martes, 14 de abril de 2020

STREAMING


Qué están mirando nuestros críticos....N. T. 


The Iliza Shlesinger Sketch Show 1 temporada Disponible en Netflix

El tipo de humor que la comediante Iliza Shlesinger despliega en sus cinco especiales no es para todo el mundo. Para muchos, sus agudos comentarios sobre la diferencia entre los géneros se pierden entre la grosería y el absurdo. Que en esencia se repiten en este formato, que se presta para su estilo pero que también deja al descubierto sus debilidades. Así en los primeros episodios, que tienen una duración ideal de veinte minutos, Shlesinger acierta con su parodia de Jackass, donde las pruebas de riesgo no son físicas sino emocionales. Menos logrado resulta el sketch con todo el elenco jugando a ser ejecutivos con predilección por los duraznos. La cosa mejora en la escena de una especie de reunión para adictos en recuperación, que en este caso está integrada por mujeres que aprenden a vivir según los dictámenes del patriarcado, es decir sin autoestima y repitiéndose el mantra de que las mujeres no son ni serán graciosas. Una exageración que esta serie contradice a cada paso.
Tales from the Loop 1 temporada
Disponible en Amazon Prime Video

Algunas series proponen entretenimiento sin más ambiciones que pasar un rato agradable frente a la pantalla. Una distracción que puede asumir la forma de la comedia o el drama, pero que difícilmente vaya más allá de la superficie. Exactamente lo opuesto a la invitación que extiende este ciclo de ciencia ficción inspirada en los diseños visuales del sueco Simon Stålenhag. Serie de tiempos lentos, imágenes inmersivas y sigilosamente emotiva, Tales from the Loop utiliza la ciencia ficción para reflexionar sobre los vínculos humanos. Y lo hace en el marco de una puesta en escena prodigiosa, que crea un espacio atemporal y al mismo tiempo repleto de marcas de época, y a través de unos personajes que viven todo el tiempo intentando encontrar la salida o algún tipo de explicación a los misterios del laboratorio de experimentos bajo la tierra en la que habitan. Con la estructura de antología, la serie cuenta de todos modos con las destacadas actuaciones de los británicos Rebecca Hall y Jonathan Pryce.
Schitt's Creek. Temporada 1. Schitt's Creek - Movistar+
Schitt’s Creek 2 temporadas Disponible en Comedy Central
Las expectativas alrededor de esta comedia canadiense eran altas. No sólo estuvo nominad en 2019 para cuatro premios Emmy en las categorías principales sino que además está protagonizada por Eugene Levy y Catherine O’hara, dos leyendas del humor de ese país a los que muchos reconocerán por las películas de Christopher Guest. La buena noticia es que la serie –creada por Levy y su hijo Dan, que también actúa en la ficción– es todo lo que se esperaba y más. La historia de la familia Rose, papá John (Levy), mamá Moira (O’hara) y sus hijos David (Dan Levy) y Alexis (Annie Murphy) comienza cuando se enteran de que el administrador de su inmensa fortuna los estafó, dejándoles como única posesión el pueblo de mala muerte que alguna vez el patriarca compró porque le causaba gracia su nombre. Y allí tendrán que irse a vivir cuando el gobierno les embargue todo menos la ropa y las pelucas de Moira, que con el correr de los episodios se transformarán en personajes con vida propia. O algo así.

Los verdaderos “rápidos y furiosos”

(Reino Unido, 2019/2020). productores ejecutivos: James Gay-rees, Paul Martin, Sophie Todd. disponible en: Netflix
Peleas. Egos desbordantes. Millones de dólares. Glamour. Con esos ingredientes se puede armar una serie de ficción que el público quiera ver de principio a fin, sin parar. Pero cuando todo eso surge de la vida real y se logra capturar en un formato documental, el atractivo es aún mayor.
Eso sucede con Formula 1: Drive to Survive , la adictiva serie documental de Netflix que retrata el backstage de la competencia automovilística más grande del mundo. La primera temporada narra el campeonato de 2018 y la segunda el de 2019, con cada uno de los episodios concentrándose en un equipo o piloto en particular, viajando de un circuito a otro.
Formula 1: Drive to Survive resulta fascinante porque tiene forma y contenido en perfecta amalgama. Las imágenes tomadas desde los mismos autos en plena acción, en las instancias de clasificación y en las carreras, los planos aéreos de los circuitos, los paseos de la cámara por los boxes, reparando en los detalles justos, como la precisión de los cambios de neumáticos pero también la tensión del equipo y familiares del piloto mientras miran la carrera. Todo está integrado en una edición que genera un ritmo veloz acorde al tema, pero también da tiempo suficiente para que aparezca una mueca en un entrevistado que revela mucho más que lo que acaba de decir.
La serie es mucho más que un compilado de imágenes de alta definición para interesar a los fanáticos del automovilismo. Lo que Formula 1: Drive to Survive cuenta son las historias humanas detrás de las máquinas, indagando en el funcionamiento de un deporte que es también un negocio multimillonario. Hay un impresionante trabajo de producción para poder pintar un paisaje completo de la Fórmula 1, que se nota aún más en la segunda temporada en la que tuvieron acceso a los dos equipos punteros de los últimos años, Mercedes Benz y Ferrari, incluyendo a Lewis Hamilton, séxtuple campeón del mundo.
El suspenso y la sorpresa están manejados como si se tratara de un thriller de Hitchcock y no es extraño que alguna escena provoque en el espectador un espontáneo “¡no lo puedo creer!”. Como si fuera una serie de ficción, acá también hay personajes arrogantes, como Christian Horner, el manager del equipo Red Bull; cómicos, como el piloto Daniel Ricciardo; y otros que llevan las de perder y se ganan el afecto del público. Cada episodio va tejiendo las historias entre ellos y sus equipos, con los rencores y simpatías que se generan, y subrayando que hay algo que los une a todos: el eterno deseo de ganar.

Comedia romántica más curiosa que efectiva

(Love. wedding. repeat, Reino Unido 2020). dirección y guion: Dean Craig. elenco: Sam Claflin, Olivia Munn, Eleanor Tomlinson. disponible en: Netflix
Amor. Boda. Azar es una comedia romántica despareja, que pierde cuando intenta ser graciosa y no logra construir un romance inolvidable. Sin embargo, el encanto de su protagonista y el espíritu lúdico de la trama la convierten en una película curiosa; que entretiene más por la intriga que genera su propuesta que por su efectividad como comedia romántica.
La película escrita y dirigida por Dean Craig (guionista de Muerte en un funeral) está basada en un film francés, Un plan de table. Pero más allá de lo que Amor. Boda. Azar haya tomado de ese original, el fantasma que recorre la película es el de Cuatro bodas y un funeral. Aquí también hay una boda; un grupo de amigos ingleses, cada uno con su peculiaridad; un protagonista que no puede tener una relación amorosa sólida, exparejas infernales, una norteamericana atractiva y hasta una dinámica divertida entre hermano y hermana.
Es difícil no pensar en aquel clásico de la comedia romántica y, por supuesto, las comparaciones no le hacen ningún favor a Amor. Boda. Azar.
En la primera parte, los esfuerzos del film están concentrados en el humor, con una seguidilla de chistes, entre torpes y repetitivos. El objetivo de hacer reír, en mayor parte, no se cumple; con la excepción de algunas intervenciones de la comediante Ailsing Bea, que consigue sacarle el jugo a un personaje un tanto desgraciado. Pero cuando todo parece perdido, llega una vuelta de tuerca algo caprichosa que lleva a los personajes a tener un mayor desarrollo y suscita interés en la historia.
Sin entrar en spoilers, basta con decir que ese cambio está relacionado con el tema del azar que plantea la película. A partir de este giro, los personajes que eran apenas bocetos de distintos tipos de personas se hacen más humanos y despiertan una mayor empatía. Al fin, el espectador puede ver una verdad detrás de tanto chiste y comprometerse más con la historia. Cuando la película se pone más o menos seria, al contrario de lo que suele suceder, gana en humanidad.
Uno de los aciertos del film es la elección de Sam Claflin como protagonista. Armado con su carisma, el actor logra mantener el interés en la historia, aunque sólo sea para conocer el destino de su personaje y su posible romance con el de Olivia Munn (al que no se le da la importancia necesaria). Ni el encanto del protagonista consigue la alquimia romántica requerida por este tipo de película, pero el desarrollo de los acontecimientos en la última parte le permite a Claflin tocar otras notas que las de la comedia fallida y demostrar que está para más.
El comunismo y sus fantasmas

(Rojst, Polonia/2018). dirección: Jan
Holoubek. elenco: Andrzej Seweryn,
Dawid Ogrodnik, Zofia Wichlacz, Magdalena Walacz. disponible en: Netflix.
El pantano comienza como la mayoría de las series policiales de hoy en día: en un bosque denso y apenas iluminado, alguien encuentra un cadáver. En este caso, dos cadáveres. El de una prostituta y el del presidente de la Juventud Socialista, figura prominente en la vida política y social de un pueblo de la Polonia comunista. Los planos que siguen muestran el cielo ceniciento apenas enmarcado por las copas de los árboles, las raíces vegetales que delinean un territorio pedregoso, que guarda sangre y secretos. Algo deudora del estilo frío y opaco del scandinoir, esta miniserie de solo cinco episodios se construye como un pequeño rompecabezas, no demasiado original pero sí ágil e intrigante, que destila una progresiva inquietud sobre lo que ha ocurrido en ese bosque de fronteras difusas, cementerio de muertes pasadas y testigo mudo de crímenes presentes.
Ambientada en los tempranos 80, en un pueblo alejado de Varsovia, El pantano delinea un mundo cerrado, dominado por una sensación de trampa permanente que enreda a la dirigencia local y a las fuerzas cívicas. La investigación policial de los crímenes se cierra de inmediato, con un culpable a medida. Sin embargo, no todos quedan conformes. Witold Wanycz (Andrzej Seweryn) es un veterano periodista que planea, como un secreto a voces, un viaje hacia Berlín Occidental. Su vínculo con el caso está guiado por el desgano y lo que le queda de obediencia. Pero su colega Piotr Zarzycki (Dawid Ogrodnik), recién llegado de Cracovia y convertido en un discípulo inesperado, inicia una peligrosa investigación que se desvía en caminos insospechados: el supuesto suicidio de dos adolescentes, una misteriosa granja destinada a la faena de cerdos, y los turbios negocios de un burdel, síntesis de ese infierno de fachada bucólica.
Lo más atractivo de la serie -que no difiere demasiado de otras tantas británicas y nórdicas– es el uso que hace del pasado nacional como herida lacerante. Los tormentos de Wanycz, que incluyen el anhelo de un ideal perdido y el agobio por la delación, se enraízan en la misma historia polaca de posguerra, con sus sacrificios y sus silenciamientos. Y el ímpetu de Zarzycki por descubrir la verdad, que lo aleja del confort de la vida junto a su esposa, que lo subleva frente a la autoridad de su padre en el Partido, es el signo de su generación, dispuesta a nombrar lo imposible, a perseguir los fantasmas esquivos del pasado, a impedir a riesgo de su vida el silencio y el olvido. Ese vínculo oblicuo entre ambos personajes, entre ambos tiempos y distintos ideales, es el que otorga a la serie su distinción más allá del género, más allá del ingenio de cualquier rompecabezas

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.