domingo, 21 de abril de 2024

HISTORIA DEL EDIFICIO ...."PALACIO DE LOS PATOS "


Palacio de los Patos, el lujoso edificio de Buenos Aires que tiene 144 departamentos y 94 años de historia
Abrió sus puertas en 1929, cubre 22.000 metros cuadrados y conserva un curioso nombre, que aún representa una gran incógnita.
Ignacio Risso
A pocos metros del famoso Jardín Botánico Carlos Thays, en el barrio porteño de Palermo, hay un enorme edificio de 144 departamentos que es conocido como el Palacio de los Patos.
La propiedad, que abrió sus puertas en 1929, es identificada como un conjunto de viviendas lujosas, repleta de jardines y patios internos, por donde accede fácilmente la luz del sol.
Y, si bien ha experimentado diferentes etapas, el Palacio de los Patos aún se mantiene como un edificio lujoso, repleto de leyendas e hipótesis que aún no se resuelven.
¿Cuál es la historia del Palacio de los Patos?


La construcción del Palacio de los Patos inició en 1927, por iniciativa de Alfredo Miguel Chopitea. Es decir, él se encargó de contratar al famoso arquitecto francés Henri Azière.
Pero Azière nunca puso un pie en Argentina. Sucede que sus planos viajaron desde Europa y, años después, fueron modificados por el arquitecto argentino Julio Senillosa.
En fin. La enorme construcción ofreció 144 apartamentos de entre 2 y 7 ambientes, que fueron adquiridos por familias adineradas, posiblemente afectadas por la crisis económica de la época.
¿Por qué este edificio tiene un nombre tan curioso?
A 94 años de su apertura, todavía no hay una hipótesis oficial que determine por qué esta propiedad se llama “Palacio de los Patos”.
Por un lado, y como ya lo hemos mencionado, se cree que el nombre mantiene un vínculo con la situación económica de los primeros propietarios que tenían un buen pasar pero que, en ese momento, sufrían las consecuencias de la crisis internacional de 1929.
Entonces, en este contexto, se los apodó “patos” a los nuevos vecinos del edificio, en relación a que estos animales tienen un plumaje seco y que, a su vez, “seco” es un término del lunfardo, utilizado para hacer referencia a la falta de dinero.
De todas formas, esta no es la única hipótesis. Es decir, con el correr de los años, también se mencionó que el Palacio de los Patos se llamaría de esta manera porque: Tiene un vínculo con el Palacio de los Patos de Granada, España.
Al momento de su construcción, el edificio estaba cerca de un río con patos.
Sin embargo, los historiadores sostienen que la construcción de Palermo no tiene relación con la de España ni tampoco se edificó cerca de un río.
¿Cuáles son las características más llamativas del Palacio de los Patos?


Además de la historia vinculada a su construcción y los eternos debates sobre el origen de su nombre, el Palacio de los Patos se conserva en perfectas condiciones y aún guarda muchas características dignas de analizar.
Es por eso que, al momento de investigar los detalles de este edificio, siempre hay que tener en cuenta que: Ocupa la mitad de la manzana, en un terreno de 22.000 metros cuadrados.
Se divide en seis pisos de seis cuerpos.
Dispone de nueve patios internos y jardines.
Es un “Testimonio vivo de la memoria ciudadana”, tras la mención del Museo de la Ciudad de Buenos Aires.
Es un “Edificio Representativo de la ciudad, como ejemplo de estilo academicista”.
Tiene, entre sus mayores emblemas, un reloj de cuatro cuadrantes y un buzón antiguo.
Está ubicado a pocos metros del Palacio de los Gansos: un edificio de 1942, que también fue proyectado por Alfredo Chopitea.
Ubicado en Ugarteche 3050, este elegante complejo de departamentos fue construido en 1929 y ha sido hogar de muchos porteños consagrados
Germán WilleEl Palacio de los Patos, en 1932
En la calle Ugarteche 3050 de la ciudad de Buenos Aires, pleno corazón de Palermo, un imponente edificio deslumbra por su elegancia y por el estilo francés de su fachada. Si uno se asoma desde el exterior a los enormes portones de este complejo de departamentos, es posible también descubrir la belleza de su patio central, con su característico reloj de cuatro caras. Esta construcción, que claramente remite a un tiempo de opulencia porteña, es conocida desde su creación, allá por el año 1929, como el Palacio de los Patos. Además del esplendor que hoy conserva casi como en sus primeros días, a la historia de esta distinguida obra hay que añadirle que, a través de los años, fue el hogar de ilustres figuras de la sociedad porteña, de los más variados rubros.
En su libro Historia del Palacio de los Patos, Jorge Ercasi hace una ingeniosa chanza al señalar que el edificio, al igual que los bebés, también vino de París. Eso se relaciona con el primer propietario y quien tuvo la idea de levantar esta obra en la calle Ugarteche, entre Cabello y Juan María Gutiérrez. Era un empresario de la construcción y hacendado de origen vasco, nacido en Uruguay pero instalado en la Argentina llamado Alfredo Chopitea. En 1925, en uno de sus viajes por la capital francesa, este hombre se deslumbró con una construcción edilicia y de inmediato quiso hacer una réplica de ella en Buenos Aires, que en aquellos tiempos, mediados de los años ‘20, parecía predestinada a ser “la París de Sudamérica”.
Como todo porteño acaudalado, Chopitea no se andaba con chiquitas. “Buscó al arquitecto que había hecho ese edificio y le pidió que hiciera los planos de acuerdo al terreno que le proporcionó, de 4400 metros cuadrados, o media manzana”, cuenta a la nacion Cecilia Callebaut-cardu, presidenta de la Junta de Estuidos Históricos de Palermo. El francés que recibió el pedido por parte del millonario rioplatense era Henri Azière, que cumplió con su encargo sin haber puesto un pie en la ciudad de Buenos Aires.
Nelly Moss, esposa de Alfredo Chopitea, que estuvo internada en Suiza durante cuatro años para tratar su tuberculosis, regresó de Europa en 1926. En su vuelta con sus cuatro hijos en el buque Andes le trajo a su marido, en un enorme tubo de hojalata, los planos diseñados por el arquitecto francés. Comenzaba a gestarse la construcción del edificio de renta que hoy es un emblema arquitectónico de Palermo
Pero la obra de Azière no colmó las expectativas de Chopitea. El diseño tenía menos departamentos de los que esperaba el propietario, y más grandes. Además, el patio central era muy amplio y, al revés, los ocho espacios distribuidos en el interior del complejo eran diminutos. Entonces, apareció otro arquitecto para hacer modificaciones sensibles en el proyecto original.
Se trataba del argentino Julio Senillosa, que además se hizo cargo de la dirección de la obra, realizó un nuevo plano que incluía departamentos más pequeños y en el que se contemplaba un patio central más reducido y los demás patios más grandes, para que cada vivienda recibiera una mayor dosis de aire y de luz. “Senillosa enriqueció el proyecto –asegura Callebaut-cardu–. Hizo que todo fuera más espacioso y agradable”. En resumen, de la idea original de Azière quedó solamente la fachada con su estilo academicista francés.
El Palacio de los Patos, que se construyó entre 1926 y 1929, cuenta con un total de 144 departamentos de 70, 140 y 180 metros cuadrados, agrupados en seis cuerpos, cada uno de ellos con una planta baja y seis pisos que conforman un total de 22.000 metros cuadrados cubiertos. Además, más de la tercera parte de la superficie del complejo de Ugarteche 3050 lo ocupan los patios o jardines internos, todos prolijamente cuidados. En los pasillos y espacios comunes se lucen los mosaicos rojos, blancos y negros, los vitreaux que adornan muchas aberturas y las escaleras de mármol.
Callebaut-cardu cuenta que este construcción conserva las puertas de madera originales. Al respecto, añade: “Es un edificio que está muy bien cuidado, siempre hay inquilinos en lista de espera, porque la gente quiere vivir ahí, es algo que se siente como un privilegio”.
En cuanto al nombre de este emblemático complejo de departamentos, la creencia popular le atribuye dos orígenes. “Una de las versiones dice que, a causa de la crisis de 1929, justo cuando se termina el edificio, muchas familias de alcurnia debieron vender sus residencias muy importantes y se mudaron aquí porque con su estilo palaciego no se sentían disminuidos”, cuenta Callebaut-cardu y explica que en la jerga lunfarda, “pato” se le dice a una persona que carece dinero. Viene de la idea de que el plumaje de esas aves, aun mientras flotan en el agua, siempre permanece seco, sinónimo de estar sin un peso.
La otra explicación tiene que ver con la existencia, en las proximidades de la zona, de un río o laguna donde nadaban los palmípedos que habrían dado su nombre a la construcción.
Habitar el complejo
Varios edificios de viviendas para alquilar levantó Chopitea antes y después del Palacio de los Patos. Entre ellos, el Palacio de los Gansos, ubicado sobre avenida Las Heras al 1800. Pero hubo una obra que empezó a construir en la esquina de Las Heras y Scalabrini Ortiz que terminó siendo su cruz, ya que se le dificultó mucho financiarla. Para cubrir estos gastos, el hacendado decidió desprenderse de parte de sus campos y propiedades. Así, puso a la venta los 144 departamentos de su creación más querida, que hasta entonces tenía en alquiler. La gran afinidad de los vecinos con ese edificio se manifestó en que, en junio de 1957, casi un año después de poner las unidades en venta, solo quedaban 16 departamentos sin vender o escriturar. La mayoría de los vecinos que rentaban se convirtieron en dueños de su vivienda. ”Hoy es muy difícil comprar un departamento ahí porque no hay tantos a la venta, es prácticamente un bien familiar. Hay familias que se mudaron al principio y heredaron y siguen siempre ahí”, dice la presidenta de la Junta de Estudios Históricos de Palermo.
Uno de los motivos por los que este edificio fue distinguido como Testimonio vivo de la memoria ciudadana por el Museo de la Ciudad de Buenos Aires es, además de su arquitectura, la cantidad de habitantes célebres que ha tenido a través de los años: la actriz Luisa Vehil, la cantante Gina María Hidalgo, Rosa González Delgado, viuda del presidente Roque Sáenz Peña, el crítico Emilio Stevanovich, la pintora abstracta Martha Peluffo. Y más acá en el tiempo, Julieta Ortega, Charly García y Matías Nisenson.
Para tener una noción de lo que cuestan, en redes se exhibe una unidad de dos ambientes a US$260.000, en tanto que uno de ocho ambientes se ofrece a US$810.000. Otra vivienda de tres ambientes se puede alquilar por US$3000 mensuales.
“Es muy silencioso y tiene un reglamento de 1956 que se respeta”, describe Callebaut-cardu, que añade que son los propios propietarios los que administran el complejo. Símbolo de la suntuosidad porteña de tiempos mejores, el Palacio de los Patos conserva la elegancia y armonía que le imprimieron sus arquitectos y es, pese a sus casi 100 años, el hábitat distinguido de Palermo donde muchos porteños amarían vivir.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.