jueves, 18 de abril de 2024

VAMOS AL TEATRO..."LO SAGRADO"...


El pasado vive como reflexión
Camila Mansilla y Julio Chávez.







Dirección:JulioChávez.intérpretes: Julio Chávez, Rafael Federman, Eugenia Alonso y Claudio Medina. Vestuario: Alejandra Robotti. escenografía: Ariel Vaccaro. iLuminación: Matías Sendon. música originaL: Diego Vainer. objetos: Leonela Moyano. saLa: Paseo La Plaza (Corrientes 1660). funciones: viernes, a las 19.45; sábados, a las 19.30; y domingos, a las 19. duración: 75 minutos.
¿ Aquién pertenece el pasado reciente? ¿A los que lo vivieron o al escritor testigo que toma ese material para sus publicaciones? Desde autobiografías hasta ficciones, esta tensión entre verdades relativas y derechos enfrentados permanece porque, según el punto de vista, ambas sustentan sus razones: “el affaire Puig” sería nuestro ejemplo más cercano, la traición al pueblo natal -según aquellos vecinos de General Villegas- o la gloria de novelas que dieron fama a esa localidad.
En Lo sagrado aparece esta disyuntiva. Es la última obra de la pareja creativa formada por Camila Mansilla y Julio Chávez: ambos son autores de Después de nosotros, Un rato con él -dos obras en el circuito comercial donde Chávez actuaba- y Como quien mata a un perro, en el off, donde dirigía. Pero esta vez cumple los tres roles, de coautor, protagonista y director, igual que en la película Cuando la miro, que estrenó en 2022. En una época donde todavía reinaba el teléfono fijo y la máquina de escribir, Rafael (Chávez), filósofo y escritor, vive en un pueblo alejado y ventoso cerca del mar. Acaba de terminar un libro titulado Lo sagrado cuyo foco son los cuatro años en que convivió en pareja con una mujer y su pequeño hijo a quien nunca volvió a ver hasta la noche en que se desarrolla la obra. Convertido ya en un joven, Gael (Rafael Federman, Lorca, el teatro bajo la arena y Eduardo Strauch en el film La sociedad de la nieve) visita a su antiguo padrastro con el único objetivo de que cumpla una vieja promesa.
Con una escenografía realista, la luz opaca de un ambiente nublado y una música de suspenso (de Diego Vainer), la obra se estructura en dos actos: en el primero, los diálogos despliegan información y las pistas para delinear lo que vendrá. Sin avanzar en cuestiones argumentales, las discusiones entre Adela y José, por un lado, y sobre todo, Adela y Rafael, por otro, funcionan especularmente e iluminan la idea central de que cada uno -entre lo enunciado y lo no dicho, al modo de Pinter- recorta la historia a su manera y construye su propio pasado.
En la segunda parte, el choque entre el escritor y el joven condensa el núcleo dramático. Hasta podría decirse que toda la obra se circunscribe a ese momento. Están a distancia, siempre en tensión, casi sin tocarse. Toda la obra está construida para confrontar estas dos posturas. La obra no cierra algo y abre el juego a que los espectadores salgan pensando en qué residirá “lo sagrado”

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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