martes, 25 de mayo de 2021

LA PÁGINA DEL DR. JUAN CARLOS DE PABLO


El diagnóstico siempre va de los efectos o los síntomas a las causas

Juan Carlos de Pablo
El personaje de Doctor House buscaba saber, en cada capítulo, por qué al paciente le pasaba lo que le pasaba
La medicina habría avanzado muy poco si se hubiera quedado en este nivel de explicación causal. Porque tanto al infartado como a la víctima fatal de un accidente de tránsito el “bobo” les deja de bombear, aunque claramente la causa de los decesos fue bien diferente. La acción concreta demanda diagnósticos específicos; no es necesario amputar una pierna para curar una uña encarnada. Pero la identificación causal de los hechos calificados como problemas, no suele ser nada sencilla.

Al respecto conversé con el noruego Trygve Haavelmo (1911-1999), a quien, a raíz de una beca, el estallido de la Segunda Guerra Mundial lo sorprendió en Estados Unidos, por lo cual no regresó a su país natal hasta 1947. En Estados Unidos trabajó en la Comisión Cowles.



 En 1989 recibió el premio Nobel en economía, precisamente por los aportes a la econometría generados en dicha Comisión. Sobre Haavelmo, Theodore Wilbur Anderson apunta la siguiente anécdota: “Trygve, Larry [¿Klein?] y yo compramos un velero usado. Ni Larry ni yo habíamos navegado nunca, pero entendíamos de física. Comenzamos a izar las velas y, para nuestro horror, vimos a nuestro bote siendo arrastrado por un viento proveniente del oeste, hacia las aguas abiertas del lago Michigan. Finalmente esperamos que el capitán del puerto nos remolcara hacia la costa. Al día siguiente, Trygve comentó que no encontraba el velero. Lo encontramos, pero con el mástil roto. En ese momento dejamos de soñar con navegar”.

–¿Cuál fue su aporte a la econometría?

–Me obliga a vencer mi timidez y a hablar bien de mí mismo. “Antes de Haavelmo no existía un esquema conceptual único para formular, analizar y resolver problemas econométricos”, afirmó el Comité Nobel. En tanto que, en su historia de la econometría, Mary Susanna Morgan afirma que “el trabajo de Haavelmo marca el fin de los años formativos de la econometría y el comienzo del período de maduración”.

–Se refieren a la monografía que usted publicó en 1944, titulada “El enfoque probabilístico en econometría”.


–Así es, basada en mi tesis doctoral, que presenté en Harvard en 1941. La idea es la siguiente: no es razonable pedirle a los economistas que expliquen “de manera completa” las decisiones humanas, sobre la base de supuestos necesariamente simplificados; las explicaciones tienen que ser acompañadas por un término estocástico. Específicamente, contribuí al desarrollo de la teoría de ecuaciones simultáneas, de métodos de identificación en ecuaciones que incluían el término de error, y al uso sistemático de la teoría de las probabilidades, como base para desarrollar las propiedades de los estimadores econométricos.

–De todo esto me interesa conversar sobre la cuestión de la explicación causal de los fenómenos. ¿Cuál es el problema, y por qué es tan difícil resolverlo?

–El problema es que el diagnóstico siempre va de los efectos o los síntomas a las causas. El médico observa que el paciente tiene fiebre, el economista registra que los precios aumentan de manera generalizada y sistemática. Y como tanto la fiebre como la inflación son problemas, se preguntan qué las estarán causando. Más precisamente, ¿cuál de las causas posibles será la qué está actuando en el caso que hay que resolver?

–¿Y?

–Que con frecuencia, más de una causa genera los mismos efectos, lo cual complica la identificación de la causa que efectivamente está operando.

–¿Cómo se resuelve el problema?


–Aumentando la información, no mejorando los razonamientos. Dr. House fue una recordada serie de televisión, que ilustra este punto de manera inmejorable. La cuestión que House le planteaba a su equipo consistía en saber por qué al paciente le pasaba lo que le pasaba. A veces sorprendía a sus ayudantes, sugiriéndoles que al enfermo le provocaran un paro cardíaco, o le modificaran la dosis del medicamento que le estaban aplicando, porque la reacción brindaría información para precisar el diagnóstico.

–Con el coronavirus, ¿estará ocurriendo lo mismo?

–No con la espectacularidad propia de una serie de televisión, pero es evidente que –gracias a Dios– los médicos a veces participan directamente en investigaciones aplicadas, a veces leen las conclusiones a las cuales llegaron otros y las publicaron en revistas especializadas. Con información específica, los diagnósticos son más precisos, lo cual permite que la cura sea más rápida y con menos consecuencias no deseadas.

–En el plano económico, ¿ocurre algo parecido?

–Ocurre en todos los órdenes de la vida, incluyendo el económico. Hay que ser muy imprudente para afirmar que se sabe con certeza, en la Argentina 2021, a qué se deben el delito, la deserción escolar o la disminución de las vocaciones sacerdotales.

–¿Cómo se plantea una política económica, entonces?


–Se combina lo que dicen la teoría y la historia, sabiendo que ninguna política económica se da en el vacío, sino que se plantea en un escenario internacional y en un contexto político precisos. En el caso de la lucha contra la inflación, más que malgastar tiempo en buscar “la” causa, quien tiene a su cargo una política antiinflacionaria ataca simultáneamente a todas.

–Explíquese, por favor.

–¿Qué quiere decir que la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario? Que si el Banco Central de un país deja de emitir, eventualmente la inflación desaparece. Desde el punto de vista de la política económica, la clave está en el eventualmente. Porque, particularmente si la población no les cree a las autoridades, frenar la emisión implicará el aumento de la velocidad de circulación del dinero y recesión, es decir, caída del producto bruto interno. Lo cual planteará una pulseada: ¿se podrá mantener firme el Gobierno en no emitir, a pesar de los costos de la política monetarista, o terminará aflojando en función de la recesión y la desocupación resultantes? Esto implica que la inflación puede ser un fenómeno monetario, pero que esta aseveración no sirve para aplicar una política monetarista.

–Pero tampoco nos pasemos al otro extremo.

–Buen punto. Los partidarios de la explicación multicausal de la inflación, que enfatizan la importancia de los cambios en algunos precios relativos, las escaseces o las inelasticidades, tampoco pueden ignorar la importancia que tienen las consideraciones fiscales y monetarias. Planes como el Austral, de mediados de 1985, y de Convertibilidad, de comienzos de 1991, correctamente tuvieron componentes ortodoxos y heterodoxos. Al respecto, a quien en su país implemente una política antiinflacionaria, hay que aclararle que los congelamientos producen efectos inmediatos, pero que solo la implementación y el mantenimiento de la disciplina fiscal y monetaria permiten mantener en el tiempo la caída inicial de la tasa de inflación.

–Don Trygve, muchas gracias.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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