viernes, 30 de abril de 2021

EL ESCÁNDALO DE LOS HISOPADOS TRUCHOS EN EZEIZA...VERGÜENZA


Hisopados en Ezeiza: un negocio millonario manejado por un misterioso laboratorio‎
Una firma sin antecedentes en estudios clínicos está a cargo de los testeos, con resultados en tiempo récord; el enigma sobre el verdadero dueño

Diego Cabot

Hace poco más de un mes, el Gobierno definió que todos los argentinos que llegan a Ezeiza deben pagar obligatoriamente $2500 por el test de antígenos, conocido como hisopado rápido, similar al que el gobierno porteño realiza en los centros de testeo. Nada llamativo si no fuera porque detrás de esa decisión funciona una sociedad recién creada, sin antecedentes en análisis clínicos, cuyas dueñas son dos monotributistas que no se conoce si pisaron una facultad de bioquímica, al menos, como alumnas.
Una, Paola Perillo Orellana, está inscripta en la categoría más baja, con una facturación de $18.000 por mes; la otra, Laura Cáceres, puede facturar hasta $34.700 cada 30 días. Ambas figuran como dueñas de Labpax, la firma que maneja todos los hisopados requeridos para entrar al país y que genera al menos cinco millones de pesos por día. Pero eso no es todo, hay una carpa y una guardia de Labpax fuera de la estación para quienes se van y desean llevarse sus “negativos” listos para acreditar en el exterior. Para salir, el precio es otro: $4000 el hisopado y $6000 el PCR. Las previsiones de quienes conocen la demanda de ese tipo de test consideran que la recaudación seguramente está entre seis y siete millones de pesos diarios.
Labpax realiza los hisopados de los pasajeros que ingresan al país y, eventualmente, de quienes deben presentar su test en el exterior
El emprendimiento de las dos monotributistas vio la luz de la mano de la decisión administrativa 268 –firmada el 25 de marzo de 2021–, pero la contratación corrió por cuenta de Aeropuertos Argentina 2000. Tanto en el Ministerio de Salud como en el de Transporte deslindaron responsabilidades, aunque aquella norma estableció que esas eran las autoridades de aplicación de la puesta en marcha del testeo obligatorio. “Nada tiene que ver el Ministerio”, señalaron en la cartera que maneja Carla Vizzotti. Quienes trabajaban con Mario Meoni cuentan que el entonces ministro envió a fines de marzo al Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna) una carta para que, junto a la concesionaria, dispongan la forma de cumplir con el requisito.
Fuentes de la compañía de Eduardo Eurnekian indicaron que no estaban al tanto de que el servicio de salud, vital para controlar la pandemia, lo prestaba Labpax. Sin embargo, AA2000 firmó un contrato de colaboración con la Fundación Educativa San Lázaro, manejada por la propia empresa, para que organice el sistema de testeos en espacios cedidos por la concesionaria. Finalmente, la fundación fue la que delegó el sistema en Labpax, representada al momento de la rúbrica por Laura Cáceres.
Se llegó al domicilio de Cáceres y un hombre, que se identificó como su esposo, dijo que la mujer no estaba en el lugar y rechazó la posibilidad de conversar con este medio. Sin embargo, reconoció que sabía de qué se trataba cuando se lo consultó por el laboratorio que funciona en Ezeiza.
El intento por lograr el testimonio de alguna de las dueñas incluyó un recorrido por varias direcciones de Orellana Perillo. Durante el trayecto por los inmuebles vinculados a esta socia, todos dijeron no conocerla, tanto en Paraguay al 2400 como en la calle Iturri al 300 de Villa Crespo, donde tiene su domicilio fiscal.
Antes, entre la noche y la madrugada de ayer, este cronista había permanecido en la estación aérea para conocer de cerca la dinámica de testeos. Sobre las 19 de ayer, los asistentes de la firma recibieron una orden: no hablar con la prensa. El dato lo reveló uno de ellos que se disculpó.
Los costos
La historia de los hisopados bien podría abordarse desde otro costado: los costos. Si bien el valor del estudio está por debajo de lo que se cobra en la mayoría de los laboratorios, el set para hisopar de la marca Abbot tiene un costo de entre 4 y 5 dólares más la mano de obra para la extracción de la muestra. Las monotributistas lo cobran 28 dólares, según dijo un viajero que llegó desde Estados Unidos y que pagó en moneda extranjera. Además, tienen a la clientela cautiva.
Labpax se creó el 1° de diciembre de 2020 cuando a Cáceres y Orellana Perillo les cedieron las acciones de Real Estate Investments, una empresa que nada tenía que ver con los análisis clínicos. Unos días antes, la primera de las dos socias había asumido como gerenta de la firma y desde allí cambió la denominación de la sociedad.
“Cuando se dispuso la obligatoriedad de implementar los hisopados para todos los pasajeros que arriban a Ezeiza, llevamos rápidamente a cabo esta acción de manera conjunta con Sanity Care, histórica empresa a cargo de la prestación del servicio de sanidad y de ambulancias del aeropuerto, y Labpax, que posee convenios con las más prestigiosas compañías de salud mediante su contratación por seis meses -consignaron fuentes de Aeropuertos Argentina 2000-. De esta manera le garantizamos a nuestros pasajeros un servicio de calidad, homologado por la Anmat, a un precio mucho más bajo que el promedio del mercado, que nuestro propio departamento médico auditó oportunamente”.
Por otro lado, destacaron que 15% del valor total de los hisopados obligatorios se dona al Hospital de Ezeiza. “El servicio ha tenido muy buena aceptación entre nuestros pasajeros”, remarcaron por último en la concesionaria.
Se pudo establecer que el contrato es de la Fundación San Lázaro y la empresa Labpax, y que esta firma dice que cuenta con profesionales sanitarios de varias universidades, asociaciones y empresas, entre las que se encuentra Sanity Care Internación Domiciliaria, referida por la concesionaria. Pero el contrato no se firmó entre ellas.
Cerca de Vizotti, señalaron que el Ministerio de Salud no tiene vínculo contractual con Labpax
Ante las consultas, ayer respondían con evasivas. “Cabe destacar que la cartera sanitaria no tiene vínculo contractual alguno con la empresa que lleva a cabo los testeos”, contestaron cerca de Vizzotti.
“En cuanto a la prestación que se realiza en el aeropuerto de Ezeiza, desde el Ministerio de Salud y a través de la dirección nacional de Habilitación, Fiscalización y Sanidad Fronteras se comunica que se recibe todos los días la información estadística correspondiente a los testeos realizados, con los correspondientes casos positivos y contactos estrechos para realizar el análisis epidemiológico y la gestión de los mismos en relación a los viajeros que ingresan al país. También, las muestras que allí se obtienen en los casos positivos, son enviadas al Instituto Malbrán para la secuenciación genómica que permite tener una vigilancia de las variantes de preocupación”, agregaron las fuentes oficiales.
Nadie se quiso hacer cargo de la criatura llamada Labpax, la empresa que tiene a su cargo, ni más ni menos, que la venia sanitaria para cada argentino que entra al país por Ezeiza, el lugar por donde el virus ingresó el año pasado cuando el Gobierno no logró armar un sistema eficiente para controlar a los pasajeros que arribaban de lugares en los que el Covid-19 hacía estragos.
Recolectó al menos 30 testimonios de viajeros y todos coincidieron en que el sistema está bien organizado en el interior del aeropuerto. Destacaron que el resultado se obtiene en unos pocos minutos. “¿En cuánto?”, preguntó este cronista más de una docena de veces. “A mí en un minuto, increíble. Más rápido que en Estados Unidos”, precisó Jonathan Sivilla, un joven que arribó procedente de Miami a las 5.30 del miércoles.
Ninguno contó más de 5 minutos entre la toma de la muestra y la aparición del resultado en el mail del teléfono celular. Todos, apurados por hacer rodar las ruedas de sus valijas, festejaron la efectividad.
Jonathan Sivilla recibió su resultado negativo en el celular en tiempo récord
Se tomó nota de algunos de los certificados de negativos con los que salían los viajeros. De ellos se desprende que el test realizado es denominado “Ag Test Rápido Device-Abbot (Pambio) Nasofaríngeo / Detección Cualitativa”. Alcanza con ir al prospecto de la empresa para certificar que el resultado se obtiene a los 15 minutos. Pero las monotributistas lo hicieron posible: todos contaron con la respuesta casi de inmediato.
Fuentes de salud del ámbito porteño confirmaron en un cuarto de hora el tiempo necesario. “En manos expertas, 15 minutos”, indicó el director de un hospital de conurbano bonaerense. Quizá en los playones de Ezeiza haya empezado a surgir una innovación global.
Controles

Controles

Formalmente, cada viajero que llega debe hacerse el test de antígenos. De ser negativo, deberá cumplir un aislamiento de siete días en un domicilio informado, realizarse luego un segundo estudio y, recién en esa instancia -en caso de ser negativo-, podrá salir. Sin embargo, una vez que el pasajero abandona Ezeiza, el seguimiento es deficiente: viajeros consultados refirieron a este diario que apenas hay algún llamado telefónico para consultar por la eventual aparición de síntomas. El control de la realización del segundo hisopado es inexistente.

En Aeroparque
Labpax tiene, además, una carpa en Aeroparque, donde hay pocos vuelos regionales y no rige la obligatoriedad de hisopados. Allí, compite con el control gratuito de la Ciudad de Buenos Aires, que está por fuera del aeropuerto, a la altura de la zona de “Partidas”. La oferta del laboratorio privado tiene los mismos valores que en Ezeiza, $4000 el de antígenos y $6000 el PCR.
Ayer, todos miraban para otro lado. La pregunta es quién está detrás. Algunos datos llevan a viejos conocidos de negocios en Ezeiza; otros, también. La búsqueda del verdadero dueño seguirá. Mientras tanto, las emprendedoras facturan sin parar. Autodidactas o prestanombres, se dedican al servicio. Tanto que marcan récord de rapidez en sus test.

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Hisopados en Ezeiza. El exbioquímico de Labpax dice que le usaron la firma y la matrícula en los tests
Jorge Chizzolini aún figura como director técnico de la empresa, pero su contrató finalizó el 31 de marzo; el profesional denuncia que utilizaron su nombre en los resultados
En el Aeropuerto de Ezeiza hay una carpa y una guardia de Labpax fuera de la estación para quienes se van y desean llevarse sus “negativos” listos para acreditar en el exterior
El escándalo sobre los hisopados en Ezeiza ya dejó de mirarse sólo como un artilugio societario para hacer un negocio millonario y esconder los verdaderos dueños de la empresa para empezar a mostrar ribetes de escándalo sanitario. Jorge Chizzolini, bioquímico, cuya firma se lee impresa en miles de resultados que se entregaban a los viajeros dice que le usaron el nombre y la matrícula cuando ya no tenía ninguna relación con la empresa.
“No soy más personal del laboratorio”, dijo en diálogo  Contó que el 31 de marzo fue el último día de trabajo en LabPax, la empresa a cargo de los testeos obligatorios para Covid-19 en el aeropuerto de Ezeiza. Aun así, el laboratorio siguió utilizando la firma digital y la matrícula de Jorge Chizzolini como aval de los negativos y los positivos que recibieron los viajeros a cambio de $2500.
De hecho, hoy, en el sitio online de Labpax todavía figuraba el nombre del bioquímico hasta la última captura del caché de Google a las 13.07. Por la tarde, la página borró todos los datos del profesional a quien presentaba como “bioquímico, disciplina académica Investigación y Desarrollo-Salud (hematología), Universidad de Buenos Aires”.
“Mi contrato terminó en último día de marzo, el 31, y desde ese momento estoy desvinculado completamente de la empresa”, dijo en diálogo telefónico desde Bariloche, donde dicta una capacitación de la Asociación Argentina de Técnicos y Auxiliares en Laboratorio de Análisis Clínicos (Aatalac). Justamente, el curso es sobre uso de la tecnología de amplificación isotérmica que usan los kits de detección del material genético del virus de Covid-19, como el Neokit que desarrolló el año pasado un equipo del Instituto César Milstein-Conicet con el laboratorio Cassará.
Chizzolini coordinó el trabajo de la Unidad Móvil de la Aatalac con el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires en la detección de casos de Covid-19 con el kit diagnóstico en la Región Sanitaria VIII, que abarca desde General Lavalle hasta más allá de Necochea y hasta Tandil y Ayacucho hacia el interior bonaerense.
La convocatoria para trabajar en Labpax llegó por su amistad con un personaje cercano a la empresa, Jorge Fabrello, dueño de Bio-Fab, uno de los que serían dueños de Labpax junto con los dueños de Sanity Care, y tras el lanzamiento en Mar del Plata de una versión del test con resultado en una hora. Aquel acto fue el 21 de diciembre pasado y participó el gobernador Axel Kicillof y el ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, Roberto Salvarezza.
“Me convocaron por mi conocimiento y experiencia en el uso del kit diagnóstico que habíamos estado implementando con el móvil de Aatalac en la provincia. Tuve un contrato por tres meses, desde enero, para poner en función la amplificación isotérmica en el laboratorio en Ezeiza”, contó  “Esa unidad móvil funciona solo con el Ministerio de Salud (bonaerense) para el plan Detectar. La asociación no tiene relación con LabPax.”
Entre enero y hasta el 31 de marzo, Chizzolini estaba contratado para trabajar de lunes a viernes. Los fines de semana, la supervisión quedaba a cargo de otro colega, Rodolfo Principi, responsable de los estudios de serología del Banco de Sangre del Hospital Vicente López y Planes, en General Rodríguez, de acuerdo con la información que proporciona el laboratorio. Este medio intentó contactar a Principi, sin respuesta hasta el momento.
La principal preocupación de Chizzolini, es el uso de su firma digitalizada y su matrícula profesional que estuvo haciendo Labpax para respaldar los resultados de sus tests a los viajeros. “Mientras estuve puse a punto el uso del Neokit de investigadores del Instituto Milstein, que es una variación de la prueba de PCR. Lo que sucedió más allá de eso y de esos meses, no puedo informar”, respondió al preguntarle sobre el uso de los tests rápidos de antígenos de la firma Abbott y la sorpresa con la que viajeros relataron a este medio en los últimos días sobre la rapidez en la entrega de los resultados.
“Hay países como Holanda que aceptaba solo el test de antígeno, así que tuvimos que hacer en algunos casos ese test. Pero la generalidad era el uso del Neokit”, agregó el profesional. “El kit más rápido es el Panbio, de Abbott, con un resultado en 20 minutos. Con el Neokit de Cassará, el resultado está en dos horas. Desconozco que se pueda hacer un test en un minuto. Tengo muchos años de experiencia e ignoro que exista un test tan rápido”, dijo.
Su trabajo consistía en ir supervisar a diario, durante la semana, las tareas del personal técnico en la carpa de Labpax. Eso le demandaba entre cuatro y seis horas en el lugar. Los fines de semana estaba su codirector técnico.
Una vez finalizado el contrato con LabPax, que era de tres meses, decidió no renovarlo. “Me desvinculé porque el proyecto no era de mi interés. Muchos años fui docente y estoy capacitando gente en el uso del Neokit y me siento más cómodo que con las tareas en Ezeiza”, aclaró.

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Aeropuertos Argentina 2000 intervino en el escándalo de los hisopados y formó una auditoría
La concesionaria de Ezeiza informó que quiere establecer si hay irregularidades en el proceso de los tests obligatorios que contrató con un laboratorio sin antecedentes
Aeropuerto de Ezeiza Testéos
Poco mas de 12 horas después de que se conociera el escándalo de los hisopados en Ezeiza, Aeropuertos Argentina 2000, dueña de la concesión de la gran mayoría de los aeropuertos del país, informó que intervendrá en el proceso de los test obligatorios que realiza Labpax por los que cobra 2500 pesos cada uno.
“Ante los cuestionamientos sobre la calidad e idoneidad de los testeos de PCR y antígenos que viene realizando LabPax en Ezeiza, Aeropuertos Argentina 2000 aclara que está en curso una auditoría y que no dudará, en caso de ser necesario, cesar de inmediato el acuerdo con la prestataria LabPax”, fue la escueta palabra de la empresa la que se conoció mediante un comunicado.
La empresa del grupo Eurnekian contrató a través de una Fundación los servicios de Labpax, una firma cuyas dueñas son dos monotributistas y que no tiene ningún antecedente en análisis clínicos, en enero pasado. Entonces, el servicio era sólo para quienes tuvieses que realizarse un test de antígenos o un PCR a solicitud del lugar de destino del viaje. En ese acuerdo se estableció que la Fundación Educativa San Lazaro se compromete a asignar un porcentaje de los aportes obtenidos a la Cooperadora del Hospital de Ezeiza.
Ese servicio era optativo ya que aún no había sido dictada una decisión administrativa firmada por el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, mediante la que se dispuso la obligatoriedad del requisito. Entonces, AA2000 le había cedido un espacio a la Fundación Educativa San Lázaro, una organización sin fines de lucro cuyos dirigentes son Carlos Polikian y Patricia Eurnekian, para que se realicen estas pruebas de Covid. La Fundación, a su vez, contrató a la firma Labpax aunque AA2000 siempre se reservó la posibilidad de rechazar al prestador. Pero esto no sucedió nunca y finalmente, cuando se impuso el requisito del test a todos los viajeros al llegar, Labpax quedó a cargo de todo.


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