lunes, 31 de octubre de 2022

LAS DEUDAS DE LA EDUCACIÓN


Las grandes deudas, siempre relegadas
Lo urgente posterga la imprescindible transformación del sistema educativo
Adriana Balaguer
La reciente seguidilla de tomas de colegios secundarios de la ciudad de Buenos aires copó la agenda educativa de la argentina. En rigor, la de los políticos y los medios de comunicación, pero no tanto la de la gente, más preocupada por los problemas que dejó la pandemia en la comunidad escolar, agravados por la crisis socioeconómica, y a los que se suman atrasos en el desarrollo de los planes de estudio como consecuencia de los paros docentes.
Una vez más, el árbol tapa al bosque: seguimos sin prestar atención a las verdaderas deudas pendientes en materia de educación, una de las áreas con mayor reducción de fondos en el presupuesto que el oficialismo presentó para el año próximo y que esta semana se debatió en el Congreso.
Hoy la argentina está muy abajo en los rankings de aprendizaje del mundo. Ni por asomo se parece a Estonia, Japón, Corea del Sur, Finlandia. Tampoco a países de la región como Chile y Cuba, los mejor posicionados según datos de pobreza de aprendizaje (Country Learning poverty , 2021) realizados por el Banco Mundial y el Instituto de Estadísticas de la Unesco en base a un registro de evaluaciones de lectura de 115 países. En esta lista, la argentina figura en el puesto 59 mientras que los cubanos en el 27,9 y los chilenos en el 27,2. ¿Qué tienen en común los sistemas educativos de Cuba y Chile, aparentemente tan distantes en términos ideológicos? ¿por qué la argentina ni se acerca a esas realidades?
“En general, se ve que cuánto más pobre, cuanto más bajo es el PBI de un país, peor son los resultados en educación. En la argentina, sin embargo, es distinto. Somos el país de Sudamérica con el peor resultado, y nuestro PBI es razonable en comparación con algunos vecinos –apunta Mariano Narodowski, exministro de Educación de Ciudad–. La razón tiene más que ver con la mala organización de políticas educativas que con el desarrollo del país. ¿Cómo puede ser que los países de Iberoamérica con mejores resultados sean países ideológicamente contrapuestos como Chile y Cuba? Si hacés las cosas bien, con independencia de cómo las hagas, funciona. Monopolio estatal de la educación con una política, funciona. Buen casi mercado, funciona. En ambos casos hay un proyecto de política educativa, y eso es suficiente”.
Sin una política
En el mismo sentido se manifesta Guillermina Tiramonti, investigadora de Flacso, autora entre otros libros de El naufragio de la educación
en Argentina. “No es la ideología lo que está determinando las políticas educativas de Chile y Cuba. El elemento común es la continuidad de las políticas educativas. No es que viene uno y deshace lo que hizo el anterior, como es nuestro caso. En Chile se avanzó en una política de democratización de la educación desde el inicio de la democracia después de pinochet, y se mantuvieron incluso algunas de las medidas de pinochet que se fueron transformando. Y en Cuba no hay interrupciones ni cambios bruscos. Es clave para que el sistema educativo funcione que haya un seguimiento de los alumnos, que se los evalúe continuamente, y que exista un sistema de exigencias tanto para ellos como para los docentes”, afirma.
Irene Kit, investigadora, pedagoga y presidenta de la asociación civil Educación para Todos, previene: no se trata de imitar sino de aprender de otras experiencias. “Eso significa conocer en profundidad los procesos que asumieron países que lograron avances significativos como, por ejemplo, Finlandia. El actual desempeño del sistema educativo finés deslumbra y muchos se entusiasman con la selección de los docentes o la autonomía de los centros educativos. No se considera que se ha llegado allí tras un largo proceso que comenzó, justamente, por enfocarse en esas prioridades, aceptando que no todo se podía lograr a la vez. Lo relevante para nuestro país no es la situación actual de Finlandia, sino su punto de partida de la mejora, hace 40 años. En ese momento apenas la mitad de los adolescentes fineses terminaban la escuela secundaria y con aprendizajes débiles. Es decir, tenía desafíos parecidos a los que debemos enfrentar ahora aquí”.
Más que apuntar al largo plazo, los reclamos aquí –y no por no ser prioritarios dejan de ser justos– pasan por lo salarial o la mejora de las viandas, cuestiones edilicias (aquí en muchos casos hay cuestiones urgentes) o la modalidad y efectividad de las pasantías laborales.
“Ninguna de las demandas de las tomas de escuelas tienen que ver con la situación de la educación, sino con peleas políticas partidarias o temas ajenos. No reclaman que la escuela sea una institución capaz de transferirles los recursos básicos de la cultura, leer, escribir, la matemática, los principios de la ciencia. además de los saberes básicos para dialogar en el mundo contemporáneo como el conocimiento del mundo digital y sus lenguajes”.
Hay una gran agenda de cuestiones educativas que dejamos de ver cuando solo nos preocupamos por las tomas en las escuelas. “Estos temas que aparecen en la agenda noticiosa [las tomas de escuelas, las modificaciones de las calificaciones, las situaciones puntuales de conflicto en algunas comunidades educativas, los paros docentes] quitan la atención al tema principal: cómo generar situaciones significativas de aprendizaje en cada aula, en cada escuela, de cada nivel educativo”, señala Irene.
Porque, destaca, falta el abecé que se transmite desde la política en general, la gestión educativa y la comunicación social. “Si la atención al desarrollo de capacidades fundamentales para el aprendizaje, como la comunicación oral y escrita, la comprensión lectora, el quehacer matemático, el pensamiento científico solo se mencionan episódicamente, y como enunciados generales, no operacionalizados ni operacionalizables, se está devaluando su prioridad”, afirma Kit.
En el coloquio de IDEA
En el último coloquio de IDEA, los representante de las empresas plantearon que para mejorar la educación en la argentina, hay que contar con sistemas nominales de información educativa, fomentar la educación para el trabajo y revisar la carrera docente.
Ignacio Ibarzábal, director ejecutivo de argentinos por la Educación
En los países donde funciona la educación, hay una continuidad en las políticas
Aun deteriorada, la escuela es la herramienta para darles un futuro a los hijos

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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