EE.UU. vuelve a revisar la seguridad operativa de los aeropuertos del país
Un organismo norteamericano evalúa si se corrigieron 82 fallas detectadas en una inspección en abril; podría bajar la categoría del sistema
María Julieta Rumi
La aviación argentina enfrenta el riesgo de sufrir un daño reputacional
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos inspecciona desde ayer el sistema aerocomercial del país para evaluar sus condiciones de seguridad operacional. La misión, que se extenderá toda esta semana, analizará junto a la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) local si se corrigieron las 82 fallas que había detectado en una visita realizada en abril pasado. De no aprobar el examen, el sistema aeroportuario podría bajar de categoría 1 a 2 en los estándares internacionales, lo que implicaría un daño en su reputación y dificultades para sumar destinos y frecuencias de vuelos a Estados Unidos, entre otras cuestiones.
Según la ANAC, las medidas tomadas desde julio permitieron avanzar en un 85% del plan de correcciones planteado en abril, aunque admiten que podría haber una rebaja de categoría.
La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) recibe, desde ayer, una nueva visita de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) en lo que se considera un encuentro de “alta tensión”.
Los representantes del organismo norteamericano, que según pudo averiguar permanecerán en el país toda la semana, vinieron para determinar si el sistema aeronáutico nacional está en condiciones de mantener la categoría 1 o si desciende a la categoría 2.
Es una “inspección”, derivada de los 82 hallazgos de faltas a la seguridad operacional que encontraron durante una inspección realizada en abril pasado.
La aviación se basa en una premisa clave: la seguridad operativa.
Eso abarca no solo cuestiones fundamentales, como el estado de los aviones, sino también a todos los procesos y procedimientos establecidos como requisitos para operar. O los funcionamientos internos para entrenar o evaluar a aquellos entrenadores, inspectores o instructores que revisarán los manuales de operación que trae una línea aérea que quiere operar.
“La FAA viene y evalúa las matrices de riesgo. ¿El país tiene manuales? ¿Tiene instructores o evaluadores? ¿Dónde se entrenan? ¿Cómo revisan que lo que hacen o entrenan está bien? Eso es seguridad operacional cional. Que se detecten falencias no quiere decir que hay riesgo de que choquen dos aviones”, explicó una fuente del sector.
“El proceso de certificación de una aerolínea debe ser seguro operacionalmente. Tienen que existir un procedimiento razonable y serio de análisis, un inspector serio que evalúe según el procedimiento preestablecido y una escuela que evalúe a los evaluadores en todas las aéreas de la aviación civil y comercial. Eso no existía en la Argentina”, añadió.
Según la ANAC, las medidas tomadas desde la intervención del organismo, en julio pasado, permitieron llegar a un avance del 85% del plan de acciones correctivas establecido.
Todos esos cambios están en fase de implementación.
Sin embargo las fuentes oficiales reconocen que existe la posibilidad real de perder la categoría, pese al trabajo realizado en los últimos meses.
De allí que responsabilicen de la posible degradación al “mal manejo de años y años”, en referencia a gestiones anteriores.
“Esto implicaría un daño reputapara la aviación argentina. Además, imposibilitaría la suma de destinos y frecuencias en vuelos a Estados Unidos. A su vez, no se podrían reemplazar los modelos de aeronaves con los que se vuela a ese territorio ni establecer nuevos acuerdos de código compartido con aerolíneas estadounidenses, lo que impactaría directamente en la capacidad de colaboración entre compañías argentinas y norteamericanas”, dijeron en un comunicado.
La mirada oficial
Según el organismo a cargo de la interventora Julia Cordero, “las líneas aéreas argentinas estarían sujetas a un mayor escrutinio y controles adicionales por parte de las autoridades norteamericanas”, lo que podría aumentar los costos y ocasionar retrasos.
“De esta manera, las consecuencias de la pésima administración del organismo en gestiones pasadas impactarían negativamente en la reputación internacional de la aviación civil argentina, a pesar de las políticas de apertura aerocomercial que se vienen implementando con éxito desde la Secretaría de Transporte en busca de mayores libertades y desarrollo del sector”, agregaron.
La Argentina ya tuvo una baja de categoría en junio de 2002, cuando la FAA determinó que los aeropuertos no tenían una supervisión segura para las compañías que se ajustara a los parámetros fijados por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Por lo tanto, decidió llevar al país a la categoría 2. Eso implicó que ciertas empresas no pudieran entrar en Estados Unidos, con excepción de las que ya lo habían hecho y tenían derechos adquiridos.
Y recién se volvió a la categoría 1 en 2005, después de tres años.
El estatus se restituye cuando el país evaluado cuenta con las regulaciones necesarias para sostener la certificación y supervisión operativa de las aerolíneas, en concordancia con estándares internacionales de máxima de seguridad, en cuanto a mantenimiento, adiestramiento de personal y de tripulaciones aeronáuticas, así como su estado psicofísico e idoneidad. Y las autoridades aeronáuticas realizan vigilancia permanente sobre las operaciones aéreas.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Caputo llegó a Washington con la misión de encaminar el nuevo acuerdo con el FMI
NEGOCIACIÓN. Participará de la reunión anual del organismo; posibles encuentros con Gita Gopinath y Kristalina Georgieva
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos inspecciona desde ayer el sistema aerocomercial del país para evaluar sus condiciones de seguridad operacional. La misión, que se extenderá toda esta semana, analizará junto a la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) local si se corrigieron las 82 fallas que había detectado en una visita realizada en abril pasado. De no aprobar el examen, el sistema aeroportuario podría bajar de categoría 1 a 2 en los estándares internacionales, lo que implicaría un daño en su reputación y dificultades para sumar destinos y frecuencias de vuelos a Estados Unidos, entre otras cuestiones.
Según la ANAC, las medidas tomadas desde julio permitieron avanzar en un 85% del plan de correcciones planteado en abril, aunque admiten que podría haber una rebaja de categoría.
La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) recibe, desde ayer, una nueva visita de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) en lo que se considera un encuentro de “alta tensión”.
Los representantes del organismo norteamericano, que según pudo averiguar permanecerán en el país toda la semana, vinieron para determinar si el sistema aeronáutico nacional está en condiciones de mantener la categoría 1 o si desciende a la categoría 2.
Es una “inspección”, derivada de los 82 hallazgos de faltas a la seguridad operacional que encontraron durante una inspección realizada en abril pasado.
La aviación se basa en una premisa clave: la seguridad operativa.
Eso abarca no solo cuestiones fundamentales, como el estado de los aviones, sino también a todos los procesos y procedimientos establecidos como requisitos para operar. O los funcionamientos internos para entrenar o evaluar a aquellos entrenadores, inspectores o instructores que revisarán los manuales de operación que trae una línea aérea que quiere operar.
“La FAA viene y evalúa las matrices de riesgo. ¿El país tiene manuales? ¿Tiene instructores o evaluadores? ¿Dónde se entrenan? ¿Cómo revisan que lo que hacen o entrenan está bien? Eso es seguridad operacional cional. Que se detecten falencias no quiere decir que hay riesgo de que choquen dos aviones”, explicó una fuente del sector.
“El proceso de certificación de una aerolínea debe ser seguro operacionalmente. Tienen que existir un procedimiento razonable y serio de análisis, un inspector serio que evalúe según el procedimiento preestablecido y una escuela que evalúe a los evaluadores en todas las aéreas de la aviación civil y comercial. Eso no existía en la Argentina”, añadió.
Según la ANAC, las medidas tomadas desde la intervención del organismo, en julio pasado, permitieron llegar a un avance del 85% del plan de acciones correctivas establecido.
Todos esos cambios están en fase de implementación.
Sin embargo las fuentes oficiales reconocen que existe la posibilidad real de perder la categoría, pese al trabajo realizado en los últimos meses.
De allí que responsabilicen de la posible degradación al “mal manejo de años y años”, en referencia a gestiones anteriores.
“Esto implicaría un daño reputapara la aviación argentina. Además, imposibilitaría la suma de destinos y frecuencias en vuelos a Estados Unidos. A su vez, no se podrían reemplazar los modelos de aeronaves con los que se vuela a ese territorio ni establecer nuevos acuerdos de código compartido con aerolíneas estadounidenses, lo que impactaría directamente en la capacidad de colaboración entre compañías argentinas y norteamericanas”, dijeron en un comunicado.
La mirada oficial
Según el organismo a cargo de la interventora Julia Cordero, “las líneas aéreas argentinas estarían sujetas a un mayor escrutinio y controles adicionales por parte de las autoridades norteamericanas”, lo que podría aumentar los costos y ocasionar retrasos.
“De esta manera, las consecuencias de la pésima administración del organismo en gestiones pasadas impactarían negativamente en la reputación internacional de la aviación civil argentina, a pesar de las políticas de apertura aerocomercial que se vienen implementando con éxito desde la Secretaría de Transporte en busca de mayores libertades y desarrollo del sector”, agregaron.
La Argentina ya tuvo una baja de categoría en junio de 2002, cuando la FAA determinó que los aeropuertos no tenían una supervisión segura para las compañías que se ajustara a los parámetros fijados por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Por lo tanto, decidió llevar al país a la categoría 2. Eso implicó que ciertas empresas no pudieran entrar en Estados Unidos, con excepción de las que ya lo habían hecho y tenían derechos adquiridos.
Y recién se volvió a la categoría 1 en 2005, después de tres años.
El estatus se restituye cuando el país evaluado cuenta con las regulaciones necesarias para sostener la certificación y supervisión operativa de las aerolíneas, en concordancia con estándares internacionales de máxima de seguridad, en cuanto a mantenimiento, adiestramiento de personal y de tripulaciones aeronáuticas, así como su estado psicofísico e idoneidad. Y las autoridades aeronáuticas realizan vigilancia permanente sobre las operaciones aéreas.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Caputo llegó a Washington con la misión de encaminar el nuevo acuerdo con el FMI
NEGOCIACIÓN. Participará de la reunión anual del organismo; posibles encuentros con Gita Gopinath y Kristalina Georgieva
Rafael Mathus Ruiz
Caputo viajó a EE.UU. junto a parte de su equipo
WASHINGTON.– El ministro de Economía, Luis Caputo, y el resto del equipo económico llegaron a Washington para participar de la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial esta semana, un viaje con una misión concreta entre manos: comenzar a despejar el camino para la negociación de un nuevo programa con el organismo, con el cual el Gobierno espera obtener fondos frescos para poder abrir el cepo cambiario.
En Washington, Caputo tendrá “múltiples reuniones bilaterales”, indicó el Ministerio de Economía –aunque sin puntualizar a qué funcionarios verá–, y “participará en los paneles de discusión organizados por los organismos internacionales”. Caputo repartirá su tiempo entre el Fondo, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y también probablemente se haga espacio para reunirse con analistas e inversores en algunos de los encuentros organizados por bancos de inversión, aunque de momento eso no figura en su agenda.
El jefe del Palacio de Hacienda también participará de un encuentro en la sede de Washington del Council on Foreign Relations (CFR), un think tank con sede en Nueva York donde Caputo estuvo en septiembre pasado junto con el presidente Javier Milei.
“El titular de Economía también mantendrá reuniones con sus pares del G-20 en un panel en el que se debatirá sobre la situación económica internacional y las perspectivas macroeconómicas para el año próximo. Además, Caputo estará presente en la reunión del Comité de Desarrollo del Banco Mundial y el FMI, que apunta a promover consensos entre los gobiernos sobre cuestiones relativas al desarrollo”, indicó el comunicado oficial.
Toto viajó a Estados Unidos con todo el equipo económico: el secretario de Finanzas, Pablo Quirno; el secretario de Política Económica, José Luis Daza –es su primer viaje como funcionario del gobierno de Milei–; el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y el vicepresidente de la autoridad monetaria, Vladimir Werning.
Aunque en la agenda oficial no figura ningún encuentro con las autoridades del Fondo, está abierta la posibilidad de que Caputo se reúna con la número dos del organismo, Gita Gopinath, quien se ha puesto al frente del programa argentino. Tampoco puede descartarse del todo una cita con la jefa del FMI, Kristalina Georgieva. Caputo además se verá cara a cara con la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en la reunión de ministros de finanzas del G-20, que este año organiza Brasil.
El viaje de Caputo llega luego de los cruces entre el Gobierno y el director del Departamento del Hemisferio Occidental, Rodrigo Valdés, quien decidió dar un paso al costado en la negociación argentina para desactivar los ataques del presidente Milei. El apartamiento de Valdés, un economista ampliamente respetado en Washington y en el Fondo, dejó al frente de las discusiones con la Argentina a Luis Cubeddu, número dos de Valdés, quien está involucrado con el caso argentino desde 2019.
Caputo y Cubeddu serán ahora los actores principales de una nueva negociación entre la Argentina y el FMI. Antes de cerrar el próximo programa, Caputo y su equipo deben terminar las dos últimas revisiones del acuerdo que firmó el gobierno de Alberto Fernández. Finiquitado ese trabajo, podrá abocarse a delinear un nuevo acuerdo con el que espera conseguir fondos frescos para acelerar la salida del cepo cambiario. Milei y Caputo han fijado condiciones para poder eliminar todas las restricciones a la compra y venta de dólares y el movimiento de capitales, pero el cronograma oficial puede adelantarse si el Gobierno logra ampliar la tenencia de dólares en las arcas del Banco Central.
La vocera del Fondo, Julie Kozack, dijo en su última conferencia de prensa que los equipos técnicos del FMI y del gobierno nacional están “trabajando estrechamente”.
“La implementación del programa ha dado como resultado una reducción considerable de la inflación y del déficit fiscal, y hay signos de una incipiente recuperación de la actividad y de los salarios reales, pero aún quedan varios desafíos por delante”, indicó la vocera del Fondo, que además remarcó que la situación social en la Argentina es “muy delicada”.
WASHINGTON.– El ministro de Economía, Luis Caputo, y el resto del equipo económico llegaron a Washington para participar de la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial esta semana, un viaje con una misión concreta entre manos: comenzar a despejar el camino para la negociación de un nuevo programa con el organismo, con el cual el Gobierno espera obtener fondos frescos para poder abrir el cepo cambiario.
En Washington, Caputo tendrá “múltiples reuniones bilaterales”, indicó el Ministerio de Economía –aunque sin puntualizar a qué funcionarios verá–, y “participará en los paneles de discusión organizados por los organismos internacionales”. Caputo repartirá su tiempo entre el Fondo, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y también probablemente se haga espacio para reunirse con analistas e inversores en algunos de los encuentros organizados por bancos de inversión, aunque de momento eso no figura en su agenda.
El jefe del Palacio de Hacienda también participará de un encuentro en la sede de Washington del Council on Foreign Relations (CFR), un think tank con sede en Nueva York donde Caputo estuvo en septiembre pasado junto con el presidente Javier Milei.
“El titular de Economía también mantendrá reuniones con sus pares del G-20 en un panel en el que se debatirá sobre la situación económica internacional y las perspectivas macroeconómicas para el año próximo. Además, Caputo estará presente en la reunión del Comité de Desarrollo del Banco Mundial y el FMI, que apunta a promover consensos entre los gobiernos sobre cuestiones relativas al desarrollo”, indicó el comunicado oficial.
Toto viajó a Estados Unidos con todo el equipo económico: el secretario de Finanzas, Pablo Quirno; el secretario de Política Económica, José Luis Daza –es su primer viaje como funcionario del gobierno de Milei–; el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y el vicepresidente de la autoridad monetaria, Vladimir Werning.
Aunque en la agenda oficial no figura ningún encuentro con las autoridades del Fondo, está abierta la posibilidad de que Caputo se reúna con la número dos del organismo, Gita Gopinath, quien se ha puesto al frente del programa argentino. Tampoco puede descartarse del todo una cita con la jefa del FMI, Kristalina Georgieva. Caputo además se verá cara a cara con la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en la reunión de ministros de finanzas del G-20, que este año organiza Brasil.
El viaje de Caputo llega luego de los cruces entre el Gobierno y el director del Departamento del Hemisferio Occidental, Rodrigo Valdés, quien decidió dar un paso al costado en la negociación argentina para desactivar los ataques del presidente Milei. El apartamiento de Valdés, un economista ampliamente respetado en Washington y en el Fondo, dejó al frente de las discusiones con la Argentina a Luis Cubeddu, número dos de Valdés, quien está involucrado con el caso argentino desde 2019.
Caputo y Cubeddu serán ahora los actores principales de una nueva negociación entre la Argentina y el FMI. Antes de cerrar el próximo programa, Caputo y su equipo deben terminar las dos últimas revisiones del acuerdo que firmó el gobierno de Alberto Fernández. Finiquitado ese trabajo, podrá abocarse a delinear un nuevo acuerdo con el que espera conseguir fondos frescos para acelerar la salida del cepo cambiario. Milei y Caputo han fijado condiciones para poder eliminar todas las restricciones a la compra y venta de dólares y el movimiento de capitales, pero el cronograma oficial puede adelantarse si el Gobierno logra ampliar la tenencia de dólares en las arcas del Banco Central.
La vocera del Fondo, Julie Kozack, dijo en su última conferencia de prensa que los equipos técnicos del FMI y del gobierno nacional están “trabajando estrechamente”.
“La implementación del programa ha dado como resultado una reducción considerable de la inflación y del déficit fiscal, y hay signos de una incipiente recuperación de la actividad y de los salarios reales, pero aún quedan varios desafíos por delante”, indicó la vocera del Fondo, que además remarcó que la situación social en la Argentina es “muy delicada”.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.