Festejos y algunos temores entre los sirios que viven en la Argentina
A pesar de la incertidumbre por el futuro, la mayoría de los residentes en Buenos Aires dicen estar felices, liberados y esperanzados ante la caída del régimen de Al-Assad
Josefina Gil Moreira
Celebración de la comunidad siria en un local de Las Cañitas
El sábado pasado por la noche, ante los rumores de la inminente caída del régimen del presidente de Siria Bashar al-Assad –cuya familia gobernó el país durante 53 años–, un grupo de sirios que vive en la Argentina se reunió en la puerta de la casa de Mohamed Roumieh, en Palermo, a celebrar. Pusieron música, cantaron, se abrazaron. El domingo, con la noticia confirmada, continuaron las celebraciones en la puerta de la embajada de Siria en Buenos Aires y culminaron ayer con un gran festejo en Alepo, un local de comida siria ubicado en el barrio porteño de Las Cañitas.
Desde las 19, numerosas familias sirias llegaron a la esquina de Báez y Arguibel embanderadas con el emblema “rebelde” –una bandera caracterizada por tener tres franjas horizontales de color verde, blanco y negro y tres estrellas rojas sobre la parte blanca, que se utiliza desde 2011 como símbolo de insurrección frente al gobierno en la guerra civil– y sus caras pintadas con esos colores. El clima era de felicidad y desahogo. Había café y postres tradicionales como baklava y shabiat y una torta que decía “Siria libre”.
Para Amir Roumieh, de 43 años, el festejo es doble. “Cumplí años el domingo, así que para mí fueron dos celebraciones”, bromeó. “Obvio que está la duda y el miedo por el gobierno que va a venir ya que nadie está de acuerdo con la violencia, pero terminó la dictadura”, dijo el hombre, quien anhela ver a una Siria libre en la que convivan todas las religiones pacíficamente. “Yo como musulmán sueño un país libre como Turquía, ese tiene que ser el modelo”, dijo.
“Se sentía como una cadena acá en el cuello”, describió Fahd Karkutly, poniendo sus manos en el cuello en un gesto de ahorcamiento, sobre cómo se vivía durante el gobierno de Al-Assad. “Y ahora nos liberaron”, señaló.
Emad Roumieh, de 41 años, dice que vive hace 20 en la Argentina y que cada vez que vota guarda muy cuidadosamente el papel azul que le entregan al emitir el voto porque para él representa algo muy valioso que en Siria no sucede desde que tiene memoria. “Se siente una felicidad inexplicable después de tanto dolor. Yo perdí a cuatro primos, todo el mundo perdió a mucha gente”, dijo, emocionado.
Mohamed Roumieh, de 44 años, dijo que lo que siente es felicidad con un poco de miedo. “Es un shock. No lo podíamos creer. No salimos del asombro. Nos cayó de sorpresa, pero estamos felices porque es un cambio total. No sé lo que viene ni hacia dónde vamos, pero por lo menos ya no tenemos Al-Assad”, dijo Roumieh, quien llegó a la Argentina en 1998 escapando del régimen de Al-Assad y de las pocas oportunidades de trabajo que había en su país natal por entonces.
“En la Argentina me encontré con un país libre y tranquilo en el que podés vivir en paz y crecer con normalidad. Y me quedé, armé mi propia empresa y actualmente tengo un restaurante”, dijo. Sin embargo, nunca dejó de estar en contacto con Siria ni de sufrir lo que sucede al otro lado del mundo ya que su familia está allí.
“Se que la gente está feliz allá ahora, pero también hubo muchos saqueos el fin de semana. Se rompieron autos. Los supermercados están desabastecidos. Las escuelas no funcionan, la plata no vale, el país está arruinado. Es muy difícil explicar lo que siento. Es una confusión muy grande la de vivir acá en paz y que tu familia esté allá, en peligro. Estamos esperando que abran la frontera”, dijo.
¿Qué desea para Siria? “Paz, tranquilidad, que vuelva a crecer, que vuelva a ser la cuna de civilización, la capital más antigua del mundo, que volvamos a ser un país libre. Yo tengo 44 años. No llegué a ver a Siria libre”, dijo.
Asistencia
Según las cifras de Acnur, se trata de la crisis de desplazamiento de mayor proporción en el mundo: más de 16 millones de personas necesitan protección y asistencia humanitaria en Siria, hay 7,2 millones de personas desplazadas internas y 4,8 millones de sirios refugiados en países vecinos, como Turquía, el Líbano, Jordania, Irak y Egipto.
Los datos del Censo 2022 muestran que en la Argentina hay 1324 sirios, de los cuales el 37% vive en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; el 15%, en Buenos Aires; el 13%, en Córdoba, y otro 13%, en Salta. Estas cifras no representan un gran cambio con respecto al Censo 2010, cuando los sirios en la Argentina eran 1310.
En cuanto a las radicaciones –otra métrica que es útil para estimar la inmigración siria–, las cifras indican que entre 2014 y 2023 inclusive se realizaron 821 trámites de solicitud de residencia (447 temporarias y 374 permanentes), sin grandes variaciones entre cada año.
Basel vive hace tres años en la Argentina, después de haber estado otros tres en Egipto. “Hoy soy feliz, estoy contento”, dijo, mientras movía un misbaha –rosario o cuentas de oración musulmán– entre sus manos. “Ojalá ahora podamos vivir libres en Siria como acá en la Argentina”, sostuvo el joven de 33 años.
Abi Dabool, de 18 años, nació en Arabia Saudita, pero su familia es de Siria y hace 3 años que vive en la Argentina. “Estoy muy feliz porque por primera vez tengo un país libre al que se que puedo ir en cualquier momento”, señaló. Osama Dabool, su tío, de 40 años, dijo que todavía siente mucha bronca porque no podía ir a Siria. “Era un país sin libertad. Murieron muchos seres queridos, nuestras casas se vinieron abajo”.
Pero no todos los sirios en la Argentina celebran la llegada del nuevo gobierno.
Anabel Cichero Lalli, secretaria de juventud de la Asociación Cultural Siria, nació en la Argentina, pero toda su familia es siria, por lo que está en contacto permanente con el país.
“Como en cualquier comunidad, hay gente que lo vio como una gran celebración, como un gran desahogo. Yo por mi parte lo veo con desazón y desesperanza. Nada bueno puede salir de un golpe de Estado de esta magnitud. Hay gente que esta realmente muy feliz y eso es porque tampoco fueron fáciles estos años. Desde mi punto de vista la desazón y la incertidumbre son muy grandes”, dijo a
En ese sentido, la Federación de Entidades Argentino Árabes (Fearab) emitió un comunicado en apoyo a Siria frente al “terrorismo y la invasión”.
En el texto se informa que “Fearab Argentina repudia y condena de la manera más enérgica, la operación terrorista de que es víctima la República Árabe Siria, a manos de las hordas de fanáticos takfiríes en las gobernaciones del noroeste del país”.
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Los secretos de otra arremetida del Presidente contra Villarruel
El Gobierno instaló que la sesión que expulsó al legislador era irregular porque Milei estaba en el exterior, pero no formalizará el planteo ni insistirá con el tema
Desde las 19, numerosas familias sirias llegaron a la esquina de Báez y Arguibel embanderadas con el emblema “rebelde” –una bandera caracterizada por tener tres franjas horizontales de color verde, blanco y negro y tres estrellas rojas sobre la parte blanca, que se utiliza desde 2011 como símbolo de insurrección frente al gobierno en la guerra civil– y sus caras pintadas con esos colores. El clima era de felicidad y desahogo. Había café y postres tradicionales como baklava y shabiat y una torta que decía “Siria libre”.
Para Amir Roumieh, de 43 años, el festejo es doble. “Cumplí años el domingo, así que para mí fueron dos celebraciones”, bromeó. “Obvio que está la duda y el miedo por el gobierno que va a venir ya que nadie está de acuerdo con la violencia, pero terminó la dictadura”, dijo el hombre, quien anhela ver a una Siria libre en la que convivan todas las religiones pacíficamente. “Yo como musulmán sueño un país libre como Turquía, ese tiene que ser el modelo”, dijo.
“Se sentía como una cadena acá en el cuello”, describió Fahd Karkutly, poniendo sus manos en el cuello en un gesto de ahorcamiento, sobre cómo se vivía durante el gobierno de Al-Assad. “Y ahora nos liberaron”, señaló.
Emad Roumieh, de 41 años, dice que vive hace 20 en la Argentina y que cada vez que vota guarda muy cuidadosamente el papel azul que le entregan al emitir el voto porque para él representa algo muy valioso que en Siria no sucede desde que tiene memoria. “Se siente una felicidad inexplicable después de tanto dolor. Yo perdí a cuatro primos, todo el mundo perdió a mucha gente”, dijo, emocionado.
Mohamed Roumieh, de 44 años, dijo que lo que siente es felicidad con un poco de miedo. “Es un shock. No lo podíamos creer. No salimos del asombro. Nos cayó de sorpresa, pero estamos felices porque es un cambio total. No sé lo que viene ni hacia dónde vamos, pero por lo menos ya no tenemos Al-Assad”, dijo Roumieh, quien llegó a la Argentina en 1998 escapando del régimen de Al-Assad y de las pocas oportunidades de trabajo que había en su país natal por entonces.
“En la Argentina me encontré con un país libre y tranquilo en el que podés vivir en paz y crecer con normalidad. Y me quedé, armé mi propia empresa y actualmente tengo un restaurante”, dijo. Sin embargo, nunca dejó de estar en contacto con Siria ni de sufrir lo que sucede al otro lado del mundo ya que su familia está allí.
“Se que la gente está feliz allá ahora, pero también hubo muchos saqueos el fin de semana. Se rompieron autos. Los supermercados están desabastecidos. Las escuelas no funcionan, la plata no vale, el país está arruinado. Es muy difícil explicar lo que siento. Es una confusión muy grande la de vivir acá en paz y que tu familia esté allá, en peligro. Estamos esperando que abran la frontera”, dijo.
¿Qué desea para Siria? “Paz, tranquilidad, que vuelva a crecer, que vuelva a ser la cuna de civilización, la capital más antigua del mundo, que volvamos a ser un país libre. Yo tengo 44 años. No llegué a ver a Siria libre”, dijo.
Asistencia
Según las cifras de Acnur, se trata de la crisis de desplazamiento de mayor proporción en el mundo: más de 16 millones de personas necesitan protección y asistencia humanitaria en Siria, hay 7,2 millones de personas desplazadas internas y 4,8 millones de sirios refugiados en países vecinos, como Turquía, el Líbano, Jordania, Irak y Egipto.
Los datos del Censo 2022 muestran que en la Argentina hay 1324 sirios, de los cuales el 37% vive en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; el 15%, en Buenos Aires; el 13%, en Córdoba, y otro 13%, en Salta. Estas cifras no representan un gran cambio con respecto al Censo 2010, cuando los sirios en la Argentina eran 1310.
En cuanto a las radicaciones –otra métrica que es útil para estimar la inmigración siria–, las cifras indican que entre 2014 y 2023 inclusive se realizaron 821 trámites de solicitud de residencia (447 temporarias y 374 permanentes), sin grandes variaciones entre cada año.
Basel vive hace tres años en la Argentina, después de haber estado otros tres en Egipto. “Hoy soy feliz, estoy contento”, dijo, mientras movía un misbaha –rosario o cuentas de oración musulmán– entre sus manos. “Ojalá ahora podamos vivir libres en Siria como acá en la Argentina”, sostuvo el joven de 33 años.
Abi Dabool, de 18 años, nació en Arabia Saudita, pero su familia es de Siria y hace 3 años que vive en la Argentina. “Estoy muy feliz porque por primera vez tengo un país libre al que se que puedo ir en cualquier momento”, señaló. Osama Dabool, su tío, de 40 años, dijo que todavía siente mucha bronca porque no podía ir a Siria. “Era un país sin libertad. Murieron muchos seres queridos, nuestras casas se vinieron abajo”.
Pero no todos los sirios en la Argentina celebran la llegada del nuevo gobierno.
Anabel Cichero Lalli, secretaria de juventud de la Asociación Cultural Siria, nació en la Argentina, pero toda su familia es siria, por lo que está en contacto permanente con el país.
“Como en cualquier comunidad, hay gente que lo vio como una gran celebración, como un gran desahogo. Yo por mi parte lo veo con desazón y desesperanza. Nada bueno puede salir de un golpe de Estado de esta magnitud. Hay gente que esta realmente muy feliz y eso es porque tampoco fueron fáciles estos años. Desde mi punto de vista la desazón y la incertidumbre son muy grandes”, dijo a
En ese sentido, la Federación de Entidades Argentino Árabes (Fearab) emitió un comunicado en apoyo a Siria frente al “terrorismo y la invasión”.
En el texto se informa que “Fearab Argentina repudia y condena de la manera más enérgica, la operación terrorista de que es víctima la República Árabe Siria, a manos de las hordas de fanáticos takfiríes en las gobernaciones del noroeste del país”.
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Los secretos de otra arremetida del Presidente contra Villarruel
El Gobierno instaló que la sesión que expulsó al legislador era irregular porque Milei estaba en el exterior, pero no formalizará el planteo ni insistirá con el tema
Maia Jastreblansky
La vicepresidenta Victoria Villarruel
-Creo que Milei está de viaje…–¿En dónde? –Está en Tucumán… –No… Está en Córdoba.
–OK, sigamos…
Eran las 15 y el Senado estaba en el cuarto intermedio de la sesión especial que tenía que definir si el entrerriano Edgardo Kueider era expulsado del cuerpo. En la conversación participaban Victoria Villarruel y un puñado de senadores. Nadie mencionó que el viaje del Presidente era, en rigor, al exterior (a Italia), ni la irregularidad que pesaba sobre la sesión presidida por la vicepresidenta, que a esa hora tenía que estar a cargo del Poder Ejecutivo.
Más de tres horas después, con Kueider ya expulsado de su banca, la Casa Rosada dejó trascender que la sesión era plausible de ser impugnada porque Villarruel no tendría que haber estado al frente del Senado con Milei fuera del territorio nacional. La tropa de tuiteros libertarios salió al unísono a instalar el tema en X. Y un senador de La Libertad Avanza, el riojano Carlos Pagotto (cercano a los Menem), deslizó que se podía solicitar la nulidad. “Tendría que haberse hecho un acta de traspaso de mando y firmar la vicepresidenta. No bien se firma el acta, cumple otras funciones. Ahora tendrán que dilucidar quién tiene la responsabilidad”, dijo Pagotto. Ayer fue el propio Javier Milei quien cuestionó la sesión: fue “inválida”, dijo en una entrevista (ver aparte).
Sin embargo, según confirmaron fuentes del Gobierno a la nacion, La Libertad Avanza no va a pedir la nulidad de la sesión en la que se resolvió desplazar a Kueider. Sería como tirarse un tiro en el pie: el único responsable de la irregularidad fue el propio oficialismo. Los libertarios no pueden hacer un planteo porque estarían admitiendo una acefalía. El escribano general de la Nación, Martín Rodríguez Giesso, firmó el acta de la salida de Milei del país pasado el mediodía, pero se apersonó en el Senado para que Villarruel firmara el acta haciéndose cargo del Poder Ejecutivo cerca de las 19. Es decir, después de la votación. Fuentes oficiales aseguraron que ese “gap” es “habitual”, porque la rúbrica del acta es una mera formalidad.
“Esto fue Veep, no House of Cards”, ilustró un importante colaborador en Balcarce 50. Se refería a la sátira política que protagonizó la actriz Julia Louis-Dreyfus, en contraste con la oscuridad del poder de la saga de Frank Underwood. El ejemplo buscó ratificar que no se trató de una situación orquestada ni una jugada maestra sino de una “desprolijidad” y que nadie en la Casa Rosada se dio cuenta de la irregularidad durante la sesión. “Yo caí después”, aseguró un ladero de Milei.
Lo hayan sabido en todo momento, o no, hacia la noche el Gobierno usó el tema, instaló públicamente que la sesión era plausible de nulidad y logró empastar la situación. Finalmente, fue el propio Kueider quien, ayer, presentó un amparo en la Justicia para cuestionar la legalidad de la sesión de la Cámara alta que lo removió del cargo, aunque con otro argumento.
La Casa Rosada celebra cualquier hecho que demore una resolución: si la expulsión de Kueider se formaliza, en su banca asumiría Stefanía Cora, militante de La Cámpora. Es decir que Unión por la Patria quedaría con 34 senadores, a tres del quorum propio. No solo eso: el radical Víctor Zimmermann pidió licencia para asumir como ministro en el gobierno provincial de Leandro Zdero en Chaco y La Libertad Avanza perdió otro posible aliado. “Con ese panorama se termina el Senado para nosotros el año que viene”, advirtió un colaborador del oficialismo.
La sesión del jueves, en tanto, agravó severamente la crisis entre la Casa Rosada y el Senado. Cerca de los Milei dieron a entender que la vicepresidenta mintió: dijeron que ella supo en todo momento que Milei partía hacia Italia al mediodía, pero que igual presidió la sesión en el Senado. No solo eso: en Balcarce 50 filtraron un presunto chat privado entre un colaborador de Presidencia y la secretaria personal de la vice, Guadalupe Jones, del martes a las 8.36 (48 horas antes de la sesión). Allí se le informaba que el jueves Milei viajaría a Roma y se le adjuntaba una resolución de la Casa Militar con los detalles del viaje.
El jueves, pasadas las 11, el vocero presidencial Manuel Adorni dio una conferencia anunciando el viara, je presidencial. En el Senado juran que Villarruel no sabía fehacientemente que el jefe del Estado no estaba en el país durante la sesión. Y dicen que al momento del anuncio de Adorni ella estaba en el recinto, y no mirando la televisión. “En todo caso, el escribano tendría que haber venido de Aeroparque al Senado a firmar el acta de traspaso de mando. Pero vino más de seis horas después”, señalaron cerca de la vice. “Acá somos traidores por estar, por no estar; somos traidores por existir”, se lamentaron.
Sin mencionarla, Adorni recargó las tintas contra la vice en su cuenta de X: “En este gobierno no se miente. Que tengan un gran cierre de semana. Fin”. El vocero presidencial es un soldado de Karina Milei. Su mensaje es indicativo del malestar de la secretaria general de la Presidencia, que siguió los acontecimientos desde el exterior junto con el jefe del Estado. Consultados por
acerca de si la Presidencia la nacion profundizará su embestida contra la vice, cerca de los hermanos Milei respondieron: “No, que se ocupe la Justicia”.
Otros sectores del oficialismo fueron menos duros con Villarruel. “Victoria trabajó para que lo de Kueider fuera una suspensión y no una expulsión. Ella quería lo mismo que la Casa Rosada porque es la más interesada en evitar que el Senado quede bloqueado el año que viene”, aseguró un senador libertario.
En Balcarce 50 había desazón por el resultado de la sesión. Sobre todo, porque el Gobierno quedó atrapado por una movida impulsada por el kirchnerismo y tuvo que votar a favor de la expulsión de Kueider, cuando lo que pretendía era imponer la vía de la suspensión para no perder una banca aliada en manos de La Cámpora.
Ahora, en la Casa Rosada, amenazan con hacer planteos disciplinarios contra todos los legisladores nacionales con causas judiciales abiertas. Es una idea que, por ahosolo se desplegó en el plano discursivo, pero no se formalizó en el Congreso. Con la venia del asesor presidencial Santiago Caputo, la cuenta de Las Fuerzas del Cielo –el brazo armado de Milei en el campo de batalla digital– publicó el jueves un flyer en redes sociales con un listado de 28 senadores opositores que deberían ser “destituidos” por estar bajo pesquisa judicial.
“Vamos a intentar ir contra todos los que estén en la misma situación de Kueider; casi con seguridad”, soltó ayer un ladero del Presidente. En las Cámaras, el oficialismo ve poco plausible que pueda avanzar una movida de esa magnitud. Martín Menem, en Diputados, viene advirtiendo puertas adentro que no hay clima para que el Gobierno empuje una sesión especial fuera del período ordinario. De hecho, es uno de los que consideran que no hay un escenario favorable con los bloques aliados para convocar a sesiones extraordinarias con una agenda de temas de interés del Poder Ejecutivo.
Un senador libertario opinó en el mismo sentido: “No tenemos chances de ir contra todos, por ahora es dialéctica. En todo caso podemos elegir pegar a tres figuras fuertes, como intentamos hacer con (Oscar) Parrilli”.
En rigor, la gestión de Milei no está de acuerdo con la politización de los asuntos judiciales. No siente como propia la agenda de la anticorrupción. Pero los acontecimientos de las últimas semanas lo obligaron a hacer algo en lo que no creía.
Milei dijo el miércoles cerca de la medianoche, cuando salió del canal de streaming Carajo: “Si Kueider es un corrupto lo tienen que echar a patadas en el culo”. En Balcarce 50 explicaron que el Presidente sostuvo allí su posición histórica de no intromisión en la Justicia antes de tiempo. Los bloques aliados (Pro y la UCR), sin embargo, se tomaron de los dichos del jefe del Estado para abandonar el plan de la suspensión y volcarse hacia la expulsión.
Lo cierto es que, de la fallida sesión de “ficha limpia” para acá, el Gobierno navega en una agenda que le queda incómoda. Milei le encargó a Alejandro Fargosi un proyecto de “ficha limpia” superador al que había presentado Pro. El abogado constitucionalista presentó su versión mejorada al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, pero este propuso hacer “una comisión” y el tema quedó en un limbo. Luego la Casa Rosada anunció que iría con un proyecto para acotar el alcance de los fueros parlamentarios (una iniciativa más emparentada con el relato contra los “privilegios” propio de los libertarios). Pero el tema también naufragó porque no hubo convocatoria a las sesiones extraordinarias.
-Creo que Milei está de viaje…–¿En dónde? –Está en Tucumán… –No… Está en Córdoba.
–OK, sigamos…
Eran las 15 y el Senado estaba en el cuarto intermedio de la sesión especial que tenía que definir si el entrerriano Edgardo Kueider era expulsado del cuerpo. En la conversación participaban Victoria Villarruel y un puñado de senadores. Nadie mencionó que el viaje del Presidente era, en rigor, al exterior (a Italia), ni la irregularidad que pesaba sobre la sesión presidida por la vicepresidenta, que a esa hora tenía que estar a cargo del Poder Ejecutivo.
Más de tres horas después, con Kueider ya expulsado de su banca, la Casa Rosada dejó trascender que la sesión era plausible de ser impugnada porque Villarruel no tendría que haber estado al frente del Senado con Milei fuera del territorio nacional. La tropa de tuiteros libertarios salió al unísono a instalar el tema en X. Y un senador de La Libertad Avanza, el riojano Carlos Pagotto (cercano a los Menem), deslizó que se podía solicitar la nulidad. “Tendría que haberse hecho un acta de traspaso de mando y firmar la vicepresidenta. No bien se firma el acta, cumple otras funciones. Ahora tendrán que dilucidar quién tiene la responsabilidad”, dijo Pagotto. Ayer fue el propio Javier Milei quien cuestionó la sesión: fue “inválida”, dijo en una entrevista (ver aparte).
Sin embargo, según confirmaron fuentes del Gobierno a la nacion, La Libertad Avanza no va a pedir la nulidad de la sesión en la que se resolvió desplazar a Kueider. Sería como tirarse un tiro en el pie: el único responsable de la irregularidad fue el propio oficialismo. Los libertarios no pueden hacer un planteo porque estarían admitiendo una acefalía. El escribano general de la Nación, Martín Rodríguez Giesso, firmó el acta de la salida de Milei del país pasado el mediodía, pero se apersonó en el Senado para que Villarruel firmara el acta haciéndose cargo del Poder Ejecutivo cerca de las 19. Es decir, después de la votación. Fuentes oficiales aseguraron que ese “gap” es “habitual”, porque la rúbrica del acta es una mera formalidad.
“Esto fue Veep, no House of Cards”, ilustró un importante colaborador en Balcarce 50. Se refería a la sátira política que protagonizó la actriz Julia Louis-Dreyfus, en contraste con la oscuridad del poder de la saga de Frank Underwood. El ejemplo buscó ratificar que no se trató de una situación orquestada ni una jugada maestra sino de una “desprolijidad” y que nadie en la Casa Rosada se dio cuenta de la irregularidad durante la sesión. “Yo caí después”, aseguró un ladero de Milei.
Lo hayan sabido en todo momento, o no, hacia la noche el Gobierno usó el tema, instaló públicamente que la sesión era plausible de nulidad y logró empastar la situación. Finalmente, fue el propio Kueider quien, ayer, presentó un amparo en la Justicia para cuestionar la legalidad de la sesión de la Cámara alta que lo removió del cargo, aunque con otro argumento.
La Casa Rosada celebra cualquier hecho que demore una resolución: si la expulsión de Kueider se formaliza, en su banca asumiría Stefanía Cora, militante de La Cámpora. Es decir que Unión por la Patria quedaría con 34 senadores, a tres del quorum propio. No solo eso: el radical Víctor Zimmermann pidió licencia para asumir como ministro en el gobierno provincial de Leandro Zdero en Chaco y La Libertad Avanza perdió otro posible aliado. “Con ese panorama se termina el Senado para nosotros el año que viene”, advirtió un colaborador del oficialismo.
La sesión del jueves, en tanto, agravó severamente la crisis entre la Casa Rosada y el Senado. Cerca de los Milei dieron a entender que la vicepresidenta mintió: dijeron que ella supo en todo momento que Milei partía hacia Italia al mediodía, pero que igual presidió la sesión en el Senado. No solo eso: en Balcarce 50 filtraron un presunto chat privado entre un colaborador de Presidencia y la secretaria personal de la vice, Guadalupe Jones, del martes a las 8.36 (48 horas antes de la sesión). Allí se le informaba que el jueves Milei viajaría a Roma y se le adjuntaba una resolución de la Casa Militar con los detalles del viaje.
El jueves, pasadas las 11, el vocero presidencial Manuel Adorni dio una conferencia anunciando el viara, je presidencial. En el Senado juran que Villarruel no sabía fehacientemente que el jefe del Estado no estaba en el país durante la sesión. Y dicen que al momento del anuncio de Adorni ella estaba en el recinto, y no mirando la televisión. “En todo caso, el escribano tendría que haber venido de Aeroparque al Senado a firmar el acta de traspaso de mando. Pero vino más de seis horas después”, señalaron cerca de la vice. “Acá somos traidores por estar, por no estar; somos traidores por existir”, se lamentaron.
Sin mencionarla, Adorni recargó las tintas contra la vice en su cuenta de X: “En este gobierno no se miente. Que tengan un gran cierre de semana. Fin”. El vocero presidencial es un soldado de Karina Milei. Su mensaje es indicativo del malestar de la secretaria general de la Presidencia, que siguió los acontecimientos desde el exterior junto con el jefe del Estado. Consultados por
acerca de si la Presidencia la nacion profundizará su embestida contra la vice, cerca de los hermanos Milei respondieron: “No, que se ocupe la Justicia”.
Otros sectores del oficialismo fueron menos duros con Villarruel. “Victoria trabajó para que lo de Kueider fuera una suspensión y no una expulsión. Ella quería lo mismo que la Casa Rosada porque es la más interesada en evitar que el Senado quede bloqueado el año que viene”, aseguró un senador libertario.
En Balcarce 50 había desazón por el resultado de la sesión. Sobre todo, porque el Gobierno quedó atrapado por una movida impulsada por el kirchnerismo y tuvo que votar a favor de la expulsión de Kueider, cuando lo que pretendía era imponer la vía de la suspensión para no perder una banca aliada en manos de La Cámpora.
Ahora, en la Casa Rosada, amenazan con hacer planteos disciplinarios contra todos los legisladores nacionales con causas judiciales abiertas. Es una idea que, por ahosolo se desplegó en el plano discursivo, pero no se formalizó en el Congreso. Con la venia del asesor presidencial Santiago Caputo, la cuenta de Las Fuerzas del Cielo –el brazo armado de Milei en el campo de batalla digital– publicó el jueves un flyer en redes sociales con un listado de 28 senadores opositores que deberían ser “destituidos” por estar bajo pesquisa judicial.
“Vamos a intentar ir contra todos los que estén en la misma situación de Kueider; casi con seguridad”, soltó ayer un ladero del Presidente. En las Cámaras, el oficialismo ve poco plausible que pueda avanzar una movida de esa magnitud. Martín Menem, en Diputados, viene advirtiendo puertas adentro que no hay clima para que el Gobierno empuje una sesión especial fuera del período ordinario. De hecho, es uno de los que consideran que no hay un escenario favorable con los bloques aliados para convocar a sesiones extraordinarias con una agenda de temas de interés del Poder Ejecutivo.
Un senador libertario opinó en el mismo sentido: “No tenemos chances de ir contra todos, por ahora es dialéctica. En todo caso podemos elegir pegar a tres figuras fuertes, como intentamos hacer con (Oscar) Parrilli”.
En rigor, la gestión de Milei no está de acuerdo con la politización de los asuntos judiciales. No siente como propia la agenda de la anticorrupción. Pero los acontecimientos de las últimas semanas lo obligaron a hacer algo en lo que no creía.
Milei dijo el miércoles cerca de la medianoche, cuando salió del canal de streaming Carajo: “Si Kueider es un corrupto lo tienen que echar a patadas en el culo”. En Balcarce 50 explicaron que el Presidente sostuvo allí su posición histórica de no intromisión en la Justicia antes de tiempo. Los bloques aliados (Pro y la UCR), sin embargo, se tomaron de los dichos del jefe del Estado para abandonar el plan de la suspensión y volcarse hacia la expulsión.
Lo cierto es que, de la fallida sesión de “ficha limpia” para acá, el Gobierno navega en una agenda que le queda incómoda. Milei le encargó a Alejandro Fargosi un proyecto de “ficha limpia” superador al que había presentado Pro. El abogado constitucionalista presentó su versión mejorada al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, pero este propuso hacer “una comisión” y el tema quedó en un limbo. Luego la Casa Rosada anunció que iría con un proyecto para acotar el alcance de los fueros parlamentarios (una iniciativa más emparentada con el relato contra los “privilegios” propio de los libertarios). Pero el tema también naufragó porque no hubo convocatoria a las sesiones extraordinarias.
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