Polémica en la elección de La Plata por urnas sin votos
Garro pide hacer de nuevo el conteo; Alak se declara ganador; define la Justicia Electoral
María José Lucesole
Una de las urnas contenía papeles y actas, pero ninguno de los votos de la mesa
La elección municipal de La Plata sigue envuelta en una nebulosa de incertidumbre y amenaza con convertirse en un escándalo. Ayer se abrieron las urnas que había pedido revisar el oficialismo de Julio Garro, y dos de ellas aparecieron llenas de sobres vacíos. Eso dio lugar a que el actual jefe comunal, de JxC, denunciara inconsistencias y pidiera a la Justicia Electoral que se abran todas las urnas. El opositor Julio Alak se declara ganador por una mínima ventaja.
LA PLATA.- La definición del intendente de La Plata mantiene en suspenso a 800.000 habitantes de la capital de la provincia de Buenos Aires. La Justicia electoral debatía anoche los pasos a seguir, luego de que se detectaran irregularidades en el escrutinio como dos urnas que no tenían votos en su interior.
En medio de la controversia, el ministro de Justicia bonaerense, Julio Alak se declaró vencedor, mientras que el intendente en ejercicio Julio Garro pidió que se abran todas urnas de los comicios frente a los problemas detectados.
“El 63,2 por ciento de las urnas que se abrieron tras la autorización la Justicia Electoral demostraron gravísimos errores en el conteo de votos”, argumentó Garro.
La Junta Electoral de la provincia de Buenos Aires - que componen el juez federal N°1, Alejo Ramos Padilla, el presidente de la suprema Corte de Justicia, sergio Torres, y el titular de la Cámara Federal de Apelaciones, Roberto Lemos Arias- debe resolver si vuelve a abrir urnas o proclama un ganador.
“Hicimos reserva para ampliar el pedido de apertura de todas las urnas. De la apertura de 79 urnas surgió que el candidato de Unión por la Patria tenía registrado en actas más de 400 votos que los que se encontraron dentro”, manifestó Garro tras destacar que hubo irregularidades en al menos dos de las urnas que se revisaron de manera manual.
“Esto nos hace preguntarnos que podría pasar en las 1805 urnas que representa a toda la ciudad”, dijo.
La ausencia de votos en dos urnas de las mesas de los barrios de Los Hornos y de Abasto fue confirmada a por el intendente Garro (Juntos por el Cambio) que busca la reelección, y por apoderados de Unión por la Patria presentes en el recinto de la justicia en la calle 8 entre 50 y 51.
Sin votos, ni rastros de los sufragios emitidos. Así fueron halladas las urnas 752 de Los Hornos, y la 1528 de Abasto, dos de las 79 urnas que se abrieron para un recuento manual de votos ante la Junta Electoral Nacional, que supervisa el escrutinio definitivo de la elección de La Plata. En las urnas sí se encontraron las actas de escrutinio.
“sucedió en la mesa 1528 que estábamos ganando nosotros. Es normal que pase: cuentan los voto, hacen el acta, y tiran las boletas”, dijo uno de los apoderados de Unión por la Patria. “Mientras esté la documentación, la firma se valida con firmas de las autoridades”, dijo uno de los apoderados de Unión por la Patria.
De acuerdo con el acta de escrutinio a la que accedió en la urna 752 ganaba Unión por la Patria con 115 votos, contra 67 de Juntos por el Cambio y 68 votos de Libertad Avanza. Ninguno de los 271 votos estaban dentro de las urnas. sólo las actas y sobres vacíos.
En el acta de la urna 1528 se anotaron 124 votos para Unión por la Patria, 102 para Libertad Avanza, y 28 para Juntos por el Cambio. El total de las 266 boletas emitidas están desaparecidas.
En Unión por la Patria afirmaron que los fiscales de Juntos por el Cambio fueron los responsables de hacer desaparecer los votos de las urnas donde ganaban. Consideraron incluso llevar pruebas a la justicia penal.
En cambio, los apoderados de Juntos por el Cambio deslizaron la palabra “fraude” y pedirán, no sólo la nulidad de las dos urnas donde se hallaron las irregularidades. Más aún: la apertura del total de 1805 urnas.
El escrutinio definitivo de los votos comenzó el lunes que pasó en el Pasaje Dardo Rocha con el conteo de votos de nativos y en Hipódromo de La Plata con el recuento de votos de extranjeros.
Tras esos procedimientos el candidato del oficialismo, Julio Alak (Unión por la Patria), se proclamó vencedor por 800 votos. Y el intendente Garro sostuvo a su vez que gana por unos 700 votos.
Esa diferencia se habría reducido esta noche a no más de 500 votos.
Tras la jornada de recuento manual en la justicia electoral Alak sostuvo: “Clarísima victoria”.
La disputa en el segundo municipio más poblado de la provincia de Buenos Aires es tan tensa que cada uno de los 441.362 sufragios emitidos el domingo que pasó sobre un padrón de 625.734 electores cobra hoy un valor inesperado. El valor de definir toda una elección que se gana o se pierde por un voto.
Por este motivo, Alak y Garro iniciaron un operativo de rastrillaje paralelo al recuento que hace la Justicia, a efectos de fiscalizar cada voto.
Los candidatos a intendentes no depusieron sus aspiraciones, pese a que ya pasaron 11 días de los comicios del 22 de octubre pasado. Nadie quiere ceder un triunfo en la ciudad que es epicentro de la gobernación de la provincia de Buenos Aires.
Garro desconoce desde entonces la victoria que arrojó el escrutinio provisorio para Alak. El ministro de Justicia de Axel Kicillof se impone según la página oficial, al cierre del escrutinio provisorio con 162.268 votos (38.33) contra 161.412 (38,13) votos de Garro en la lista de Juntos por el Cambio. La diferencia en este escrutinio provisorio es de 856 votos a favor del candidato peronista. Pero la victoria no es reconocida por el intendente en funciones
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Una periferia degradada, detrás de las mesas bajo la lupa
Los votos que faltan pertenecen a zonas que rodean el casco urbano de La Plata, deterioradas al compás de la crisis económica
La elección municipal de La Plata sigue envuelta en una nebulosa de incertidumbre y amenaza con convertirse en un escándalo. Ayer se abrieron las urnas que había pedido revisar el oficialismo de Julio Garro, y dos de ellas aparecieron llenas de sobres vacíos. Eso dio lugar a que el actual jefe comunal, de JxC, denunciara inconsistencias y pidiera a la Justicia Electoral que se abran todas las urnas. El opositor Julio Alak se declara ganador por una mínima ventaja.
LA PLATA.- La definición del intendente de La Plata mantiene en suspenso a 800.000 habitantes de la capital de la provincia de Buenos Aires. La Justicia electoral debatía anoche los pasos a seguir, luego de que se detectaran irregularidades en el escrutinio como dos urnas que no tenían votos en su interior.
En medio de la controversia, el ministro de Justicia bonaerense, Julio Alak se declaró vencedor, mientras que el intendente en ejercicio Julio Garro pidió que se abran todas urnas de los comicios frente a los problemas detectados.
“El 63,2 por ciento de las urnas que se abrieron tras la autorización la Justicia Electoral demostraron gravísimos errores en el conteo de votos”, argumentó Garro.
La Junta Electoral de la provincia de Buenos Aires - que componen el juez federal N°1, Alejo Ramos Padilla, el presidente de la suprema Corte de Justicia, sergio Torres, y el titular de la Cámara Federal de Apelaciones, Roberto Lemos Arias- debe resolver si vuelve a abrir urnas o proclama un ganador.
“Hicimos reserva para ampliar el pedido de apertura de todas las urnas. De la apertura de 79 urnas surgió que el candidato de Unión por la Patria tenía registrado en actas más de 400 votos que los que se encontraron dentro”, manifestó Garro tras destacar que hubo irregularidades en al menos dos de las urnas que se revisaron de manera manual.
“Esto nos hace preguntarnos que podría pasar en las 1805 urnas que representa a toda la ciudad”, dijo.
La ausencia de votos en dos urnas de las mesas de los barrios de Los Hornos y de Abasto fue confirmada a por el intendente Garro (Juntos por el Cambio) que busca la reelección, y por apoderados de Unión por la Patria presentes en el recinto de la justicia en la calle 8 entre 50 y 51.
Sin votos, ni rastros de los sufragios emitidos. Así fueron halladas las urnas 752 de Los Hornos, y la 1528 de Abasto, dos de las 79 urnas que se abrieron para un recuento manual de votos ante la Junta Electoral Nacional, que supervisa el escrutinio definitivo de la elección de La Plata. En las urnas sí se encontraron las actas de escrutinio.
“sucedió en la mesa 1528 que estábamos ganando nosotros. Es normal que pase: cuentan los voto, hacen el acta, y tiran las boletas”, dijo uno de los apoderados de Unión por la Patria. “Mientras esté la documentación, la firma se valida con firmas de las autoridades”, dijo uno de los apoderados de Unión por la Patria.
De acuerdo con el acta de escrutinio a la que accedió en la urna 752 ganaba Unión por la Patria con 115 votos, contra 67 de Juntos por el Cambio y 68 votos de Libertad Avanza. Ninguno de los 271 votos estaban dentro de las urnas. sólo las actas y sobres vacíos.
En el acta de la urna 1528 se anotaron 124 votos para Unión por la Patria, 102 para Libertad Avanza, y 28 para Juntos por el Cambio. El total de las 266 boletas emitidas están desaparecidas.
En Unión por la Patria afirmaron que los fiscales de Juntos por el Cambio fueron los responsables de hacer desaparecer los votos de las urnas donde ganaban. Consideraron incluso llevar pruebas a la justicia penal.
En cambio, los apoderados de Juntos por el Cambio deslizaron la palabra “fraude” y pedirán, no sólo la nulidad de las dos urnas donde se hallaron las irregularidades. Más aún: la apertura del total de 1805 urnas.
El escrutinio definitivo de los votos comenzó el lunes que pasó en el Pasaje Dardo Rocha con el conteo de votos de nativos y en Hipódromo de La Plata con el recuento de votos de extranjeros.
Tras esos procedimientos el candidato del oficialismo, Julio Alak (Unión por la Patria), se proclamó vencedor por 800 votos. Y el intendente Garro sostuvo a su vez que gana por unos 700 votos.
Esa diferencia se habría reducido esta noche a no más de 500 votos.
Tras la jornada de recuento manual en la justicia electoral Alak sostuvo: “Clarísima victoria”.
La disputa en el segundo municipio más poblado de la provincia de Buenos Aires es tan tensa que cada uno de los 441.362 sufragios emitidos el domingo que pasó sobre un padrón de 625.734 electores cobra hoy un valor inesperado. El valor de definir toda una elección que se gana o se pierde por un voto.
Por este motivo, Alak y Garro iniciaron un operativo de rastrillaje paralelo al recuento que hace la Justicia, a efectos de fiscalizar cada voto.
Los candidatos a intendentes no depusieron sus aspiraciones, pese a que ya pasaron 11 días de los comicios del 22 de octubre pasado. Nadie quiere ceder un triunfo en la ciudad que es epicentro de la gobernación de la provincia de Buenos Aires.
Garro desconoce desde entonces la victoria que arrojó el escrutinio provisorio para Alak. El ministro de Justicia de Axel Kicillof se impone según la página oficial, al cierre del escrutinio provisorio con 162.268 votos (38.33) contra 161.412 (38,13) votos de Garro en la lista de Juntos por el Cambio. La diferencia en este escrutinio provisorio es de 856 votos a favor del candidato peronista. Pero la victoria no es reconocida por el intendente en funciones
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Una periferia degradada, detrás de las mesas bajo la lupa
Los votos que faltan pertenecen a zonas que rodean el casco urbano de La Plata, deterioradas al compás de la crisis económica
Luciano Román
Las urnas de los sobres vacíos pertenecen a Los Hornos y Abasto, dos barrios de lo que se llama el Gran La Plata, ubicados en los márgenes del “cuadrado” que diseñó Pedro Benoit a fines del siglo XIX. Es una zona de altísima densidad poblacional, marcada por fuertes contrastes, pero atravesada, en las últimas dos décadas, por el impacto de una crisis económica y social que ha transformado la vida en las periferias urbanas.
Los Hornos debe su nombre a los hornos de ladrillos con los que se construyó la capital bonaerense.
Abasto es zona de quintas y productores hortícolas. Las dos son barriadas que se forjaron con familias de inmigrantes y se expandieron con el acceso a la vivienda de los obreros industriales desde la primera mitad del siglo XX. Fueron pujantes y vigorosas, con una identidad marcada y una vibrante vida comunitaria. Pero quizá en los años ochenta empezó su declinación. Hoy son zonas muy golpeadas por la inseguridad, con índices de deserción escolar mayores que los del casco urbano, una fuerte penetración del narcomenudeo y una ostensible degradación de toda la infraestructura pública.
En términos demográficos, su expansión ha sido vertiginosa. Pero no crecieron al mismo ritmo los servicios. se extendieron las redes de cloacas y de alumbrado, como también el pavimento y el transporte. Pero la infraestructura pública sigue siendo insuficiente y la calidad de vida ha sufrido un pronunciado deterioro.
Los Hornos, que era una zona de clase media trabajadora, hoy alberga una toma gigantesca, que se ha convertido en la usurpación de tierras más grande de la provincia. Los índices de pobreza han crecido por encima del promedio, con un fuerte avance de la economía informal y del clientelismo político.
En ese paisaje conviven “los punteros” con liderazgos marginales vinculados a los negocios de la droga, la usura, los desarmaderos y “las saladitas”.
La contención social también se articula en circuitos informales: comedores y merenderos que administra “la política”, como el que manejaba Chocolate Rigau en otro barrio de la periferia platense; chapas y colchones que suelen entregarse en locales partidarios o a través de instituciones barriales; organizaciones sociales que, además de administrar planes, proveen bolsones de comida y alguna ropa de abrigo.
A eso se suman los esfuerzos de ONG independientes, que buscan reforzar los lazos de solidaridad, y la presencia de las iglesias Católica y Evangélica, que aportan espacios de ayuda y orientación familiar. Otro eje fundamental de la vida comunitaria son los clubes y centros de fomento, pero cada vez se sienten más desafiados por la complejidad de los problemas sociales que afectan a los jóvenes y a sus familias, como también les pasa a las escuelas.
Son barrios en los que conviven la cultura del esfuerzo y del trabajo con el descompromiso que ha estimulado la política asistencialista de los planes y subsidios.
En ese paisaje de debilidad institucional y deterioro social se suma ahora la anomalía que faltaba: urnas llenas de sobres vacíos.
Las urnas de los sobres vacíos pertenecen a Los Hornos y Abasto, dos barrios de lo que se llama el Gran La Plata, ubicados en los márgenes del “cuadrado” que diseñó Pedro Benoit a fines del siglo XIX. Es una zona de altísima densidad poblacional, marcada por fuertes contrastes, pero atravesada, en las últimas dos décadas, por el impacto de una crisis económica y social que ha transformado la vida en las periferias urbanas.
Los Hornos debe su nombre a los hornos de ladrillos con los que se construyó la capital bonaerense.
Abasto es zona de quintas y productores hortícolas. Las dos son barriadas que se forjaron con familias de inmigrantes y se expandieron con el acceso a la vivienda de los obreros industriales desde la primera mitad del siglo XX. Fueron pujantes y vigorosas, con una identidad marcada y una vibrante vida comunitaria. Pero quizá en los años ochenta empezó su declinación. Hoy son zonas muy golpeadas por la inseguridad, con índices de deserción escolar mayores que los del casco urbano, una fuerte penetración del narcomenudeo y una ostensible degradación de toda la infraestructura pública.
En términos demográficos, su expansión ha sido vertiginosa. Pero no crecieron al mismo ritmo los servicios. se extendieron las redes de cloacas y de alumbrado, como también el pavimento y el transporte. Pero la infraestructura pública sigue siendo insuficiente y la calidad de vida ha sufrido un pronunciado deterioro.
Los Hornos, que era una zona de clase media trabajadora, hoy alberga una toma gigantesca, que se ha convertido en la usurpación de tierras más grande de la provincia. Los índices de pobreza han crecido por encima del promedio, con un fuerte avance de la economía informal y del clientelismo político.
En ese paisaje conviven “los punteros” con liderazgos marginales vinculados a los negocios de la droga, la usura, los desarmaderos y “las saladitas”.
La contención social también se articula en circuitos informales: comedores y merenderos que administra “la política”, como el que manejaba Chocolate Rigau en otro barrio de la periferia platense; chapas y colchones que suelen entregarse en locales partidarios o a través de instituciones barriales; organizaciones sociales que, además de administrar planes, proveen bolsones de comida y alguna ropa de abrigo.
A eso se suman los esfuerzos de ONG independientes, que buscan reforzar los lazos de solidaridad, y la presencia de las iglesias Católica y Evangélica, que aportan espacios de ayuda y orientación familiar. Otro eje fundamental de la vida comunitaria son los clubes y centros de fomento, pero cada vez se sienten más desafiados por la complejidad de los problemas sociales que afectan a los jóvenes y a sus familias, como también les pasa a las escuelas.
Son barrios en los que conviven la cultura del esfuerzo y del trabajo con el descompromiso que ha estimulado la política asistencialista de los planes y subsidios.
En ese paisaje de debilidad institucional y deterioro social se suma ahora la anomalía que faltaba: urnas llenas de sobres vacíos.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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