Tiene 87 años y todos los días llama por teléfono a otras personas mayores que se sienten solas
Felisa es viuda y vive en Belgrano; es voluntaria de una comunidad que acompaña a adultos mayores; según datos de la UCA, el sentimiento de infelicidad entre las personas de esa edad crece desde hace una década
Jazmín Lell
Hay días en los que Felisa Sendler, que tiene 87 años, hace hasta 12 llamados. Agarra su celular y marca el número de adultos mayores que se sienten solos, tristes o simplemente necesitan hablar con alguien. “A veces, lo que me cuentan me afecta, pero es justo ahí cuando me nace el sentimiento de acompañarlos más”, cuenta.
Felisa es viuda y su departamento en Belgrano está repleto de portarretratos con fotos familiares. Ella es una de las 50 voluntarias del programa Contá Conmigo, de la Comunidad Amijai. Se trata de una iniciativa, con sede en la ciudad de Buenos Aires, que busca brindar acompañamiento telefónico a personas aisladas o en situación de soledad no deseada. Al mismo tiempo, el grupo de voluntarios, en el que la edad promedio es de 80 años, recibe una capacitación para tener más herramientas para desenvolverse en su tarea, a la vez que van encontrando un espacio de pertenencia.
Según un estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA en alianza con la fundación Navarro Viola, una de cada cinco personas mayores de 60 años respondió que no pueden pensar en proyectos más allá del día a día. El informe, que presenta un balance del bienestar subjetivo de las personas mayores durante la última década en Argentina, indica que el 26,4% de los encuestados presentan un déficit de proyectos personales.
“Tener una rutina nos ayuda, aunque sea inconscientemente, a proyectarnos en el tiempo. Pero cuando uno se jubila, se le vacía el nido o sufre la pérdida de una persona cercana, eso se vuelve más difícil. Y vivir sin proyecto dificulta notablemente tener una buena calidad de vida”, aclara Enrique Amadasi, uno de los autores del documento e investigador de la fundación Navarro Viola, una sociedad civil que trabaja para promover el desarrollo integral en la primera infancia y transformar la realidad de las personas mayores.
“En el momento en el que estoy hablando por teléfono con otra persona, acompañándola, me siento útil, siento que puedo dar algo”, admite Felisa. Y es que para Amadasi, los voluntariados son una vía clave para resolver este déficit: “Los saca de la condición de persona que pide, que necesita o que demanda. Por el contrario, los pone en un lugar muy agradable de sentirse útiles para los demás, de ser parte de un equipo, de ayudar a otras personas que pueden tener necesidades”
Sentimiento de infelicidad
Antes de ser voluntaria, era Felisa la que recibía llamados de voluntarios de Amijai. En plena pandemia, durante un curso de mindfulness, se quebró al contar una situación que estaba atravesando: “Todos los viernes nos reunimos en familia para celebrar Kabalat Shabat. Pero como no se podía salir, lo teníamos que hacer a través de la pantalla. Lo hice un par de veces pero después me lloraba todo y dije: ´No lo hago más’”. Una alumna del curso, que casualmente también formaba parte de Amijai, la llamó para preguntarle cómo estaba.
Además, frente a la imposibilidad de participar en los grupos y talleres de la comunidad, a los que asistía desde 2014, el staff de Amijai comenzó a hacer un seguimiento telefónico de los inscriptos. Así, entre fines de 2021 y principios de 2022, surgió formalmente Contá Conmigo, con la idea de que los adultos mayores pudieran tener un rol más activo. Y Felisa no dudó en sumarse cuando la invitaron a postularse como voluntaria.
Pero la mujer decidió ir más allá y también se sumó como voluntaria a un taller cultural que brinda la organización todos los lunes. Su rol es ser el nexo entre la coordinadora del espacio cultural y los participantes. Cuando alguno de sus pares no asiste, procura llamarlo por teléfono: “Es lindo escuchar su voz y darte cuenta de que se sienten empoderados al saber que alguien se preocupa por ellos”.
Así, Felisa también identifica personas que están atravesando situaciones difíciles o a las que les vendría bien ser usuarias del programa de acompañamiento telefónico. “Una de las últimas que recomendé me decía que de día la pasaba bien, pero que a partir de las seis de la tarde se empezaba a poner super mal”, cuenta.
Según el informe, durante la última década el sentimiento de infelicidad entre personas mayores aumentó 4,6 puntos porcentuales. De hecho, entre una y dos de cada 10 personas mayores expresaron sentimientos de infelicidad en los últimos 10 años. Esta cifra permite estimar que en la Argentina, alrededor de 1,2 millón de personas mayores se sienten infelices.
“Este indicador va en la misma línea con lo que está ocurriendo en la sociedad Argentina, en casi todos los planos. Además de la reducción de recursos económicos, hay algo más macro. En el último periodo, la mayoría fueron malas noticias. Se trata de una sociedad turbulenta, muy cruzada por la falta de proyectos, y eso se contagia a las personas mayores”, dice Amadasi.
Las oportunidades de educación
Felisa asegura que el tema principal que surge en sus conversaciones es el de la familia. Sin embargo, advierte que algo que escucha mucho es la preocupación económica: “Las jubilaciones no tienen nombre. Y cuando una persona mayor llega a un estado en el que no puede sostener su propia economía, si no le ofrecen ayuda se le hace difícil pedir. Entonces, hay muchos que achican sus gastos a lo mínimo e imprescindible. Y eso es difícil, muy difícil”.
“Hay una fuerte relación entre un mayor sentimiento de infelicidad y factores como tener menores ingresos económicos, peores condiciones laborales y menor nivel educativo”, señala Solange Rodríguez Espínola, investigadora de la UCA y otra de las autoras del informe. “Por eso, en el nivel socioeconómico bajo es en donde más aumenta el sentimiento de infelicidad”, agrega.
Otro factor que incide en el bienestar subjetivo de las personas mayores es el nivel educativo. “Hay una brecha enorme entre aquellos que lograron terminar el secundario y los que no”, indica Amadasi. En cuanto al sentimiento de infelicidad, este casi se duplica entre aquellos que terminaron el secundario (12,9%) y los que no (20,4%).
El hecho de haber cursado los estudios secundarios también impacta en el déficit de apoyo social estructural, que sería no tener una red cercana de familiares y amigos. Este fue uno de los pocos indicadores que en el último periodo mejoraron. Según los investigadores, la pandemia jugó un papel importante, por haberse tratado de una situación crítica que llevó a revalorizar la red social.
Así y todo, durante los últimos 10 años, uno de cada cuatro mayores de 60 años declararon tener una red social de amigos y familiares escasa, de entre cero y una personas de confianza. Sin embargo, esta carencia, que afecta a un 24,5% de los mayores, disminuye notablemente cuando se trata de los que tuvieron mayores oportunidades educativas (14,6%) y pertenecen a un mayor nivel socioeconómico (7,8).
“El hecho de haber pasado por el secundario, más allá de estudiar el contenido, es clave por ser donde aprendemos a relacionarnos con los demás, a convivir con distintas formas de pensar y de vivir. Deja una marca en el proceso de condición de vida posterior”, asegura Rodríguez Espínola.
La carencia de relaciones sociales también se potencia entre los que viven solos o los que hacen estrategias económicas para subsistir entre distintas generaciones. “Cuando hablo con otros adultos mayores, les recomiendo que salgan a la calle, a la vereda y que compartan con otras personas. A esta edad, la relación con el par es fundamental, porque está transitando lo mismo que vos y podés hablar de lo que le pasa y escucharlo. A mí, tener mis grupos de pertenencia me ayudan un montón”, opina Felisa.
Rodríguez Espínola también sugiere la importancia de promover espacios de encuentro entre personas mayores: “Quienes están en red con personas de su misma generación, tienen una mejor percepción de su bienestar subjetivo. Además, estar en contacto y preocuparse por el otro tiene un efecto búmeran sobre el bienestar de uno mismo”.
Más informaciónSi te sentís solo, conocés a alguien que lo está, o querés ser voluntario, podés escribir a contaconmigo@amijai.org o llamar al 7079-1243
PARA SABER QUÉ HACER
HABLEMOS DE DEPRESIÓN
VER TODO
¿Cómo ayudar y acompañar de manera sostenida?
¿Dónde pedir ayuda para adultos ?
¿Dónde buscar ayuda para niñas, niños y adolescentes?
Más información
En la guía "Hablemos de depresión", elaborada por Fundación La Nación con el aporte de destacados especialistas, podés encontrar más información sobre señales de alerta, cómo acompañar a una persona que está atravesando esta problemática, dónde pedir ayuda y mucho más. Ingresá acá.
Por Jazmín Lell
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
La crisis económica atraviesa los hábitos de todos los hogares, que actúan con más prudencia
Mónica Fernández
El consumo amaga con señales de recuperación, que no son parejas para todos los sectores ni son “a tasas chinas”, pero empiezan a notarse. Sin embargo, subyacen hábitos tanto en las compras como en las formas de gestionar los pagos que aún dan cuenta de mucha prudencia y decisiones medidas, incluso en los gastos que pueden parecer más insignificantes.
Según datos de in-Store Media, una compañía española experta en “retail media omnicanal”, que realizó un relevamiento sobre el comportamiento del consumidor argentino en colaboración con Ipsos “el 68% de los encuestados califica la situación económica actual como “mala”, un 40% confía en que mejorará en el próximo año, y el 59% sostiene que el país avanza en la dirección correcta”.
“Es alentador ver un repunte en la confianza, lo que sugiere una mayor estabilidad percibida entre los consumidores” destaca Gabriel Diorio, director general de in-Store Media Argentina, aunque remarca a continuación que “este optimismo aún no se traduce en una disminución de la cautela en las decisiones de compra”.
El 100% de los encuestados afirma haber ajustado sus hábitos de consumo para hacer frente a la situación económica, adoptando estrategias como prestar mayor atención a promociones y descuentos en las tiendas, reducir las compras por placer, o disminuir la cantidad de productos consumidos. El dato alentador: “el 70% señaló que los cambiaría nuevamente si la situación económica mejora. Esto demuestra la gran flexibilidad de los consumidores argentinos frente a las circunstancias económicas” agregó Diorio e in- Store Media. En resumen, dice “El shopper argentino actual es flexible, prudente y más optimista”.

Los datos relevados por Mercado Libre, revelan que la recuperación del consumo empezó a hacerse notar en mayo y “en agosto se alcanzó el récord histórico de unidades vendidas en la plataforma, con 20 millones de productos equivalentes a 916 millones de dólares”.
Desde la empresa de Marcos Galperin subrayan también la selectividad y cómo van evolucionando las decisiones de compra a medida que la economía da indicios de más estabilidad. “Mientras que en los primeros meses del año la categoría de supermercado y los productos de primera necesidad fueron los únicos que mostraron crecimiento interanual, a partir de mayo hubo un fuerte crecimiento de las categorías de artículos no esenciales, siendo los productos de tecnología como notebooks (+173%), tablets (+91%) y televisores (+59%) los que lideraron el repunte en crecimiento de unidades vendidas desde enero a septiembre”, recapitulan en el último informe mensual.
Nada al azar
Cómo y dónde comprar, también es una decisión pensada y analizada. Así lo revela el último informe de Taquion: la compra online que no estaba entre las preferidas ni más frecuentes de los argentinos, suma ahora puntos por el lado del bolsillo. “¿Cuáles son los motivos para comprar online?”, preguntaron a sus encuestados y desglosan los resultados: “El 31% menciona que eligen el canal por encontrar buenas promociones y 14% destaca la posibilidad de comprar precios. El 40% de los consumidores a través de tiendas online son ocasionales y lo hacen cuando encuentran buenas promociones”.
Obvio que en este contexto, la elección de cómo pagar esos consumos hace tiempo que también dejó de ser azarosa. Iván Vallejos, fundador de Trascendo, es claro. “Los consumidores ya tienen muy arraigada la gimnasia de hacer rendir el dinero lo máximo posible y no dejar nunca pesos ‘parados’ en la caja de ahorro. A la hora de pagar la elección entre billetera virtual, tarjeta de crédito, de débito o efectivo tiene que ver con el mayor beneficio que puedan sacar para el bolsillo”.
En Trascendo, una de sus especialidades monitorear diariamente el rendimiento de las billeteras virtuales para identificar cuál ofrece el mejor retorno, “brindando a los usuarios la facilidad de saber dónde conviene estacionar su dinero antes de utilizarlo”, explica el ejecutivo y aprovecha a aclarar un cambio en los rendimientos -a la baja- que vendrá en las próximas semanas y está vinculado a la suba de encajes dispuesta por el BCRA a partir del mes de noviembre para fondos comunes de inversión de liquidez.
“A las billeteras virtuales que no tienen un fondo común de inversión de respaldo les afectará menos el cambio en los encajes a los fondos comunes de inversión money market. Tal es el caso de Ualá, a través de su caja de ahorro Uilo, y Naranja X, que ofrecen remuneraciones diarias como parte de los beneficios de sus apps. Esto contrasta con billeteras como Mercado Pago, cuyo rendimiento depende del fondo común de inversión Mercado Fondo, administrado por Industrial Asset Management”, explica para que los usuarios estén prevenidos.
Más allá de las billeteras, que se volvieron parte esencial en la estrategia de pagos de los argentinos, y sus rendimientos, Vallejos agrega dos datos claves para el futuro del consumo: “Que hayan vuelto las cuotas a plazos más largos y una inflación más estable favorece a que haya más consumo”.
Al mismo punto van desde Mercado Libre: “También la posibilidad de financiación es un decisor importante de compra”, dicen en el último Meli Trend. “Según datos de Mercado Pago -avanzan-, el financiamiento en cuotas sin interés, los descuentos y las promociones tuvieron un efecto positivo en comercios físicos, que aumentaron un 68% interanual sus transacciones con código QR durante septiembre”.

La compra emocional
Otro decisor de compra no pasa por el bolsillo, sino por la emoción aunque en épocas de vacas flacas esos impulsos son “bajo control”.
Ximena Díaz Alarcón, cofundadora y CEO de Youniversal, consultora en investigación de mercado, pone sobre la mesa un dato que no es menor y es una radiografía de la economía doméstica: en la Argentina hasta las pequeñas compras compulsivas -que buscan satisfacer una necesidad emocional o psicológica- terminan siendo caras. “En nuestras últimas investigaciones encontramos que seis de cada diez personas declaran que dejaron de darse gustos o mimos de consumo por razones económicas, pero 8 de cada 10 también acuerdan con que darse esos gustos los hace sentir bien”, agrega la especialista.
La ejecutiva reflexiona sobre este tipo de gastos impulsivos para describir la tensión entre el deseo y la necesidad al adquirir un producto. “Este concepto plantea preguntas fundamentales sobre los patrones de compra en América Latina y su conexión con los valores personales y sociales. ¿Necesito realmente un producto, o solo lo deseo?”
El debate sobre este tipo de compras no solo abarca lo económico, sino también lo subjetivo. Según Díaz Alarcón, es crucial preguntarse qué tiene valor para uno como consumidor, reconociendo las razones personales, históricas o emocionales que impulsan cada compra. “Desde lo que observamos en nuestras investigaciones con distintos targets y sectores, cada compra implica lo que es valioso para cada uno, ¿vale la pena tenerlo? ¿Lo deseas, lo necesitas? A veces el consumidor compra algo no porque lo necesite realmente, sino porque piensa ‘trabajo mucho y me lo merezco’. Es una forma de recompensa personal, una afirmación de que el esfuerzo merece una gratificación y una forma de compensar la tensión”, reflexiona la especialista.
En ese sentido también aporta el estudio de in-Store Media: “Otros elementos que influyen en la decisión del shopper son el lanzamiento de nuevos productos, el factor ‘tentación’ y la falta de stock del producto deseado”, remarca Gabriel Diorio, director general de la consultora española para argentina.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.