sábado, 30 de marzo de 2024

Galería Van Riel,Planta Baja de Juncal 790, la sede actual de la galería....HISTORIA DEL ARTE




Cumple un siglo la galería Van Riel, el proyecto familiar que es ejemplo de resiliencia
Enio Iommi, Jorge Romero Brest y Frans van Riel, en la despedida de la sede de Florida
Inaugurada con la presencia del presidente Marcelo T. de Alvear, tuvo tres sedes y otros tantos directores, pertenecientes a distintas generaciones con el mismo apellido
Celina Chatruc
El papel picado del festejo había quedado pegado en la cabeza calva de Jorge Romero Brest, una de las personas más influyentes del arte argentino contemporáneo. Era una noche calurosa en Buenos Aires, y muchos de los artistas presentes estaban borrachos. Varios de ellos continuaban pintando todo tipo de figuras sobre las paredes de la galería Van Riel, que cerraba entonces su primera etapa: la que ocupó desde 1924 hasta fines de 1979 en su sede de Florida 659, un espacio de más de 800 m2 con cinco salas y auditorio.
Las palabras que pronunció Romero Brest ese día histórico se perdieron entre el murmullo general, según comprobó Gabriela van Riel cuando reprodujo la cinta del pesado grabador que había sostenido a su lado. Así se la puede ver en una fotografía en blanco y negro, entre las tantas que muestra en la planta baja de Juncal 790, la sede actual de la galería. La más antigua de la Argentina que continúa abierta sin haber perdido continuidad: el 7 de junio cumplirá un siglo bajo la dirección de la misma familia, toda una proeza en un país en permanente inestabilidad.
Homenaje a Pedro Figari, 1951
“Me daba cuenta de que era un acontecimiento importante, pero percibía mucho la tristeza de papá”, recuerda ahora Gabriela, que entonces tenía apenas veinte años. “No hay plata” ya era una frase popular. Y si bien la mudanza a Talcahuano 1257 implicaba una sede más fácil de mantener, no parecía sencillo despedirse de un lugar con más de cinco décadas de historia.
Varios artistas se emborracharon la noche en que despidieron la sede de Florida
Su abuelo Frans llegó en 1906 a Buenos Aires desde Roma, su ciudad natal, como escenógrafo de una compañía teatral. Ilustrador, pintor y fotógrafo, tenía también algo de inventor. “Había creado una ‘bicicleta voladora’ con alas, que se elevaba un poquito cuando pedaleabas mucho”, asegura Gabriela, descendiente del otro Frans, uno de los tres hijos que tuvo aquel genial inmigrante con la argentina Dolores “Lolita” Jara. “El empoderamiento de la mujer es muy reciente –agrega la nieta-. Mamá trabajaba a la par de papá, igual que Lolita con mi abuelo”.
Frans y Kicsi Van Riel en el cierre de la sede de Florida, en 1979
Además de ilustrar noticias para el diario La Prensa, este último cofundó la revista de arte Augusta y abrió su propio estudio de fotografía en Viamonte 624, donde retrató a las figuras más destacadas de la escena cultural porteña. Entre ellas se contaron la bailarina rusa Anna Pavlova y su partenaire, el estadounidense Hubert Stowitts, durante su visita de 1919. Cinco años después decidió expandirse y abrir a la vuelta su propia galería –la primera del país creada con ese fin específico-, a cuya inauguración asistió el presidente Marcelo T. de Alvear.
El cierre de la sede de Florida, en 1979
Las fotos vintage muestran cómo era el espacio casi palaciego, con amplias salas decoradas con plantas e iluminadas con arañas colgantes, paredes cubiertas por boiseries y pisos de damero en blanco y negro con alfombras antiguas. Allí exhibieron sus obras los artistas más importantes de la época: desde Xul Solar, Norah Borges y Emilio Pettoruti –actualmente, el argentino más cotizado- hasta los que integraron el “Primer Salón de Pintura Moderna” del país, entre los cuales se contaron Antonio Berni y Lino Enea Spilimbergo.
Muestra inaugural de la galería Van Riel, en 1924
Esta última muestra se realizó en la Asociación Amigos del Arte, la institución cultural más importante de la primera mitad del siglo XX en la Argentina, que funcionó en esas mismas salas al igual que la Asociación Ver y Estimar, el Instituto de Arte Moderno y el primer teatro independiente de Buenos Aires. En Amigos del Arte ofrecieron conferencias figuras de la talla de Ortega y Gasset, Le Corbusier, David Alfaro Siqueiros y Federico García Lorca. En una de las fotografías que guarda Gabriela se ve a un joven Jorge Luis Borges observar con atención a una muchacha sentada a su lado, en una de las mesas servidas para la hora del té. La galería impulsó incluso su propia editorial, que público en 1965 el libro Antiestética de Luis Felipe Noé.
Juan del Prete y Frans van Riel en 1969
Frans, el hijo, se formó en ese ambiente. Literalmente: nacido en 1921, creció en un hogar ubicado sobre la galería. Y si bien su sueño era ser marino mercante o arquitecto, cuando murió su padre se hizo cargo del legado familiar. Aún no había cumplido treinta años. Pero se comprometió a tal punto que llegaría a vender su propia casa para comprar el espacio alquilado y reciclado por su fundador, donde mantuvo la vara de la calidad: llegó a exhibir obras de Monet, Goya, Picasso y Miró, y reunió los legendarios uruguayos Rafael Barradas, Pedro Figari y Joaquín Torres-García.
Frans van Riel padre en 1920
Cuando le tocó achicarse, en 1979, repitió la historia: vivió con su mujer, Edelmira “Kicsi” Schwarcz, y sus tres hijas en la sede de Talcahuano. Allí también se realizaron importantes muestras -como la que reunió a Noé, Deira, Macciò y De la Vega, en 1985- y las reuniones de la Asociación Argentina de Críticos de Arte.
La bailarina Anna Pavlova, fotografiada en 1919 por Frans van Riel.
“La idea es llegar al centenario de la galería. La resistencia y la continuidad son mi caballito de batalla”, decía Gabriela en 2007, cuando acababa de iniciar la tercera etapa en Juncal. Sus padres ya estaban jubilados, y ella había tomado la posta con un perfil más contemporáneo. Una vez más, la transición no fue fácil para su padre.
Las tres generaciones de Van Riel que dirigieron la galería
“En 1998 hicimos la primera muestra de Sergio Avello y la galería explotó de gente”, cuenta Gabriela sobre aquella exposición que reunió cajas de luz, pinturas e instalaciones que incluían una realizada con berenjenas. “Papá me cuestionó algunas cosas y yo le recordé la primera exposición del movimiento informalista que él organizó en 1959. Los artistas académicos le decían: ‘Frans, te volviste loco, si lo viera tu padre’”. Entonces él le palmeó el hombro y le respondió: “Tenés razón, querida”.
Gabriela van Riel con la muestra actual de la galería
Ahora, mientras la sala de Van Riel desborda de color con las obras abstractas de Adriana Ablin, Gabriela Boer y Mariano Vilela, Gabriela repasa la historia de Van Riel para convertirla en libro con textos de Adriana Lauria, Malena Babino y Graciela Sarti. Y las imágenes, claro, como esa que muestra a Romero Brest dando su discurso con la cabeza calva cubierta de papel picado.

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