Clint Eastwood, en streaming: cinco películas fundamentales para revisar la obra de un director extraordinario
Pese a que hay apenas unos pocos títulos disponibles, vale un repaso por las distintas décadas de un realizador prolífico y sumamente personal
Marcelo Stiletano

Ya está disponible en la Argentina la nueva película de Clint Eastwood, el mejor regalo posible de fin de año para quienes disfrutan del mejor cine y sobre todo de la obra de uno de los más grandes realizadores de las últimas décadas. Pero detrás de la posibilidad tan gratificante se esconde una enorme frustración. Es la primera vez desde 1990 que un largometraje de Eastwood no pasa por los cines argentinos: la excelente Jurado N° 2 llegó directamente a nuestro país a través del streaming.
Una segunda frustración que invierte este cuadro de situación acaba de aparecer casi en paralelo con la llegada a Max de Jurado N°2. A comienzos de noviembre hablábamos justamente de la fortuna que tuvimos a lo largo de las últimas décadas con el acceso en la pantalla grande a casi toda la obra fílmica del último gran realizador identificado con la tradición clásica de Hollywood. Sin embargo, cuando queremos revisar esa lista y volver a ver lo mejor de Eastwood por streaming (no hay otra manera de hacerlo) la mayoría de los títulos fundamentales de su filmografía están ausentes de los catálogos de las plataformas locales.
Ya no podemos ver allí, por ejemplo, Harry el sucio (Dirty Harry, 1971), de Don Siegel, primera aparición en el cine (en este caso solo como intérprete) de uno de los personajes más icónicos de la carrera de Eastwood, que terminó dirigiendo sólo el cuarto título (sobre un total de cinco) de la serie del detective Harry Callahan: Impacto fulminante (Sudden Impact, 1983). Este film tampoco está disponible en streaming.

Harry el sucio formó parte de la oferta de Max desde su lanzamiento en la región, pero desapareció hace algunos meses de su catálogo junto con otros títulos fundamentales de la trayectoria de Eastwood, en este caso como director. Tampoco hay streaming al alcance del público argentino, por ejemplo, para ver otras películas casi perfectas de Eastwood como director: Los puentes de Madison (The Bridges of Madison County, 1995), Un mundo perfecto (A Perfect World, 1993), Jinetes del espacio (Space Cowboys, 2000), Gran Torino (2008) y Jersey Boys (2014).
Lo mismo ocurre con el primer gran western dirigido por Eastwood, El fugitivo Josey Wales (The Outlaw Josey Wales, 1976), Bird (1988); Cazador blanco, corazón negro (1990) y el díptico integrado en 2006 por La conquista del honor (Flags of Our Fathers) y Cartas desde Iwo Jima (Letters From Iwo Jima). Algunas de ellas en su momento llegaron a sumarse al catálogo de Max y ya no están más allí.
Eastwood es uno de los contados directores cuya carrera atraviesa y recorre más de 50 años ininterrumpidos. Y también de los poquísimos que se mantienen en actividad tras ingresar en su novena década de vida. Todavía esperamos el anuncio oficial sobre lo que pasará de aquí en adelante con ese recorrido. Son unas cuantas las voces que descuentan el retiro de Eastwood después de Jurado N° 2, pero al mismo tiempo hay quienes han escuchado que está abierto a seguir y en la búsqueda de algún nuevo proyecto. El 31 de mayo de 2025 cumplirá 95 años.

No hay que olvidar que Eastwood dijo alguna vez que los mejores guiones de toda su carrera aparecieron después de cumplir los 70. Y en la última década, a partir de la magistral Jersey Boys, también dirigió películas extraordinarias como Sully: hazaña en el Hudson, La mula, Francotirador y El caso de Richard Jewell.
No hay una sola manera de recorrer toda esa trayectoria impar y mucho menos de sintetizarla. El obstáculo más grande, como dijimos, pasa por los considerables agujeros en la trayectoria fílmica de Eastwood que surgen a primera vista cuando consultamos los catálogos de las principales plataformas de streaming. Entre ellas la mayor responsabilidad, como dijimos, la tiene Max porque pertenece al holding Warner Bros. Discovery y por lo tanto deberían estar allí (al menos en teoría) las películas con la marca de Warner, el estudio con el que Eastwood se asoció durante la mayor parte de su carrera a través de su productora propia, Malpaso.
Con estas limitaciones a la vista no nos queda en principio otra cosa que apelar a algún criterio caprichoso o arbitrario para revisar la obra de Eastwood en streaming. Aquí proponemos explorarla a partir de cinco títulos fundamentales, una película por cada década de su trayectoria como director.
Obsesión mortal (Play Misty for Me, 1971)
La ópera prima de Eastwood como director superficialmente suele ser identificada como la referencia más próxima y directa de la mucho más difundida Atracción fatal (1986), por la presencia central de una mujer obsesionada con un hombre al punto de acosarlo hasta un punto de sofocación tan fuerte que ese vínculo solo podría tener un desenlace cruel y feroz. Se estrenó unos meses antes que Harry el sucio, el primer film que ayudó a Eastwood a transformarse en estrella, por lo que todavía el actor era visto como una figura en potencia y en ascenso que había regresado relativamente hace poco tiempo de Italia (donde filmó la célebre trilogía de spaghetti westerns con Sergio Leone), pero con mucho para decir.
“¿Quién quiere ver a Clint Eastwood interpretando a un disc jockey?”, dicen que dijo Lew Wasserman, el por entonces poderoso mandamás de los estudios Universal cuando el astro le propuso filmar en clave de thriller (y también, como señalaron varios críticos, en relato de terror) la peripecia de un conductor de radio californiano que entabla una relación casual con una admiradora, a la que luego no podrá sacarse de encima. Es la primera película que hizo y también la primera vez que se animó a aprovechar el atractivo de su propia figura (buena parte de la filmografía de Eastwood tiene connotaciones autorreferenciales) jugando al misterio.
El título del film alude a un clásico standard de jazz compuesto en 1954 por Erroll Garner y deja a la vista por primera vez la conexión directa de Eastwood con la música en sus films. De hecho, hay una breve secuencia filmada en el famoso festival Monterey Pop, ubicado en la península del mismo nombre, el lugar que con el tiempo se convirtió en hogar del actor y director (llegó a ser alcalde de Carmel, su ciudad más importante) y que por momentos (incluyendo la secuencia aérea de apertura con los títulos de crédito) funciona casi como un personaje más. Disponible en Max.
El jinete pálido (Pale Rider, 1985)
Uno de los grandes westerns de Eastwood, tan fantasmagórico como La venganza del muerto (High Plains Drifter, 1983) y a la vez mucho más claro en cuanto a la conexión cargada de secretos y enigmas en cuanto a la construcción de su personaje. En sus películas del Oeste, Eastwood siempre exploró todas las posibilidades míticas que ofrece el más clásico de los géneros del cine estadounidense, entre las cuales sobresalió la posibilidad de revisar desde otra mirada algunos títulos clásicos. Aquí, el misterioso protagonista que llega casi de la nada a hacer justicia (otro tema central del cine de Eastwood) frente a los abusos de varios poderosos sobre una pacífica comunidad de trabajo, es una clara variante del personaje central de Shane, el desconocido (1953), clásico de George Stevens.
“Mi interés siempre fue llevar mis preocupaciones contemporáneas al interior de una tradición clásica”, dijo Eastwood una vez sobre sus westerns. En este caso también se dio algo llamativo: casi nunca en su carrera, como aquí, decidió involucrarse en un proyecto sin haber leído con anterioridad ni una sola palabra en algún borrador del guión. En El jinete pálido, el actor personifica a un personaje al que todos llaman el predicador (The Preacher), vestido con uniforme religioso pero con cicatrices y señales propias de un pasado violento. Largas secuencias al comienzo y al final muestran la destreza de Eastwood para moverse en el terreno de la acción. Disponible en Max.
Los imperdonables (Unforgiven, 1992)
Quizás la película más estudiada y analizada desde todos los ángulos posibles de la filmografía completa de Eastwood y también la más reconocida con los máximos galardones de la industria de Hollywood. Ganó cuatro Oscar, tres de los cuales tuvieron directamente a Eastwood como destinatario: mejor película (como productor), mejor director y mejor actor protagónico. El restante fue para Gene Hackman como mejor actor de reparto. Una quinta nominación (mejor guion) no tuvo premio.
De todo lo que se dijo hasta ahora de esta película quizás lo que más resuena hoy, tres décadas después, es cómo Eastwood vuelve una y otra vez en su obra más reciente a hablar de la justicia y de los distintos niveles de responsabilidad (individual, colectiva, institucional) que comprometen a quienes se comportan al margen de las normas, de las leyes escritas y de la ética. El último western de Eastwood es para muchos también el último western de la historia, no porque niegue esa tradición o abjure de ella, sino porque vuelve a hacerse las mismas preguntas de los grandes westerns clásicos pero desde una mirada mucho más cercana a las razones (sobre todo de índole moral) a las que se aferran los personajes para adoptar determinadas conductas.
Es notable al mismo tiempo cómo Eastwood invierte algunos de los tópicos tradicionales del western al convertir aquí en un héroe a un personaje (interpretado por él mismo) que en el pasado ejerció la violencia de manera indiscriminada, y en un villano nada menos que al sheriff del lugar (Hackman), encargado supuestamente de administrar justicia y castigar a quien infringe la ley. A la vez, de una manera poco habitual en el género, la historia involucra a varias mujeres en un lugar central. Mujeres que sobre todo resultan víctimas de toda clase de abusos (el texto en el que se inspira el guión se titula The Cut-Whore Killings, Los asesinatos de las prostitutas cortadas) y buscan venganza y castigo para sus perpetradores. Disponible en Max.
Million Dollar Baby (2004)
Una de las películas, si se quiere, más densas y profundas de la carrera integral de su realizador y al mismo tiempo la segunda que le permitió conquistar el Oscar al mejor film. El personaje que interpreta aquí un Eastwood ya septuagenario comparte con los antiguos héroes que venía encarnando en sus westerns varios atributos: desengañado, parco, distante del resto de la sociedad, con muchas cosas para renegar y arrepentirse de todo lo que hizo en el pasado. También, como en la mayoría de su obra de ese tiempo, Eastwood comienza a hacerse cada vez con más persistencia varias preguntas sobre el paso del tiempo, la cercanía de la muerte y la imposibilidad de llegar a tiempo para tratar de redimirse de los pecados previos.
El desencantado entrenador de boxeo que personifica Eastwood aquí funciona también como una novedosa revisión del comportamiento del héroe. Al fin y al cabo resultará un personaje inspirador y modélico desde varias facetas para el cumplimiento de los sueños de la boxeadora encarnada por Hilary Swank, pero ese mismo héroe no será ejemplar desde su conducta, sino uno de los muchos ejemplos de la cada vez más visible exploración de Eastwood alrededor de la falibilidad humana, del impacto de nuestras equivocaciones y de cómo, al fin y al cabo, tenemos que hacernos cargo de ellas porque la última decisión le pertenece siempre al individuo. Las instituciones, aún las que mejor funcionan, en momentos decisivos pueden fallar. Disponible en Netflix y en MUBI.
Francotirador (American Sniper, 2014)
Uno de los títulos más incomprendidos de la etapa más reciente (y para muchos también la más virtuosa) de Eastwood como realizador. El propio origen de los temas tratados en el film, inspirado en hechos y personajes reales, abrió en el momento de su estreno varios equívocos y polémicas vanas, sobre todo porque se le atribuyó a Eastwood a través de esta película un pronunciamiento ideológico explícito que siempre estuvo lejos de pronunciar al menos desde su lugar como artista.
La película tiene como origen la autobiografía de Chris Kyle (Bradley Cooper), un miembro de las fuerzas de élite de la armada de Estados Unidos gracias a cuya puntería infalible murieron casi 160 personas durante distintas escaramuzas de la Guerra de Irak. La película fue un inesperado éxito de taquilla en Estados Unidos, generó un sinfín de conversaciones y una corriente muy poderosa de apoyo a Kyle, trágicamente fallecido de regreso en su país por un veterano de guerra a quien había aceptado ayudar. También obtuvo seis nominaciones al Oscar (entre ellas una a la mejor película) pero solo ganó el premio en la categoría de sonido.
La película incluye una serie de magistrales (y cada vez más intrincadas y complejas) escenas bélicas, además de un generoso muestrario de banderas, rituales, gestos y palabras que denotan pronunciamientos y compromisos patrióticos. Pero de la clara, precisa, calma y rigurosa narración de Eastwood se desprende algo que desde la superficie se aprecia equívocamente: en el fondo Francotirador es una enorme toma de posición (discreta y jamás aleccionadora, como es su costumbre) contra todas las guerras. Los valores perdurables surgen de las personas y no de las instituciones o de la conducta demagógica de algunos de sus exponentes. No es casual que la película concluya con la imagen de un ataúd. Disponible en Prime Video.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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