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domingo, 23 de octubre de 2016

TECNOLOGÍA....PIXEL LO NUEVO DE GOOGLE


Así será Pixel, el nuevo teléfono de Google
Por error, la tienda británica Carphone Warehouse se anticipó al lanzamiento oficial y publicó las especificaciones de los smartphones de la compañía tecnológica; estará disponible con pantallas de 5 y 5,5 pulgadas y contará con 4 GB de RAM y 32 o 128 GB de almacenamiento



Por error, una tienda británica reveló detalles de Pixel, la nueva línea de teléfonos desarrollada por Google.
Después de la publicación antes de tiempo de publicidad en Canadá y Reino Unido, puede darse por confirmado que Google presentará mañana martes un nuevo smartphone de fabricación propia.
La metida de pata en las páginas on line ocurrió el domingo por muy poco tiempo, pero fue suficiente para ser descubierta por los blogs tecnológicos como 9to5Google. El teléfono, bautizado Pixel, estará disponible dos tamaños, según la empresa de telefonía canadiense Bell y la tienda británica Carphone Warehouse.
Los usuarios tendrán acceso además al nuevo asistente digital de Google, con el que uno puede comunicarse y dar indicaciones por comandos de voz y se podrán guardar infinitas fotos online.

En el detalle, Pixel, un smartphone que llevará el sello "Phone by Google", cuenta con un sensor biométrico de huellas dactilares en la parte trasera, y estará disponible con pantallas de 5 y 5,5 pulgadas y con resoluciones de 1920 por 1080 pixeles y 2560 por 1440 pixeles respectivamente. En su interior ambas versiones tendrán un procesador Qualcomm Snapdragon 821, 4 GB de RAM y unos 32 o 128 GB de almacenamiento. La batería del Pixel será de 2770 mAh, mientras que el modelo más grande, denominado Pixel XL, contará con 3450 mAh.
Hasta ahora, Google lanzaba una vez al año en cooperación con un fabricante como LG o HTC sus teléfonos de la serie Nexus, que ponían en práctica la visión más actual de la empresa de su sistema operativo Android. Sin embargo, no han tenido un gran éxito de ventas, pese a que más del 80 por ciento de los actuales smartphones son Android. Los modelos más caros están dominados por el iPhone de Apple con su propio sistema o Samsung, con Android.
A su vez, la denominación Pixel sigue la estrategia que Google adoptó con su línea de computadoras portátiles y equipos convertibles con Chrome OS, de desarrollo propio

Google también tiene previsto presentar el martes sus altavoces en red Home, anunciados en mayo, según un reporte de The Financial Times. El dispositivo responderá a comandos de voz mediante el asistente de Google, en una modalidad similar a la utilizada por Amazon en sus parlantes Echo junto a su asistente Alexa.

miércoles, 27 de julio de 2016

GOOGLE; LOS ÚLTIMOS ENTRETELONES


Vinton Cerf es uno de los cuatros creadores de Internet y ocupa una de las vicepresidencias de Google. Además, trabaja con la NASA en la construcción de una red de información interplanetaria, y en el Consejo Nacional de Ciencia de su país, Estados Unidos. A sus 73 años participó de la reciente reunión de los Nobel de Física en Lindau, al sur de Alemania, como ganador del premio Turing de las ciencias de la computación, para dar una conferencia sobre la evolución de su invento.
-¿Cuáles son las tendencias del futuro de Internet?


-Lo primero: más wireless porque la gente contratará más velocidad. Lo segundo, el incremento del uso de la computación en Internet para proveer servicios a la gente. Tercero, la radiodifusión. Un satélite sincronizado puede alcanzar un tercio de la superficie del planeta y puede transmitir paquetes de datos para enviar la misma información a un gran número de receptores de manera muy eficiente.
-Con Google usted viaja por el mundo dando conferencias...
-Tres por semana. Parte de mi trabajo es que se construya Internet por todas partes. Toma tiempo convencer a los gobiernos de que reconozcan como buena la adopción de políticas que fomenten la inversión del sector de Internet o estimulen el mercado mediante la construcción de instalaciones como una red nacional de banda ancha. Mi trabajo también consiste en mantener abierta la red. Hay muchos lugares en los que quieren reprimir el acceso o el libre intercambio de información.
-¿Cuán útil es que reciban Internet pueblos que carecende buenas escuelas?
-Y de comida, agua, cloacas, vivienda... La información es casi siempre útil, especialmente cuando es local. En los campos de refugiados, la primera pregunta que hacen los que llegan es si hay Wi-Fi. La razón es que apenas tienen acceso a Internet acceden a todo tipo de información y se pueden comunicar con sus familias. Una gran ventaja de nuestra sociedad es que históricamente no teníamos la habilidad de conectarnos con quien tenía la solución a nuestros problemas, porque no teníamos ningún medio de comunicación o la comunicación era un libro en una biblioteca. De repente removimos todas las barreras para el intercambio de información. Está el desafío de saber si la información obtenida es buena o mala y de enseñar a pensar críticamente.
-Además usted trabaja en investigación de Google.
-Ahí he decidido enfrentar algunos problemas. El primero es la seguridad y privacidad de la Internet de las Cosas. La segunda es lo que yo llamo la prevención de la era oscura digital. En este momento en que usted está grabando la entrevista está creando un archivo digital que, si es interpretado correctamente por un software, puede producir sonido. Dentro de diez años habrá que ver si ese software sigue disponible. Ya tenemos la experiencia de emisiones que no están más disponibles porque el software ya no las sabe interpretar. Mi gran preocupación es que somos tan dependientes de crear objetos digitales que fallamos en reconocer el hecho de que la cosa que los hace utilizables puede que no exista más en el futuro.
-Por eso usted recomienda imprimir las fotos.
-Tenemos evidencias de que una foto impresa puede durar 150 años, pero no tenemos evidencias de que una foto digital pueda durar más de diez.
-¿Cuál es la solución?
-La más interesante es un proyecto de la Universidad Carnegie Mellon llamado Olive, que ha logrado emular todo el hardware en una máquina virtual e hizo correr todos los software y sistemas de aplicaciones desde los 80. Además acabamos de tener una reunión en el Archivo de Internet, en San Francisco, en la que se habló de crear un software para archivar la Web.
-¿Cuáles son los riesgos de la Internet de las Cosas?
-El más importante es que empezamos a confiar en que el software opere de manera correcta y segura sobre aparatos como la calefacción, el aire acondicionado o el acceso electrónico a la casa, o algo más importante en mi caso: mi bodega. Si hay fallas habrá consecuencias serias. Alguien podrá entrar a mi casa o la calefacción puede producir monóxido de carbono. Después, me preocupa la privacidad.
-¿Google sabe todo de nosotros?
-Si usted hace una búsqueda con nuestro buscador, también buscamos publicidades en las que puede estar interesado, pero no tiene por qué cliquear en ellas. Usted puede ver qué información ha sido captada sobre sus intereses y eliminarla. Nosotros no vendemos su información a nadie. Tenemos mucho trabajo para mantener encriptados sus mails, sus documentos. No los damos a las centrales de inteligencia.
-La Unión Europea acusa a Google de monopólica.
-Nadie está obligado a usar Google ni tenemos ningún mecanismo para que otros usen Google. Hay otros servicios disponibles.
-La industria editorial acusa a Google de abuso por publicar libros online.
-En los casos de los libros que fueron escaneados y ya no se imprimen más, hacemos accesible para la gente un contenido que de otra manera no encontrarían, y eso puede llevar a que las editoriales se den cuenta de que hay una demanda para reimprimirlo.
-¿Cómo va el desarrollo de autos con piloto automático por parte de Google?
-Hacer el software para que un auto funcione solo es muy difícil. Funciona bien si estás en un entorno soleado, sin lluvia ni nieve. Los autos tienen el problema de que no sólo debe pensarse en cómo manejarlo, sino que debe interactuar con los otros autos en la calle, en especial con los que están manejados por seres humanos, que son mucho menos predecibles que los pilotos automáticos. Los autos con piloto automático serán capaces de comunicarse entre sí y con el entorno, lo que hará más seguro el tránsito. Uno puede imaginarse los semáforos enviando a los autos información de que en diez segundos pasarán de verde a amarillo. Pero si hay que manejar entre autos con pilotos automáticos y humanos será más difícil. Una posibilidad es reservar cierta parte de las calles para autos automáticos.
-Los sensores deberán prever si un chico corre a la calle detrás de una pelota.
-"Si hay algo que se mueve en tu camino, no lo golpees", es el mensaje suficiente que debe tener el auto. Pero si la pelota va primero y después va el niño, entonces la pregunta es si el auto lo detectará a tiempo. La respuesta actual de los autos automáticos es más rápida que la nuestra. También es cierto que no se puede frenar un auto instantáneamente.


-¿Google tiene planes de invertir en la Argentina?
-No lo sé. En noviembre estuve en cinco países de América latina, incluida la Argentina, y nos encontramos con Macri. Estuvimos media hora con él. Quedé muy impresionado. No es usual hablar con jefes de Estado y que los términos técnicos le hagan sentido. Además tenía un muy buen equipo que entendía el valor de Internet y la utilidad de invertir en infraestructura. Sentí que la población estaba preparada para más capacidades técnicas, más oportunidades de usar servicios online y de software para elaborar productos y negocios. También vi un gran interés por proveer servicios que contengan información local útil.

-¿La creación de Internet prueba la importancia de la inversión estatal en innovación?
-Probablemente ninguna compañía habría invertido durante el tiempo que era necesario para demostrar que podía funcionar. El diseño fue hecho en 1973 y no lo compartimos con la comunidad académica y los militares hasta 1983. Para desarrollar la world wide web pasaron otros diez años. El apoyo del gobierno a la investigación básica a largo plazo es absolutamente fundamental. Es una obligación y una oportunidad.

miércoles, 9 de marzo de 2016

APLICACIONES NUEVAS DE GOOGLE


Traductor de inscripciones — una aplicación para aquellos que viajan constantmente. Es suficiente tan solo apuntar la cámara a una inscripción y obtienes la traducción en tu idioma. ¡Extremadamente útil!




Gmailify — esta aplicación te ayuda a unificar todas tus bandejas de correos electrónicos en una sola.






Google Académico — buscador que te ayudará a encontrar tu palabra clave en forma de citas de manuales de texto, trabajos académicos, periódicos y revistas.




Google Keep — es una aplicación para crear notas coloridas y llamativas. ¡Con una agenda así realizarás tus tareas con gusto!




Timer — Puedes indicar el tiempo que necesites. Cuando se acabe, la aplicación te notificará con una señal.




Google Sky — aquí puedes ver el espacio a través de imágenes tomadas por telescopios y dar un paseo por nuestro universo, así como también conocer los datos de las investigaciones más recientes.






Google Fonts — el mejor buscador de fondos.






Google Art Project — aquí podrás ver las obras de arte de los museos más famosos del mundo en la mejor resolución.






Think with Google te ayudará a estar al tanto de los resultados de distintas investigaciones, tendencias del comportamiento consumidor e ideas frescas.




Google Trends — esta aplicación muestra las búsquedas más frecuentes en Internet país por país. Para que estés al tanto de todos los eventos importantes alrededor del mundo.




Google Compras te permitirá comprar todo, empezando por aparatos electrónicos y terminando con cosméticos.




Panoramio — estos mapas de Google te permiten ver panoramas reales fotografiadas por usuarios comunes.






Google Sound Search — es una aplicación parecida al famoso Shazam, te ayuda a reconocer al instante el nombre de la canción que estás escuchando.






Buscador de imágenes — al subir una imagen, la podrás encontrar en otros tamaños, colores, en otras páginas y con otras fechas; también te muestra imágenes parecidas.






Build With Chrome — bonus de Google — lego virtual. No solo es entretenimiento para los niños sino también para los adultos.



miércoles, 17 de febrero de 2016

GUERRA EN EL CIBERESPACIO


En crisis con sus accionistas, la red de los trinos no logra aumentar su base de usuarios; pero a la vez se ha vuelto un servicio tan indispensable como el correo electrónico


Amigos tuiteros, celebridades tecno-exhibicionistas, militantes de billetera abultada y de los otros, los convencidos, políticos en campaña, promotores de todo y de nada, colegas periodistas, gurús tenuemente iluminados, Jefes de Estado, divulgadores, brigadas de trolls sin vida, docentes, politólogos, filósofos, fans, teens, músicos rutilantes, humoristas de fama y anónimos ingeniosos, opositores, oficialistas, indecisos; en fin, queridos habitantes de la línea de tiempo, les tengo malas noticias. Twitter está en problemas.
La razón es bastante sencilla: su base de suscriptos no crece. Se estancó en alrededor de 320 millones de usuarios activos por mes, y fue sobrepasado por Instagram en septiembre. No es un mal número, pero a los accionistas no les alcanza. Fue otra la promesa cuando, en noviembre de 2013, la compañía empezó a cotizar en la Bolsa de Nueva York (NYSE, por sus siglas en inglés).
Cuando se dieron a conocer los resultados financieros, esta semana, el papel de Twitter se desplomó un 10%, y terminó la ronda un 3% abajo. Ese mismo día, el miércoles, anunciaron una función que mostrará primero los tweets que deberían ser más interesantes para el usuario, según un algoritmo de inteligencia artificial que tiene un insoportable tufillo a Facebook. Los veteranos de la línea de tiempo estábamos que trinábamos, literalmente, y el hashtag #RIPTwitter hizo furor. O como decimos por aquí, fue TT (trending topic). A no desesperar, la nueva característica se puede desactivar.


En suma, suena como otra compañía de Internet que estuvo en la estratósfera y que ahora pierde altitud muy rápidamente (su acción vale hoy la mitad que hace seis meses); tanto, que la única salida razonable parece ser un aterrizaje forzoso. Pero quizá no sea así. En Twitter no hay nada simple.
Es verdad, la red de microblogging se encuentra en serias dificultades. Pero, a la vez, tiene suficiente efectivo (unos 3500 millones de dólares) para funcionar a pérdida durante 412 años, según Matt Krantz, de USA Today. El cálculo es un poco forzado, por supuesto, pero no deja de ser cierto que Twitter debe ser una de las compañías más gasoleras del universo.
Según su último informe financiero, terminó 2015 con 3900 empleados. Por comparación, Facebook tiene 12.600 y Google, 53.600. Hay tecnológicas con más del doble, especialmente las de la primera oleada; Microsoft está en los 118.000 y Apple, en 110.000. No son las más grandes, sin embargo. Samsung tiene unos 307.000 empleados y Amazon, 230.000. IBM, que supo contar con medio millón, hoy ronda los 380.000.
Así que la foto empieza a mostrar rasgos raros. Una compañía que aparece todos los días en los noticieros, que ha sido vector de primicias que conmocionaron al mundo, que fue protagonista de la primavera árabe, que resultó de enorme ayuda en crisis humanitarias y en desastres naturales, cuyo servicio es usado por presidentes y rockstars, y en ambos casos para hacer exactamente lo mismo, erradicar a los intermediarios, esa organización funciona con el 1% de los empleados de IBM y un presupuesto irrisorio. Debería irle fantásticamente bien. Sin embargo, su valor de mercado se ha reducido a la tercera parte de los 32.000 millones que cotizó en su primer día en el NYSE; en octubre, anunciaron que despedirían al 8% de sus empleados, para reducir costos mientras encuentran la forma de ganar más usuarios.
Jack Dorsey anuncia, en octubre, que despedirán a 336 empleados de Twitter.Foto:BRYAN THOMAS / THE NEW YORK TIMES
Debajo de la almohada
Otro de los interrogantes que trajo la era social de Internet es a quién le pertenecen en realidad compañías como Facebook o Twitter. Desde el punto de vista legal, sus dueños son los accionistas. Pero esta afirmación, clara y distinta en cualquier otro negocio, plantea aquí un dilema. Twitter no funciona con 3900 empleados. Funciona con 3900 empleados y 320 millones de colaboradores que escriben mensajes, retuitean, ponen Like, amplifican, difunden, influyen. ¿De quién es Twitter, entonces? Es decir, ¿quién debería decidir su rumbo?


Aunque con 3 veces más empleados, la estructura de Facebook es asimismo ínfima, si se la compara con la de su competidor directo, Google. La mecánica es semejante. Sin las 1440 millones de personas que comparten mensajes, artículos, fotos de gatitos, productos y servicios, opiniones, fotos de gatitos, videos curiosos, recetas de cocina, fotos de gatitos, trucos, noticias y más fotos de gatitos, el negocio de Facebook se detendría en seco. ¿De quién es Facebook entonces?
Más aún: si sobre Facebook se han montado negocios y campañas solidarias, en Twitter se han organizado marchas multitudinarias y se han divulgado hechos que de otro modo se habrían mantenido soterrados. La red del pajarito azul se ha convertido, le guste o no a Wall Street, en un factor de poder, en políticamente significativa. Enviar un tweet está muy cerca de ser un derecho adquirido.


Es en este marco en que la austeridad de la compañía resulta una buena noticia, porque el quebranto de Twitter no sería sólo otra triste noticia financiera. Impactaría de forma directa en la libertad de expresión. Unos cuantos gobiernos festejarían la desaparición del pajarito azul.
Y no, no serviría de nada que Twitter le pague a sus 320 millones de usuarios, porque los necesita. Ni que les cobre a los más populares, porque followers is power. Cobrar por tuitear, como hacen algunos que quieren creer que no se nota (sí, muchachos, se nota), corrompe la idea misma del ágora global. Empezar a abonar una cuota porque superaste un cierto número de seguidores, también, porque algunos de los tuiteros más populares no gozan de bolsillos desbordantes. Es una de las enormes virtudes del servicio: redujo el costo del poder de broadcasting prácticamente a cero.
En total, Twitter se transformó en una criatura que no termina de encajar en la lógica financiera convencional. Varios analistas previmos esta situación cuando se acercaba su oferta pública inicial. Mientras los modelos de negocios de Amazon, eBay o Google eran prístinos, el de Facebook era complicado y el de Twitter, hermético. Ambos, no obstante, se resumían en el mismo lema: "Vamos a monetizar el servicio insertando publicidad". El problema de este mantra es que los usuarios sentimos que la línea de tiempo nos pertenece y entonces es como encontrar folletos de publicidad debajo de la almohada. La clave está en la pregunta de antes: ¿de quién es Twitter en realidad?


Tengo la impresión de que en la base del dilema de la compañía está el haber creído que la solución se encontraba en la publicidad, que al no rendir buenos frutos condujo a la conclusión de que había que hacer crecer la base de usuarios, lo que a su vez llevó a añadir nuevas características, lo que ahora amenaza con ahuyentar a los más fieles. Se llama círculo vicioso.
Con cierto criterio, al menos desde el punto de vista corporativo, Farhad Manjoo, de The New York Times, cree que Twitter nunca debió salir a la Bolsa, porque con eso puso sus expectativas de crecimiento a la altura de Facebook, y no le da el pinet para tanto. A su juicio, la solución está volver a ser privada y achicar su tamaño y sus ambiciones. Creo, sin embargo, que los responsables de Twitter tienen frente a sí la oportunidad histórica de descubrir una nueva manera de monetizar un servicio de Internet. Jack Dorsey, uno de los fundadores del servicio y hoy su director ejecutivo, debería intentar convencer a los accionistas de que no hay que mejorar Twitter para atraer más usuarios y, con esto, supuestamente, obtener más beneficios de la publicidad. Pero no parece dispuesto a soltar la idea de los avisos.
Tienes un e-mail
Hay otro atascadero en el que se encuentra empantanada la red de los trinos. El servicio nació perfecto. Es raro que esto ocurra. Facebook, por comparación, no tiene nada que ver con lo que era en 2004, cuando fue presentado en público, o con lo que era tan sólo 3 años atrás. Twitter, sin embargo, era un producto completo desde el primer día. Su esencia es la sencillez: 140 caracteres, seguir y ser seguido, reenviar tweets, responderlos, ponerlos en una lista de favoritos (ahora eso se llama Me gusta), mandar mensajes directos, y ya. Su poder proviene de esta sencillez. ¿Qué son 140 caracteres? Son un título y una bajada. Por eso el rumor de que el límite aumentaría a 10.000 caracteres lanzó oleadas de pavor entre los veteranos.
Esta tentación de parecerse al exitoso Facebook es tan fuerte como letal. Por dos motivos. Ya hay un Facebook; el fracaso de Mountain View para imponer Google Plus deja claro que no queda lugar para dos redes sociales de ese tipo. Y si hay algo que los tuiteros no queremos es parecernos a Facebook. En la red de Zuckerberg todos parecen tan felices, exudan demasiada dicha para que sea real.
Twitter es al revés. Es quizá demasiado realista. Es una de las razones por las que le cuesta sumar más usuarios. A veces se pone tan agrio, tan hostil, que millones de personas que han tenido un día agotador en un mundo agrio y hostil prefieren ver una peli en Netflix o videos insólitos en Facebook. Es comprensible, vamos.
Se añade a esto otra de las críticas que asedian a Twitter: hay bastante discurso del odio y el discurso del odio ahuyenta al gran público. Por eso, acaban de implementar un consejo para "garantizar que las personas se sientan seguras expresándose en Twitter". La intención es loable, pero me temo que si domestican al díscolo pajarito azul, si lo vuelven políticamente correcto, sólo lograrán asfixiarlo.
A los problemas financieros de Twitter, al particular clima que se respira en la línea de tiempo, a su extraña gramática y a su temprana madurez se le viene a sumar la amenaza que pende sobre cualquier compañía tecnológica: volverse irrelevante. De momento, en este sentido, Twitter goza de buena salud, pero ha dejado de ser una novedad.
Su historia se parece bastante a la del e-mail, que en 1971 fue furor e hizo crecer el tráfico de datos de la incipiente Arpanet, que había nacido 2 años antes, en un 75 por ciento. De hecho, como me contó Barry Shein en 2014, el correo electrónico fue el motivo por el que Internet llegó por primera vez a los particulares.
Han vaticinado la muerte del e-mail dos docenas de veces, pero aquí sigue, y no se nos ocurre cómo podríamos hacer nuestro trabajo cotidiano sin él. Creo que Twitter podría tomar ese camino. Veinte años atrás, recibir un (1) e-mail constituía todo un acontecimiento. Hoy nuestras casillas están desbordadas y abrir, leer, responder o borrar mensajes resulta tan emocionante como lavar los platos. No podemos evitarlo ni tampoco podemos vivir sin platos. De forma semejante, es muy difícil imaginar la dinámica de las democracias occidentales sin Twitter. Sin el Twitter incorregible, sucinto y brutal que conocemos.


Alguien, con fina ironía, tuiteó -vaya paradoja- que Jack Dorsey y Marissa Mayer, la directora ejecutiva de Yahoo!, habían apostado a ver quién quebraba una compañía primero. Mi impresión es que a Twitter no le espera ese destino. Tiene más sentido que la compre alguno de los grandes; Google, por ejemplo, como se rumoreaba hace unos años. Si tal cosa ocurre, tengo la esperanza de que tomen esa decisión sabiendo que a Twitter, como al mail, va a ser muy difícil convertirlo en una mina de oro. Y que no es oro todo lo que reluce.