jueves, 18 de abril de 2024

RECORTES PRESUPUESTARIO Y MANUSCRITO


Edificios a oscuras y sin ascensores, medidas de la UBA para ahorrar
Así lo determinó el Consejo Superior frente al recorte presupuestario; protestas en casi todas las facultades
Lucila MarinEn Medicina, estuvieron a media luz
La Universidad de Buenos Aires (UBA) amaneció ayer con las luces apagadas y los ascensores sin funcionar. A través de una resolución, la casa de estudios dispuso una serie de pautas para recortar gastos y así poder seguir funcionando. La decisión oficializada anteayer se dio luego de que la semana pasada alertara que no podía garantizar todas sus actividades en las condiciones actuales y se declaró en emergencia presupuestaria.
“Se disponen inicialmente a partir del lunes 15 de abril [por anteayer]”, varias pautas para “mitigar el crecimiento inercial del gasto que desencadenaría en la imposibilidad de poder afrontar los compromisos asumidos por la universidad”, dice la resolución del Consejo Superior, a la que accedió 
Establecieron no usar aire acondicionado ni calderas en todos los edificios de la UBA, exceptuando los hospitales; apagar las luces en aulas y oficinas iluminadas naturalmente y en espacios comunes de circulación, y restringieron el uso de ascensores a aquellas personas con movilidad reducida o en casos de asistencia o emergencia.
Informaron, además, que las convocatorias para los programas de investigación, ciencia y técnica y extensión universitaria estarán supeditados a la efectiva disponibilidad de presupuesto para ser afrontadas y que el Programa UBA en Acción estará limitado a las actividades financiadas por organismos externos a la UBA y/o aportes privados.
Se trata del plan en el que alumnos avanzados y docentes de distintas facultades ofrecen atención gratuita odontológica, oftalmológica, médica, análisis de sangre, confección de anteojos, servicios veterinarios y asesoramiento jurídico y contable para poblaciones en situación de vulnerabilidad del área metropolitana.
El año pasado, habían sido atendidas unas 2500 personas por semana en las jornadas de UBA en Acción. La visita a comunidades rurales en todo el país para brindar atención odontológica, y la entrega de anteojos y, prótesis dentales, entre otros, también forma parte de este programa.
En la resolución señalan además que las medidas de urgencia se suman a las que la universidad ya había implementado: plan de reducción de alquiler de edificios y readecuación de la seguridad.
Con una inflación interanual cercana al 300%, las universidades comenzaron el año –al igual que tantas otras áreas del Estado– con el mismo presupuesto nominal que se les asignó en septiembre de 2022 para funcionar durante todo 2023, dado que el de 2024 nunca se logró aprobar en el Congreso nacional.
Según difundieron desde la UBA, pese a la actualización parcial anunciada por el Gobierno un día antes del paro del 14 de marzo, los fondos para gastos de funcionamiento implican un recorte en términos reales del 80%. Por cada $10 que contaba la UBA en marzo de 2023, hoy tiene $2. A ese contexto se suman los reclamos salariales. Al declararse en emergencia, denunciaron además que los hospitales universitarios no recibieron ningún recurso por parte de la gestión de Javier Milei.
“A modo de ejemplo, las facturas de energía eléctrica se han multiplicado casi por siete en el período abril 2023-abril 2024 (577% de incremento). Si comparamos esas mismas facturas con lo abonado en febrero de 2024, el incremento alcanza el 324% en tan solo los últimos dos meses”, apunta la resolución de anteayer.
“No va a haber ningún cambio presupuestario por las facturas de luz”, había afirmado, sin embargo, la semana pasada el vocero presidencial Manuel Adorni. Es un reclamo compartido por todas las universidades nacionales que deben enfrentar las subas de los servicios contando con el mismo presupuesto del año pasado.
Adorni había sumado que el Gobierno consideraba que era un problema futuro: “Nosotros hicimos los ajustes presupuestarios que creíamos convenientes. En tal caso, es un problema que entiendo que las universidades plantean no para ahora, sino que les va a ocurrir en un futuro”.
La UBA ya había comenzado la semana pasada diversas actividades para visibilizar la crisis del sector. Hubo clases públicas, radios abiertas, banderazos, abrazos simbólicos a los edificios y hasta cacerolazos. También se sumaron los colegios preuniversitarios Nacional de Buenos Aires y Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini y los hospitales que dependen de la institución.
Las protestas continuarán esta semana. Hoy, a las 9, habrá una clase pública a cargo del decano Leandro Vergara en las escalinatas de la Facultad de Derecho. Al mediodía, harán lo mismo en la Facultad de Ciencias Veterinarias acompañado por un abrazo al Hospital Escuela de Veterinaria, ubicado en la avenida San Martín y Nogoyá.
También habrá en la Facultad de Medicina una “jornada de visibilización del conflicto” con radio abierta y una feria de emprendedores. Mañana a las 19, en tanto, proyectarán la película Puán en la Facultad de Filosofía y Letras.
Organizaron, además, abrazos simbólicos a los hospitales que, según indicaron desde la UBA la semana pasada, no recibieron fondos nacionales. Será mañana, a las 10, en el de Clínicas, avenida Córdoba 2351, y pasado mañana, a las 12, en el Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari, avenida Combatientes de Malvinas 3150.
Además, varios decanos organizan charlas informativas sobre la situación presupuestaria. Ayer al mediodía se hicieron en Farmacia y Bioquímica y en la Facultad de Ingeniería. El viernes último, sucedió una actividad similar en Agronomía.

Piden ayuda más de 60.000 familias
Más de 60.000 familias porteñas se inscribieron para poder recibir hasta $30.000 deayudaparapagarlascuotas de sus hijos si concurren a instituciones escolares privadas que cuentan con subvención oficial en este distrito. La medida, que se conoció ayer, alcanzará a unos 212.000 estudiantes que cursen desde la sala de 4 años hasta el secundario en la ciudad de Buenos Aires.
La intención del gobierno porteño es que ese beneficio monetario por hijo sea entregado durante mayo, junio y julio, cuando se estima que el impacto por la crisis económica sea más agudo. Como es un beneficio voluntario,parapoderaccederaél,los interesados deben inscribirse en el sitio https://buenosaires. gob.ar/educacion/ayudacuotaescolar. La Ciudad informó que quienes no cumplan con esa formalidad no recibirán fondos.

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El trillado liderazgo del descrédito
Ariel Torres

En general no nos damos cuenta de las cosas que decimos. no me refiero a un lapsus linguae. Me refiero a las estrategias conversacionales. Por ejemplo, vamos por la calle y le preguntamos a una señora de aspecto saludable que lleva un vistoso reloj en la muñeca si puede decirnos la hora. Es obvio que puede. Por lo tanto, la pregunta es innecesaria. Hasta un poco insolente. Pero, contra toda apuesta, nos dice la hora con una sonrisa y un no menos amable “faltaba más”.
Sin entrar en detalles, al hacer esa pregunta de apariencia innecesaria (técnicamente se dice que violamos una máxima conversacional), nuestro interlocutor interpreta que estamos siendo corteses. sería horrible si a esa misma señora le lanzáramos un seco “dígame la hora”. También sería más preciso y económico; verbo en modo imperativo y objeto directo. Gramaticalmente impecable, pero socialmente catastrófico.
Lo que me lleva a algo que también está a la vista, pero que al parecer no estamos advirtiendo. la cortesía es tan importante para los humanos que se encuentra codificada en el lenguaje. Tenemos sujeto, predicado, predicativo subjetivo obligatorio, objeto directo e indirecto, circunstanciales, tres sabores de subordinadas y media docena de otras cositas, más un paradigma verbal que, en español, es un lujo de sutilezas. Pero también necesitamos un truco contextual para que nuestras palabras no suenen groseras.
Aldous Huxley sostenía que era un poco bochornoso admitir que, luego de dedicarle una vida al problema humano, no tenía otro consejo para ofrecer que “traten de ser un poco más amables”.
El lenguaje hablado no solo es una destreza única de nuestra especie, sino que es capaz de algo tan poderoso como la frase “por favor”. Créanme, nuestros pichichos podrán mirarnos con esa cara de víctimas que tan bien saben poner cuando quieren que les convidemos un poquito de lo que estamos comiendo, pero jamás emitirán la frase “por favor”. Frase que, leída con la frialdad del psicópata, es incluso falsa; casi ninguna cosa que hacemos por favor es en realidad un favor. Y, aun así, sin esas dos palabras mágicas, hasta la solicitud más inocente se convierte en afrentosa. Y no existe un tributo mejor que dar siempre las gracias. Así que la amabilidad no es trivial. si está codificada directamente en nuestra destreza más característica, no es accesoria. la cortesía y los buenos modos no son bienes suntuarios. sin embargo hemos caído en un aquelarre de vulgaridad, groserías y descalificación; la injuria se ha vuelto la regla, no la excepción, y la calumnia, que es todavía más grave, se practica sin el menor rubor, como si acaso fuera normal. Peor aún, esta clase de afrentas, regurgitadas como
Así que la amabilidad no es trivial. La cortesía y los buenos modos no son bienes suntuarios
Todo argumento, sin más valor que el de un escupitajo, son celebradas como una forma lícita de ejercer la autoridad o una suerte de liderazgo basado en el descrédito.
Ni lícito ni decoroso ni normal.
Pero hay algo peor. la ofensa, la injuria y el agravio constituyen una forma de censura. Pasa hace rato, pero en tiempos de redes sociales no es redundante recordarlo. Una de las maneras más insidiosas de acallar las voces disidentes es el linchamiento verbal. Para la mayoría de las personas, la desacreditación pública, sobre todo si es denigrante, resulta insoportable. De modo que, si ven que le pasa al vecino, entonces se abstendrán de opinar. la crítica es así abortada antes siquiera de que se pronuncie. negocio redondo.
Este texto podría terminar de muchas formas. la más previsible sería exhortar, como Huxley, a que seamos más amables. Pero me temo que sería como echar nafta al fuego. Elegiré otro remate, por lo tanto. Hace 400 años que los periodistas somos vilipendiados por informar, ventilar y opinar. Por mi parte, pronto cumpliré 46 años en el oficio, y me crie en un diario. He visto cosas. Así que me permitiré un consejo. si desde hace tanto tiempo esto de descalificarnos no les funciona, no insistan. no es por ahí

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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