miércoles, 17 de abril de 2024

MERCADO DE ABASTO



MIS HISTORIAS DE BUENOS AIRES
El Abasto de Buenos Aires: la historia detrás del popular shopping
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires actualmente está divida en 48 barrios, pero, en la cotidianidad, hay uno de ellos que suele ser dividido en tres por los porteños: Balvanera. La gente suele asociar ese barrio a determinadas zonas de él que son conocidas como Once, Congreso y Abasto, y eso se debe a la presencia de los emblemáticos edificios que les dan sus nombres. Mientras que Once hace referencia a la estación ferroviaria Once de Septiembre y Congreso hace lo propio con la sede del Parlamento Nacional, Abasto toma la denominación de un centenario edificio que desde 1985 es considerado Patrimonio Cultural de la Ciudad: el Abasto Shopping.
Sin embargo, la colosal estructura que hoy hace las veces de centro comercial supo ser un destacado mercado proveedor que se erigió en los últimos años de un siglo XIX en el cual la Argentina crecía al compás de una inmigración que se hizo notar en Balvanera al igual que en muchos otros barrios porteños. Y justamente fueron los extranjeros provenientes mayoritariamente de Europa quienes contribuyeron al crecimiento exponencial del Mercado de Abasto Proveedor, tal como lo hicieron con otros importante mercados porteños como el de San Telmo.
El Mercado de Abasto Proveedor en 1925.

EL MERCADO PROVEEDOR MÁS IMPORTANTE DE SUDAMÉRICA
La historia comenzó en 1887, cuando la apertura de la Avenida de Mayo les hizo ver a los comerciantes del Mercado Modelo —que estaba frente a la Plaza Lorea, a metros del Congreso de la Nación— que el edificio sería demolido por las obras, algo que finalmente ocurriría en 1889. Fue por eso que en 1890, un año después de asociarse y crear la Sociedad Anónima Mercado de Abasto Proveedor, le compraron a los hermanos Devoto —unos importantes empresarios italianos radicados en la Argentina— el terreno donde ya estaba proyectada la creación del Mercado de Abasto Proveedor, que sería el reemplazante del Mercado Modelo.
El nuevo mercado se inauguró en 1893 en la manzana comprendida por la avenida Corrientes y las calles Lavalle, Laprida (hoy conocida como Agüero) y Anchorena. Al edificio, que en su momento fue el mercado de estructura metálica más grande de la ciudad, con el correr de los años se le realizaron modificaciones a medida que tanto la población como las actividades crecían: primero se construyó un depósito, luego se incluyeron un frigorífico y una fábrica de hielo, y más tarde se convirtió en el primer edificio público en contar con una conexión con el Subte (Línea B) y el tren (Ferrocarril Central), hitos que le facilitaron el transporte de mercadería y materiales de construcción.
De todas formas, la gran ampliación se terminó de concretar en 1934, cuando a los ya existentes edificios —que fueron modificados— se le sumó uno nuevo diseñado por el arquitecto esloveno Viktor Sulčič, quien años más tarde sería reconocido, entre otras cosas, por ser el responsable de diseñar La Bombonera, el estadio del Club Atlético Boca Juniors. La nueva estructura del Mercado de Abasto rápidamente se destacó no sólo por su elegante estilo europeo —algo que lo llevó a ganar en 1937 el Premio Municipal de Edificios y Fachadas—, sino también por ser de las primeras en el país en construirse con hormigón armado —junto al Edificio Kavanagh, que fue inaugurado en 1936—.
La icónica fachada del Abasto en construcción. 
LA TRANSFORMACIÓN EN CENTRO COMERCIAL
Más allá de sufrir un fuerte incendio en 1952, desde su creación el Mercado de Abasto Proveedor no paró de crecer. Sin embargo, eso cambió a partir de 1971, cuando el Estado decidió crear un único y centralizado mercado para abastecer a la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. De esa manera, y tras la puesta en funcionamiento del Mercado Central de la localidad bonaerense de Tapiales en 1984, el Mercado de Abasto cesó sus actividades dejando a una gran cantidad de personas desempleadas.
El abandono del edificio, que derivó en el aumento de la delincuencia y la usurpación de viviendas en las zonas aledañas, duró hasta 1998, año en el que se inauguró allí el centro comercial bautizado como Abasto Shopping. La empresa responsable de devolverle la vida a la edificación fue IRSA, que tres años antes había adquirido la propiedad para someterla a unas remodelaciones que la convirtieron en uno de los centros comerciales más grandes —cuenta con 58.000 metros cuadrados— e importantes de todo el país.
El Abasto Shopping hoy. 
La Argentina sabe —demasiado— de crisis. Pero, además de eso, su capital también sabe de reinvenciones y resurgimientos. Y el Abasto de Buenos Aires es una gran prueba de ello, pues a lo largo de sus 127 años vio dentro de sí ampliaciones y modificaciones, así como también destrucción y revitalización. Algo que, por tratarse de un edificio tan importante como para cambiarle el nombre a un barrio, era completamente necesario.

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