sábado, 19 de octubre de 2024

EL ESCENARIO Y HOMENAJE


Sin traición en el Día de la Lealtad, la expresidenta adelanta el año electoral
Claudio Jacquelin
Eduardo de Pedro, Cristina Kirchner y Juan Manzur, ayer, en el Instituto Patria
Una vez más, se puso a la vanguardia, alteró el escenario y adelantó el calendario. Con su lanzamiento autodefensivo como candidata a presidir el PJ nacional, Cristina Kirchner recuperó un protagonismo que tendía a aplanarse, modificó los planes de renovación del peronismo y anticipó el año electoral de casi todas las fuerzas. Aunque la ciudadanía esté en otra cosa y la dominen otras preocupaciones. Más concretas y urgentes.
Tal vez, el más descolocado con la inesperada reinstalación de la expresidenta haya sido el aventajado aspirante a delfín político, Axel Kicillof, a quien desafía Máximo, el hijo biológico de “la jefa”.
El acto de ayer en Berisso confirmó esa incomodidad. El gobernador bonaerense dejó para más adelante cualquier intento de diferenciación explícita y de emancipación, si es que alguna vez lo ensaya.
Prefirió ratificar que el 17 de octubre es el Día de la Lealtad peronista. Para la traición hay otros 364 cada año (como ya se sabe) y Kicillof no ve necesidad de adelantar tiempos. No parece estar en su naturaleza el emprendedorismo, como corresponde a su formación ideológica, aunque tampoco reniega de la muy capitalista ley de la herencia.
El gobernador defendió a la expresidenta, a quien volvió a considerar una perseguida política. O una proscripta, como ella misma se autodefinió. Allí, sin embargo, podría vislumbrarse alguna estrategia en su beneficio. Cristina Kirchner dijo tras ser condenada en primera instancia que eso la alejaba de cualquier postulación a cargos electivos (no partidarios) porque implicaba una proscripción de hecho. Si Kicillof no se propuso refrescarle ese compromiso, la mención se pareció mucho a un recordatorio interesado.
La Cámpora puede seguir siendo un rival, pero “la jefa” no se mancha ni se desafía. El tiempo dirá si llegado el caso se animará a hacerlo o seguirá los pasos de Horacio Rodríguez Larreta en Pro.
Por lo pronto, para la reinstalación de Cristina Kirchner fue un alivio que el desafío interno quede encapsulado en el gobernador riojano en default, Ricardo Quintela. Más aún tras las versiones de que la reunión con Kicillof no los había acercado. Y eso tiene impacto en varias dimensiones. No solo en lo electoral. El Gobierno está obligado a mirar con mucho cuidado y manipular el artefacto con extrema prudencia. Empieza a darse cuenta de eso.
La celebración en la Casa Rosada, como primera reacción, a la reaparición de la expresidenta y su intención de volver a erigirse como figura central del peronismo, donde en imagen no encuentra competencia seria, dio paso muy rápido a algunas expresiones de alarma. Sobre todo, desde el costado económico.
La construcción de enemigos tiene sus riesgos. Y no porque ese rival tenga hoy probabilidades de asestarle una derrota electoral. Esa es solo una de las dimensiones en las que las decisiones políticas importan.
“Si Cristina vuelve a instalarse como la principal opositora y ella o quien ella ponga estuvieran en condiciones de ganar o hacer una buena elección bonaerense, van a espantar a inversores aunque nos vaya bien en el resto”, admite un alto funcionario mileísta que sigue el armado electoral oficialista tan de cerca como el trío Karina Milei-Santiago Caputo-Lule Menem le permiten.
Vuelve a hacerse presente el recuerdo de la reaparición de la expresidenta en las elecciones de 2017, en las que a pesar de ser derrotada por una dupla cambiemita de candidatos a senadores de escaso peso propio (Esteban Bullrich-Gladys González) la escasa diferencia tuvo un alto impacto en el devenir del gobierno de Mauricio Macri.
El deterioro que la figura de Cristina Kirchner y todo lo que representa han sufrido es obvia, pero la capacidad de daño puede ser es más importante que la potencia constructiva.
El renovado embate del oficialismo sobre el kirchnerismo, expresado en las últimas horas con tanto énfasis por el propio Presidente y por el ministro Luis Caputo en el Coloquio de IDEA, no solo silenció y desplazó definitivamente los cuestionamientos que hasta no hace nada recibía el macrismo. También muestra la preocupación por este resurgimiento.
La decisión apunta a mantener al kirchnerismo en escena, pero debilitado, y evitar que asome algún rival novedoso. El riesgo es que se cumpla la máxima nietzchiana y que los ataques lo fortalezcan. Otra vez, a “matar o morir”, como suele decirle Milei a sus interlocutores.
En esa batalla también apuestan a restarle soportes a sus adversarios. En el Día de la Lealtad, el Gobierno apuesta la traición, la división y el hartazgo de los que después de dos décadas quieren liberarse del yugo cristinista o, simplemente, empezar a desarrollar su propia empresa. O de los que necesitan ponerse en valor para mejorar su poder de negociación. Ayer quedó claro que el oficialismo deberá esperar,
Esta reposición de los kirchneristas como los enemigos a batir o “los delincuentes” (diría Caputo) que quieren volver a destruir, tiene coleísmo mo contrapartida la reformulación del vínculo con Mauricio Macri y su escorado submarino amarillo.
La UTE libertaria-macrista
La designación hecha ayer de la exfuncionaria macrista María Tettamanti como nueva secretaria de Energía implica mucho más que un recambio puntual tras el desplazamiento de Eduardo Rodríguez Chirillo, cuyas acciones estaban en baja desde el nombramiento Daniel González (exjerarca de YPF durante el macrismo) como virtual ministro de Energía y Minería.
“La llegada de Tettamanti surge de lo que Mauricio [Macri] habló con Milei y de lo que Cristian [Ritondo] discutió con Santiago [Caputo]. También, porque Daniel González quería sumar gente de [la fundación macrista] Pensar. Ahora van a entrar varios más que estuvieron en nuestra gestión para mejorar los niveles de respuesta que el sector privado invierta aún más rápido”, admitió y anticipó la persona que mejor conoce al jefe de Pro. Una UTE (unión transitoria de empresas) en proceso.
Las puertas de la administración mileísta parecen empezar a abrirse para el macrismo, como venía reclamando su dueño en las reuniones que mantuvo con Milei y en la última con el supergurú Caputo. En este escenario jugaron un papel crucial las muchas pruebas de amor (no correspondido) que el macrismo le ha dado al Gobierno. Tanto como las necesidades que hoy enfrenta el mi“Todo y las necesidades electorales de ambos espacios.
Por una parte, se trata es el pago al apoyo parlamentario dado por Pro para sostener los vetos presidenciales a las leyes previsional y de financiamiento universitario. Dos grandes demostraciones de la entrega macrista, por la impopularidad que tenían. Sus principales dirigentes amenazaban con que serían las últimas si no había contrapartida.
Sin embargo, menos efectivo que esa advertencia parece haber sido el nuevo gran reto que enfrenta Milei y que hizo saltar todas las alarmas. Refiere al tratamiento en el Congreso de la reforma de la ley vigente para limitar los decretos de necesidad y urgencia (DNU), impulsada por Pro y el radicalismo, que en el mileísmo creen que puede poner en riesgo la gobernabilidad.
La actual legislación, cuya autora fue Cristina Kirchner, cuando era legisladora y su esposo presidente, estableció una anomalía singular en el sistema republicano, al hacer que le sea más fácil legislar al Presidente, por la vía de los DNU, que al Parlamento. Con que sólo una Cámara no rechace un decreto, este queda firme, mientras que para sancionar una ley se requiere de la aprobación del Senado y de Diputados. Como se ha visto recientemente es más fácil bloquear que sancionar leyes. Hiperpresidencialismo agravado.
En este juego en el que las conveniencias se imponen a los principios, los kirchneristas avalan el afán reformista de la ley que lleva su sello y el macrismo enfrenta un dilema. Pro siempre cuestionó aquel anómalo refuerzo del poder presidencial, impuesto por el kirchnerismo gobernante en su beneficio. Además, sus legisladores presentaron proyectos, que ahora se reflotan, para restablecer la limitación constitucional a la legislación por decreto.
A pesar de esos antecedentes, en esta nueva etapa de su relación con el Gobierno y en vistas al año electoral, el macrismo estaría dispuesto a asumir el costo de la incongruencia en nombre de la real politik.
tiene que ver con todo”, responden desde el macrismo cuando se les pregunta si la flamante generosidad oficial para incorporar a sus cuadros al Gobierno está vinculada con la restricción a los DNU, además de otras consideraciones.
Por ahora, el macrismo no contaría con el número para impedir que la reforma salga. “Va a ser difícil, porque igual los que impulsan la reforma tienen el número, más allá de lo que hagamos nosotros. El negocio es mandarla al año que viene, por lo menos”, admite uno de los diputados más influyentes de Pro.
Dilatar el tratamiento es más que la admisión de una realidad aritmética adversa. Es, también, una decisión estratégica del macrismo. Operaría como una garantía para sus aspiraciones en el armado electoral, a los efectos de no ceder más poder antes de tiempo y quedarse sin cartas de negociación cuando se definan candidaturas.
El pago a Macri con cargos en la administración así como tener que sostener el blindaje a los DNU no es visto por todo el macrismo de igual manera. Por un lado, defender una ley del kirchnerismo que da más poder al Poder Ejecutivo indigesta a los republicanos. Por el otro, el ingreso de cuadros amarillos en la gestión, sin un acuerdo marco más amplio que incluya cuestiones que hacen a la identidad macrista y dé garantías para la conformación electoral inquieta a algunos estrategas que aconsejan al dueño del partido.
“Yo le digo a Mauricio que no se apure y que espere con las manos abiertas para recoger lo que le va a caer de arriba, por lo que están rompiendo las ‘fuerzas del cielo’”, señala un consejero político que el expresidente suele escuchar y que mira con prevención el desempeño político (y económico) del oficialismo.
La capacidad del mileísmo de fabricar enemigos, al margen de la decisiva performance en el plano económico, empieza a configurar nuevos escenarios desafiantes y a alentar ilusiones, no solo de rivales acérrimos, como el kirchnerismo. Ayer se lo advirtieron en IDEA dos gobernadores muy cercanos.
También, hay varios dirigentes que llegaron a cargos políticos de la mano de Milei, como el senador Francisco Paoltroni, que quedó afuera del bloque oficialista tras oponerse a la candidatura para integrar la Corte del cuestionado Ariel Lijo.
El formoseño está recorriendo las provincias con una ambulancia intentando recoger afectados por el fuego del “triángulo de hierro” y por los acuerdos con figuras prominentes de la casta a la que Milei dijo que venía a combatir. La amplitud del arco de contactos que está desarrollando es tal que hasta le ha valido el reproche de algunos referentes de fuerzas nacionales que parecen muy lejanas a su pertenencia. Es el caso de sectores del radicalismo del norte grande. Aunque no le será fácil.
Milei sigue dominando la agenda pública y las encuestas, pero cada vez aparecen más dirigentes que, aún sin estar en condiciones de disputarle esa hegemonía, se mueven para debilitársela. El año electoral ya están en marcha. El lanzamiento de Cristina Kirchner solo lo certificó.
Con la mención a la “persecución judicial” a Cristina, Kicillof pareció querer recordarle su autoproscripción
Los festejos por la instalación cristinista van dando paso a la preocupación oficial

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Con dardos a Cristina, Victoria Villarruel reivindicó a Isabel Perón en el día de la lealtad, compartió fotos con ella e inauguró su busto en el Senado
La vicepresidenta mostró imágenes de una reunión con la exmandataria en España, a quien mencionó como “la primera presidente mujer del mundo y de la Argentina 
Gustavo Ybarra
Victoria Villarruel descubre el busto de Isabel Martínez de Perón, en el Senado, junto a Claudia Rucci
En un claro tiro por elevación a Cristina Kirchner, la vicepresidenta Victoria Villarruel aprovechó la celebración del Día de la Lealtad Peronista para reivindicar la figura de María Estela Martínez de Perón, a la que homenajeó como “primera vicepresidente de esta casa y primera mujer presidente constitucional de nuestra república y del mundo”, con la instalación de un busto de la exjefa del Estado en el Salón de las Provincias del Senado.
“En un día en donde se habla de lealtad, quisiera saber dónde están aquellas personas que dejaron a una mujer cuyo apellido es Perón a merced del terrorismo al que combatió, por el gobierno de facto que la encarceló y finalmente por una clase política que la desterró”, sentenció Villarruel durante un breve discurso de menos de cinco minutos que ofreció en el acto en el que descubrió el busto de la viuda de Juan Domingo Perón, quien a los 93 años reside en España.
La entronización de la estatua de Isabel se intentó mantener en secreto por parte de la vicepresidenta y sus colaboradores, pero el misterio se diluyó poco más de una hora antes del acto en el Senado cuando subió a sus redes sociales una serie de fotos que se tomó con “Isabelita” el jueves de la semana pasada, durante su reciente viaje a España, cuando fue recibida en la casa que la exmandataria habita en las afueras de Madrid.
El busto de María Estela Martínez de Perón
Además de negarle la condición de primera presidenta electa que muchas veces se adjudicó Cristina Kirchner, la actual vicepresidenta se encargó de lanzarle críticas a su antecesora en el cargo, aunque sin mencionarla. Así, tras destacar que Isabel Perón “nunca pidió venganza, ni criticó a los cobardes que la habían perjudicado”, la vicepresidenta sentenció: “Qué diferencia con los políticos actuales, ¿no? Por muchísimo menos los vemos victimizándose sin conocer lo que es afrontar el peligro, el destierro ni mucho menos la prisión. Ya tienen el hábito miserable del llanto y de la indignación selectiva”.
Según contó la vicepresidenta en su discurso, el busto instalado en el Salón de las Provincias perteneció al músico Ricardo Iorio, líder del grupo de rock pesado Almafuerte, que falleció el año pasado y era reconocido por su prédica nacionalista.
Victoria Villarruel descubre el busto de Isabel Martínez de Perón, en el Senado, junto a Claudia Rucci
“Hoy se termina la proscripción de Isabel Perón, impuesta por los mismos que ahora dirigen el partido político que lleva su mismo apellido, y que ha corroído las bases estructurales de nuestra gran nación, desoyendo las ideas que alimentaron la doctrina justicialista”, volvió a la carga contra el kirchnerismo. “Hoy termina el silencio cómplice, y se alza el grito estridente de lo que siempre ha debido ser: que Isabel Martínez de Perón, no Isabelita, vuelve a tener la voz que nunca debieron de quitarle, remató.
Según confiaron allegados a la vicepresidenta, la reunión con la expresidenta fue acordada antes de que Villarruel partiera a la gira de diez días que realizó por Europa, que concluyó el lunes en el Vaticano con una audiencia con el papa Francisco.
Victoria Villarruel con Isabel Martínez de Perón

Fue allí donde se juntó con el sumo pontífice tan solo unas semanas después de que hablara de un caso de corrupción en la gestión libertaria y criticara el accionar de las fuerzas de seguridad en las protestas frente al Congreso por el veto al aumento de las jubilaciones. La reunión con Isabelita muestra otra arista de dicha separación entre Villarruel y el mandatario, principalmente al mencionarla como la “primera presidente mujer del mundo y de la Argentina constitucionalmente elegida”. También le otorgó un reconocimiento como vicepresidente y presidente de la cámara por parte del Senado.
Villarruel compartió también en redes sociales un video que recopila el paso de Isabelita por la vicepresidencia y presidencia de la Nación y se ve cómo fue derrocada por las Fuerzas Armadas el 24 de marzo de 1976. En el video se remarca que “su figura fue borrada de la memoria oficial durante décadas, mientras los mismos que hoy se dicen herederos de una tradición política intentaron ocultar su legado”.
Isabel Perón vive desde hace más de una década en un chalet de tres plantas dentro de un barrio semicerrado en Villanueva de la Cañada, una localidad serrana a 45 kilómetros del centro de Madrid. Allí recibió a Villarruel, en una de las contadísimas reuniones de carácter político que ha tenido desde su retiro. Casi no sale a la calle, salvo para atenderse con sus médicos.
No pisa la Argentina desde 1994, cuando Carlos Menem la invitó por última vez. Nunca más volvió a sugerir la idea de radicarse otra vez en el país del que salió al exilio en 1981, después de los cinco años de encierro que le impuso la dictadura. Siente fobia por la política, cuentan en su entorno. Casi no le quedan vínculos con el país en que nació hace 93 años y que le tocó gobernar entre el 1 de julio de 1974 y el 24 de marzo de 1976. Todos sus hermanos han fallecido ya.
Victoria Villarruel con Isabel Martínez de Perón
Madrid fue su hogar durante la mitad de su vida. Hacía allí partió después de ser liberada por la dictadura y sus visitas a Buenos Aires fueron esporádicas. Su vida social, que incluyó vínculos con personalidades de la realeza española, pasó a segundo plano a partir de 2007 cuando la justicia argentina pidió su detención por su presunta responsabilidad en el secuestro y desaparición de Héctor Fagetti Gallego y Jorge Valentín Verón el 25 de febrero de 1976, crímenes perpetrados por la Triple A.
Durante meses le tocó ir y venir de los tribunales de Madrid, como parte del trato para mantener el beneficio de la libertad. En esos días sufrió un accidente casero que le provocó una fractura en un brazo y una lesión delicada en la cadera. Estuvo hospitalizada. Pasó semanas en silla de ruedas. Y le dejó secuelas permanentes a la hora de caminar.
El Tribunal Superior de España falló en su favor con argumentos lapidarios contra los jueces argentinos -Norberto Oyarbide y Héctor Acosta- que habían intentado detenerla. Pero la fobia que desarrolló en esos días, sumada a los problemas físicos, acentuó su tendencia al aislamiento. Vive con una asistenta de nombre Gloria y tiene a disposición un chofer (y custodia) para las contadas veces que necesita salir del domicilio.
Quienes la tratan periódicamente sostienen en que su decisión de tomar distancia de la política es definitiva. No recibe a periodistas ni a dirigentes políticos. Como mucho envía cartas o mensajes de audio a (los pocos) que reivindican su legado.
Este año Isabel Perón también recibió un saludo del papa Francisco que se dio a conocer en octubre. Aún así, la filmación correspondía al 1° de julio en marco del aniversario 50° de la muerte de Perón y la asunción de ella como presidenta. En la grabación, le aseguró que “reza por ella”. “Hace cincuenta años usted asumió. La recuerdo siempre. Rezo por usted y le pido que rece por mí”, señaló.
El bajo perfil de Villarruel en su viaje en España contrasta con la última visita de Milei al país, que generó una fuerte crisis diplomática: la embajadora María Jesús Alonso Jiménez fue retirada de Buenos Aires después de que el mandatario tildara de “ladrona” a la esposa del presidente Pedro Sánchez, Begoña Gómez.

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