viernes, 13 de agosto de 2021

LOS ESTRENOS DE LA SEMANA


El padre, una historia dolorosa y sensible en la que brillan Anthony Hopkins y Olivia Colman
La elogiada película marca el debut en la dirección de cine del dramaturgo francés Florian Zeller1
A. L. 

El padre, una historia dolorosa y sensible en la que brillan Anthony Hopkins y Olivia Colman
El padre (The Father, Reino Unido, 2020). Dirección: Florian Zeller. Guion: Florian Zeller y Christopher Hampton sobe una obra teatral de Zeller. Fotografía: Ben Smithard. Edición: Yorgos Lamprinos. Elenco: Anthony Hopkins, Olivia Colman, Imogen Poots, Rufus Sewell, Olivia Williams. Distribución: BF Distribution. Duración: 97 minutos. 
Antes del estreno de esta ópera prima, Florian Zeller se curaba en salud: “No quise hacer teatro filmado”, declaró, consciente de que su trabajo previo como dramaturgo iba a despertar esas suspicacias de inmediato. A los 42 años y afirmado como una de las voces más importantes del teatro francés actual, Zeller debutó en la dirección cinematográfica con esta película estrenada en Europa y Estados Unidos el año pasado y no le fue nada mal: adaptando una exitosa obra propia, logró seis nominaciones para los Oscar y dio dos zarpazos: el premio al mejor guion adaptado (un trabajo que hizo en sociedad con un colega que también ha tendido puentes con el cine, Christopher Hampton) y el destinado a la mejor actuación protagónica, que quedó en manos del veterano Anthony Hopkins.
Y Hopkins es, claramente, el centro de gravedad de El padre, que se acomoda al punto de vista de su personaje -distorsionado por el avance de una patología relacionada con su avanzada edad-, para narrar su decadencia con dramatismo y, en más de un pasaje, excesiva solemnidad. Pero aun en esos momentos donde las situaciones y el entorno en el que se desarrollan -incluyendo los subrayados de una banda sonora que no esquiva el lugar común- ponen a prueba su capacidad para eludir clichés, el venerado actor galés resuelve con sensatez y sentimiento: más que el famoso “oficio” -que lo tiene, qué duda cabe-, lo que pone en juego en cada escena es su inteligencia y su sensibilidad para entender y sentir al personaje, condiciones necesarias para interpretarlo.
Lo apoya un elenco que está a su altura, particularmente Olivia Colman, que encarna a una hija torturada por la exigencia de lidiar con alguien que, sin que medien razones lógicas, puede reaccionar como un niño caprichoso o inocente, o bien convertirse en un tirano agresivo y demandante. Capaz de resolver momentos distintos (los que le piden ternura, agotamiento, dolor y resignación) manteniendo un registro coherente, Colman brilla en la composición de esa mujer que a veces debe enfrentarse con un desconocido: el Anthony (el hecho significativo de que el personaje lleve el mismo nombre que el actor podría leerse como un refuerzo de su notorio compromiso con el papel) de los últimos días desnuda los claroscuros de su personalidad hasta volverse otro que incluso libera de la represión un puñado de secretos lacerantes y ocultos durante demasiados años.

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Free Guy: Tomando el control: preguntas existenciales sobre un escenario de videojuegos
Ryan Reynolds y Jodie Comer sostienen un film que entretiene, aunque su humor no siempre logre dar en la tecla
M. F. M. 
Free Guy: Tomando el control: preguntas existenciales sobre un escenario de videojuegos
Free Guy: Tomando el control (Free Guy, EE.UU. / 2021). Dirección: Shawn Levy. Guión: Matt Lieberman, Zak Penn. Fotografía: George Richmond. Elenco: Ryan Reynolds, Jodie Comer, Joe Keery, Taika Waititi. Duración: 115 minutos. 
¿Somos libres para elegir sobre nuestra propia vida o alguien decide nuestro destino? La pregunta ocupa la mente de filósofos, ya sean profesionales o de café, desde hace siglos. La ficción también ensayó algunas respuestas; en el cine, películas como Matrix y The Truman Show propusieron, de maneras muy distintas, reflexiones sobre el tema.
Free Guy: Tomando el control vuelve a poner a la cuestión del libre albedrío en el centro de la escena. Pero como este es el Hollywood del siglo XXI, sujeto a la hegemonía del entretenimiento familiar, la reflexión filosófica está simplificada y contenida dentro de la estética y las reglas de los videojuegos.
Esa decisión estética, derivada de la trama, hace que Free Guy: Tomando el control tenga una imagen poco agraciada, la de un mundo de CGI poblado por clichés visuales. Claro que esto es parte del chiste del film, pero esa intención no hace la diferencia ante los ojos de aquellos espectadores a los que les cuesta encontrar belleza en esa estética (aunque hay un par de escenas en las que se puede vislumbrar).
Esto no impide que la película de Shawn Levy entretenga, aunque su humor no logre dar en la tecla en numerosas oportunidades. Free Guy: Tomando el control se sostiene en el carisma de Ryan Reynolds, quien interpreta al personaje secundario de un videojuego que decide salirse del libreto. El actor recuerda bastante al Jim Carrey de The Truman Show, film al que se hace referencia de manera tácita en más de una oportunidad. Jodie Comer es el otro puntal de la película, haciendo de nexo del espectador con el universo del film y los temas planteados. Aún cuando éstas preguntas existenciales sean simplificadas en eslóganes de autoayuda, la conexión humana sugiere al público un infinito de reflexiones posibles.

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Secretos y asuntos de familia
A. C. M.

TODOS TENEMOS UN MUERTO EN UN PLACARD O UN HIJO EN EL CLOSET
 (argentina/2020). Dirección y Guión: Nicolás Teté. Fotografía: Ignacio Avelle. Dirección De arte: Marina Lara. Montaje: Daniela Benedetti, Música: Esteban Ramos. elenco: Facundo Gambandé, María Fernanda Callejón, Diego De Paula, Antonella Ferrari. Duración: 103 minutos.

Manuel es un joven estudiante de arquitectura que deja transcurrir su cotidianeidad en un Buenos Aires tumultuoso acompañado por su compañero, con quien mantiene un escondido romance. Sin embargo no todo será felicidad para ese Manuel aparentemente optimista, ya que su pareja decide viajar a Dinamarca para especializarse en diversas materias afines con el arte y así el muchacho comenzará a comprender lo que es la soledad. Pero no todo está perdido para él, ya que sus padres y sus hermanos, que viven en un pequeño pueblo de provincia, lo invitan para celebrar juntos los 25 años de casados de sus progenitores. Y allí va Manuel, bastante a disgusto, a pesar de que toda su familia lo recibe con enorme cariño. El viaje servirá para rearmar el vínculo con sus padres, de quien estuvo separado durante mucho tiempo, y para conocer un secreto que todos le esconden celosamente.
En este, su primer largometraje a pesar de haber codirigido en 2018 La vida sin brillos, el realizador Nicolás Teté apostó a seguir paso a paso las andanzas del protagonista, quien en ese nuevo ámbito familiar tratará de mantener oculta su sexualidad e intentará unirse a sus parientes en medio de por momentos tumultuosas situaciones. Facundo Gambandé supo imprimir calidez a su personaje en esta tierna mirada de un ser que tratará de salir adelante a pesar de todos sus contratiempos.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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