Kueider, de aliado de Milei a feroz enemigo
— por Carlos M. Reymundo Roberts
El maldito de Kueider siempre arruinándome los planes. Ya van dos sábados seguidos que mete la cuchara y me obliga a prestarle atención, cuando yo quería dedicarme a cosas importantes. Hoy, al aniversario de Milei, el mejor presidente que haya conocido jamás la humanidad, y el mejor de acá al final de los tiempos. Imperdonable que conspire así contra Javi... un aliado de Javi.
Algo diré después sobre el primer año, pero es noticia más fresca y más alucinante que anteayer la casta del Senado haya echado a este senador ultracasta protegido por el gobierno que vino a exterminar a la casta. No es tan complejo como suena. El ánimo con que el kirchnerismo la emprendió contra Edgardo Kueider, Mister Ed, se explica fácil. Después de La Rosadita, de Josecito López y de los cuadernos, el Instituto Patria elaboró un protocolo destinado justamente a evitar situaciones enojosas en el tráfico de divisas. Obvio, Mister Ed no lo leyó; tampoco su presta secretaria, Iara. Unos irresponsables. Si algo la saca a Cristina es esa torpeza, que, por cierto, se ha cansado de reprocharle a Néstor.
La banca de Mister Ed pasa a una camporista; obvio, van a ser otras tarifas
“¡Qué manía la de dejar los dedos en todos lados!”, le gritó una vez en la cara. Como si ella hubiese sido muy cuidadosa. En este caso, tiene razón. A Ed lo pescaron en la frontera porque se estaba sonando la nariz con un billete de 100 dólares.
Entiendo también la incomodidad en las filas libertarias al ver a la Casa Rosada empeñada en defender (solo a último momento le soltó la mano) a un sujeto como Kueider. La entiendo, no la justifico. Un voto es un voto. Si en determinados proyectos, tipo la Ley Bases, está en juego el destino de la República, ¿te vas a poner a contarles las costillas a los patriotas que dan su apoyo? Desde el primer día, Ed hizo conocer su disposición a colaborar, y, además, por sumas muy razonables. Le cabe sí al Gobierno revisar su manual de procedimientos: esas 200 lucas se deberían haber entregado directamente en Asunción. Ahora, el lugar de Ed lo va a ocupar una camporista. Catástrofe. Nadie cree que tenga las mismas tarifas.
Otros aspectos de la trama suscitan lógicos interrogantes. Los libertarios plantean que la sesión no fue válida porque la presidió Vicky Villarruel, que en ese momento debería haber estado reemplazando a Milei (en viaje fiestero a Roma para entregarse a los brazos de Giorgia Meloni). Aflojen, leones: Vicky no vota. En realidad, fue inválida porque Kueider no pudo defenderse. Lo que hizo es indefendible, pero guardemos las formas: tenía derecho a decir algo, echarle la culpa a Iarita, jurar que encontró la guita en el baño de una estación de servicio… Y algo más extraño: Kueider todavía no está ni siquiera procesado y lo sacaron a patadas del Congreso, al que el año próximo podrá incorporarse Cristina, condenada ya en primera y segunda instancia. Limpísima la ficha de Cris, roñosa la de Mister Ed. El que nace para pito nunca llega a corneta.
A raíz de esta historia tan desgraciada nos enteramos de que son 28 los senadores con causas abiertas en la Justicia, en su mayoría por corruptelas. Es decir, casi el 40% de la Cámara. El número viene creciendo sistemáticamente, con lo cual me pregunto si no debería pensarse en un cupo de honestos. Por ejemplo, del 10%. Digo, cosa de evitar que la decencia resulte un obstáculo insalvable para aspirar a una banca. ¿Lijo rechazado en la Corte? Aplicamos el cupo y entra al Senado.
En estos 41 años de democracia, cinco legisladores fueron echados del Congreso por chorros o inmorales. El gorilismo ha reparado en que los cinco son peronistas. Yo felicito muy sinceramente al viejo partido: solo fueron descubiertos cinco.
Ahora sí, vamos al primer año de Milei. Un apretado balance me da que la economía está cada vez mejor, y Javi, cada vez más Javi. Esto último, con lo bueno y lo malo. Lo bueno. Me encanta lo transparente que es: no oculta su narcisismo, la obsesión estética, su gusto por los viajes, la lengua y la mente endemoniadas, mentirillas, contramarchas, revoleo adolescente de acusaciones, despreocupación por todo lo que no sean números. Qué importante tener un líder al que se le ven los pliegues íntimos: no esconde, no disimula, no aparenta. Después del profesor Alberto, como tocar el cielo con las manos. Lo malo. Muy poco. Narcisismo, obsesión estética, mentirillas, contradicciones, revoleo de acusaciones, que no discipline la cabeza y el verbo. Se lo dijo Claudio Escribano al hablar anteayer en ADEPA: “Así no, señor Presidente”.
Lo bueno: Francos, Sturzenegger, Luis Caputo. ¡Y la quiebra de Piquetes SRL! Lo malo: el monje negro Caputín, Scioli, Lijo. ¡Y sacrificar a millones de abuelos! También hay que elogiar el doloroso pero necesario pacto con Cristina en temas estratégicos, y condenar el pacto con la más casta de la casta.
La pura verdad es que Javi se está quedando con el país. Veremos qué país queda después de Javi.
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Los milagros del pastor Milei
Fernando Laborda
La sociedad argentina asiste en estas horas a un hecho que podría calificarse de milagroso en función de su prolongada historia de populismo. Por primera vez un Presidente ha anunciado una profundización del ajuste de cara a un año electoral. No menos novedoso es que la ciudadanía mayoritariamente lo apoye.
Entre distintos analistas de opinión pública, hay coincidencia en que Javier Milei llegó a su primer año al frente del Gobierno en su punto más alto, tanto en términos de imagen personal como del nivel de aprobación de su gestión. Logró incluso sobreponerse a una caída, sufrida entre agosto y septiembre, que coincidió con el rechazo general al veto a la ley que procuraba mejorar los haberes jubilatorios y a la norma que elevaba el presupuesto universitario.
Los niveles de aprobación de la gestión de Milei –57% para Aresco y 56% para Poliarquía– se registran en forma paralela a la fuerte desaceleración de la inflación, que pasó del 25,5% mensual en diciembre de 2023 al 2,4% en noviembre último. Contrastan, no obstante, con la caída que experimentaron la actividad económica y el consumo a lo largo de 2024, si bien la tendencia descendente se ha morigerado en la segunda mitad del año.
La explicación de este fenómeno guarda relación con dos factores. El primero reside en que las dificultades económicas que aún padece la Argentina son atribuidas por la mayoría de la población al último gobierno kirchnerista. El segundo factor se relaciona con un nivel de expectativas en la gente que no se advirtió antes y en el que están ancladas las principales razones del apoyo a Milei.
Es probable que todavía sean más las personas que miran con optimismo el futuro que aquellas que observan con satisfacción el presente, aunque esa ecuación podría haber comenzado a revertirse recientemente.
Según el consultor Federico Aurelio, director de Aresco, dentro del 57% que hoy aprueba la gestión gubernamental de Milei, la mitad revela que tiene un mejor poder adquisitivo que antes y que el ajuste no la ha afectado mayormente. Es la porción de la ciudadanía que apoya en forma convencida al Gobierno. La otra mitad de ese 57% no parece estar tan convencida y admite que el ajuste la está afectando en su bolsillo; sin embargo, respalda al Gobierno, persuadida de que el esfuerzo vale la pena.
En los primeros meses de la gestión presidencial de Milei, de acuerdo con el citado analista, tres cuartas partes del apoyo social se explicaban por las expectativas favorables y por la esperanza. Hoy, en cambio, solo la mitad de ese respaldo se explicaría por las meras expectativas, en tanto que la mitad restante se
Para algunos, Milei se convirtió en un Uber de la política que rompió con oscuros aparatos. Para otros, estaría repitiendo la fórmula que han venido aplicando con éxito algunos grupos evangélicos
muestra convencida de que el Gobierno estaría logrando resultados concretos.
El mayor logro de la administración Milei se relaciona con una percepción social sobre la recuperación del orden, tanto en la economía como en la calle. Y en este último terreno, su éxito se asocia con la virtual eliminación de los intermediarios de planes sociales, también llamados gerenciadores de la pobreza, y con la reducción de los piquetes.
Para algunos, Milei se convirtió en una suerte de hacker del sistema. Algo así como un Uber de la política que rompió con oscuros aparatos para llegar directamente a la gente. Y, al menos por ahora, sigue explotando exitosamente esa condición de “outsider”, aun cuando en los últimos días haya habido no pocas muestras de que el oficialismo continúa manteniendo lazos con parte de la casta.
Es cierto que todavía vemos una sociedad que mayoritariamente está aguantando antes que disfrutando y probablemente falte bastante tiempo para que una porción más grande de la población perciba que está mejorando su metro cuadrado. Sin embargo, estudiosos de la opinión pública como Lucas Romero advierten que Milei estaría repitiendo la fórmula que han venido aplicando con éxito algunos grupos evangélicos en su tarea de reclutar feligreses.
La teología de la prosperidad es una corriente religiosa según la cual la fe, las donaciones y el discurso positivo son el camino para alcanzar bienestar material y físico. Se basa en la idea de que la Biblia es un contrato entre Dios y los seres humanos, y que si se tiene fe en Dios, él dará seguridad y prosperidad. Milei, según Romero, cumple en cierto modo el rol de esos pastores que prometen ordenarles la vida a sus fieles a cambio de un sacrificio frente al ajuste. Para que la gente siga creyendo en el mensaje del pastor y aportando su diezmo, tiene que percibir que la prosperidad está llegando.
En la vereda de enfrente, hasta no hace mucho Cristina Kirchner daba clases magistrales intentando explicar que el déficit fiscal no era un problema y nos brindaba ejemplos sobre lo bien que les iba a algunos países que tenían cuentas fiscales deficitarias. El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, explora una vía parecida, sugiriendo que la provincia podría comprar Aerolíneas Argentinas a fin de evitar su privatización o su liquidación. La propuesta de Kicillof provocó entre sus críticos una lluvia de memes en redes sociales. Uno de los más llamativos señalaba que el mandatario provincial estaría evaluando también comprar la escudería Williams para que Franco Colapinto pueda ser un piloto de Fórmula 1 estatal, nacional y popular.
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