sábado, 31 de julio de 2021

SOLUCIONES TECNOLÓGICAS


Antes de que te pase lo mismo
Estos son los tres repuestos que pueden salvarte de un gran problema
A. T. 
¿Falló el monitor y es el único que tenés? Sabemos lo que se siente
Estas cosas pasan, y pasan todo el tiempo. Solo que no nos damos cuenta de lo complicado que se puede poner todo hasta que llega el día fatal. Eso le ocurrió al Dr. Ricardo Wainsztein, oculista y gran amigo mío, que este miércoles descubrió que el televisor al que tenía conectada su computadora de escritorio falló catastróficamente. Por catastróficamente quiero decir que hizo un clic muy sospechoso y ya no dio más señales de vida. La luz testigo en el frente se apagó y no volvió a responder a ningún botón, tecla, palmada, etcétera.
Antes de que lo pregunten, sí, por supuesto, verificó las conexiones de video y de corriente, cambió las pilas del control remoto, mandó a vacunar al gato y todo lo demás. Nada, cero, había ido a parar a dev/null y a los fines prácticos esa pantalla no servía más. Hasta acá, todo normal. Los dispositivos fallan, y una pantalla, aunque sea de 40 pulgadas y se use para ver series, es un dispositivo y por lo tanto, tarde o temprano, va a fallar. Es cierto que he jubilado más de un equipo que todavía funcionaba bien, pero eso fue solo porque se quedaron sin soporte por parte de Windows, y esa obsolescencia también es una forma de dejar de funcionar.
Así que ninguna novedad. Más aún, mi amigo había hecho los correspondientes backups de los contenidos de esa computadora. Excepto por un pequeño detalle. Y esa es otra regla de la informática: tu backup es algo por definición incompleto. Siempre (pero siempre) te queda esa presentación para dar una clase al día siguiente. Justo la noche previa a que falle la pantalla.
Así que ahora tenés una computadora inaccesible con unos archivos que necesitás para dar una clase. Y una notebook. La pregunta que cualquier persona en su sano juicio se haría es cómo usar la pantalla de la portátil como monitor de una computadora de escritorio cuyo monitor acaba de pasar a mejor vida.
Tiene sentido. Las notebooks tienen una salida VGA, casi siempre, y a veces una HDMI. Depende de la añada, el varietal y todo eso. Pero es de rigor que ofrezcan la posibilidad de sacar la señal de video hacia un monitor externo, tanto para trabajar más cómodo como para hacer presentaciones.
Pero una salida de video es eso, salida. Saca la señal de video hacia otros dispositivos. No está diseñada para tomar una señal de video y pasarla por la pantalla de la notebook. Ni viceversa. Hay excepciones, pero son eso, excepciones, y con entera certeza no es el caso de las computadoras que tenés en tu casa o en tu oficina. Así que mi amigo tenía un problema. Sin una pantalla muleto, acceder a una computadora de escritorio es en principio imposible. Esperen, sí, por supuesto, existen dos modos de hacer esto. Por un lado, existe la computación en red, un nombre algo confuso para decir que podés conectar un teclado, un mouse y una pantalla a una máquina por medio de la red. Eso es todo. No es ágil y cada tanto le encuentran alguna vulnerabilidad, pero anda.
La otra opción es la proyección inalámbrica, que en Windows es relativamente simple; en este link pueden encontrar los pasos por seguir. El problema es que salvo que hayas hecho algo antes de que el único monitor que tenés pase a mejor vida, estás encerrado en un círculo vicioso. Concedido, las computadoras, en particular las de escritorio, son muy dúctiles y si uno se da maña hay algún kung-fu que podría sacarnos del pantano. Pero tiene que ser un kung-fu muy bueno.
Así que me disculparán que la solución que le ofrecí haya sido un poco elemental. Le pregunté si no tenía a alguien conocido cerca para pedirle prestado un monitor y sacar esos archivos. Le pareció una idea salvadora, con lo que di el asunto por terminado. Pero algo me seguía importunando. No tenía muy claro qué, pero algo no me cerraba. ¿Por qué nunca me había planteado el escenario en el que se encontraba ahora Ricardo? Entonces oí un ruido en la calle, giré la cabeza hacia la ventana y, justo debajo, estaba la respuesta. Ahí, sin mayor orden, había varios teclados, un par de pantallas y dos o tres notebooks apiladas. En una caja, justo al lado, toda clase de periféricos, sobre todo ratones, y una vida de discos rígidos, placas de video, etcétera.
Uno tiende a creer que su normalidad es la de todos, y de ninguna forma tiene que ser así. Lo usual es que nos saquemos de encima los equipos que ya no usamos, ¿porque para qué los vas a querer? Terminamos teniendo una computadora, una pantalla, un mouse, un teclado. Por ahí hay más de un celular, pero quién sabe dónde.
Así que antes de entrar en cuestiones mas elaboradas, acá va mi solución infalible, de bajo costo y accesible para todos los niveles de destreza informática: si una pantalla, un mouse o un teclado todavía más o menos andan, no los tires. Tené siempre repuesto de eso que en la jerga se conoce como entradas y salidas de datos. O sea, como mínimo, un monitor (no importa si es medio viejo) y un teclado (si le falta una tecla, sirve igual). Parece mentira, pero lo que le pasó a este querido amigo muestra que hemos hecho avances notables en tecnología, pero sin pantalla y sin teclado, estás frito. Salvo que seas Kwai Chang Caine.
A las notebooks también las alcanza esta ley. El otro día derramamos una copa de vino sobre el teclado de una portátil. Una buena máquina, para peor. Mucha memoria, disco rápido, pantalla excelente y táctil, un procesador de nueva generación y teclado a prueba de derrames. Esperen que se me pase la risa. Será a prueba de derrames, pero toda la hilera de la Q a la P dejó de funcionar. (Para ser justos, los teclados a prueba de derrames evitan que el líquido entre en los circuitos y destruya la computadora, porque son estancos, pero suelen sufrir daños en esa batalla.) Todavía es posible poner la contraseña para ingresar a ese equipo mediante la pantalla táctil y tengo el plan de cambiarle el teclado (ya se lo extraje, de hecho), pero la solución inmediata para recuperar un número de cosas fue un tecladito Bluetooth con baterías solares. Que no sé de dónde salió. Pero una vez más salvó el día.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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