miércoles, 27 de mayo de 2020

LA PÁGINA DEL DR. JUAN CARLOS DE PABLO,


Coronamoneda, ¿mejor, igual o peor que el peso?

Juan Carlos de Pablo

Preguntas al economista Walter Tessier Newlyn (1915-2002): Nacido en Wimbledon, Inglaterra, fue el menor de dos hermanos. Es el autor de Moneda en el contexto africano y cocreador del prototipo de la máquina hidráulica
Carlos Melconian propone que el Estado pague sus obligaciones 2/3 en pesos y 1/3 en papelitos rectangulares que él denomina "coronamoneda". ¿Cuál es el problema que quiere evitar, o por lo menos morigerar? Hace varios siglos, el inglés Thomas Gresham se inmortalizó cuando dijo que la moneda mala desplaza a la buena. Desde el punto de vista de lo que se pretende, ¿será la coronamoneda mejor, igual o peor que el peso?
Sobre el particular conversé con el inglés Walter Tessier Newlyn (1915-2002), quien no conoció a su padre porque murió en una batalla durante la Primera Guerra Mundial. Él mismo estuvo a punto de perder la vida a mediados de 1940, porque fue evacuado en Dunquerque. Una visita a las minas de carbón de Gales le despertó un interés por la economía. A fines de la década de 1950, junto con su esposa, fundó el primer grupo teatral multirracial de Uganda, al que le donó los derechos de autor de Moneda en el contexto africano .
En 1949, en Leeds, junto con Alban William Housego Phillips construyó el prototipo de la máquina hidráulica, basado en un modelo del flujo circular. "Armaron la máquina en un garaje de Wimbledon. Es típico de mi suegro que nunca protestara porque el crédito de la invención solo se le otorga a Phillips", afirmó Martin Slater.
-Usted es principalmente conocido por Teoría del dinero , obra publicada en 1961. ¿Cuál fue su aporte?
Evitar los enfoques basados en supuestos irreconciliables con la realidad, por más atractivos que luzcan desde el punto de vista teórico. Una de mis principales preocupaciones era la medida en la cual los nuevos bancos centrales podrían, prudentemente, otorgarles créditos a sus respectivos gobiernos para financiar el desarrollo. También me preocupaba la tendencia a establecer el estado del bienestar en los países pobres, cuando todavía tenían una economía capitalista muy poco desarrollada.
-Melconian propone que el Estado argentino abone parte de sus obligaciones emitiendo coronamonedas. ¿Qué opina?
-Visité su país, invitado por el Instituto Torcuato Di Tella. Pero lo hice en la primera mitad de la década de 1960, así que no pude conocer al economista que usted menciona. Pero como las ideas son un "bien público", en el sentido de que una vez que se lanzan todos podemos tomarlas para elaborarlas, prefiero analizar la propuesta independientemente de la motivación original.
-Adelante.
-Como consecuencia del impacto económico del coronavirus, el Estado argentino está emitiendo mucho dinero; más de lo habitual. En lo inmediato, el efectivo tiene un atractivo especial, porque nadie sabe cuánto va a durar esta emergencia, ni qué puede ocurrir mientras tanto. Pero a medida que la situación se vaya normalizando, los argentinos encontrarán que tienen muchos pesos y pocos bienes, y querrán gastarlos generando reactivación económica pero también inflación. Lo primero es bienvenido, lo segundo es un dolor de cabeza, particularmente dados los antecedentes inflacionarios de la Argentina.
-Exacto.
-Para evitar un golpe inflacionario, algunos economistas están diciendo que, llegado el momento, el Banco Central tendrá que realizar grandes operaciones de absorción. Fácil de decir, pero en aquel momento los desafíos serán inmensos. Desde este punto de vista, la propuesta de Melconian tiene el atractivo de que intenta implementar la solución antes de que se plantee el problema, y no después. En la reciente liberación de presos que tuvieron ustedes, no es lo mismo que los candidatos a cumplir arrestos domiciliarios hayan sido elegidos con anterioridad, que el hecho de que mediante decisiones las autoridades judiciales pretendan que vuelvan a las cárceles quienes no debían haber salido de ellas.
-Sigamos.
-El origen de la coronamoneda es forzoso, en el sentido de que ni a los proveedores del Estado ni a los empleados públicos se les da la opción de cobrar solo en pesos, o parte y parte. La cuestión de si el peso es peor, igual o mejor que la coronamoneda está en los pasos posteriores. Al respecto cabe hacer una primera aclaración.
-¿Cuál?
-Por definición, quien emite una moneda no puede negarse a recibirla, por ejemplo, cuando cobra los impuestos. Pero si el Estado nacional permitiera pagarlos sin restricciones, los recibiría de inmediato, obligando a más emisión. De manera, entonces, que tiene que admitirlos, pero a cuenta gotas.
-¿Y mientras tanto?
-Aquí viene la cuestión. Dependiendo de cómo se la emita, la coronamoneda puede ser una forma encubierta de reducción del gasto público o una forma de colocar bonos, que rinden cierta rentabilidad.
-¿De qué habla?
-El Estado podría decir "tome coronamoneda e incluya estos papelitos en la herencia que les piensa dejar a sus nietos, y mientras tanto? nada". Este es un caso extremo: como todo el mundo conoce las condiciones en las cuales fueron emitidos, nadie los recibirá y, por consiguiente, equivaldrán a una reducción explícita de erogaciones y salarios públicos.
-¿Qué otra alternativa existe?
-Hablé de un extremo, ahora vayamos al otro. Cuando en abril de 1962 Álvaro Carlos Alsogaray llegó por segunda vez al Ministerio de Economía de la Nación, se encontró con que el Estado les adeudaba dos meses de salarios a sus empleados. Pagó un mes en efectivo y el otro con Bonos 9 de Julio. Como en el caso de la coronamoneda, la emisión fue impuesta.
-¿Qué ocurrió?
-Quienes, por razones de necesidad, no tuvieron más remedio que desprenderse de esos bonos de manera inmediata, perdieron hasta 40% de su valor nominal; pero como tenían cláusula oro, quienes los pudieron mantener hasta el momento en que fueron rescatados hicieron un buen negocio.
-¿Qué me quiere decir?
-Que si a los ojos de los tenedores los pesos son mejores, iguales o peores que las coronamonedas, depende de la desesperación, pero también del rendimiento esperado de unos y otros. Por definición, la tasa de interés nominal de los pesos es 0%, y la tasa de interés real es la inversa de la tasa de inflación. Si se implementa la coronamoneda habrá que ver, más allá del paulatino pago de los impuestos, cuál será la rentabilidad esperada y cuál la credibilidad de que la rentabilidad prometida se podrá cumplir.
-Algunos dicen que el peso es una cuasimoneda, porque en la Argentina la moneda es el dólar. Si esto fuera así, ¿qué sería la coronamoneda?
-Se trata de una cuestión de nomenclatura, poco útil. Es importante diferenciar a las cuasimonedas que aparecieron en la Argentina a comienzos de este siglo de la coronamoneda. Aquellas fueron emitidas por algunos estados provinciales, y rescatadas por el Estado nacional; ahora se trata de una emisión del Estado nacional, que seguramente deberá ser coparticipada con los estados provinciales y municipales.
-Don Walter, muchas gracias.

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