viernes, 29 de marzo de 2024

Los 70: Hipólito Solari Yrigoyen, la primera víctima elegida para el debut de la Triple A







Los 70: Hipólito Solari Yrigoyen, la primera víctima elegida para el debut de la Triple A
Vecinos se agolpan frente al garage de Marcelo T. de Alvear 1276, tras el primer atentado de la Triple A
El senador nacional por el radicalismo se salvó de milagro al explotar una bomba en su auto, el 21 de noviembre de 1973; defensor de presos políticos, después fue secuestrado durante la dictadura militar
Mariano De Vedia
Un cálculo sobrio, si bien se trató de una organización macabra dedicada al estruendo y a los explosivos, le atribuye a la Triple A unos 800 atentados, entre 1973 y 1976. Piedra basal de la represión militar, la víctima de su primer golpe fue el senador nacional Hipólito Solari Yrigoyen (UCR), quien el martes 21 de noviembre de 1973 voló por el aire cuando encendió el motor de su Renault 6 en el estacionamiento cubierto de Marcelo T. de Alvear 1276. Hoy mantiene su departamento a una cuadra de allí, sobre la avenida Santa Fe, aunque su lugar de residencia siempre fue su elegida ciudad de Puerto Madryn.
El dirigente radical, que hoy tiene 90 años, sobrevivió milagrosamente al atentado de la Triple A y a posteriores detenciones ilegales, como el secuestro que lo mantuvo nueve meses en cautiverio durante la dictadura militar. Cicatrices profundas de su vida política, que comenzó con una activa militancia en el radicalismo y, una vez recibido de abogado, con la defensa de presos políticos, lo que lo convirtió en un blanco en la violencia de los años 70.
Constituida como un grupo parapolicial de tareas en el período previo a la dictadura militar, la Asociación Anticomunista Argentina (AAA) respondía a José López Rega, el influyente ministro en los gobiernos de Juan Domingo Perón y, con mayor intensidad y predicamento, en el de María Estela Martínez de Perón.
El senador radical Hipólito Solari Yrigoyen
López Rega venía de asistir durante siete años al matrimonio Perón en Madrid, en el exilio, y esa confianza le permitió acumular poder. En marzo de 1973 fue designado ministro de Bienestar Social en el gobierno de Héctor J. Cámpora. A la par de su política de subsidios y favores con el fin de ganar predicamento en el área social, si bien carecía de carisma y capacidad de liderazgo, reclutó a agentes policiales retirados y exonerados de las fuerzas de seguridad para formar la Triple A, la organización armada que funcionaba en las sombras.
Las víctimas no eran elegidas al azar. Solari Yrigoyen tenía una relevante actuación ´pública como dirigente de la UCR, en el Movimiento de Renovación y Cambio que había fundado Raúl Alfonsín, y era sobrino nieto del primer presidente radical: Hipólito Yrigoyen. Curiosamente, nació el 23 de julio de 1933, veinte días después de la muerte del caudillo radical.
Más allá de su actuación en la interna partidaria, había cobrado protagonismo por su actuación como abogado defensor de presos políticos, entre ellos varios dirigentes y militantes que en agosto de 1972 habían sobrevivido a la masacre de Trelew. Uno de ellos era el gremialista Agustín Tosco, el líder de Luz y Fuerza que había tenido relevante actuación en el Cordobazo.
El atentado
De hábitos estables y firmes convicciones políticas, Solari Yrigoyen había asumido en 1973 como senador nacional y pocos días antes del atentado cuestionó en plena sesión en la Cámara alta un proyecto del Gobierno para modificar la ley de asociaciones profesionales y facilitar las reelecciones indefinidas en las organizaciones gremiales, entre otras concesiones a la dirigencia sindical. Su oposición no impidió la aprobación del proyecto, pero bastó para ser declarado “enemigo público número uno de la clase obrera organizada” por el líder metalúrgico Lorenzo Miguel.
Visita de Balbin a Hipólito Solari Yrigoyen en el Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento, donde el legislador radical permaneció internado
La bomba fue colocada en el auto y estalló –con un alto poder explosivo- cuando el senador radical encendió el motor del Renault 6, generando una onda expansiva que provocó daños en otros vehículos y en el estacionamiento. Internado en el Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT), Solari Yrigoyen debió ser operado seis veces en las piernas, para evitar una amputación y fue visitado por el líder radical Ricardo Balbín y por la entonces vicepresidenta y titular del Senado, Isabel Perón, quien concurrió acompañada por López Rega. También Lorenzo Miguel se hizo presente.
“No sé si Isabel entendía lo que estaba pasando; me dijo: `¡no sé qué pretende esta gente!, ¿una Cuba, un Chile?´. Me hablaba como si el atentado lo hubiese cometido la izquierda”, contó el senador radical tras su recuperación. Un día antes del ataque había recibido en su estudio un sobre con la inscripción “AAA”.
La peor experiencia
Tras una larga convalecencia, otra bomba atribuida a la Triple A explotó en su casa de Puerto Madryn, que le provocó heridas. El atentado incluyó otro artefacto explosivo que no estalló. Eso evitó que la casa se le cayera encima.
De todos modos, las mayores vejaciones las sufrió durante la dictadura militar, cuando fue secuestrado el 17 de agosto de 1976 y permaneció nueve meses detenido y desaparecido. Fue trasladado a distintas dependencias militares y policiales de Rawson y Bahía Blanca, donde sufrió maltratos y torturas, y puesto finalmente a disposición del Poder Ejecutivo hasta que fue obligado a salir del país.
Su testimonio en el Juicio a las Juntas fue uno de los más estremecedores por su crudo relato y detalles que aportó. Contó que al ser llevado ilegalmente de su casa de Puerto Madryn por tropas del Ejército le ataron las manos por detrás y los pies. Lo amordazaron, le vendaron los ojos y lo encapucharon. “Me faltaba el aire, sentía que tenía que hacer esfuerzos para sobrevivir.
Homenaje a Hipólito Solari Yrigoyen en la Cámara de Diputados de la Nación, en marzo de 2022. Junto con su esposa, Teresa Hansen Molina, lo acompañan Sergio Massa, Mario Negri y Gerardo Morales.
Subido a un avión, presumiblemente en la Base Almirante Zar, para ser llevado a Bahía Blanca, Sintió en el avión la voz de su correligionario y diputado nacional Mario Abel Amaya, que residía en Trelew, y a quien conocía muy de cerca por su militancia política y porque compartían el ejercicio profesional como abogados de presos políticos.
“Fuimos golpeados y permanecimos en camastros en un salón. Había muchas personas. Una chica era sometida a los más graves abusos sexuales. Estábamos encapuchados, con los ojos vendados y atados a los fierros de la cama. Vivíamos un descenso al infierno, como decían Osvaldo Soriano y Ernesto Sabato. Una de las peores torturas que puede sufrir un ser humano es sentir cómo torturan a sus semejantes”, relató.
Después de varios meses, Solari Yrigoyen fue trasladado a Buenos Aires y en el Departamento de Policía le comunicaron que debía salir del país. Lo condujeron al aeropuerto de Ezeiza y le permitieron despedirse de su familia. “Permanecí esposado hasta la escalerilla del avión, un vuelo de Viasa, rumbo a Venezuela. El comandante venezolano, ignoraba al oficial de la Fuerza Aérea que me llevaba, se dirigió a mí y me dijo: Señor senador, es un honor tenerlo a bordo”. El gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez e incluso dirigentes de la oposición de ese país, habían reclamado por su detención.
Y prosiguió su relato en el juicio: “A los escasos minutos del despegue, pude disfrutar de la libertad. El mismo comandante y parte de la tripulación se acercaron con una botella de champagne para brindar por mi libertad y el fin de mi cautiverio. Era el 17 de mayo de 1977″.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.