martes, 31 de enero de 2023

LA HISTORIA DE BANCHERO


De película. La pizzería que inventó la fugazza rellena llegó a los Oscar
Una escena fundamental de Argentina, 1985 transcurre en el local de Corrientes y Talcahuano de Banchero
Paula IkedaLa esquina de La Boca donde está el local de Banchero desde 1932
“La historia comienza en 1932, cuando mi bisabuelo Giovanni Banchero abre una panadería en La Boca. Había venido en barco desde Génova, Italia. Tenía dos hijos: mi abuelo Antonio Agustín y mi tío abuelo, Agustín Antonio. Esto es real, los llamó así. Cuenta la leyenda que ahí, en el horno de la panadería, se hicieron las primeras pizzas de la Argentina. Fue después que tomó forma el restaurante”, relata Luciano Banchero (37), periodista y fundador de Posta, la productora de podcasts. Banchero, icónica pizzería, tomó vida con sus clientes, muchos inmigrantes, vecinos y artistas de la época. En Banchero se juntaban desde Benito Quinquela Martín (que hacía allí sus reuniones de su sociedad, El Club del Tornillo) y el actor Luis Sandrini, a Tita Merello y la misma Eva Duarte de Perón, Evita.
“La pizzería original sigue estando donde estaba, en Almirante Brown y Suárez, en La Boca, mi familia nunca se movió. Ahí vivieron mi bisabuelo, mi abuelo, mi viejo sigue. También yo viví en el barrio los primeros años de mi vida. Y, como la zona es un centro de la inmigración italiana, la historia de Banchero siempre estuvo muy ligada a la del club Boca Juniors. Surgieron con la misma ola, porque ‘xeneixe’ significa ‘genovés’, y todo lo del club y sus hinchas transcurre en esas manzanas”.
La fundación de Banchero tiene fecha cierta: 28 de marzo de 1932. Prácticamente al mismo tiempo, nacieron otras pizzerías porteñas –hoy clásicas– como Güerrin (1932), Las Cuartertas (1932) y El Cuartito (1934). Sin embargo, Banchero ostenta con orgullo un título que nadie puede igualar: es, como dice en la pared de todos sus locales, “el creador de la fugazza con queso”.
La historia es simple. Un día el pionero Giovanni (al que todos ya llamaban Juan) cortó al medio la pizza con cebolla. “Una fugassa, como los genoveses llaman a la focaccia”, detalla Luciano. Como notó que podía quedar seca, le agregó queso. “Y así logró una bomba maravillosa que te hace feliz”, insiste su bisnieto.
Por su aporte a la gastronomía argentina, en 2022, durante la celebración de su 90° aniversario, Banchero fue declarada “sitio de interés cultural” por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Una escena clave de Argentina, 1985 –que tiene a Ricardo Darín y Peter Lanzani como protagonistas y que competirá en la categoría a mejor película internacional en los premios Oscar– fue filmada en Banchero. La secuencia recrea un momento histórico: en una mesa del salón de Corrientes y Talcahuano, a dos cuadras de Tribunales, los jueces definieron la condena que darían a las Juntas Militares.
Desde septiembre pasado, fecha de su estreno, el nombre de Banchero viaja por el mundo junto a la película.
–¿Cómo fue ver a Banchero en una película con tanta exposición internacional?
–La verdad es que no conocía la historia. Me puse a indagar, le pregunté a mi viejo –que es de pocas palabras y también estaba sorprendido– y, excepto algunos detalles, lo del chico y que este encuentro fue de día, efectivamente fue todo así. Está documentado. Fue muy emocionante. Le mandé un mensaje a Axel (por Kuschevatzky, productor de la película), le puse que me había conmovido ver mi apellido ahí.
–¿Pasabas tus días en Banchero?
–Para mí, Banchero es sinónimo de los sábados en familia, siempre con pizza. Eso sí, como buenos italianos, los domingos comíamos pasta. Pero no es que yo me crie ahí o hacía mis deberes escolares en el restaurante. Para cuando yo nací, mi padre ya no estaba tanto en el local. Hoy mi tío y mis primos, la cuarta generación, están al mando.
–En sus 90 años vieron pasar distintas crisis, ¿nunca pensaron en bajar la persiana?
–Por suerte, no. Banchero va lidiando con los vaivenes de la economía. Es admirable. Pensar que es un emprendimiento gastronómico familiar que el año pasado cumplió 90 años. Espero verlo cumplir 100 y que mi hijo Dino, que tiene un año y dos meses, lo pueda disfrutar como lo hago yo.
–¿Cómo fue evolucionando con el tiempo?
–Si lo ves hoy, el restaurante de La Boca se ve gigante, a diferencia de las nuevas pizzerías, donde los locales son chiquititos: es cinco veces más grande. Y es que fue creado como un lugar de reuniones y de comida familiar y no cambió. Pero por suerte, al estar cerca de Caminito, se llena de turistas y de gente que va a la cancha

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