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viernes, 17 de marzo de 2023

ECONOMÍA...DR. JUAN CARLOS DE PABLO


La carta que Massa y Pesce le tienen que enviar a Georgieva
Juan Carlos de Pablo


Ms. Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI: Los firmantes de esta carta, ministro de Economía y presidente del Banco Central de la Argentina, nos dirigimos a usted con suma urgencia para manifestarle lo siguiente:
Somos conscientes de que, desde su incorporación al Fondo, en 1956, la Argentina no tiene un impecable récord de cumplimiento de los 18 acuerdos firmados entre la institución y nuestro país.
También somos conscientes de que el acuerdo celebrado en 2018 se debió más a consideraciones políticas que a fundamentos técnicos y que la renegociación de 2022 está basada en que ya nos dieron el dinero y saben que, con esfuerzo argentino, no les vamos a pagar nunca. Todo lo cual explica el ejercicio de “contabilidad creativa” referido a renegociación de metas, acreditación de fondos cuyo único fin es pagarle al FMI, etc.; cuestiones que solo le interesan al mundo politizado.
Ahora bien, hoy enfrentamos una situación diferente. La sequía afectó la producción de bienes agropecuarios, muchos de los cuales son exportables. Como consecuencia de lo cual nuestro país espera una merma de alrededor de 15% de las exportaciones. Sin reservas ni posibilidad de endeudaco fundadores miento, esto repercute en las importaciones, en buena medida complementarias de la producción local; lo cual generará recesión y desocupación.
Por lo cual, e independientemente de los acuerdos vigentes, solicitamos un préstamo de US$10.000 millones, pero de libre disponibilidad, para por lo menos financiar el nivel de importaciones de 2022.
El fundamento del pedido es muy sencillo: los argentinos seremos todo lo que se quiera, pero este percance no se debe a nosotros. ¿Para qué está el FMI si no para atender este tipo de situaciones? Si John Maynard Keynes y Harry Dexter White, del Fondo en 1944, vivieran, lo entenderían perfectamente. Porque estamos seguros de que si vieran a un irresponsable tirado en la calle, porque lo pisó un camión, llamarían al SAME en vez de recordarle su pasado turbio.
Como usted es joven, le recuerdo un antecedente: en febrero de 1976 la Argentina recibió un préstamo de US$130 millones por la caída de exportaciones. Al parecer los ingleses habían descubierto, una vez más, que la carne argentina tenía aftosa y suspendieron las compras a nuestro país.
Esperamos su respuesta. Sergio Tomás Massa – Miguel Ángel Pesce. 

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martes, 21 de febrero de 2023

ECONOMÍA...DR. JUAN CARLOS DE PABLO


Mirar con cariño a los “hermanos menores”
A partir de las declaraciones sobre Uruguay de Sergio Massa, De Pablo reflexiona sobre cómo analizamos a otros países.
Juan Carlos de Pablo .... Economista 1914-1938Mónaco, un territorio pequeño con un elevado PBI por habitante
PREGUNTAS A Sidney HERBERT WOLSTENHOLME

Si pregunto cuáles son las dos economías más importantes del mundo, cuál es la primera y cuál es la segunda, me responderán sin titubear: “Estados Unidos y China”, a la primera pregunta. Habría que ver qué responderían a la segunda. Lo más interesante de este diálogo es que hice trampa: no pregunté por el tamaño, sino por la importancia de las economías. Y quienes respondieron, automáticamente basaron sus contestaciones en el producto bruto interno (PBI) total de los respectivos países. Ahora bien, si tuviera que migrar, ¿cuánto de esto me serviría para adoptar la decisión correcta?
Al respecto, conversé con el economista australiano Sidney Herbert Wolstenholme (1914-1938), alumno y profesor en la Universidad de Sydney. Ostenta un peculiar récord en mi planilla de trabajo, integrada por algo más de 3200 economistas fallecidos. De menor a mayor edad al deceso, ocupa el segundo lugar. Perdió la vida a los 24 años, ahogado, al igual que Yehuda Grunfeld (a los 30 años), Evan Frank Mottran Durbin (42) y William Stanley Jevons (47).

–Usted de ocupó del stock de población en su país natal.

–Así es. A comienzos de 1936 los australianos se sorprendieron, al conocer que, en una lectura optimista de las tendencias de nacimientos y fallecimientos, para fines del siglo XX la población de Australia rondaría los 8 millones de habitantes (en 1936 eran 6,7 millones). Entonces, publiqué un ensayo titulado El futuro de la población australiana del cual, al decir de Dansie Thomas Sawkins, cualquier demógrafo, por más maduro y distinguido que fuera, se sentiría orgulloso.

–¿Qué dijo en dicho ensayo?

–Mostré que, sobre la base de las tasas de natalidad y mortalidad verificadas entre 1932 y 1934, en cualquiera de tres escenarios diferentes desde el punto de vista de la inmigración, la población de Australia declinaría hacia fines del siglo XX. También reiteré la amarga verdad de que una población constante implicaría el aumento sistemático de su edad promedio e, inevitablemente, menores tasas de reproducción.

–La realidad superó ampliamente todos esos pronósticos.

–En efecto. En 2000 vivían en Australia 19 millones de personas y en 2022, 26 millones. Lo cual, como siempre ocurre, solucionó algunos problemas y creó otros. Ejemplo: un país cuyapoblaciónnocrece,difícilmente enfrenteproblemasdevivienda,aunque tiene problemas crecientes con su sistema de seguridad social.

–Hace algunos días, el ministro de Economía de la Argentina, refiriéndose a Uruguay, habló del “hermano menor al que hay que cuidar”. La contestación no se hizo esperar porque, a la luz de los resultados económicos de la Argentina, no estamos en condiciones de cuidar a nadie.

–Pongamos a un lado lo despectivo u ofensivo de la afirmación, no porque no tenga importancia, sino para concentrarnos en la sustancia de la cuestión. Usted mencionó la cuestión de la elección de un país, en caso de tener que migrar. Al respecto, no da lo mismo ordenar a los países según el PBI total, que ordenarlos según el PBI por habitante. Permítame poner un ejemplo deportivo, para mostrar que esto no solamente ocurre con el PBI total de los países.

–Lo escucho.

–Tome la tabla de medallas de cualquier edición de los Juegos Olímpicos. ¿Cuál es el principal indicador que explica qué países encabezan dicha tabla? La población. Sorprendería que, por ejemplo, China lograra menos medallas que México. Dije el principal, pero no es el único. Porque algunos países invierten en deportes más que otros; por ejemplo, Cuba. Kenia es otro ejemplo de país que “produce” sobresalientes deportistas, aunque no sé si es producto de una inversión deliberada del Estado, o un fenómeno cultural.

–Olvidémonos, entonces, del PBI total de los países, y concentrémonos en el PBI por habitante.

–Tomemos las estimaciones del Banco Mundial referidas a 2021, en las cuales se tuvo el cuidado de convertir las estimaciones realizadas en moneda nacional, no por los tipos de cambio (¿cuál tomarían en la Argentina hoy?), sino por la equivalencia en términos de poder adquisitivo. Comencemos por los socios originales del Mercosur.

–Adelante.

–De menor a mayor, el PBI por habitante de Paraguay fue de 5900 dólares; el de Brasil, de 7500; el de la Argentina, de 10.600, y el de Uruguay, de 17.300 dólares. Toda estimación de este tipo está sujeta a dudas, pero los números son suficientemente nítidos como para que ustedes, argentinos, en esta materia no estén en condiciones de dictar cátedra.

–Pero, como estamos conversando a propósito de una hipotética migración, ¿qué ocurre en el resto del mundo?

–Bien. Prestémosle atención al PBI por habitantes de países “grandes”, o de aquellos que se miran con cariño, a la hora de hacer las valijas y partir. Siempre de menor a mayor y en dólares: Japón, 39.300; Alemania, 51.200; Canadá, 52.800; Australia, 60.400; Dinamarca, 68.000; Estados Unidos, 70.200 y Noruega, 89.200.

–¿Estos son los países de mayor PBI por habitante?

–No, tal como muestra el tope de la lista, ahora ordenada de mayor a menor y siempre en dólares. Mónaco, 234.300; Liechtenstein 157.800; Luxemburgo 133.600, e Irlanda, 100.200. ¿Sorprendido? Quienes quieren acelerar el crecimiento del PBI de los países, rara vez les prestan atención a los tres primeros casos, porque son casos que resultan de haber encontrado “nichos” que no necesitan mucho territorio para desarrollarse, y aprovechan ventajas impositivas o del funcionamiento de porciones de las oficinas administrativas de la Unión Europea.

–Gracias, jefe, ahora sé adónde direccionar mi atención.

–No tan rápido. El PBI por habitante es un promedio, que no está esperando a los inmigrantes en el aeropuerto. Ellos tienen que insertarse en la fuerza laboral, formal o informal, con ingresos generalmente apreciablemente inferiores al promedio. El Mundial de fútbol que se jugó en Qatar mostró un país en el que una ínfima minoría de la población nació allí y vive muy bien, con un panorama muy diferente en el caso de los inmigrantes.

–¿Por qué migraron, entonces?

–Porque las condiciones “inhumanas” que tienen que soportar en los países que los reciben son mucho mejores que las que existían en sus países de origen. Lo cual da una idea intuitiva de la distancia que, en términos de ingresos, existe entre los seres humanos, no solamente dentro del países, sino en la comparación internacional.

–La inmigración internacional muestra escenas dramáticas.

–Efectivamente. Seres humanos cruzando el Mediterráneo, luego de caminar cientos de kilómetros, o alcanzar la costa de Florida, en embarcaciones absolutamente precarias; otros que viajan –y muchos perecen– en el doble fondo, o doble techo, de los camiones. Todo, producto de la desesperación de los migrantes y de las barreras de entrada de los países receptores. No debemos ser duros con los líderes de estos últimos países, sino principalmente con los que manejan los países que expulsan población.

–Don Sidney, muchas gracias.

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miércoles, 15 de febrero de 2023

ECONOMÍA...DR. JUAN CARLOS DE PABLO




¿Así que éramos 1,3 millones menos de lo que dijeron después del censo?
De Pablo pone bajo la lupa la diferencia entre los datos del censo anticipados el año pasado y los informados ahora por el Indec.
Juan Carlos de Pablo PREGUNTAS A DAVID HAROLD Blackwell Estadístico y matemático 1919-2010El director del Indec, Marco Lavagna, presentó días atrás los datos del censo de mayo de 2022


¿Así que éramos menos los habitantes del país?

Sorprende que un ser humano muerda a un perro, pero no sorprende que un perro muerda a un ser humano. Inmediatamente después del día en que se realizó el censo de población y vivienda, en 2022, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que en la Argentina vivíamos 47.327.407 personas. Ahora dio a conocer una nueva estimación, según la cual éramos 46.044.703, es decir, casi 1,3 millones menos de lo que se había informado. Rara vez las estimaciones revisadas coinciden con la muy preliminar, pero en este caso tanto la dirección como la intensidad de la discrepancia generaron sorpresa y suspicacias.
Sobre el tema hablé con el estadounidense David Harold Blackwell (1919-2010), quien consiguió una beca Rosenwald, destinada a académicos negros, lo que le permitió pasar un año en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton. La costumbre era que los miembros del Instituto, al año de estar, se convirtieran en miembros honorarios de la facultad, pero, en su caso eso no ocurrió por ser él… afrodescendiente.

Cuando integró un comité de tesis, le dijo al alumno: “Usted sabe sobre esta cuestión mucho más que cualquier otro. Nunca lo entenderemos si trata de explicarnos todo, así que elija un solo tópico, quizás un par”.

–En Princeton tuvo una notable conversación con Johnny von Neumann

–Así es. En la Universidad de Illinois me doctoré en matemáticas, con una tesis sobre las cadenas de Markov. Von Neumann era impresionante. Cuando llegué a Princeton me dijo que nos juntáramos para hablar de mi tesis. Creí que era un cumplido, pero insistió. Nos reunimos. Me escuchó durante 10 minutos, hizo un par de preguntas, y comenzó a decirme a mí en qué consistía mi tesis. Le bastaron 10 minutos para saber sobre la cuestión más que yo.

–Usted pasó por la Universidad Howard.

–Donde conocí a Meyer Abraham Girshick, a raíz de lo cual me interesé vivamente por la estadística. En una clase él planteó una ecuación tan notable que no me la creí. Fui a mi casa y me puse a trabajar. Armé lo que creí era un contraejemplo y se lo envié. Él descubrió dónde me había equivocado, pero, en vez de decírmelo, me invitó a charlar con él. Así nació una relación perdurable. Fue la mayor influencia académica tuve en mi vida. Juntos publicamos Teoría de los juegos y decisiones estadísticas. Estadística básica, que publiqué en 1956, fue uno de los primeros libros de texto que incorporó el enfoque bayesiano.

–Lo consulto porque el Indec acaba de informar que en 2022 la Argentina estaba poblada por 46 millones de personas, y no por 47,3 millones, como había informado en cuanto terminó de compilar el censo. Eso generó sorpresa y suspicacias.

–Comencemos por lo primero. Diferenciemos la estimación de un valor absoluto, de la de una variación. Pensemos, en este último caso, en la tasa de inflación. Si todos los precios se modificaran a la misma velocidad, bastaría con calcular la variación del precio de cualquier producto para saber cual fue la tasa de inflación. Esto no ocurre nunca, pero para lo que usted me pregunta, lo importante es que, al aumentar el tamaño de la muestra, la tasa de inflación resultante puede subir o bajar, dependiendo de la relación que existe entre las variaciones de los precios que ya habían sido considerados y la de los productos que se agregan.

–Entiendo, pero aquí estamos delante de un caso distinto.

–Efectivamente, porque un censo de población no busca principalmente conocer las características de las personas que habitan un país, sino estimar cuántos son. Utilizando la nomenclatura que se usa en estadística, no se busca identificar características surgidas de una muestra, sino estimar un universo.

–¿Y entonces?

–En este caso, lo que uno espera es que la estimación recontra prete liminar sea inferior a la revisada. Digo revisada, porque en el caso de las estimaciones nunca existe algo definitivo. Ironizando, Alexander Kirkland Cairncross solía decir que “Inglaterra es un país de pasado incierto, porque cada vez que se revisan las estimaciones de las cuentas nacionales hay que reescribir los libros de historia”.

–¿Por qué dice usted que en el caso de la estimación de un universo la estimación preliminar es inferior a la revisada?

–Por las dificultades prácticas propias de la confección de un censo y por la “demanda” para que se conozcan los resultados de inmediato. Perdón por la antigüedad, pero uno piensa que el día del censo algunos vehículos que trasladaron formularios desde áreas remotas no llegaron a tiempo para incluir los resultados en la primera estimación; alguna tormenta postergó la visita de los censistas a algunos barrios, etcétera. Todo lo cual se corrige con el paso del tiempo.

–Pero aquí el problema es al revés; la estimación revisada es inferior a la inicial, y por nada menos que 1,3 millones de personas. Y esto sorprende.

–Tiene razón. Entre el anterior censo, realizado en 2010, y el de 2022, la tasa de crecimiento de la población, según el anuncio inicial, era de 1,39% equivalente anual (ea), apreciablemente superior al 1,13% ea, verificado entre los censos realizados en 2001 y 2010; mientras que, partiendo siempre de 2010 pero calculando sobre la base de la nueva estimación de 2022, dicha tasa de crecimiento fue de 1,155% ea. Prácticamente igual que entre los dos censos anteriores, lo cual es congruenque con todo lo que se sabe en materia demográfica, es decir, que las tasas de crecimiento poblacional se mantienen constantes o disminuyen.

–A la luz de esta información, ¿cómo el dato oficial no fue denunciado como altamente sospechoso?


–La sorpresa fue consignada, pero tampoco se trata de denunciar al Indec cada vez que una estimación oficial no coincide con las “sensaciones” que tiene el sector privado.

–¿Está usted diciendo que el episodio cuestiona la totalidad de la actual conducción del Indec?


–No tanto, pero los argentinos merecen una explicación de un hecho que, como usted dice, resultó sorprendente.

–Como dije al comienzo de esta conversación, el evento no solamente generó sorpresa, sino también suspicacias.


–Esto tiene que ver con el hecho de que la estimación de la población total, y su distribución geográfica, no persigue solamente propósitos “académicos”, porque también es utilizada para determinar el número total y la cuantía por jurisdicción de los miembros de la Cámara de Diputados, y la distribución de los recursos coparticipados.

–En la Argentina se puso la lupa en los resultados de La Matanza.

–No es para menos. Entre los censos de 2001 y 2010, en el referido municipio, la tasa de crecimiento poblacional fue de 3,9% ea, mientras que, entre 2010 y 2022, dicha tasa cayó a 0,2% ea. Todo es posible, pero hacen bien Diego Valenzuela y Martín Tetaz en poner el dedo en la llaga, tarea en la cual hace tiempo que están empeñados.

–Don David, muchas gracias.

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martes, 7 de febrero de 2023

ECONOMÍA...DR. JUAN CARLOS DE PABLO


La inflación “autoconstruida” y el porqué de nuestras conductas
Juan Carlos de Pablo


PREGUNTAS A JAVIER RAFAEL Villanueva
Economista 1924-2022 Fue docente en la UCA y en la Universidad Di Tella; fue funcionario público y miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas; recibió el Premio Konex de Platino en 1986




¿ Por qué los argentinos manejamos “mal” en Buenos Aires y “bien” en Miami, si en el vuelo no se dictan cursos de manejo? ¿Por qué los mismos argentinos que durante la década de 1990 no aumentamos los precios ahora no hacemos otra cosa que subirlos? Estas son algunas de las preguntas que ponen en tela de juicio la explicación presidencial de que padecemos “inflación autoconstruida”, la cual le permite explicar el fracaso de la “guerra” que le planteó a la inflación en marzo de 2022.
Al respecto, conversé con el argentino Javier Rafael Villanueva, profesor de la Universidad Católica Argentina y en el Instituto Torcuato Di Tella, funcionario público y, desde 1987, miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. A muchos de nosotros alguna exalumna nos recuerda con particular afecto entre los profesores que tuvo y lo expresa públicamente, pero a Javier le ocurrió nada menos que con Máxima Zorreguieta, reina de Holanda.

–¿Es cierto que viviste los últimos 36 años de tu vida porque Dios es grande?

–A mediados de 1985, el Instituto Torcuato Di Tella (todavía no era Universidad) ofreció un curso para alumnos de diferentes países. Uno de ellos, por bajas calificaciones, fue invitado a retirarse. En vez de esto, fue hasta su hotel, tomó un cuchillo y volvió al Instituto. Comenzó a subir las escaleras, justo cuando yo bajaba, y recibí un puntazo. No fallecí desangrado porque de casualidad pasaba por la puerta una ambulancia (todavía no existía el SAME) y me pudieron asistir.

–De tu vasta obra escrita, quiero destacar un par de monografías. Una sobre la sustitución de importaciones en la Argentina, la otra sobre la reacción que en Estados Unidos provocó la teoría de David Ricardo sobre la especialización internacional de la producción.

–Se piensa que el crecimiento del sector industrial, en su forma moderna, se produjo como consecuencia de la Gran Crisis de los años 30. Pero, ¿con qué maquinaria, en buena medida importada, se hizo la industrialización sustitutiva de importaciones? Tenía que ser con equipos instalados antes de que comenzara esa crisis. Efectivamente, entre 1923 y 1930 se produjo una fuerte acumulación de importaciones de equipos y maadecuación quinaria para la industria, de manera que la semilla de la mencionada industrializaciónseplantóenladécada de 1920, y no porque se anticipara la crisis de la década siguiente.

–En el otro escrito vos hablás de una “escuela americana” antirricardiana.

–En efecto. El punto de partida de esa escuela era el examen de situaciones concretas, diferentes de las existentes en un “país viejo” como Gran Bretaña. En la teoría ricardiana se mueven internacionalmente los bienes, pero no los factores productivos, mientras que en Estados Unidos había que superar las escaseces con inmigración de factores, en un ambiente de armonía. Como también ocurrió en Australia, en Canadá y en la Argentina. A propósito: Paul Anthony Samuelson destacó que el movimiento antirricardiano en Estados Unidos no defendía la industria manufacturera, que aún no existía, sino la minería de hierro y carbón.

–¿Somos los argentinos un desprendimiento especial de la especie humana?

–Te respondo de este modo. ¿Enseñaríamos de manera igual o diferente un curso introductorio de economía que tuviéramos que dictar en Tokio, El Cairo o Buenos Aires? De manera igual, porque el principio de escasez, el uso alternativo de recursos escasos y los criterios de asignación son universales.

–Quienes visitaron Qatar por el Mundial de fútbol dicen que allí no rige el principio de escasez.

–Aparentemente, es decir, en lo inmediato; pero con el tiempo… Pero, en todo caso, es la excepción. En el resto del mundo, los principios vigentes son los mismos, claro que la a los diferentes países no es automática. Fijate, Juan Carlos, la diferente visión que sobre la vinculación económica entre países tenían los ingleses y los norteamericanos.

–Otra asimetría es la de centro y periferia, enfatizada por Raúl Prebisch.

–Así es. Lo que no significa que haya que crear una teoría económica para los países desarrollados y otra para los países en vías de desarrollo; pero cada país tiene que diagnosticar de manera correcta las características que tiene su vinculación con el resto del mundo.

–El presidente Fernández se refirió a la inflación como resultante de la forma en la que razonamos los argentinos.

–Lo cual no tiene que ver con un ADN peculiar, sino con la sensibilidad que surge de nuestra historia. Hace bien nuestro compatriota Guillermo Antonio Roberto Calvo, cuando pone la cuestión de la credibilidad y la falta de credibilidad de la población, con respecto a los anuncios y las decisiones del gobierno de turno. Los tenedores de dólares y de títulos denominados en dólares le creen al Fed y actúan en consecuencia; nosotros, no, pero tenemos nuestras razones.

–Explicate.

–Los gobernantes siempre dicen que el PBI va a aumentar y que la tasa de inflación, la desocupación y la pobreza van a disminuir; ¿qué otra cosa querés que digan? Pero, por la experiencia, los argentinos sabemos que el ahorro en pesos fue sistemáticamente castigado y rara vez se adoptan medidas políticamente incorrectas.

–¿Nos lleva esto a generar inflación autoconstruida?

–No sé si tanto, pero es claro que adoptamos las decisiones en un contexto de fuerte incertidumbre. Lo cual da pie a la hipótesis inflacionaria basada en el “por las dudas”. Como toda hipótesis, tiene algo de verdad y mucho de exageración. Porque el oferente puede pensar en un precio que lo cubra de las múltiples fuentes de incertidumbre, pero después tiene que encontrar quien le compre a ese precio la cantidad que él (o ella) quiere vender.

–¿Quién genera incertidumbre?

–Este es el punto crucial. Supongamos que el presidente de la Nación tenga razón y que la mente de los argentinos esté “afiebrada” en materia de inflación, producto de la fuerte incertidumbre en la cual nos desenvolvemos. Si este fuera el caso, la política económica debería consistir en, no digo eliminar, pero por lo menos reducir la incertidumbre.

–Me estás haciendo acordar el punto que hacía Julio Hipólito Guillermo Olivera, referido al que había matado a sus padres.

–Exacto. El hombre fue apresado, juzgado, encontrado culpable, y en el momento en el que le iban a fijar la pena, pidió clemencia en su condición de… ¡huérfano!

–¿Estás diciendo que el “ruido” que la política-política y la política económica les está poniendo en la cabeza a los argentinos es lo que está provocando la inflación?

–El déficit fiscal y la emisión monetaria son realidades objetivas, lo cual en un país cuya población tiene la sensibilidad que tenemos nosotros genera la tasa de inflación que estamos padeciendo.

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martes, 31 de enero de 2023

ECONOMÍA...DR. JUAN CARLOS DE PABLO





El crecimiento de la población, ¿es buena o mala noticia?

Juan Carlos de Pablo


Cuatro de cada 10 de los 8000 millones de seres humanos que hoy habitamos la Tierra viven en China y en la India; en partes iguales. En los últimos días las cuestiones demográficas fueron noticia, no por un problema de densidad poblacional, sino por una cuestión de crecimiento poblacional. Mejor dicho, de falta de crecimiento poblacional. Ocurre que, en los últimos tiempos, en China la tasa de natalidad cayó al mismo nivel que la tasa de mortalidad. Este hecho, ¿debe generar alegría o preocupación?

Sobre el particular conversé con el mexicano Víctor Luis Urquidi Bingham (1919-2004), accidentalmente nacido en Francia, porque sus padres eran diplomáticos. Integró la delegación mexicana que en 1944, en Bretton Woods, fundó el Fondo Monetario Internacional y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, luego transformado en el Banco Mundial. 



En 1964 cofundó el Centro de Estudios Económicos y Demográficos del Colegio de México, y entre 1980 y 1983 presidió la Asociación Internacional de Economía.

–Desde el ámbito académico, usted impulsó las políticas de control de la natalidad.


–Le cuento. Un líder sudamericano había dicho que “gobernar es poblar”, algo que el presidente Luis Echeverría asumió en su campaña electoral como una meta del que sería su gobierno. En el Colegio de México yo había promovido el estudio de la demografía, particularmente por parte de Gustavo Cabrera y Raúl Benítez Zenteno. Sabía que el propósito presidencial no era una buena idea para promover el desarrollo económico. Aproveché una invitación del presidente para conversar, cursada al inicio de su gobierno, para tratar de convencerlo de las ominosas consecuencias que tendría para el país incorporar aquella frase como objetivo de un plan de gobierno. Fui suficientemente persuasivo para convencerlo de cambiar drásticamente su política de población, hacia el objetivo de “la familia pequeña vive mejor”.

–Todo esto debe ser fechado, porque parecería que en la década de 1960 el problema era la explosión demográfica. Y ahora parece que el problema es el contrario.

–Efectivamente. Comencemos por decir que el estancamiento poblacional en China, que hay que ver si se confirma con el correr del tiempo, surge en un país que, si bien ha crecido de manera espectacular en las últimas décadas, tiene un PBI por habitante más cercano al de los países en vías de desarrollo, que al de los países desarrollados.

–¿A qué viene esto?

–A que en los países cuyo PBI por habitante es de los mayores del mundo hace rato que el crecimiento poblacional es mínimo, por no decir prácticamente inexistente. Y en Japón es negativo. Los cálculos demográficos de Naciones Unidas muestran claramente que todo el crecimiento poblacional se está produciendo en los países más pobres, de manera que la migración internacional llegó para quedarse. La cuestión es si se realiza en condiciones humanas o infrahumanas.

–El crecimiento poblacional, ¿es una buena o una mala noticia?

–Para Robert Thomas Malthus era una pésima noticia; para John Stuart Mill, todo lo contrario. ¿Cómo se explica esta diferencia? Sobre la base de la realidad de su época, a Malthus le preocupaba que las economías llegaran al estado estacionario, con mucha población y salarios paupérrimos. Varias décadas después, Stuart Mill afirmó que el estado estacionario podría ser una buena noticia si, controlando la natalidad, se fabricaba un contexto de mucho capital y poca mano de obra.

–Todo esto pertenece al siglo XIX. ¿Y ahora?

–Los temores que despertaba la demografía en mi época, en buena medida desaparecieron, porque la tasa de mortalidad continuó descendiendo, pero la tasa de natalidad mucho más. Espero que ninguna mujer se ofenda por lo que voy a decir, pero el aumento del ingreso por habitante y la irrupción de la mujer en la educación superior y en la fuerza laboral disminuyeron el tamaño de las familias, porque criar hijos es una actividad que demanda mucho tiempo.

–Volvamos a la cuestión. ¿Debemos festejar o preocuparnos si la población deja de crecer?

–No hay una respuesta única. Por una parte, pregúntele a quienes fabrican cunas para bebés, juguetes, leche o escarpines. Y también al gobernante que tiene a su cargo la seguridad social, o al empresario que administra una empresa de medicina prepaga. A los primeros la demanda les cae a pique; los otros se preocupan por las implicancias del envejecimiento de la población.

–¿Y en el plano laboral?

–Ahí quería llegar. Cada tanto aparecen agoreros informes, referidos a la pérdida de empleos que generará el cambio tecnológico, informes que desde el punto de vista histórico fallaron en sus pronósticos. Porque hoy en el mundo trabaja más gente que hace 50 o 100 años, claro que en labores diferentes.

–¿Hacia dónde va con esto?


–A que hay que ser congruente. Quienes viven preocupados por el futuro del trabajo deberían festejar el estancamiento poblacional, más allá de las importantes implicancias sectoriales, por ejemplo, el deterioro de la actividad de los sectores que producen bienes que demandan los infantes.

–Impacto que no aparece de la noche a la mañana.

–Hecho importante, porque permite la gradual modificación de la estructura de la oferta. La terminación de la producción de máquinas de escribir no generó ninguna crisis, porque los productores tuvieron tiempo para reconvertirse. La pandemia/cuarentena provocada por el Covid 19 generó múltiples dificultades mayores, precisamente por tratarse de algo inesperado, desconocido y peligroso.

–Me hizo acordar de algo. La Argentina está hoy poblada por 47 millones de habitantes. Algunos piensan que, para ser un país desarrollado, la población debería duplicarse. ¿Qué puede decir al respecto?

–Yo también lo escuché, y no solo referido a la Argentina, sino referido en general a países de baja densidad poblacional. No conozco posturas que fundamenten esta propuesta de manera sólida, pero en todo caso debería ser específica. Obviamente que la referida duplicación no podría surgir de nacimientos y fallecimientos producidos dentro del país, sino de un fenómeno migratorio. Y, al respecto no plantearía el debate pensando tanto en el número cuanto en la composición, por país de origen, edad, calificaciones laborales, etcétera.

–Pero, en principio, ¿la idea le “suena”?

–Quizá me equivoco, y en ese caso pido disculpas, pero no me suena para nada. El problema que tiene hoy la Argentina es la cantidad de gente –particularmente jóvenes– que migra o piensa migrar. Migrar no es una decisión fácil. Contrariamente a lo que suele pensarse, no solo emigran profesionales, sino argentinos con todo tipo de habilidades laborales. Sabiendo que van a trabajar duro, al principio en puestos laborales que a los nativos de los otros países no les interesan.

–Don Víctor, muchas gracias.

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miércoles, 30 de noviembre de 2022

ECONOMÍA...DR. JUAN CARLOS DE PABLO




PREGUNTAS A JOSEPH John SPENGLER

Economista 1902-1991
Recibió el Premio John Frederick Lewis de 1951 de la Sociedad Filosófica Estadounidense y el Premio Miembro Distinguido de 1981 de la Sociedad de Historia de la Economía

Somos 8000 millones de habitantes, ¿dónde pifió Malthus?
Juan Carlos de Pablo
Esto de que se sabe con certeza en qué minuto de qué día de la semana anterior la humanidad cruzó la “barrera” de los 8000 millones de seres vivos es pura fantasía. Pero, como a nivel mundial al menos la evolución demográfica no registra fuertes variaciones, la ocasión sugiere una reflexión, particularmente a la luz de la preocupación planteada hace algo más de un par de siglos por Thomas Robert Malthus.
Al respecto consulté al norteamericano Joseph John Spengler (1902-1991), experto en cuestiones demográficas y erudito en historia del pensamiento económico. Encontró el origen de la expresión “mano invisible”, asociada con Adam Smith, en los escritos de los teólogos del siglo XVII. En 1965 presidió la Asociación Americana de Economía (AEA).
–La motivación de Malthus, para escribir su Ensayo sobre la población, es algo curioso y poco conocido.
–En efecto, la primera edición, publicada en 1798 de manera anónima, respondió al planteo realizado por William Godwin, quien recomendaba enfrentar la pasión sexual usando exclusivamente la cabeza. Malthus, sacerdote, pero aterrizado, planteó su desacuerdo y alertó con la evolución demográfica de su tiempo. Se vio reivindicado cuando en 1801, en el primer censo, los ingleses se dieron cuenta de que eran más de lo que se creía. El reverendo tenía información valiosa: los nacimientos, casamientos y fallecimientos. Las nuevas versiones de la obra recogieron la información existente en otros países, transformando un brillante panfleto en una obra “científica”.
–¿Cuáles son, según usted, los puntos claves del planteo de Malthus?
–Cuatro principales: 1) el factor limitante es, en última instancia, la tierra; 2) existen externalidades negativas del crecimiento de la población, como la urbanización creciente; 3) mostró interés en el aumento de la calidad de la población, y 4) planteó que, consiguientemente, existe un tamaño óptimo para la población (nivel y tasa de crecimiento).
–En su conferencia presidencial ante la AEA usted se ocupó de la teoría del tamaño óptimo de la población.
–Efectivamente. Dicha teoría, elaborada y clarificada a partir de la de 1920, no se refiere tanto el tamaño de la población como al de la economía, lo que facilita las economías de escala, la competitividad, la flexibilidad, etcétera. En la mayor parte del mundo la densidad de población promedio excede el nivel óptimo. Además, muchas naciones son demasiado pequeñas para contener dentro de sí una economía moderna. El principal resultado del análisis de la economía de la tercera edad es el de optimizar. Ejemplo: ¿qué tal tomarse mayores vacaciones en la mediana edad, contra el aumento de la edad del retiro? Los hiperurbanistas se olvidan de la vulnerabilidad que tienen las ciudades frente a los misiles. Matemáticamente, cuanto más grande es una ciudad, menor es el tamaño relativo de la minoría que la gobierna. Por eso, en las grandes ciudades el votante se visualiza como un inútil.
–Ha corrido mucha agua desde que usted habló a mediados de la década de 1960.
–Me doy cuenta, pero analicemos la cuestión desde la publicación del libro de Malthus para acá. Primero, un sencillo cálculo. En 1800 la población mundial era de aproximadamente 1000 millones de personas, ahora es de 8000 millones. Lo cual implica que la tasa de crecimiento poblacional en los dos últimos siglos fue de 1% equivalente anual.
–¿Por qué se armó tanto batifondo, entonces?
–Porque se trata del crecimiento promedio, el cual no fue constante en los últimos 200 años. La preocupación de Malthus, planteada en la conocida afirmación de que “la población crece en términos de una progresión geométrica, mientras que los alimentos lo hacen sobre la base de una progresión aritmética”, tenía que ver con tasas de crecimiento poblacional mucho mayores, que eran corregidas de manera salvaje por guerras, hambrunas, etcétera. Sin ir tan lejos, De Pablo, cuando usted estudiaba en la universidad, tasas de crecimiento poblacionales de 3% anual no eran infrecuentes. En países como la India se planteó la cuestión de la esterilización forzada como parte de una política de desarrollo económico.
–¿Qué pasó para que no terminara ocurriendo lo que tanto se temía?
–Por una parte, se produjo un fuerte cambio tecnológico en la producción de alimentos. Seguramente hoy hay personas que pasan hambre, pero el número de seres humanos que se alimentan es mucho mayor que a comienzos del siglo XIX.
–¿Y por la otra?
–El desarrollo de los anticonceptivos y la irrupción de la mujer en la fuerza laboral hicieron desplomar la tasa de natalidad. Criar hijos es una actividad que insume mucho tiempo, y para la mujer que trabaja, particularmente la profesional, el valor del tiempo aumenta.
–Este dato es importante, porque si el valor del tiempo depende del ingreso por habitante, uno debería esperar mayor crecimiento poblacional en los países más pobres que en los más ricos.
–Es exactamente lo que está pasando. Las proyecciones demográficas que realizan las Naciones Unidas muestran que en el denominado Primer Mundo el crecimiento poblacional local es prácticamente nulo, mientras que en el resto de los países –aunque también a menor ritmo– la población sigue creciendécada do. Lo cual tiene una importante implicancia…
–¿Cuál es?
–Que la migración internacional tiene un componente permanente. De algún país, una porción de la población puede migrar por razones circunstanciales, como puede ser la llegada de un dictador al poder; pero esto en buena medida es reversible. En cambio, la inmigración a países como Estados Unidos, Gran Bretaña, España, Canadá, etcétera, no tiene nada de circunstancial.
–Lo cual plantea la cuestión de los canales a través de los cuales dicha migración se realiza respetando elementales consideraciones humanas.
–Ahora hablamos. En los países que absorben mano de obra extranjera, la cuestión de la inmigración plantea conflictos internos. Porque los empleadores la ven con cariño, al conseguir mano de obra a la que le pagan menos, y le exigen más; mientras que aquellos habitantes del país receptor, que compiten con los inmigrantes, la ven con preocupación, generando todo tipo de reacciones.
–En esta conversación lo estamos dejando a Malthus como un idiota o, mejor dicho, como un miope.
–Buen punto. La historia muestra que, afortunadamente, todos los pronósticos pesimistas referidos al largo plazo fallaron. Porque, una vez que aparecieron las señales que mostraban el problema, la humanidad terminó encontrándole la vuelta. Pero esto no le quita mérito a quien alertó, planteando lo que ocurriría si no se entendía el problema y se actuaba en consecuencia. Esta cuestión tiene una fuerte actualidad, referida al tema de cambio climático.
–Don Joseph, muchas gracias.

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miércoles, 9 de noviembre de 2022

ECONOMÍA...DR. JUAN CARLOS DE PABLO


Entre el fantasma de las PASO de 2019 y las expectativas para las de 2023
Juan Carlos de Pablo El día posterior a las elecciones primarias de 2019, los mercados reaccionaron al resultado
Una porción del oficialismo busca derogar la ley 26.571, de 2009, que creó las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Y, si no lo consigue, acortar el tiempo que transcurre entre las PASO, la elección propiamente dicha y el resultante cambio de autoridades. Lo primero pertenece exclusivamente al plano político, lo segundo deriva de las implicancias económicas que surgen del hecho de que la Argentina tiene un régimen político-institucional presidencialista, no parlamentario como el Reino Unido, Israel o Japón.
Sobre el segundo aspecto conversé con la economista estadounidense Georgianna Alice Mitchell Rivlin (1931-2019), que estudió en Harvard.
PREGUNTAS A GEORGIANNA ALICE MITCHELL RIVLIN



Economista 1931-2019
Fue vicepresidenta de la Reserva Federal, directora de la Oficina de Administración y Presupuesto en la Casa Blanca, y fundadora y directora de la Oficina Congresional de Presupuesto
“Era muy duro –declaró–. Las mujeres no podíamos retirar libros de la biblioteca, teníamos que pedirle el favor a algún estudiante varón”. Entre 1975 y 1983 fue la primera directora de la Oficina del Congreso referida al Presupuesto (en inglés, CBO), y vicepresidente del Sistema de la Reserva Federal. En 1986 presidió la Asociación Americana de Economía. Su hobby: realizar excursiones a pie.


–¿Cómo fue su experiencia al frente de la CBO?

–El trabajo me resultó fantástico, me encantó. La decisión más importante que adopté fue que la CBO no haría recomendaciones de política económica. “En Washington, la información es barata, si uno no se preocupa por la calidad. Pero la información confiable es muy costosa y escasa. Gracias a Rivlin, la generada por la CBO tenía reputación”, acotó Dylan Matthews, quien agregó que “desde la creación de la CBO Washington nunca volvió a ser lo que era”.

–¿Qué aprendió de su paso por la función pública?

–Un presidente necesita poetas y economistas. Los primeros lo mantienen sano y focalizado en los valores, los segundos le ayudan a adoptar difíciles decisiones. Los economistas y los líderes políticos no solo no se comunican entre sí, sino que se acusan de incompetentes, ofuscados, egoístas, que desarrollan comportamientos antisociales. Tanto en el Ejecutivo como en el Congreso, las decisiones se adoptan a ritmo muy acelerado, en una atmósfera altamente politizada, teniéndose que optar entre objetivos conflictivos. Las reglas no son fáciles de definir en un mundo cambiante. El sistema de la política económica se ha vuelto tan complicado, difuso y fragmentado que logra impedir, más que alentar, el ejercicio informado de las opciones referidas a cuestiones importantes. Llegó el momento de simplificar el proceso. Todo esto lo dije en 1987 y dudo que hayamos avanzado al respecto.

–En 2019, el resultado de las PASO generó un vendaval económico, por lo cual revolotea el “fantasma” referido a lo que puede ocurrir el año próximo. ¿Hay que preocuparse?

–Primero, hay que entender. Las PASO celebradas el 11 de agosto de 2019 generaron resultados sorpresivos y contundentes. Las encuestas hablaban de empate técnico, y Alberto Ángel Fernández le ganó a Mauricio Macri por 15 puntos porcentuales (47% a 32%). Desde el punto de vista económico esto es importante, porque las sorpresas son las que modifican conductas.

–El lunes 12 “los mercados” reflejaron el hecho de que Fernández sería el próximo presidente de la Nación.

–Como finalmente ocurrió, más allá de que Macri pudo recortar la diferencia a 8 puntos porcentuales en la elección. Lo cierto es que el día posterior a las PASO el dólar subió de precio (o el Banco Central perdió reservas, cualquiera de los dos resultados refleja el mismo síntoma), el precio de los títulos públicos se desplomó, etcétera.

–Recuerdo que ese lunes, en Desde el Llano, el programa que conduce Joaquín Morales Solá, expliqué que dichos resultados no se debían a lo que había hecho Macri, sino a lo que se creía que podía llegar a hacer Fernández.

–Aplicación profesional del hecho de que las decisiones siempre son prospectivas; si alguien hubiera querido castigar a Macri en “los mercados”, tendría que haber comprado dólares y vendido títulos el viernes anterior a las PASO. En el plano estrictamente político, De Pablo, usted logró que los macristas lo felicitaran y que los albertistas se acordaran muy mal de su mamá.

–Así es, pero eso pertenece al pasado. ¿Cabe esperar al día siguiente de las PASO de 2023 un shock parecido al de 2019?

–La perspectiva para el análisis es siempre la misma, lo que cambian son las circunstancias. En el muy improbable escenario de que el oficialismo le gane a la oposición, señal de continuidad del actual gobierno hasta 2027, habrá sorpresa, pero, dada la actual falta de credibilidad en las actuales autoridades, no cabría esperar grandes modificaciones. Para decirlo rápido: ¿cuántos argentinos están esperando el resultado de las PASO de 2023 para decidir migrar o “rifar” el lugar donde viven?

–¿Qué ocurriría si, por el contrario, gana algún candidato de la oposición?

–¿Gana por cuánto? El dato es importante, porque una diferencia pequeña puede ser revertida, y una grande, menos probablemente. Pero sigamos la conjetura: aun en este último caso, ciertamente no habría un shock negativo, aunque tampoco un entusiasmo descomunal.

–Esta última respuesta me sorprende.

–Es difícil imaginar que el próximo gobierno sea peor que el actual, pero no cabe esperar un inmediato vuelco favorable de los inversores, al menos de una magnitud que se refleje en las cotizaciones. No lo descarto, pero no es lo que cabe esperar.

–¿Por qué dice eso?

–Porque en materia de expectativas ustedes, los argentinos, vienen muy golpeados. Por lo cual, aunque el próximo gobierno se presente con las mejores calificaciones, tanto políticas como económicas, inicialmente cabe esperar prudencia decisoria, más allá de los entusiasmos ciudadanos. Particularmente, por el desafío que tendrá que enfrentar quien gane las próximas elecciones presidenciales.

–Elabore, por favor.

–Los analistas políticos, como los periodistas, analizan si el actual gobierno le dejará bombas de tiempo al próximo, o le estallarán antes de la entrega del poder; como si las autoridades económicas de un país tuvieran tanto control que pudieran determinar el timing de una crisis. Y esto tiene claras implicancias sobre el arranque de la política económica del próximo gobierno. ¿Alguien puede creer que la política económica, que se aplique a partir del 10 de diciembre de 2023, será independiente de si la tasa de inflación de noviembre de dicho año será 4% o 40% mensual?

–Volvamos a las PASO de 2023.

–Lo que ocurrió en 2019 tuvo que ver con la sorpresa de los resultados, y con lo que argentinos pensaron que iba a ocurrir con el nuevo gobierno. Para 2023 la sorpresa sería el triunfo del oficialismo, poco probable, y lo que se piense que puede ocurrir a partir del 10 de diciembre de dicho año. Hay mucha distancia entre el fantasma de 2019 y la expectativa de 2023.

–Doña Alice, muchas gracias.

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martes, 1 de noviembre de 2022

ECONOMÍA...DR. JUAN CARLOS DE PABLO


Impuesto a las ganancias: ¿todos somos iguales ante la ley?
Si todos somos diferentes, ¿qué significa plantear la igualdad ante determinadas leyes y para qué sirve el concepto de la “persona promedio?

Juan Carlos de Pablo


Hay seres humanos lindos y feos, muy y poco inteligentes, esforzados y vagos, amantes y aversos al riesgo, amables y no tanto, solitarios y sociables, etcétera. Según las investigaciones, ni siquiera los mellizos y los gemelos se parecen. Pero si esto es así, ¿qué sentido tiene afirmar que “somos todos iguales ante la ley… del impuesto a las ganancias”?

Al respecto conversé con el belga Lambert Adolphe Jacques Quetelet (1796-1874), quien se carteaba con Thomas Robert Malthus y también con Nassau William Senior. Su opinión me interesa porque formalizó la idea de la persona promedio.



 “A mediados del siglo XIX, calcular promedios implicó un gran avance del conocimiento. Alfred Marshall introdujo al agente representativo en la teoría económica, una idea útil en 1890″, sostuvo James Joseph Heckman. Esto es particularmente importante porque Heckman recibió el Premio Nobel en Economía, precisamente por haber mostrado las implicancias de la heterogeneidad en la conducta humana.

–Usted no puede ser tan tonto como para ignorar que los seres humanos somos diferentes. ¿Para qué sirve la idea de persona promedio?

–Obviamente, pero pensé que promediando varios aspectos de la realidad podría aprenderse mucho de la sociedad. El análisis estadístico no sirve para sacar conclusiones referidas a una persona individual, por lo cual, las tablas de mortalidad no sirven para saber cuándo va a fallecer una persona específica. El libre albedrío existe, pero tiene límites, y la acción humana siempre está influida por condiciones sociales y circunstancias. Lo mío no fue perfecto, pero era mejor que la mera descripción verbal de la heterogeneidad.

–¿Solo le prestó atención al promedio?

–También a los extremos. La persona promedio es un concepto específico para cada país y para cada época. No existe tal cosa como una persona promedio universal. A lo largo del tiempo se producen cambios, debidos a la inteligencia humana. No solamente cambian los promedios, sino que la distancia entre los extremos se achica, lo cual implica que la gente se vuelve cada vez menos distinguible a lo largo de la historia.

–Heckman no es más inteligente que usted. ¿Por qué avanzó sobre sus ideas?

–Porque a partir de la segunda mitad del siglo XX se ha recolectado muchísima información sobre personas, empresas, grupos, encontrando siempre tremenda variabilidad. La microeconometría nació como respuesta a los fracasos empíricos del enfoque agregado. El descubrimiento más importante es la heterogeneidad y la diversidad de la vida económica. La figura del consumidor representativo no tiene fundamento empírico. La inspección de datos de sección cruzada muestra que personas que son idénticas desde otros ángulos adoptan decisiones distintas, ganan salarios diferentes y mantienen distintas composiciones en sus portafolios. Por eso es preferible utilizar los datos en panel.

–Una porción de los diputados acaba de descubrir que no todos los jueces pagan impuesto a las ganancias, y pretenden terminar con esa excepción. Desde el punto de vista estrictamente tributario, ¿tiene sentido esa eliminación?

–No me pida que me inmiscuya en las motivaciones políticas que rodean la iniciativa, pero el caso es interesante porque vuelve a plantear la cuestión de las reglas versus la discrecionalidad, para aplicar a universos cuyos componentes son diferentes.

–Lo escucho.

–Próximos al Mundial de Qatar, y en un país tan futbolero como el suyo, quiero plantear la siguiente cuestión: un jugador (no el arquero, obviamente) toca la pelota con la mano, dentro del área penal, y tanto el árbitro como el VAR sancionan el tiro desde los 12 pasos. El jugador reconoce lo que hizo, pero dice que no se dio cuenta de lo que hacía, porque tenía un ser querido en terapia intensiva. Es claro que su psiquis no funciona igual que la de otro jugador, que no está atravesando esa crisis. ¿Está bien o mal que el reglamento del fútbol sancione el hecho, independientemente del estado anímico del jugador?

–Lo único que falta es introducir esta discrecionalidad en los partidos de fútbol.

–De acuerdo, pero esto es lo que hacen todos los días los legisladores y los funcionarios a los cuales les encanta “toquetear” el sistema impositivo. Como regla general, los economistas preferimos las reglas a la discrecionalidad, no porque ignoremos que los seres humanos son diferentes, sino por la extrema dificultad de crear criterios objetivos, que permitan justificar la excepción a una regla, sumada a la dificultad de verificación de que los contribuyentes no están mintiendo en el usufructo de determinada excepción.

–Pero, entonces, ¿las excepciones deberían ser intocables?

–No, pero ayudaría a despejar la sospecha puramente política o de venganza que todas las excepciones se pusieran sobre una misma mesa, para poder analizarlas de manera simultánea. Y si esto ocurriera ustedes, argentinos, se llevarían más de una sorpresa.

–¿Por qué lo dice?

–Porque son tantas y tan variadas, que ningún ciudadano puede imaginar el resultado neto de la eliminación de todas las excepciones.

–¿Cómo llegamos a la situación actual?

–En buena medida, por yuxtaposición de iniciativas y por la propia dinámica decisoria dentro del sector público. Las mujeres elegibles para recibir la caja PAN, introducida en el gobierno presidido por Raúl Ricardo Alfonsín, eran inicialmente pocas miles, pero se terminaron distribuyendo millones de cajas PAN. Porque la línea divisoria entre las mujeres elegibles y las otras es finita y, por consiguiente, la tentación a extender el beneficio es grande.

–Una revisión general de las excepciones al pago de los impuestos a las ganancias, del IVA, etcétera, ¿no es una invitación a que se unan todos los beneficiarios y frenen la iniciativa?

–No lo puedo descartar, pero de repente el próximo gobierno, con mayor credibilidad que el actual, está en condiciones de hacerlo y de encuadrar dicha revisión, dentro de una política económica general, orientada en el mismo sentido. Porque junto a las excepciones en materia tributaria están las promociones sectoriales y regionales, los diferentes regímenes jubilatorios, la enorme dispersión en materia de trabas a la importación de mercaderías, etcétera.

–¿Qué cabe esperar que hagan los perjudicados por la revisión de las excepciones?

–Depende de la credibilidad que despierte en la población, el gobierno que la diseñe y la implemente. Si a los ojos de los afectados, aparece como un gobierno débil, y por consiguiente la medida luce transitoria, inducirá a los perjudicados a resistir; mientras que si el próximo gobierno resulta creíble y, por ende, la reforma pinta como que llegó para quedarse, inducirá a los perjudicados a ajustarse.

–Don Lambert, muchas gracias.

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martes, 25 de octubre de 2022

ECONOMÍA...DR. JUAN CARLOS DE PABLO


El mundo ya no es lo que era; ¿volverá a serlo?
Juan Carlos De PabloEn la era poscovid, es probable que los países revisen sus políticas de apertura económica
PREGUNTAS A ALEJANDRO ERNESTO BUNGE



Ingeniero 1880-1943 Como muchos compatriotas, fue un profesional de la ingeniería que eligió volcarse a la economía; su trabajo incluye los 42 tomos de la Revista de economía argentina


Cursé estudios universitarios en la década de 1960. En aquella época, el PBI de los países del Primer Mundo crecía de manera sostenida, a punto tal que en 1967 se organizó un seminario para contestar esta pregunta: ¿está obsoleto el ciclo económico? (menos mal que dijeron que no). Fue en un contexto de estabilidad de precios y muy bajas tasas de desocupación. El encandilamiento duró poco: Alemania y Japón no fueron “milagros”, sino recuperaciones luego de la Segunda Guerra Mundial; Estados Unidos padeció inflación desde mediados de la década de 1960; aparecieron los dos shocks petroleros, etcétera. El Primer Mundo vivió una nueva época dorada, hasta que apareció el Covid19. Nada parece ser lo que era. ¿Cómo será el mundo del futuro?
En busca de respuestas conversé con el argentino Alejandro Ernesto Bunge (1880-1943), un ingeniero volcado a la economía, al igual que nuestros compatriotas Canitrot, Di Tella, García Olano, Grupe, Llorens, Palazzo, Pou, Sánchez de Bustamante, Solanet, Teitel y Tomasini. La labor escrita de Bunge incluye los 42 tomos de su Revista de economía argentina, publicados entre 1918 y 1943, así como los cuatro tomos de su Economía argentina, que recoge ensayos escritos entre la Primera Guerra Mundial y 1928.
Dijo de él José Luis de Imaz: “Fue para la industrialización lo que Alberdi fue para la población. Fue un nacionalista de fines. Nunca pretendió generalizar, solo estudió el caso argentino. No era un empirista vulgar. Enseñó a pensar a partir de proposiciones concretas y no de formulaciones abstractas”. A lo cual Tulio Halperín Dongui agrega que “nadie, entre los contemporáneos, captó mejor que él los datos básicos de esa ambigua hora argentina que va de la Primera Guerra Mundial a la Gran Depresión”.
–Al criticar la estructura de importaciones de la Argentina verificada durante las primeras décadas del siglo XX, muy intensiva en bienes de consumo, usted ironizó al describir a “los cosmopolitas”.
–Así es. Dije en 1928 que los cosmopolitas son aquellos que piensan, comen y visten como en Francia, como en Inglaterra, como en España. En su mesa apenas si se conserva el asado argentino; ellos necesitan jamón de York, salame de Milán, vino de Burdeos y del Rhin, petit-fois de Francia, garbanzos de España, salchichas de Fráncfort, dulces y galletitas de Inglaterra, fruta de California, té de la China, arroz de Brasil, queso de Francia e Italia, etcétera. No hay país en el mundo en el cual se consuman, con relación a sus habitantes, en tanta diversidad y en tanta abundancia los alimentos extranjeros como en la Argentina. Es una paradoja, en un país fértil con extensas zonas semitropicales y 8,5 millones de habitantes. El cosmopolita usa camisas de hilo de Francia y de seda del Japón, trajes de paños de Inglaterra, botines y guantes de Inglaterra o de Estados Unidos. Sus muebles son ingleses, sus alfombras de España, de Persia o de Alemania; fuma cigarros de Cuba y cigarrillos de Inglaterra.
–Los argentinos, siempre exagerados, en esto de la sustitución de importaciones nos pasamos al otro extremo. ¿Cómo ve el mundo de hoy y cómo deberíamos posicionarnos los argentinos al respecto?
–Volvamos a lo que ocurrió luego de la Primera Guerra Mundial, la tragedia que mató más gente de hambre y enfermedades que en las trincheras. El conflicto desnudó que la especialización internacional genera beneficios, pero también riesgos. Y la guerra exacerbo a estos últimos. La sustitución de importaciones, entendida como reducción de la relación importaciones/pbi, la comenzó Italia, alentando la producción local de trigo. Como soy afecto a pensar a partir de los datos concretos, fui uno de los pocos que sugirió que podría haber “un antes y un después” de la denominada Gran Guerra, y que había que actuar en consecuencia.

–¿Por qué dice esto?

–Porque es importante enfatizar que no siempre es fácil advertir cambios en las tendencias mundiales, y mucho menos identificarlos cuando comienzan a insinuarse. Para los periodistas cada día es “histórico”, pero, ¿cuántos días verdaderamente históricos ocurrieron durante el siglo XX? Seguramente que se pueden contar con los dedos de dos manos. La difícil tarea de identificación de los posibles cambios estructurales tiene que comenzar por prestarle atención a las debilidades, y también a los imprevistos.

–¿Qué debilidades identifica en el mundo actual?

–Las derivadas de la especialización internacional de la producción. Un ejemplo: una fábrica de autos ubicada en Estados Unidos se paralizó porque no recibía una pieza elaborada en una fábrica ubicada en Vietnam, porque ésta estaba cerrada o porque no conseguía contenedores en los cuales transportarla. Otro ejemplo: Angela Merkel se “jugó” a comprarle gas a Rusia, lo cual durante mucho tiempo debe haber sido considerada una gran idea, hasta que apareció la invasión rusa a Ucrania.

–¿Y en cuanto a los imprevistos?

–Ubico al tope el resurgimiento de la inflación, fenómeno que por lo menos un par de generaciones de americanos no habían conocido. También los países europeos padecen el mismo flagelo. Claro que ambos a tasas que nosotros, los argentinos, envidiamos, pero para ellos es una desgracia y están comenzando a actuar en consecuencia.

–¿Qué debemos hacer los argentinos a raíz de esto?

–Tratar de entender lo que está ocurriendo y, sobre todo, evitar los bandazos.

–¿Qué quiere decir con esto?

–A la luz de las dificultades creadas por el Covid-19, cabe esperar que los países revisen sus políticas de apertura económica. Pero, por favor, no utilicemos esta presunción para racionalizar lo peor de nuestras políticas económicas. Ejemplo: no digamos que, aquí y ahora, “menos mal que tenemos una de las economías más cerradas del mundo”, y ni aprovechemos esta coyuntura para intensificar todavía más la sustitución de importaciones. Somos muy afectos a racionalizar, afirmando que “si Estados Unidos emite sin causar inflación proporcional a la emisión, nosotros también podemos hacer lo mismo”. Pero la credibilidad en los respectivos gobiernos es diferente.

–Los cambios en el mundo también generan oportunidades.

–Efectivamente. Cuando las señales que recibe el sector privado son las correctas, la Argentina genera excedentes en productos alimenticios y energéticos, para los cuales hay demanda en el exterior. En el caso de la producción agropecuaria, el sector ha dado sobradas muestras de responder a los incentivos; en el caso de los productos energéticos es crucial la cuestión de la credibilidad en el respeto de las reglas de juego, para que se realicen inversiones que le permitan al país recuperar el rol de exportador neto. Es un tema importante, pero no debería ser de imposible solución, al menos por parte del próximo gobierno.

–Don Alejandro, muchas gracias.

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miércoles, 21 de septiembre de 2022

ECONOMÍA...DR. JUAN CARLOS DE PABLO


El presente y el futuro de la “gasdependencia” de Europa
La invasión rusa a Ucrania tiene y tendrá sus consecuencias en la provisión de recursos energéticos; qué puede esperarse en el corto y en el largo plazo

Juan Carlos de Pablo
Sistema de tuberías en una estación receptora de gas de Alemania
En las primeras páginas de La riqueza de las naciones, ejemplificando con el caso de la fabricación de alfileres, Adam Smith explicó de manera inmejorable, los beneficios y los riesgos de la especialización, o de la división del trabajo, que tanto se aplica a la interacción humana dentro de un mismo barrio, como al comercio entre países. La cuestión volvió a adquirir relevancia a propósito de la invasión rusa a Ucrania, iniciada en febrero pasado y que todavía parece que sigue “en camino de ida”, y de las consecuencias de ese hecho sobre la dependencia, por parte de varios países europeos, de las compras de gas a Rusia. Dependencia que, en las próximas semanas, se volverá dramática por la llegada del invierno al hemisferio norte.

Sobre el tipo de respuesta que esto puede generar por parte de los países importadores de gas, consulté al egipcio Robert Emile Mabro (1934–2016), 




quien estudió ingeniería civil en Alejandría e hizo un posgrado en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres. “En Alejandría, cuando le decían ‘khawaga’ se ofendía; pero cuando migró a Inglaterra se calificaba a sí mismo como un ‘khawaga’. ‘No soy inglés ni intento convertirme en tal: seré yo, ‘khawaga’. No me la paso preguntándome por mi identidad. Soy inglés, egipcio, griego; soy filósofo, ingeniero, no me importa, soy lo que soy; soy todas esas cosas’”, afirma su biógrafo, Reem Saad.

–Usted se especializó en el estudio de los mercados de petróleo y gas, además de haber analizado la economía de Egipto.

–Así es. Fui un entusiasta de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), entidad fundada en 1960, pero que adquirió relevancia a partir de la cuadruplicación del precio del petróleo ocurrida en 1973, como uno de los subproductos de la guerra del Yom Kippur. Cuando en 1997, como consecuencia de la crisis financiera asiática, el precio del petróleo se ubicó por debajo de los 10 dólares por barril, intermedié entre las autoridades de Arabia Saudita, México y Venezuela, para coordinar reducciones en el nivel de extracción del petróleo, para mejorar así su precio.

–A los países del hemisferio norte se les viene el invierno, no solamente en términos del calendario, sino también en la cuestión de la disponibilidad y el precio del gas para sus hogares y sus fábricas. ¿Qué cabe esperar?

–Primero, un comentario sobre su cita de Adam Smith. Los beneficios y los riesgos de cualquier estrategia de especialización son aspectos que forman parte de una misma decisión. Esto hay que subrayarlo, porque muchas veces, cuando todo anda fenómeno, se privilegian los beneficios y se ignoran los riesgos; pero, cuando aparece una crisis ocurre exactamente lo contrario. ¿Se equivocó la denominada generación argentina de la década de 1880, cuando se conectó con Inglaterra, entonces la locomotora de la economía mundial, a raíz de lo cual –medio siglo después– tuvo que celebrar el mal comprendido pacto Roca-Runciman?

–Supongo que usted lo dice porque Alemania “se jugó” a la provisión de gas por parte de Rusia, luego de la desintegración de la Unión Soviética.

–Exacto, pero dejémosle esta cuestión a los futuros historiadores. Porque, desde el punto de vista práctico, lo que hoy interesa es el presente y el futuro de la cuestión. Al respecto, la historia enseña que, en situaciones como ésta, cabe esperar una respuesta de corto plazo y otra de plazo no tan corto. Eso no quiere decir que primero se implementan las medidas de corto plazo y después el resto, sino que, por sus características, algunas de dichas medidas generan efectos más rápidamente que otras.

Lo escucho.

–El caso del petróleo viene a cuento. Cuando, como usted recordó, en 1973 se cuadruplicaron los precios del petróleo, países como Brasil no extraían nada de “oro negro” dentro de su territorio; Estados Unidos era un fuerte importador, aunque no tanto como algunos países europeos. Y ustedes, argentinos, en buena medida se salvaron, por la política petrolera encarada por Arturo Frondizi y Rogelio Julio Frigerio.

No me diga que en 1958 Frondizi y Frigerio encararon la denominada “batalla del petróleo”, anticipando el primer shock del petróleo que habría de ocurrir 15 años después.

–Obviamente que no, pero no quiero ni pensar lo que hubiera ocurrido en la Argentina, a partir de 1973, si, como hasta fines de la década de 1950, más de la mitad del consumo de petróleo era importado.

–Volvamos a la actualidad. Usted pronostica medidas de corto y de largo plazo.

–Efectivamente. En el corto plazo los países europeos enfrentan la peor combinación posible: amenazas (y realidades) de desabastecimiento, junto a aumento de precios. Puede que los alemanes y los ingleses comprendan, mejor que los argentinos, la necesidad de absorber las implicancias de lo que se les viene en materia energética, pero nadie piensa que les hará gracia tener que abrigarse más dentro de sus casas, al tiempo que tienen que destinar más recursos a pagar las boletas de gas y electricidad. Lindo desafío para Liz Truss, la flamante primer ministro del Reino Unido.

–¿Cuáles serían las medidas de largo plazo?

–Las que buscan otras fuentes de aprovisionamiento de gas, otras fuentes energéticas y también la renovación de instalaciones, para incorporar ahorros de energía. El primer shock petrolero indujo el rediseño de los motores (un Jumbo de la década de 1970 utilizaba menos combustible que un 707 de la década de 1950, y transportaba el triple de pasajeros), el cambio en el tamaño de los autos, entre otras cosas.

–¿Qué inspiraría el cambio tecnológico?

–El costo de no encararlo. Los nuevos precios de la energía y la amenaza de desabastecimiento inducirán la búsqueda de otras fuentes de abastecimiento, así como el ahorro de energía. Cosa que, difícilmente, argentinos, ustedes consigan con una mezcla de tarifas de energía y gas groseramente subsidiadas, y autoridades que recomiendan “cuidar la energía”.

–Todo esto ocurre mientas la lucha contra el cambio climático sigue empantanada o, por lo menos, avanza muy lentamente.

–La historia enseña que rara vez los cambios se dan de manera autónoma; generalmente, constituyen la respuesta a un desafío, como enseña Arnold Toynbee. De repente, algunos gobiernos aprovecharán la oportunidad, lo cual implica modificar las reglas del juego –teniendo en cuenta el impacto sobre el medio ambiente– del uso de diferentes tipos de energía.

–Lo que usted está diciendo referido al largo plazo, ¿funcionará?

–No lo puedo asegurar, pero la historia es ilustrativa al respecto. Vladimir Putin debería tener esto bien presente; no sea cosa que por tirar demasiado de la piolita de un circunstancial poder de mercado, dentro de algunos años no tenga a quién venderle gas.

–Don Robert, muchas gracias.

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miércoles, 7 de septiembre de 2022

ECONOMÍA...DR. JUAN CARLOS DE PABLO


Figuritas: ¿todos los chicos del mundo a merced de un monopolio?
A poco tiempo del inicio del Mundial de fútbol, la demanda y la oferta de álbumes trajo polémica; ¿por qué hay una sola empresa que fabrica ese producto tan buscado?

Juan Carlos de Pablo

Deseo, a través de este medio, denunciar públicamente el desabastecimiento total de una mercadería que satisface, de manera insustituible, una necesidad humana básica. Un desabastecimiento que está provocando angustia en millones de hogares argentinos y, también, probablemente, en los de muchos otros países del mundo. ¿Cómo pueden las autoridades permanecer indiferentes frente a esto? Me refiero, naturalmente, al caso de las figuritas y el álbum, subproductos del Mundial de fútbol que se desarrollará en Qatar en noviembre próximo.
Sobre el particular conversé con el estadounidense William Jack Baumol (1922–2017), profesor en la Escuela de Economía de Londres, en Princeton y en la Universidad de Nueva York. 



Sobre Dinámica económica, una obra muy leída en su momento, afirmó que la había escrito de manera suficientemente clara como para que él mismo la pudiera entender. Al igual que a Harry Gordon Johnson y Abba Ptachya Lerner, le gustaba tallar madera, hobby sobre el cual dictó cursos en Princeton.

A raíz de su experiencia como consultor, sugirió que las empresas maximizan las ventas más que los beneficios. Lo consulté por si el caso de las figuritas del Mundial se puede entender aplicando su teoría de los mercados desafiados.

–La cuestión de los términos del intercambio fue planteada por Raúl Prebisch, al analizar la relación económica entre países. Pero usted mostró que también se aplica entre sectores, dentro de cada país.

–Alguien pensó que, como me interesan la pintura y la escultura, yo debía ser un experto en las finanzas y la organización de la ópera, los teatros, las orquestas y las compañías de ballet. Así fue como me involucré en la economía de las bellas artes. Descubrí que los espectáculos artísticos en vivo son difícilmente adaptables al aumento de la productividad que genera el cambio tecnológico. En efecto, una sinfonía escrita hace 200 años exige la misma cantidad de ejecutantes, tanto cuando fue estrenada como ahora. En cambio, una mercadería típica cuesta ahora la vigésima parte de lo que costaba hace 200 años.

–¿Y entonces?

–Esto explica que el precio relativo de los servicios crece con respecto al de las mercaderías. Muchísima gente puede acceder a la música “enlatada”, por lo barato que resulta escuchar una grabación de los mejores cantantes del mundo utilizando un equipo de sonido más que razonable. Pero si quienes fabrican autos o mermelada insisten en que tanto la soprano como el tenor canten en vivo, tienen que esforzarse cada vez más para comprar la entrada.

Todo el mundo habla mal de los monopolios, excepto usted.

–Me interesa enfocar la cuestión desde la perspectiva de los mercados desafiados. En un país, o en una región, existe un solo oferente para determinado bien. Antes de criticarlo, pregúntese cuáles son los costos de entrada y salida. Es decir, qué les impide a otros empresarios sumarse a la única oferta existente, y cuánto cuesta abandonar la actividad. Si dichos costos son muy bajos, la existencia de un monopolio sugiere que el oferente que existe es mucho mejor que los demás, y por consiguiente no corresponde realizar ninguna intervención estatal.

Aplique su teoría al caso de las figuritas y el álbum del próximo Mundial de fútbol.

–Comencemos por destacar una obviedad muy importante. Desde hace años se sabe cuándo se va a disputar el referido campeonato; y desde hace meses, cuáles serán los jugadores que participarán. Quizá no todos, pero ciertamente la inmensa mayoría. Quiere decir que no hay nada sorprendente en la demanda de figuritas. El caso debe contrastarse con el de los barbijos, los cuales existían antes del Covid-19, pero la capacidad de producción estaba determinada por una demanda “normal”. Pues bien, frente al inesperado aumento de dicha demanda, no solo los productores de barbijos aumentaron la oferta, sino que también aparecieron otros productores. Con lo cual, los exorbitantes precios iniciales se terminaron derrumbando.

–¿A qué viene esto?

–No soy un experto en la fabricación, distribución y venta de figuritas, pero sospecho que es más fácil elaborarlas que construir bombas atómicas. Todo lo cual plantea la siguiente pregunta: ¿por qué estamos todos ansiosos de que aparezcan las figuritas elaboradas por Panini, en vez de contar con, digamos, ocho fabricantes locales, que no tendrían más remedio que venderlas a precios competitivos?

–¿Cuál es su respuesta?

–Me faltan datos, pero le doy pistas para investigar. ¿Y si Panini hubiera hecho un convenio con la FIFA para ser el único fabricante de las figuritas “oficiales” del Mundial? Convenio vigente en todo el globo terráqueo, por la evidente presencia de economías de escala. Excepto por el idioma, las mismas figuritas son demandadas en la Argentina, Lituania y Bangladesh. Presumo que consiguió el referido derecho pagando la correspondiente regalía, pero esto no alcanza para explicar la ausencia de emisiones “no oficiales”.

–¿Por qué dice eso?

–Porque también existen las fabricaciones “oficiales” de las camisetas y las pelotas del Mundial, pero coexisten con las no oficiales; y en muchos casos hay que ser un experto para notar la diferencia.

–¿Está usted sugiriendo que el Estado argentino consagró el monopolio, en el caso de las figuritas?

–No tengo cómo saberlo, pero llama la atención que, en un caso en el cual la fabricación no parece ser tecnológicamente tan complicada, no hayan aparecido otros oferentes.

El caso le plantea un desafío al Poder Ejecutivo.

–Efectivamente, porque si la oferta es monopólica cabe pensar en la correspondiente intervención, por parte de la Secretaría de Comercio. Estoy ilustrando; las autoridades argentinas tienen hoy suficientes problemas, como para ocuparse también de éste.

–Desde el punto de vista didáctico, las figuritas son valiosas.

–Así es. De manera divertida, el Mundial es un buen pretexto para aprender geografía, historia, política, economía, probabilidades, etcétera. Y en el caso de las figuritas, se pueden intercambiar, reflejando escaseces, sin recurrir a la violencia.

–A propósito de esto, y dada la pasión de los chicos de completar uno o más álbumes, ¿cómo saber que el fabricante efectivamente imprime y distribuye todas las figuritas, para así evitar que los padres no se fundan comprando millones de paquetes en busca de “la figurita difícil”?

–Buen punto. La empresa Panini declaró que imprime la misma cantidad de cada figurita, y tiene alguna razón de reputación para cumplir su palabra. La duda persiste, porque obviamente que la cantidad de paquetes de figuritas que se vendan no es independiente de cuántas se imprimen de cada jugador. Por consiguiente cabe preguntar: ¿habrá algún mecanismo de verificación independiente, a nivel internacional?

–Don Jack, muchas gracias.

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