sábado, 4 de noviembre de 2023

BALOTAJE


Con la presencia de Sergio Massa y Javier Milei, la Asamblea Legislativa proclamó las fórmulas que competirán en el balotaje
Cristina Kirchner encabezó la sesión, con los dos candidatos en el recinto; se leyó el escrutinio definitivo, que no tuvo grandes cambios respecto del provisorio
Laura Serra
Cristina Kirchner encabeza la Asamblea Legislativa para establecer las dos fórmulas que competirán por la Presidencia de la Nación
Un clima de inusitada efervescencia electoral se instaló esta tarde en la Cámara de Diputados cuando faltan poco más de dos semanas para el balotaje que definirá quién será el nuevo presidente. Convocados para cumplir con una formalidad -proclamar las fórmulas presidenciales que competirán en la segunda vuelta-, diputados y senadores del oficialismo y de la oposición se reunieron en Asamblea Legislativa bajo la batuta de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
La Asamblea tuvo varios ingredientes para la comidilla. La centralidad se la llevaron los dos contendientes al balotaje. Sergio Massa -ganador de la primera vuelta-se apostó en uno de los palcos centrales del recinto. En línea recta debajo suyo, sentado en su banca, Javier Milei se mostró flanqueado por su candidata a vicepresidenta Victoria Villarruel.
Frente a ellos, en el estrado de la presidencia, la vicepresidenta Kirchner -quien reapareció en público después de varios días de ostracismo- ordenó la lectura de los resultados de la elección de octubre. La encargada de hacerlo fue la senadora oficialista Lucía Corpacci, uno de los miembros de la comisión de legisladores encargada de recibir formalmente el informe oficial de las juntas electorales nacionales.
Sergio Massa, en el primer piso, y Javier Milei, en el recinto
Desde lo alto, Massa dirigía gestos cómplices, pulgar en alto, con los legisladores de su bloque. “La fórmula integrada por Sergio Tomás Massa y Agustín Oscar Rossi obtuvo en todo el país un total de 9.853.492 votos, que representan el 36,78% de los votos válidos afirmativos”, recitó Corpacci. Desde el oficialismo se desató una ovación.

Luego Corpacci leyó los resultados obtenidos por Milei. El libertario, fiel a su estilo, seguía la sesión con gesto adusto, aunque previo al inicio se lo vio más distendido que de costumbre. Incluso se lo vio estrechar en un abrazo con José Luis Espert, quien supo ser su socio político hasta que rompieron relaciones. Espert había anticipado que votará por Milei en el balotaje. Lo mismo que un nutrido grupo de diputados de Pro que también se acercó a su banca para saludarlo.
“La fórmula integrada por Javier Gerardo Milei y María Victoria Villarruel obtuvo 8.034.990 votos, que representan el 29,99 de los votos válidos afirmativos”, leyó Corpacci. Un silbido tibio se escuchó en el recinto que fue rápidamente acallado. Desde la bancada de Pro impulsaron los aplausos.
Luego, la senadora informó los resultados obtenidos por Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), que cosechó el 23,8%; Juan Schiaretti (Hacemos por un país), el 6,73% y Myriam Bregman (Frente de Izquierda), el 2,7%. Como ninguno de los binomios alcanzó los porcentajes que establece la Constitución Nacional (ni el 45% de los votos ni más del 40% con 10 puntos de diferencia sobre el segundo), conforme a los artículos 120, 150 y 151 del Código Electoral Nacional, la Asamblea Legislativa proclamó acto seguido las fórmulas encabezadas por Massa y Milei para competir en el balotaje del 19 de noviembre próximo.
La sesión se coronó con aplausos. El recinto lució colmado, aunque hubo faltazos llamativos. Entre los ausentes estuvieron Máximo Kirchner (Unión por la Patria), el senador Martín Lousteau (Evolución Radical) -blanco de críticas del macrismo luego de embestir con dureza al expresidente por su alianza con Milei- y Florencio Randazzo, candidato a vicepresidente de Schiaretti.
Una vez proclamadas las fórmulas, comienza a correr un plazo de cinco días para que cada binomio ratifique la voluntad de participar en el balotaje. Se descuenta que lo harán; al menos Massa se mostró con esa actitud cuando, al finalizar la sesión, convocó a su tropa de diputados y senadores al despacho de Moreau.
Massa junto a Cecilia Moreau, tras la Asamblea Legislativa en una reunión con el bloque oficialista
“Ojo con dormir en los laureles porque todavía no tenemos nada y se define el 19″. advirtió el candidato oficialista frente a la arenga de los suyos.
Este será el segundo balotaje que celebrará nuestro país en su historia. Instaurado en la reforma constitucional de 1994, el primero tuvo lugar en noviembre de 2015 entre los entonces candidatos Daniel Scioli (Frente para la Victoria) y Mauricio Macri (Cambiemos)

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Milei vs. Massa. Seis incógnitas que pueden ser claves en el balotaje
Además de los votos de Juntos por el Cambio, emergen otros factores que podrían definir la balanza: el feriado, los electores de Schiaretti y la izquierda, y el sufragio en blanco
Federico González del Solar
El rumbo que tomen los más de 6 millones de votos que obtuvo la candidata presidencial de Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich, será determinante en el balotaje que tiene como contendientes al ministro de Economía y candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, y al postulante de La Libertad Avanza (LLA), a Javier Milei. Si en el electorado de JxC se impone el sentir opositor, y los votantes de Bullrich se vuelcan masivamente en favor del líder libertario, el último capítulo electoral se resolvería en favor de este. Sin embargo, no hay indicios de que Milei pueda capturar un porcentaje suficiente de esos votos para no depender de otros factores. Inclusive, una parte del voto que acompañó a Bullrich podría migrar hacia el ministro Massa.
De manera que detrás del comportamiento del electorado de Juntos por el Cambio, tan determinante como incierto, otros factores emergen con fuerza de cara a la definición entre el ministro y el libertario. Si se ubica a Bullrich en un segundo plano, irrumpe la figura de Juan Schiaretti.
El gobernador cordobés, candidato por Hacemos por Nuestro País, logró duplicar la cantidad de apoyos obtenidos en el primer turno electoral, alcanzando más de 1.800.000 apoyos. Si no hay certezas sobre el traspaso del “voto Bullrich” hacia las filas libertarias, las dudas crecen con respecto al destino de los votos de Schiaretti, que llevó adelante una campaña “antigrieta” y en cuyo perfil se combinan dosis similares de peronismo y antikirchnerismo.
El grueso de sus apoyos se concentra en la provincia que gobierna (37%). Allí, el cordobés se impuso en los distritos del norte, pero por peso electoral, la vista estará puesta en la capital y sus alrededores, donde el peronismo no kirchnerista de Schiaretti, como en casi todo el resto de la provincia, se acomodó detrás de LLA. Córdoba capital, con más de un millón de electores, donde Schiaretti cosechó más de 230.000 adhesiones y Bullrich otras 200.000, será el escenario principal de esa disputa.
El nivel de concurrencia a las urnas será otro elemento central en los comicios del 19 de noviembre. La baja participación marcó el compás del calendario electoral que se despliega desde febrero, cuando las PASO celebradas en La Pampa abrieron tempranamente el camino. A partir de allí, la baja participación fue la pauta de conducta de un electorado que guardó distancia de las urnas en todas las provincias. Con todo, el domingo 22 hubo una fuerte alza: la participación pasó del 70 al 77%, la diferencia más amplia entre unas PASO y las generales. No alcanzó, sin embargo, para rescatar a las elecciones del piso histórico de participación.
En este sentido, el feriado del lunes 20 –posterior al domingo del balotaje– se convirtió en un protagonista inesperado de una puja entre el oficialismo y la oposición por la presunta merma que podría generar en la participación electoral. La especulación que se teje en la oposición es que detrás de la reticencia del Gobierno a mover el feriado se esconde una intencionalidad electoral que busca apartar de las urnas a los sectores con el poder adquisitivo suficiente para viajar durante el fin de semana largo; un electorado presuntamente identificado con la oposición. La especulación gana fuerza con otro dato: el reintegro del impuesto a las ganancias, a partir de la modificación en el gravamen, coincidió con el mes del balotaje.
La izquierda
Por primera vez desde que se instauraron las PASO en 2011, el Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad (FIT-U) logró retener en las elecciones generales lo conseguido en las primarias. Se trata de un total de más de 700.000 adhesiones que, en los términos del propio espacio, están sometidas a rever su voto y optar entre la “derecha que encarna Milei” y la política de “sometimiento al FMI” del ministro Massa.
El PTS, la pata más preponderante de la coalición de izquierda –a la que pertenecen tanto Myriam Bregman como Nicolás del Caño, los integrantes de la fórmula presidencial– anunció recientemente su “neutralidad” frente al balotaje: “Desde ya que llamamos a no votar a Milei, sin embargo, desde la izquierda no podemos darle ningún tipo de apoyo político ni electoral a Massa”, decía el comunicado que compartió Bregman, que expresa la tensión que supone el balotaje para el Frente de Izquierda. El Partido Obrero (PO), otra de las organizaciones del armado, hará pública su postura el domingo próximo y se presume que irá en la misma dirección que la del PTS: la neutralidad crítica.
Con otra escala electoral, la situación que se da entre el FIT-U y
Massa es similar a la que se da entre Bullrich y Milei. La duda pasa por la totalidad de apoyos que el ministro pueda extraer de esa pecera que, según las encuestas, es reacia al libertario. Casi el 90% de los 700.000 votos 700 del FIT-U se reparten entre la ciudad y la provincia de Buenos Aires.
Al igual que en las elecciones de 2015, el voto en blanco se redujo sustancialmente entre las PASO y las generales. De las más de 1,3 millones de personas que optaron por pronunciarse en las urnas sin respaldar a ningún candidato, quedaron un poco más de 500.000 el 22 de octubre. El atractivo de la definición puede ser un aliciente para el pronunciamiento en favor de uno u otro candidato, pero el rechazo que generan ambas opciones en un importante sector del electorado –según remarcan las encuestas– podría actuar como un fuerte contrapeso. En el único antecedente de balotaje, disputado entre Mauricio Macri y Daniel Scioli, el voto en blanco paso del 2,5% en la primera vuelta al 1,18%.
Al igual que en las generales, el voto en blanco es un voto válido, pero no “afirmativo”, lo que significa que se excluye de la base sobre la cual se calculan los porcentajes de los candidatos. Es decir que, a mayor cantidad de voto en blanco, la base electoral se recorta y los porcentajes de los candidatos crecen. Por el contrario, en las PASO el voto en blanco se contabilizó como un “candidato” más y no afectó la base de cálculo.
El debate
Antes de medirse en las urnas, los candidatos lo harán discursivamente. El próximo 12 de noviembre, una semana antes de las elecciones, Massa y Milei serán los protagonistas exclusivos del último debate presidencial. El único trabajo sobre el impacto electoral de estas contiendas en el país fue realizado por el Observatorio Pulsar, que midió antes, durante y después del segundo debate de 2019 al mismo grupo de personas.
Los principales beneficiarios de aquel debate fueron los candidatos que llegaron al cruce con menor nivel de conocimiento ante la opinión pública. Tanto José Luis Espert como Juan José Gómez Centurión, los candidatos de NOS y Unite, respectivamente, experimentaron una significativa reducción en sus niveles de desconocimiento.
Otra de las conclusiones que arrojó el estudio fue la casi “imposible” migración de votos entre las fuerzas “antagónicas”: el Frente de Todos, con Alberto Fernández como candidato, y Juntos por el Cambio, con Macri como postulante. Ni en ese debate ni en los que se celebraron hasta ahora hubo un equívoco de magnitud por parte de alguno de los principales candidatos que hubiera podido significar una pérdida en los apoyos con los que llegaron al debate.
En ese sentido, es probable que en una instancia en la cual aquello que se pierde puede convertirse en una ganancia directa para el rival, ninguno de los candidatos busque arriesgar más de lo imprescindible.
La participación electoral podría verse afectada por el feriado del 20
Buenos Aires y CABA concentran el 90% del voto del FIT-U
El Gran Córdoba será otro foco de atención electoral

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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