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La pequeña victoria nominal que planeaba el Gobierno para la inflación de julio no pudo concretarse. Ayer, el Indec anunció que los precios subieron 3% el mes pasado. El Gobierno esperaba que el número, el último antes de las PASO, diera menos de 3%, el piso demasiado alto que el IPC no logra romper hace 10 meses. El Indec confirmó lo que ya se sabía: que la meta de Martín Guzmán pecó de optimista. En 7 meses, la inflación acumuló 29,1%. En los últimos 12, nada menos que 51,8%. Con el dólar oficial anestesiado, acuerdos de precios y los regulados pisados, la inflación sigue firme y plantea interrogantes poselectorales, cuando el Gobierno deba acelerar la devaluación y habilitar ciertos ajustes en regulados. En el marco de un programa con el FMI, los temores no son menores. Mientras tanto, el Gobierno va alternando excusas. Con los precios de las commodities más chatos, hay que adaptar la narración. "Más allá de que los precios internacionales de los alimentos hayan aumentado y mucho, hay un aumento desmedido, producto de la voracidad de los formadores de precios", dijo el jefe de Estado, ayer, en Entre Ríos. Según los consultores, la inflación terminará 2021 en la zona de 48%. Leer más |
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Por Agustín Maza
Los analistas consultados por El Economista coincidieron en que mejorar las perspectivas para el PIB y que las actividades ligadas a los bienes finalizarán el 2021 mejor que los servicios.
Por Luis Varela
El resultado de la rueda financiera volvió a ser positivo para el Gobierno. El dólar no se movió, los bonos subieron, el riesgo bajó y la Bolsa se mantuvo en su récord en pesos. Pero todo está contenido de manera muy artificial, la presión va creciendo y falta poco para las elecciones.
El mercado laboral, dice LCG, está más dañado de lo que aparenta. El 10,2% de desempleo actual informado (2,2 millones, extrapolados a la población total) está, en realidad, más cerca de 12%. Los vínculos rotos por la destrucción neta de empresas se van transformado en muchos casos en mayor asistencia, como modo de sustituir la generación genuina de empleo donde hay escasa movilidad del factor trabajo y una pérdida irrecuperable de formación de capital humano.
Por Jorge Lapeña
La participación de la generación hidroeléctrica, que es la principal fuente de producción no contaminante, retrocedió en los últimos treinta años desde el 45% del en 1995 a un magro 18% en la actualidad. El cambio de paradigma energético requiere un relanzamiento de la misma.
La idea de la UIA duró poco. El Gobierno y otras cámaras empresarias, en contra.
El presidente de Uruguay estará hoy en Argentina. Se reunirá con Fernández, con el Mercosur y la pandemia como ejes. |
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