jueves, 25 de abril de 2024

Las Joyas Más Caras Del Mundo







Diamantes, rubíes, esmerarlas, jade: las joyas más caras del mundo, símbolo de poder, riqueza pero también de amor y misterio
El magnate Joseph Lau, condenado en el 2014 por corrupción en Macao, la capital mundial del juego, compró la piedra y la llamado 'Blue Moon Josephine', en honor a su hija de 7 años.
Jessica Blady
“Un beso en la mano puede ser bastante continental, pero los diamantes son los mejores amigos de una chica”, canta Marilyn Monroe en Los caballeros las prefieren rubias, y no podemos negar que tiene algo de razón. No por nada, este mineral es uno de los más apreciados del mundo; gemas que se convierten en verdaderas obras de arte únicas en su especie.
Si bien los diamantes no son las únicas piedras preciosas de incalculable valor, cuando se trata de las joyas más caras del mundo toman la delantera, gracias a la elegancia de sus cortes, el grado de su pureza, la rareza de sus diferentes colores y el tamaño… todo un símbolo de estatus, poder y riqueza. ¿Cuáles son? ¿Qué historias esconden detrás de su brillo enceguecedor? Acá te lo contamos.

1. Hope Diamond – $250 millones de dólares
“Hoy valdría más que el diamante Hope”, dice el cazador de tesoros Brock Lovett (Bill Paxton) al comienzo de Titanic, en referencia al ‘Corazón del Mar’: la valiosísima gema que detona el conflicto de la película de James Cameron. Obviamente, la piedra ficticia está inspirada en el Diamante Hope, hoy convertida en la joya más cara y famosa de la historia, no solo por su inusual color, sino por la supuesta maldición que fue cayendo sobre sus respectivos propietarios.
El Hope Diamond se exhibe en el Museo Nacional de Historia Natural de los Estados Unidos (en Washington D.C.)
Según los expertos, la piedra azul de 45,52 quilates le debe su color particular a la presencia de trazas de átomos de boro en su composición. Su historia comienza en la mina Kollur, ubicada en Golconda (India). En 1660/61, el diamante de forma triangular –su peso original era de 115 quilates, equivalente a 22,44 gramos– fue adquirido por el comerciante francés Jean-Baptiste Tavernier, que no dudó en bautizarlo como el Tavernier Blue. En 1668 se lo vendió al rey Luis XIV de Francia. El joyero real lo cortó para crear el ‘Diamante Azul de la Corona’, una piedra que representaba la opulencia de la Casa Borbón, dinastía que terminó con las cabezas de Luis XVI y María Antonieta (última poseedora de la gema) en la guillotina. El diamante fue robado en 1792 durante los años de la Revolución Francesa, nuevamente cortado y volvió a reaparecer en sociedad cuando en 1839 lo adquirió una familia de banqueros londinenses: los Hope.
El Diamante Hope también es conocido como Diamante Azul. Varios rumores lo señalan como el culpable de las desgracias que les ocurrieron a cada uno de sus dueños.
A comienzos del siglo XX, el joyero Pierre Cartier lo compró e intentó comercializarlo entre la socialité estadounidense sin mucho éxito, tal vez, porque para ese entonces, la piedra ya cargaba con varios relatos escandalosos, traiciones y muertes dudosas en su haber. Finalmente, en 1949, el comerciante estadounidense Harry Winston adquirió la joya, y en 1958 decidió donarla al Museo Nacional de Historia Natural de los Estados Unidos (en Washington D.C.), donde todavía permanece en exhibición para el deleite de todos.

2. Peacock Brooch – $100 millones de dólares
La historia del broche confeccionado por Graff Diamonds es menos ‘interesante’ –y sangrienta–, pero no por ello vamos a desmerecer la belleza (y el costo) de esta verdadera obra de arte. El pavo real creado por la firma de Laurence Graff es una de las joyas más caras en la historia reciente, presentada en sociedad durante The European Fine Art Fair (TEFAF), la mayor feria de arte, antigüedades y diseño del mundo, en el año 2013.
Graff Diamonds confeccionó el broche de diamantes con forma de pavo real. Contiene 1305 diamantes. Para aquellos que prefieren un estilo más modesto, el corazón del broche, un fancy azul oscuro, puede ser desprendido del resto y lucirse por separado.
El Peacock Brooch, de 120,81 quilates y poco más de 10 centímetros de alto, contiene un total de 1305 diamantes blancos, amarillos, azules y naranjas. El corazón del broche es un fancy azul oscuro con forma de pera de 20,02k, uno de los fancy (diamantes naturales de color) más raros del planeta; y su diseño particular permite desprenderlo del resto y lucirlo por separado, para aquellos que prefieren un estilo más modesto. Lo mejor: Graff sigue el Proceso de Kimberly, un modelo ético que no permite la compra o uso de diamantes que procedan de países o zonas de conflicto bélico, los llamados “diamantes de sangre”. ¿Quién es el suertudo que posee esta belleza? Ese es un verdadero misterio, ya que el paradero y la propiedad actual del ave no son públicos en este momento.

3. Pink Star – $71.200 millones de dólares
Si su descubrimiento hubiese ocurrido en la década del sesenta, el Pink Star bien podría haberse convertido en la mayor inspiración de la Pantera Rosa (la joya de la película, no el animalito antropomórfico). Esta gema única y perfecta rompió unos cuantos récords desde su aparición en 1999, cuando fue extraída en Sudáfrica por De Beers, corporación internacional dedicada a la explotación, la talla y el comercio de diamantes.
El Pink Star es la joya más cara vendida en una subasta

Originalmente, la piedra tenía un volumen en bruto de 132,50 quilates y ocupó 20 meses de corte para tomar su forma actual y transformarse en “el diamante rosa más grande (59,60 quilates), impecable internamente, elegante y vivo conocido hasta el día de hoy”, según la clasificación del Instituto de Gemología de América (GIA). Su pureza lo convierte en una pieza insuperable, además de ser la joya más cara vendida en una subasta.
Tras pasar por las manos de su primer propietario, Beny Steinmetz –quien lo bautizó como la Rosa Steinmetz–, la Estrella Rosada fue vendido en una subasta de la prestigiosa casa Sotheby’s de Hong Kong, el 4 de abril de 2017. Tres compradores se disputaron el motín, y tras solo 10 minutos de puja, Chow Tai Fook Enterprises de Hong Kong adquirió la pieza por 71.200 millones de dólares y lo renombró CTF Pink, representando las iniciales de la compañía.

4. Oppenheimer Blue – $57.500 millones de dólares

Antes de ser superado por el Pink Star, el Oppenheimer Blue de 14,62 quilates se convirtió en la joya más cara vendida en una subasta, cuando la casa Christie’s de Ginebra obtuvo la cifra récord de 50.600 millones de dólares, aunque la identidad del comprador todavía permanece en el anonimato. Este deslumbrante diamante azul vivo de corte esmeralda (rectangular) fue nombrado el más grande de su tipo por el Instituto Gemológico de América.
El Oppenheimer Blue fue subastado en 2016 por la casa de subastas Christie's, en Ginebra
La historia del Oppenheimer es un gran signo de pegunta: se desconocen muchos de los detalles de su origen, al menos, hasta que llegó a las manos del famoso diamantista londinense Sir Philip Oppenheimer –de ahí su nombre–, un comerciante de piedras preciosas que lo obtuvo a través de la empresa De Beers, como un regalo para su esposa Pamela Fenn Stirling. Desde su muerte en 1995, la gema pasó por varias manos hasta la subasta de Christie’s en mayo de 2016.
 millones de dólares
En el año 2012, el Libro Guiness de los Récords catalogó al L’Incomparable como la joya más cara del mundo cuando Mouawad, una empresa de artículos de lujo de origen libanés, puso a la venta el collar por 55 millones de dólares. La pieza se compone de un diamante amarillo/marrón natural tallado de 407,48 quilates (conocido como el Incomparable), sobre una cama de oro de 18k, acompañado de otros 90 diamantes blancos de menor tamaño que se suman a los 636 quilates totales.
El magnífico diamante central del collar fue encontrado entre un montón de escombros mineros desechados por una niña en el Congo Africano en la década de 1980.
Se dice que esta gema del tamaño de un huevo, única en su clase, fue encontrada por una nena entre un montón de escombros mineros en la República Democrática del Congo, a principios de los años ochenta. En 1984, la piedra original (de 890 quilates) se calificó como perfecta, la más grande del mundo hasta el momento y la cuarta en tamaño después de su tallado. Una década después, se supo que la filántropa Nita Ambani, esposa del empresario multimillonario y heredero de Reliance Group, Mukesh Ambani, fue la afortunada compradora de esta joya, que luego regaló a su nuera cuando se casó con su hijo en marzo de 2019.

6. Blue Moon of Josephine – $48.400 millones de dólares
El Blue Moon de Josephine es un diamante azul de 12,03 quilates, catalogado como perfecto tras ser descubierto en una mina de Sudáfrica en enero de 2014. La venta de esta gema, en una subasta de Sotheby’s en Ginebra en noviembre de 2015, a un valor récord de 48.400 millones de dólares, lo convirtió en el diamante azul (en este caso, en forma de “cojín”) más grande que jamás haya aparecido en una subasta, al menos, hasta la adquisición del Oppenheimer Blue al año siguiente.
El magnate Joseph Lau, condenado en el 2014 por corrupción en Macao, la capital mundial del juego, compró la piedra y la llamado 'Blue Moon Josephine', en honor a su hija de 7 años.
¿Quién lo compró? Acá es donde la historia se pone interesante. El diamante fue adquirido por el multimillonario hongkonés Joseph Lau Luen-hung, fugitivo convicto y criminal, quien los nombró en honor a su hija Josephine, de siete años. Desde 2014, Lau enfrenta cargos por sobornar a un ex ministro de Macao y fue sentenciado a cinco años y tres meses de prisión. Jamás cumplió la condena y sigue prófugo porque Macao y Hong Kong no tienen un acuerdo de extradición. Por supuesto, sigue siendo el propietario del Blue Moon y otras piedras preciosas como el diamante rosa Sweet Josephine de 16,08 quilates y 28.500 millones de dólares, y el Star of Josephine, un diamante azul de 9.500 millones de dólares.

7. El collar de jadeíta Hutton-Mdivani – $27.400 millones de dólares
Barbara Woolworth Hutton fue conocida como toda una aristócrata estadounidense y dama de sociedad, además de una de las mujeres más ricas del mundo en el siglo XX. Heredera de la fortuna Woolworth y comidilla de la prensa más amarilla, Barbara no escapaba de los escándalos amorosos, ni los matrimonios fallidos. Estuvo casada siete veces, una de ellas con Cary Grant, pero fue su primera boda con el príncipe georgiano Alexis Mdivani, en 1933, la que dio origen a esta pieza de joyería excepcional. Como regalo para su hija, Franklyn Hutton le encargó a Cartier la confección del collar exclusivo, compuesto de 27 cuentas de jadeíta graduadas (de 15 mm cada una), probablemente procedentes del tesoro imperial chino.
El padre de Barbara Hutton encargó a la joyería Cartier el Hutton Mdivani como regalo para la boda de su hija con el príncipe de Georgia, Alexis Mdivanise. Es considerado la pieza de joyería de jade más importante del mundo.
El diseño realizado por Cartier incorporó un broche de oro amarillo de 18k, rubíes y diamantes de estilo Art Deco, muy a la moda con las tendencias vanguardistas de la época. Lamentablemente, el matrimonio terminó en divorcio en el año 1935. El collar, por su parte, permaneció en la familia durante cinco décadas, hasta la muerte de Hutton en 1979. En 2014 volvió a la colección de Cartier, que lo adquirió por $27.400 millones de dólares en una subasta de Sotheby’s.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.