encontramos con una economía norteamericana con fuerte déficit de fiscal, que podría estar superando el 6% del PBI tanto en 2024 como en 2025. Déficit que no se veía desde la pandemia. Ni Donald Trump ni Kamala Harris son considerados candidatos austeros; por eso, las perspectivas no son atractivas en materia de cuentas públicas. En los próximos años podríamos ver una abundante oferta del título del Tesoro norteamericano necesario para financiar al Estado y, como consecuencia, precios de dichos bonos que tenderán a bajar y tasas de interés de largo plazo que subirán.
Por eso, si bien se espera que la Fed comience un proceso de baja de tasas de corto plazo, lo cierto es que este podría ser largo y con poca profundidad. En general, en EE.UU. si la política fiscal tiende a ser expansiva, la política monetaria suele ser neutral o contractiva siempre y cuando no haya una crisis económica. Dado que esta no es la situación actual, es probable que la Reserva Federal vaya bajando las tasas lentamente y poco. De no mediar crisis económica o financieras, lo más probable es que el piso de las tasas quede por encima del 2% anual.
El futuro probablemente sea con tasas altas tanto de corto como de largo plazo. Aunque es probable que la de corto sea inferior a la que tenemos hoy, no se puede descartar que la tasa de largo sea superior. Eso dependerá de cuál sea la política fiscal del próximo gobierno de EE.UU.
Por otra parte, el crecimiento esperado para los próximos años de China está entre 3% y 4% anual, lo que es bajo para lo que eran sus estándares. Además, recordemos que China es el principal consumidor de commodities a nivel global. Un bajo crecimiento de China implica que posiblemente tengamos un bajo crecimiento en la demanda de commodities, como la soja, el trigo, el maíz, el cobre o el petróleo. Si a esto le sumamos tasas más altas, podemos encontrarnos con un contexto más negativo para los precios de este tipo de bienes.
En lo que respecta a la región, nos encontramos con un Brasil que presenta un altísimo déficit fiscal y que tarde o temprano deberá realizar un programa de ajuste, lo cual puede llevar a un debilitamiento del crecimiento en nuestra región.
Este panorama global puede presentar algún desafío. Sin embargo, también es cierto que, a mediano plazo, la Argentina tiene algunas oportunidades, como el desarrollo del sector energético, hoy muy relevante incluso desde el punto geopolítico. Lo mismo sucede con el sector tradicional agropecuario argentino o el sector minero y de alta tecnología. Lo cierto es que el comercio global se está reordenando y esto abre oportunidades para países como el nuestro.
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