La Argentina tuvo la inflación más alta del mundo en marzo
El índice de precios al consumidor fue del 11% frente a febrero y, aunque la cifra mostró una desaceleración con respecto a los meses anteriores, sigue siendo el valor más elevado
Melisa Reinhold
Aunque la inflación se desaceleró en los últimos meses, la Argentina sigue teniendo números que casi no existen en el resto del mundo. En marzo pasado, los precios aumentaron un 11% mensual, cifra que solo se puede comparar con la salida de la hiperinflación en 1990.
Este viernes, el Instituto Nacional de Estadística y Censo (Indec) publicó el índice de precios al consumidor (IPC), el cual durante el primer trimestre del año acumuló un avance del 51,6%. Si se observa el comportamiento que tuvo la economía en los últimos doce meses, los precios treparon 287,9%.
En ese contexto, por muy lejos, la Argentina volvió a tener la inflación mensual más alta del mundo. Detrás se encontraron países como Zimbabue, donde el costo de vida se encareció un 4,9% en marzo (55,3% anual), o Turquía, otro país con altos valores inflacionarios, que tuvo una variación de precios de 3,39% mensual y de 68,5% interanual.
De todas maneras, el dato de marzo fue festejado dentro del Gobierno, ya que registró el tercer mes consecutivo en descenso. Tras el pico de diciembre, cuando el índice se disparó a un 25,5% mensual, en enero los precios treparon un 20,6% y en febrero, un 13,2%.
Inflación en América Latina
En la región, el único país comparable con la Argentina es Venezuela, aunque en el último año empezó a transitar la salida de la hiperinflación. En marzo, el costo de vida aumentó un 3,9% mensual (en febrero tuvo deflación del 0,5%), lo que la situó con el cuarto índice más alto a nivel global. La tasa acumulada en el año es del 7,8% y de 89% en los últimos doce meses.
“Esta aceleración de la inflación ocurrió en un contexto donde la liquidez monetaria se expandió 18,2% en el mes y 215% en términos anualizados, más allá de la estabilidad que mostró el tipo de cambio, el cual aumentó 0,36% en marzo y 29% con relación a marzo de 2023. Claramente, la política cambiaria, con particular énfasis en 2024, tiene como objetivo estabilizar al tipo de cambio, y se ha logrado hacerlo. Sin embargo, hay que tomar en consideración que tal política encara riesgos muy importantes cuando la inflación local no disminuye rápida y significativamente”, señaló el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), entidad independiente del Estado, que se convirtió de referencia tras la manipulación de los números oficiales de precios.
Al observar lo que pasa en el resto América Latina, la inflación que la Argentina tiene en un solo mes supera el dato que otros países tienen durante un año. En la lista siguió Paraguay, con un incremento de precios de 1,1% mensual y de 3,6% interanual. Un número similar tuvo Perú, con una inflación del 1,01% frente a febrero y del 3,05% en comparación con marzo de 2023.
En el resto de la región, la variación del índice de precios al consumidor empezó con el número cero. Por ejemplo, al observar lo que ocurrió en el vecino Brasil, la inflación en marzo fue del 0,16% y marcó un avance del 3,93% en un año. Lo mismo sucedió con Chile, donde el costo de vida se encareció un 0,4% mensual y 3,7% interanual.
En Uruguay, el Instituto Nacional de Estadística (INE) dio a conocer que los precios se movieron un 0,02% mensual y acumularon un incremento del 3,8% interanual. Mientras que en Bolivia, el índice de precios al consumidor subió 0,5% frente a febrero y 3,06% anual.
Las cifras son muy similares a lo largo de América Latina. En Colombia, el dato mensual fue del 0,7%, mientras que la cifra interanual se posicionó en un 7,36%. En tanto, en México, la inflación fue del 0,29% mensual y del 4,42% acumulado en los últimos doce meses.
Más al norte del continente, en Ecuador, registraron una inflación de 0,29% frente a febrero pasado y tuvieron un aumento del 1,66% en doce meses. En El Salvador, el Banco Central de Reserva informó que el índice de precios se ubicó en 0,02% mensual y 0,77% interanual.
Por último, Honduras marcó en el tercer mes del año un aumento de precios del 0,49% frente a febrero y del 4,58% en comparación con marzo 2023. En Guatemala, los precios de la economía subieron un 0,31% mensual y acumularon un 3,24% en el último año. En República Dominicana, los números fueron del 0,3% con relación al mes pasado y del 3,38% en doce meses.
Mención aparte merece Costa Rica, ya que es el único país de toda América Latina que registra deflación. En este caso, en marzo los precios retrocedieron un 0,28% en comparación con febrero y acumula una caída del 1,19% en un año.
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Una familia necesitó en marzo $773.385 para no ser pobre
La cifra surge de la variación de la canasta básica total, que subió 11,9%; la alimentaria, usada para medir la línea de la indigencia, creció 10,9%
Aunque la inflación se desaceleró en los últimos meses, la Argentina sigue teniendo números que casi no existen en el resto del mundo. En marzo pasado, los precios aumentaron un 11% mensual, cifra que solo se puede comparar con la salida de la hiperinflación en 1990.
Este viernes, el Instituto Nacional de Estadística y Censo (Indec) publicó el índice de precios al consumidor (IPC), el cual durante el primer trimestre del año acumuló un avance del 51,6%. Si se observa el comportamiento que tuvo la economía en los últimos doce meses, los precios treparon 287,9%.
En ese contexto, por muy lejos, la Argentina volvió a tener la inflación mensual más alta del mundo. Detrás se encontraron países como Zimbabue, donde el costo de vida se encareció un 4,9% en marzo (55,3% anual), o Turquía, otro país con altos valores inflacionarios, que tuvo una variación de precios de 3,39% mensual y de 68,5% interanual.
De todas maneras, el dato de marzo fue festejado dentro del Gobierno, ya que registró el tercer mes consecutivo en descenso. Tras el pico de diciembre, cuando el índice se disparó a un 25,5% mensual, en enero los precios treparon un 20,6% y en febrero, un 13,2%.
Inflación en América Latina
En la región, el único país comparable con la Argentina es Venezuela, aunque en el último año empezó a transitar la salida de la hiperinflación. En marzo, el costo de vida aumentó un 3,9% mensual (en febrero tuvo deflación del 0,5%), lo que la situó con el cuarto índice más alto a nivel global. La tasa acumulada en el año es del 7,8% y de 89% en los últimos doce meses.
“Esta aceleración de la inflación ocurrió en un contexto donde la liquidez monetaria se expandió 18,2% en el mes y 215% en términos anualizados, más allá de la estabilidad que mostró el tipo de cambio, el cual aumentó 0,36% en marzo y 29% con relación a marzo de 2023. Claramente, la política cambiaria, con particular énfasis en 2024, tiene como objetivo estabilizar al tipo de cambio, y se ha logrado hacerlo. Sin embargo, hay que tomar en consideración que tal política encara riesgos muy importantes cuando la inflación local no disminuye rápida y significativamente”, señaló el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), entidad independiente del Estado, que se convirtió de referencia tras la manipulación de los números oficiales de precios.
Al observar lo que pasa en el resto América Latina, la inflación que la Argentina tiene en un solo mes supera el dato que otros países tienen durante un año. En la lista siguió Paraguay, con un incremento de precios de 1,1% mensual y de 3,6% interanual. Un número similar tuvo Perú, con una inflación del 1,01% frente a febrero y del 3,05% en comparación con marzo de 2023.
En el resto de la región, la variación del índice de precios al consumidor empezó con el número cero. Por ejemplo, al observar lo que ocurrió en el vecino Brasil, la inflación en marzo fue del 0,16% y marcó un avance del 3,93% en un año. Lo mismo sucedió con Chile, donde el costo de vida se encareció un 0,4% mensual y 3,7% interanual.
En Uruguay, el Instituto Nacional de Estadística (INE) dio a conocer que los precios se movieron un 0,02% mensual y acumularon un incremento del 3,8% interanual. Mientras que en Bolivia, el índice de precios al consumidor subió 0,5% frente a febrero y 3,06% anual.
Las cifras son muy similares a lo largo de América Latina. En Colombia, el dato mensual fue del 0,7%, mientras que la cifra interanual se posicionó en un 7,36%. En tanto, en México, la inflación fue del 0,29% mensual y del 4,42% acumulado en los últimos doce meses.
Más al norte del continente, en Ecuador, registraron una inflación de 0,29% frente a febrero pasado y tuvieron un aumento del 1,66% en doce meses. En El Salvador, el Banco Central de Reserva informó que el índice de precios se ubicó en 0,02% mensual y 0,77% interanual.
Por último, Honduras marcó en el tercer mes del año un aumento de precios del 0,49% frente a febrero y del 4,58% en comparación con marzo 2023. En Guatemala, los precios de la economía subieron un 0,31% mensual y acumularon un 3,24% en el último año. En República Dominicana, los números fueron del 0,3% con relación al mes pasado y del 3,38% en doce meses.
Mención aparte merece Costa Rica, ya que es el único país de toda América Latina que registra deflación. En este caso, en marzo los precios retrocedieron un 0,28% en comparación con febrero y acumula una caída del 1,19% en un año.
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Una familia necesitó en marzo $773.385 para no ser pobre
La cifra surge de la variación de la canasta básica total, que subió 11,9%; la alimentaria, usada para medir la línea de la indigencia, creció 10,9%
Carlos Manzoni
La canasta básica total (CBT) y la canasta básica alimentaria (CBA), que se utilizan para fijar el ingreso que se necesita para no caer en la pobreza o la indigencia, respectivamente, volvieron a desacelerar su ritmo de aumento en marzo, pero en la medición interanual siguen muy por encima de la inflación. Así, una familia tipo necesitó en el tercer mes del año $773.385 para no ser pobre y $358.049 para no ser indigente.
Según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la CBT tuvo una variación de 11,9% y la de la CBA fue de 10,9%, contra 15,8% y 13,1% en febrero, respectivamente. Se trata de la tercera baja consecutiva en el ritmo de incremento, luego del pico que se produjo a fin del año pasado, cuando pasó de 15,2% en noviembre a 30,1% en diciembre.
Pero lo más preocupante en las cifras que arrojaron ambas canastas es que en la medición interanual las dos tuvieron aumentos muy por encima de la inflación en igual período. Así, mientras que la inflación tuvo una suba de 287,9% en los últimos doce meses, el alza de la CBT en ese lapso fue de 304,4% y la de la CBA, de 308,2%.
Estas cifras tendrán su correlato en un aumento de la pobreza y de la indigencia, sobre todo teniendo en cuenta que los salarios crecen a menor ritmo ya no solo de la inflación, si no de estas canastas.
En este sentido, Virginia Giordano, economista del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), comentó que los salarios en 2023 quedaron muy rezagados en comparación con el valor de las canastas. “Hubo un 22% de pérdida de poder adquisitivo. Y en lo que va del año (sumando enero, febrero y marzo) muy pocos sectores han alcanzado los 49 puntos que subió la canasta alimentaria y los 56 de la total. Menos aún los informales, jubilados o perceptores de planes sociales”, explicó.
Giordano amplió su análisis y resaltó que, con los ajustes de precios que aún no impactaron completamente en el IPC (como las tarifas de gas y electricidad) e imaginando un escenario con dólar quieto, aún quedan varios meses con inflación alta. “Si los salarios no se recuperan o siquiera ajustan de manera equivalente, es muy probable que las cifras de pobreza sigan aumentando. Del mismo modo, si no se mejoran las estrategias de contención social”, concluyó la economista.
Tal como publicó la nacion hace dos semanas, en el segundo semestre del año pasado la pobreza fue de 41,7%, mientras que la indigencia alcanzó un 11,9%, evidenciando un fuerte salto, según datos del Indec. Según ese organismo, en todo el país, la cantidad de pobres llegó a 19,5 millones, mientras que los indigentes despegaron a 5,4 millones. En el cuarto trimestre, según estimaciones privadas, la pobreza podría haber tocado casi el 45%.
La economista Guadalupe Biron, de la consultora Empiria, comentó que los datos mejoran en el margen, pero aún son números muy preocupantes. “La cifra de $ 773.000 para que una familia de cuatro integrantes no caiga en la pobreza es muy alta. En línea histórica, con 2,7 salarios mínimos se cubría esa canasta [básica total], hoy ese número es 3,8”, remarcó.
En tanto, el economista Eugenio Marí, de la Fundación Libertad y Progreso, destacó que las canastas básicas quedaron a las puertas de anotar variaciones de un dígito mensuales y opinó que se trata de un escenario relativamente positivo, porque muestra que la inflación sigue bajando. “Que esta baja se profundice es lo fundamental para empezar a recuperar el poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones en lo inmediato”, agregó.
Sin embargo, Marí señaló que no debe perderse de vista el panorama global. En este sentido, dijo que la Argentina sigue siendo una economía que viene a cumplir 13 años con el PBI moviendo cíclicamente alrededor de una tendencia estancada. “Esto es lo que ha propiciado que casi el 45% de las personas no alcancen la línea de la pobreza. Línea que para un adulto equivalente se ubicó en unos US$250 en marzo de este año”, analizó el economista.
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Por la nueva modalidad de reajustes, las jubilaciones subirán en mayo un 11%
Según lo establecido, los haberes aumentan siguiendo la variación de precios de dos meses atrás; cómo quedan los montos
La canasta básica total (CBT) y la canasta básica alimentaria (CBA), que se utilizan para fijar el ingreso que se necesita para no caer en la pobreza o la indigencia, respectivamente, volvieron a desacelerar su ritmo de aumento en marzo, pero en la medición interanual siguen muy por encima de la inflación. Así, una familia tipo necesitó en el tercer mes del año $773.385 para no ser pobre y $358.049 para no ser indigente.
Según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la CBT tuvo una variación de 11,9% y la de la CBA fue de 10,9%, contra 15,8% y 13,1% en febrero, respectivamente. Se trata de la tercera baja consecutiva en el ritmo de incremento, luego del pico que se produjo a fin del año pasado, cuando pasó de 15,2% en noviembre a 30,1% en diciembre.
Pero lo más preocupante en las cifras que arrojaron ambas canastas es que en la medición interanual las dos tuvieron aumentos muy por encima de la inflación en igual período. Así, mientras que la inflación tuvo una suba de 287,9% en los últimos doce meses, el alza de la CBT en ese lapso fue de 304,4% y la de la CBA, de 308,2%.
Estas cifras tendrán su correlato en un aumento de la pobreza y de la indigencia, sobre todo teniendo en cuenta que los salarios crecen a menor ritmo ya no solo de la inflación, si no de estas canastas.
En este sentido, Virginia Giordano, economista del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), comentó que los salarios en 2023 quedaron muy rezagados en comparación con el valor de las canastas. “Hubo un 22% de pérdida de poder adquisitivo. Y en lo que va del año (sumando enero, febrero y marzo) muy pocos sectores han alcanzado los 49 puntos que subió la canasta alimentaria y los 56 de la total. Menos aún los informales, jubilados o perceptores de planes sociales”, explicó.
Giordano amplió su análisis y resaltó que, con los ajustes de precios que aún no impactaron completamente en el IPC (como las tarifas de gas y electricidad) e imaginando un escenario con dólar quieto, aún quedan varios meses con inflación alta. “Si los salarios no se recuperan o siquiera ajustan de manera equivalente, es muy probable que las cifras de pobreza sigan aumentando. Del mismo modo, si no se mejoran las estrategias de contención social”, concluyó la economista.
Tal como publicó la nacion hace dos semanas, en el segundo semestre del año pasado la pobreza fue de 41,7%, mientras que la indigencia alcanzó un 11,9%, evidenciando un fuerte salto, según datos del Indec. Según ese organismo, en todo el país, la cantidad de pobres llegó a 19,5 millones, mientras que los indigentes despegaron a 5,4 millones. En el cuarto trimestre, según estimaciones privadas, la pobreza podría haber tocado casi el 45%.
La economista Guadalupe Biron, de la consultora Empiria, comentó que los datos mejoran en el margen, pero aún son números muy preocupantes. “La cifra de $ 773.000 para que una familia de cuatro integrantes no caiga en la pobreza es muy alta. En línea histórica, con 2,7 salarios mínimos se cubría esa canasta [básica total], hoy ese número es 3,8”, remarcó.
En tanto, el economista Eugenio Marí, de la Fundación Libertad y Progreso, destacó que las canastas básicas quedaron a las puertas de anotar variaciones de un dígito mensuales y opinó que se trata de un escenario relativamente positivo, porque muestra que la inflación sigue bajando. “Que esta baja se profundice es lo fundamental para empezar a recuperar el poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones en lo inmediato”, agregó.
Sin embargo, Marí señaló que no debe perderse de vista el panorama global. En este sentido, dijo que la Argentina sigue siendo una economía que viene a cumplir 13 años con el PBI moviendo cíclicamente alrededor de una tendencia estancada. “Esto es lo que ha propiciado que casi el 45% de las personas no alcancen la línea de la pobreza. Línea que para un adulto equivalente se ubicó en unos US$250 en marzo de este año”, analizó el economista.
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Por la nueva modalidad de reajustes, las jubilaciones subirán en mayo un 11%
Según lo establecido, los haberes aumentan siguiendo la variación de precios de dos meses atrás; cómo quedan los montos
Silvia Stang
Desde el actual mes de abril, las jubilaciones y pensiones suben siguiendo el IPC
Los haberes previsionales del sistema que gestiona la Anses tendrán un reajuste del 11% en mayo. Será así porque el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 274, referido a la actualización de las jubilaciones, estableció que en ese mes los ingresos tendrán una suba de un porcentaje equivalente a la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo, es decir, un aumento igual a la inflación. El Indec informó ayer que el índice del tercer mes del año fue, justamente, de 11%.
De esta manera, la jubilación mínima pasará de $171.283,31 a un monto de alrededor de $190.124, en tanto que la máxima subirá de $1.152.574,47 a $1.279.358. Los números mencionados son valores en bruto y aproximados (muy probablemente sean algo más elevados), porque las cifras exactas dependerán de los decimales que tenga el índice que finalmente se utilice. Antes de mayo deberán oficializarse los números con una resolución.
La recomposición del 11%, que será para todos los niveles de ingresos, se aplicará sobre los haberes de este mes, que, a su vez, tienen incluido un aumento de 27,4% respecto de las cifras de marzo. Entre marzo, abril y mayo, el incremento acumulado será de 79,9%. Ese es el reajuste, en rigor, acumulado desde el inicio del año, ya que en enero y en febrero no hubo ninguna mejora.
En los primeros tres meses de 2024 la inflación fue de 51,6%, según consigna el informe del Indec difundido ayer por la tarde; en marzo las prestaciones tuvieron su primera suba en el año, y en ese mes los jubilados pudieron comprar con sus ingresos, tomando como referencia el IPC del Indec, un 16% menos de lo que habían podido adquirir en diciembre pasado con lo percibido en ese entonces (en febrero, la pérdida contra el último mes de 2023 había trepado al 26,8%).
El aumento otorgado en marzo fue de 27,18%, porque ese fue el resultado de la fórmula de movilidad vigente desde 2021, que ahora el Gobierno busca dejar atrás. Para el actual mes se estableció, por DNU, un alza de 27,4%, un índice que resulta de acumular un “incremento extraordinario” (tal como lo llama el decreto) de 12,5% y el porcentaje de variación del IPC de febrero, que fue de 13,2%. Y en mayo, tal como se consignó, corresponderá un 11%.
Sin definición sobre el bono
Si bien puede conocerse ya el porcentaje de la suba del mes próximo, aún no se sabe qué ocurrirá con los bonos que cobra mensualmente un grupo de jubilados y pensionados. Para el mes actual, el primero en el cual los haberes propiamente dichos se actualizan por inflación, el Gobierno decidió mantener el monto hasta $70.0000, luego de que en marzo lo había incrementado en un porcentaje muy similar al de la suba de los ingresos por movilidad.
Si se decide seguir a partir de mayo con la misma cantidad de pesos, el refuerzo se seguirá licuando. Y la suba efectiva del ingreso total de bolsillo para quienes cobran la mínima o un poco más, no será de 11%, sino de un nivel inferior (este mes, al no incrementarse el bono, la suba del total percibido por quienes tienen el haber básico es de 18%, en lugar de 27,6%).
Luego de años de pérdida de poder adquisitivo con la vigencia de dos fórmulas de movilidad y con decisiones discrecionales tomadas en 2020 por el gobierno de Alberto Fernández, el DNU 274, de marzo último, establece una nueva modalidad para la actualización de las jubilaciones y otras prestaciones gestionadas por la Anses.
El decreto publicado en el Boletín Oficial del 25 de marzo dispone la utilización del IPC como valor de referencia para incrementar mensualmente los haberes, en reemplazo de la fórmula de movilidad de la ley 27.609, que contempla subas trimestrales, basadas en la variación de lo salarios y de la recaudación, y que tiene un tope que en 2023 perjudicó fuertemente a los jubilados.
La nueva modalidad de reajustes, según se establece, regirá desde julio. Pero la norma del Poder Ejecutivo también incluye disposiciones para un período de transición o “empalme”, que se extenderá entre abril y junio. Para ese trimestre, que es el actual, se estableció que se darán aumentos mensuales por IPC, además del ya mencionado incremento extraordinario en abril. Concretamente, se decidió tomar como referencia la inflación de febrero para la suba de abril, la de marzo para el reajuste de mayo, y la de abril para el incremento de junio.
En el sexto mes del año, el aumento acumulado entre abril y junio se comparará con el resultado de la fórmula de la ley 27.609. Si de este
El mes próximo el haber mínimo será de un monto algo superior a $190.100
El pago de bonos depende de una decisión discrecional del Poder Ejecutivo
Los ingresos acumularán un reajuste de 79,9% entre marzo y mayo cálculo surge un porcentaje superior al de la mejora aplicada, se les pagará la diferencia a los jubilados. Si el índice, en cambio, es inferior, no se modificará nada y las alzas dadas quedarán incorporadas a los haberes mensuales.
Si bien con la nueva modalidad de aumentos se frena la pérdida de las jubilaciones frente a la suba de precios, lo cierto es que en los últimos tiempos se acumuló una muy fuerte caída. En el período de 12 meses finalizado en febrero, el valor real de los ingresos cayó 29%, 47% o 44%, dependiendo de la situación frente a los bonos: si se los percibió en todo el período considerado (entre marzo de 2023 y febrero de 2024), si se los cobró durante unos meses y luego ya no, o si nunca hubo acceso a ellos. Entre diciembre de 2019 y ese mes de 2023 el deterioro acumulado fue de entre 32,4% y 44,6%
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
Los haberes previsionales del sistema que gestiona la Anses tendrán un reajuste del 11% en mayo. Será así porque el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 274, referido a la actualización de las jubilaciones, estableció que en ese mes los ingresos tendrán una suba de un porcentaje equivalente a la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo, es decir, un aumento igual a la inflación. El Indec informó ayer que el índice del tercer mes del año fue, justamente, de 11%.
De esta manera, la jubilación mínima pasará de $171.283,31 a un monto de alrededor de $190.124, en tanto que la máxima subirá de $1.152.574,47 a $1.279.358. Los números mencionados son valores en bruto y aproximados (muy probablemente sean algo más elevados), porque las cifras exactas dependerán de los decimales que tenga el índice que finalmente se utilice. Antes de mayo deberán oficializarse los números con una resolución.
La recomposición del 11%, que será para todos los niveles de ingresos, se aplicará sobre los haberes de este mes, que, a su vez, tienen incluido un aumento de 27,4% respecto de las cifras de marzo. Entre marzo, abril y mayo, el incremento acumulado será de 79,9%. Ese es el reajuste, en rigor, acumulado desde el inicio del año, ya que en enero y en febrero no hubo ninguna mejora.
En los primeros tres meses de 2024 la inflación fue de 51,6%, según consigna el informe del Indec difundido ayer por la tarde; en marzo las prestaciones tuvieron su primera suba en el año, y en ese mes los jubilados pudieron comprar con sus ingresos, tomando como referencia el IPC del Indec, un 16% menos de lo que habían podido adquirir en diciembre pasado con lo percibido en ese entonces (en febrero, la pérdida contra el último mes de 2023 había trepado al 26,8%).
El aumento otorgado en marzo fue de 27,18%, porque ese fue el resultado de la fórmula de movilidad vigente desde 2021, que ahora el Gobierno busca dejar atrás. Para el actual mes se estableció, por DNU, un alza de 27,4%, un índice que resulta de acumular un “incremento extraordinario” (tal como lo llama el decreto) de 12,5% y el porcentaje de variación del IPC de febrero, que fue de 13,2%. Y en mayo, tal como se consignó, corresponderá un 11%.
Sin definición sobre el bono
Si bien puede conocerse ya el porcentaje de la suba del mes próximo, aún no se sabe qué ocurrirá con los bonos que cobra mensualmente un grupo de jubilados y pensionados. Para el mes actual, el primero en el cual los haberes propiamente dichos se actualizan por inflación, el Gobierno decidió mantener el monto hasta $70.0000, luego de que en marzo lo había incrementado en un porcentaje muy similar al de la suba de los ingresos por movilidad.
Si se decide seguir a partir de mayo con la misma cantidad de pesos, el refuerzo se seguirá licuando. Y la suba efectiva del ingreso total de bolsillo para quienes cobran la mínima o un poco más, no será de 11%, sino de un nivel inferior (este mes, al no incrementarse el bono, la suba del total percibido por quienes tienen el haber básico es de 18%, en lugar de 27,6%).
Luego de años de pérdida de poder adquisitivo con la vigencia de dos fórmulas de movilidad y con decisiones discrecionales tomadas en 2020 por el gobierno de Alberto Fernández, el DNU 274, de marzo último, establece una nueva modalidad para la actualización de las jubilaciones y otras prestaciones gestionadas por la Anses.
El decreto publicado en el Boletín Oficial del 25 de marzo dispone la utilización del IPC como valor de referencia para incrementar mensualmente los haberes, en reemplazo de la fórmula de movilidad de la ley 27.609, que contempla subas trimestrales, basadas en la variación de lo salarios y de la recaudación, y que tiene un tope que en 2023 perjudicó fuertemente a los jubilados.
La nueva modalidad de reajustes, según se establece, regirá desde julio. Pero la norma del Poder Ejecutivo también incluye disposiciones para un período de transición o “empalme”, que se extenderá entre abril y junio. Para ese trimestre, que es el actual, se estableció que se darán aumentos mensuales por IPC, además del ya mencionado incremento extraordinario en abril. Concretamente, se decidió tomar como referencia la inflación de febrero para la suba de abril, la de marzo para el reajuste de mayo, y la de abril para el incremento de junio.
En el sexto mes del año, el aumento acumulado entre abril y junio se comparará con el resultado de la fórmula de la ley 27.609. Si de este
El mes próximo el haber mínimo será de un monto algo superior a $190.100
El pago de bonos depende de una decisión discrecional del Poder Ejecutivo
Los ingresos acumularán un reajuste de 79,9% entre marzo y mayo cálculo surge un porcentaje superior al de la mejora aplicada, se les pagará la diferencia a los jubilados. Si el índice, en cambio, es inferior, no se modificará nada y las alzas dadas quedarán incorporadas a los haberes mensuales.
Si bien con la nueva modalidad de aumentos se frena la pérdida de las jubilaciones frente a la suba de precios, lo cierto es que en los últimos tiempos se acumuló una muy fuerte caída. En el período de 12 meses finalizado en febrero, el valor real de los ingresos cayó 29%, 47% o 44%, dependiendo de la situación frente a los bonos: si se los percibió en todo el período considerado (entre marzo de 2023 y febrero de 2024), si se los cobró durante unos meses y luego ya no, o si nunca hubo acceso a ellos. Entre diciembre de 2019 y ese mes de 2023 el deterioro acumulado fue de entre 32,4% y 44,6%
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