La señorial residencia de Hampstead se convirtió en una meca para los estudiosos del psicoanálisis en todo el mundo
Una camioneta escolar estaciona en la calle Maresfield Gardens, en el sereno barrio de Hampstead, en Londres. Allí espera un maestro y su prolija fila de niños con uniforme de colegio luego de subir por una cuesta empinada, cerrada al tráfico, hasta el punto de encuentro. La escena, decorada con casitas de ladrillos rojos, ambientada con las alegres voces, se aprecia desde una ventana en el descanso de una escalera. Este espacio era el lugar preferido de Sigmund Freud durante sus últimos meses de vida. Gracias a sus influyentes amistades, el padre del psicoanálisis logró en junio de 1938, a sus 82 años, escapar cuando los nazis avanzaron sobre Austria. Capturar a Freud significaría una hazaña, no tanto por su origen judío, sino por el rechazo que sus teorías generaban en la mentalidad nazi.




El motivo de orgullo de los vecinos es literal y cuelga en los cartelitos de cada puerta. En Maresfield Gardens, algo así como Jardines de la Marisma, cada espacio verde está diseñado con cuidado, con una veta de racionalidad y otra de espíritu salvaje. Los pinos y las rosas sembrados por la cuñada de Freud, la hermana de Martha Bernays, los canteros y la disposición de los bancos se conservan tal cual los contemplaba Freud. “La sorpresa para los visitantes, en particular para quienes vienen de tan lejos, como los argentinos, es la zona en la que está ubicada la casa. Les resulta extraordinario que en este barrio, donde vive una clase media próspera, en el norte de Londres, se instalara Freud con sus ideas e innovaciones. Nadie pensaría que uno de los intelectuales más influyentes del siglo XX elegiría este lugar tan pacífico”, opina la directora. A esta casa peregrinaron admiradores y pacientes. Uno fue Salvador Dalí, quien le regaló un retrato que hoy se exhibe en la primera planta (“A él no le interesaban demasiado los surrealistas”, explica Seigel).
Freud, una celebridad en Inglaterra, generó con su exilio la atención de la prensa local y europea. La BBC logró registrar en esta casa la voz del Freud, quien, en inglés, resumía, con la dificultad que le generaba su cáncer en el habla, su extensa trayectoria: “Bajo la influencia de un amigo mayor [Josef Breuer] y con mis propios esfuerzos descubrí algunos nuevos hechos importantes sobre el inconsciente de la vida psíquica, el rol de los impulsos sexuales y más. A partir de estos hallazgos se desarrolló una nueva ciencia: el psicoanálisis. Una parte de la psicología y un nuevo método para tratar la neurosis. Tuve que pagar por este poco de buena suerte. La gente no creyó en mis hechos y consideró a mis teorías ofensivas. La resistencia fue fuerte y tenaz. Al final, tuve éxito, pero la lucha continúa”.
CASA MUSEO EN VIENA LAS FOTOS ANTERIORES PERTENECEN A LONDRES
Freud añoraba, a pesar del horror, a Viena “la prisión de la cual me han liberado”, escribía en su diario. El concepto de libertad adquiría así una nueva interpretación para este intelectual que luchó contra la represión y por encontrar las llaves para abrir la puerta de las diferentes cárceles del alma.
El icónico diván donde los pacientes se psicoanalizaban por, precisamente, el padre de esta disciplina, un estudio tan polémico como experimental en aquella época, el escritorio donde escribió sus famosos ensayos sobre los rincones de la mente y los sueños, las bibliotecas pobladas de reliquias y las estatuas mitológicas de las estanterías se pueden apreciar a partir de una visita virtual. La Casa Museo de Freud, ubicada en Mansfield, residencial barrio de Londres, donde el médico residió desde 1938 hasta su muerte, y donde también vivió su hija Anna Freud, cuenta con un tour 360°. https://www.freud.org.uk/visit/ virtual-tour/
L. V.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.