lunes, 22 de abril de 2024

ALAS PARA DINAMARCA Y LAS PALABRAS


Alas para Dinamarca. Cuando la Argentina le donó aviones de combate
La reciente compra de 24 aviones caza F-16 revive una vieja historia que unió a los dos países
Claudio MeunierThe Royal library,El Spitfire Skagen Ind, comprado con donaciones de América
El 9 de abril de 1940, la maquinaria de guerra de Adolf Hitler, mediante la operación Weserübung, invadió Dinamarca, que capituló ante Alemania a pesar de insistir en su neutralidad.
El rey Christian X decidió quedarse en su país para darle protección a su pueblo y sabotear las actividades del invasor. También encomendó a los daneses exiliados en Gran Bretaña formar un comité para apoyar a la resistencia y dar así una chance a su país de liberarse de los invasores.
El 30 de septiembre de 1940, en la ciudad de Londres, se fundó el Consejo Danés. Su primer trabajo fue la propaganda, esencial para movilizar a la comunidad de exiliados. Crearon el periódico Frit Danmark (se traduce “Dinamarca libre”).
Con voluntarios para la lucha se formó, dentro de la Royal Air Force, la “sección danesa”, dirigida por el oficial Werner Michael Iversen.
Pero el Consejo Danés no se limitó solo a reclutar voluntarios, también apoyó a la resistencia proveyéndole armamento que compraba con donaciones. Hubo dos eslóganes muy populares en aquellos años, dirigidos a las amas de casa: ‘Convierte tu sartén en un Spitfire’ y el segundo fue; ‘Un Spitfire en el aire mantiene alejado a Hitler de su casa’.
El Spitfire fue el avión caza británico usado por la Royal Air Force y muchos otros países aliados en la Segunda Guerra Mundial. Un arma imprescindible, que se produjo durante todo el conflicto.
Así se creó el Fondo Spitfire Danés, que envió “embajadores” a buscar dinero entre los daneses en el exilio y sus descendientes repartidos por todo el mundo. Una delegación visitó América del Norte, Uruguay y la República Argentina.
En la Argentina encontraron gran repercusión: una porción considerable de la comunidad dinamarquesa y público general adhirieron a la causa aliada y brindaron su ayuda para la colecta. Con el apoyo de escolares realizaron operaciones de recolección de metales: tubos de dentífrico, ollas viejas, chapas y cualquier resto de metal que pudiese ser vendido era bien recibidos. La chatarra luego fue enviada en barco a Londres, donde sería fundida y “reconvertida”.
Las donaciones de dinero se obtuvieron, mayormente, en las localidades de Necochea, San Cayetano, Lobería, Tandil, Tres Arroyos, Posadas, Oberá y Bariloche gracias a la población dinamarquesa en su mayoría vinculada al ámbito rural. En total, la colecta en la Argentina sumó 6877 libras. Fue la segunda contribución más importante en el continente americano y su monto permitió asegurar la adquisición de un caza Supermarine Spitfire.
La recaudación en el resto del continente permitió la compra de otros dos Spitfire, logrando así que los “daneses libres” consiguieran por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial tener su sección de tres aviones dentro de una unidad en el Comando de Cazas de la RAF.
El 10 de abril de 1942, los tres Spitfire daneses fueron presentados al Escuadrón 234 de la RAF en la base aérea Ibsley, Gran Bretaña.
Cada uno de los Spitfire, construidos en la factoría Castle Bromwich de Birmingham, con el clásico motor Rolls Royce Merlin versión 45, fue bautizado con alusiones a personajes o costumbres de la cultura danesa.
El primer Spitfire recibió el nombre de Skagen Ind, relacionado con el lema utilizado para la recaudación de fondos entre los daneses. El segundo fue bautizado Valdemar Atterdag, en honor al rey de Dinamarca que gobernó entre 1340 y 1375. El tercer Spitfire fue llamado Niels Ebbesen, en honor al héroe nacional danés del siglo XIV que, en 1340, le dio muerte al conde alemán Gerhard III de Holstein.
Los Spitfire daneses Valdemar Atterdag y Skagen Ind fueron lanzados al combate el 16 de abril de 1942. Su bautismo de fuego fue contra cazas de la Luftwaffe. Ocho días después fueron interceptados y derribados por dos ases alemanes. Uno de sus verdugos fue el leutnant Wilhelm Ferdinand Galland, hermano del famoso as Adolf Galland que luego de la Segunda Guerra Mundial fue contratado por el gobierno de Perón para organizar a la naciente Fuerza Aérea Argentina.
Hacia 1943 el Consejo Danés, con el dinero restante y nuevas recaudaciones, algunas provenientes desde la República Argentina, donó otros cinco Spitfire. Según las actas del Comité de Trabajo del Consejo Danés, se les dieron los nombres Dinamarca 4, Dinamarca 5, Dinamarca 6, Dinamarca 7 y al último, que fue donado poco antes del final de la guerra, el nombre de Holger Danske.
La iniciativa no cambió el curso de la guerra, pero sí dio un consistente impulso a la moral y un importante mensaje a la resistencia: el mundo estaba de su lado. Aunque discreta y olvidada, esta historia sentó un precedente en Dinamarca, resultando fundacional para su aviación, que fue realizado con aportes de personas anónimas en zonas rurales de un país muy lejano de la zona del conflicto, un lugar llamado República Argentina

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Eyectarse, eyectarse, eyectarse
Graciela Guadalupe


“Aumentan las prepagas y los bancos te matan con las tasas”
(De Cristina Kirchner)
Javier Milei sabía que podían eyectarlo. No como a De la Rúa en el helicóptero. Ni siquiera como a Alfonsín, al que obligaron a armar el carry on antes de tiempo (no le hacía falta una valija; todos sabemos que a Illia y a Alfonsín les sobraba lugar en un táper, que se iban con lo puesto). El caso de Javi fue motu proprio. Iban a enseñarle en Dinamarca cómo tirarse de un avión F-16 en emergencia. “Eyectarse, eyectarse, eyectarse” –así, dicho tres veces– era la orden que recibiría del piloto. Ya el hecho de que aceptara recibir una orden era un acontecimiento, pero finalmente el vuelo no ocurrió. Parte del mundo entró en guerra y Javi se volvió a seguir librando su propia batalla argenta por Twitter (perdón, pero X me da a tatetí).
Acá lo esperaba un paro decretado por la CGT de forma preventiva –vendría a ser como una Sputnik laboral: la tengo para aplicártela cuando se me dé la gana–; una UCR al mando de Lousteau, con su manito cobarde para aumentarse el sueldo pero valiente para empujar el carro partidario hasta el abismo, y parte del Congreso enfrentado por la cosificación de la Bella Durmiente y las intenciones delictivas del príncipe rastrero.
También, el compañero Alberto denunciando “una campaña de estigmatización y persecución contra medios y periodistas que recuerda las épocas más oscuras del autoritarismo” (tal vez quiso decir kirchnerismo, pero ya se sabe que el predictivo tiene vida propia), y el impredecible tratamiento en el Congreso de la ley ómnibus y del DNU. Obviamente, hay mucho más, pero, sin desmerecer la gravedad general, el problema más espinoso que enfrenta hoy el dueño de la motosierra es que le apareció una poderosa competidora en las redes sociales: Cristina, la tiktokera.
Muy inteligente lo de la Pasionaria del Calafate, como la llama el amigo Fernández Díaz: ¿qué lugar mejor para bajar línea que Tiktok, la cantera donde rugen muchos de los leones más jóvenes que a ella le dan la espalda? Encontrado el instrumento, a la dama le estaría faltando afinar el mensaje si lo que pretende es captar o recuperar capital electoral. En un último video se quejó del aumento de las prepagas y de los bancos. “Te matan con las tasas de interés y las penalidades”, dijo la jubilada de los más de 14 millones de pesos mensuales al elogiar con esmero a una senadora por haberle derogado el DNU al Gobierno.
Es bello poder comunicar, pero más aún si ayudase a construir los buenos viejos tiempos del futuro

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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